Vietnam (XIII)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

En la mañana siguiente Moon, sigue constipada, por lo que decido, no marchar a primera hora. Nos acercamos de nuevo a Hoi An, y en unos de esos maravillosos cafés sobre el río, en casas de pilares de madera, hechos para turistas , desayunamos.

MATEMÁTICAS TURÍSTICAS

Intento explicarle, que estos sitio son bonitos, pero que no me gustan nada, que para mí son como los paradores de España, que con un café, que es caro, pero lo más barato que se puede tomar, ya que no soy amigo de pagar por algo que no lo vale, se disfruta de la vista. No lo entiende, pide Pho, y un café, yo pido sólo un café, y la cuenta asciende a 3,80 €.

Posteriormente, marchamos al hotel, recogemos todo, y comenzamos el camino. Una hora después, paro, yo a desayunar, lo hago en un lugar de un pueblo perdido, pido  Bo Kho , un bocadillo de carne y huevo, con hierbas de hinojo, perejil y lechuga, una cerveza, y ella sólo pide un café. El Bo Khó, lejos del que se había pedido con anterioridad, es con carne de ternera, un caldo exquisito, zanahorias, y verdura, pago por todo 1,20€; ahora parece entenderlo, sobre todo cuando le digo, que con su dinero, y el mío, tenemos un presupuesto mensual de 800€, para todo, gasolina hotel, comer, y alguna sorpresa, o incidencia, que salga, y que cuando se vaya acabando, solo podremos comer Pho, y tendremos que dormir en la playa.

W.C. NATURAL

Nos dirigimos a Quang Ngai, una localidad, que en sí no tiene nada para visitar, pero nos pilla de camino, y está a unos 120 km, de Hoi An, por lo cual, es necesaria parada en el mismo. Cuando comienza a llover, paro unos 40 km. antes de llegar, en un bar de carretera, y tomamos un café. Los lugareños son tremendamente amables, y no cesan de hacernos preguntas, y Moon hace de traductora, divirtiéndose a cada pregunta.

Cuando decido ir a orinar, y pregunto dónde se encuentra el servicio, me indican la parte de atrás del bar, accedo al patio trasero del mismo, donde cuatro hombres, juegan al dominó. Al no ver ningún servicio cerca, le pregunto a ellos, y estos me indican que continúe más adentro, paso el huerto, y llego a la ribera. No hay nada construido para poder aliviar mi vejiga, miro alrededor, y los hombres, sonriendo, me dicen river, river, ahora lo entiendo, se mea en el río. Me rio, finalizo, y vuelvo a la terraza.

EL SINO DE MI TALLA

Cuando la lluvia afloja, continuamos el camino, pero es sólo un espejismo, ya que 5 minutos más tarde comienza a llover de nuevo, pero ya no paro. Moon, lejos de quejarse, ya que está enferma de la garganta, aguanta sin decir una palabra. Llegamos a Quang Nai, y realizamos el periplo habitual de búsqueda de hoteles. Encontramos uno por 8$, el cual es nuevo, y cerca del centro. Después de asearnos, salimos a un centro comercial, a la búsqueda de calzoncillos para mí, misión imposible, ella se divierte mucho, ante mi cabreo, y le digo, que nada, que es la liberación del hombre, al igual que la de la mujer en los 60, cuando quemaban sus sujetadores, que solo me quedan cuatro, y tendré que apañarme con ellos, lavándolos constantemente, hasta que llegue Ana, y me traiga repuesto de España.

Posteriormente, marchamos a cenar, platos típicos de la zona, ella me explica que en Vietnam, el cual conoce muy bien. Cada ciudad, además de tener sus platos, los cuales no hacen en otras zonas, tiene su propia cerveza, y tabaco, por lo que me puedo olvidar, de continuar con la marca de tabaco, que compré en Hanói.

RECUERDO DE LA BARBARIE

Comemos unos boquerones, en salsa picante, pollo con jengibre, sopa de pez espada, y arroz , todo exquisito, y al pagar me percato, que sale a cuenta el haber venido con ella, ya que asciende con bebida a 5€, lo mismo que hubiera pagado yo solo, y con menos comida, por lo que a partir de ahora, puedo dejar de cenar sólo Pho.

Regresamos al hotel, y cada mochuelo a su olivo, que al día siguiente, tengo pensado el visitar Son My.

Por la mañana salimos del hotel, y nos dirigimos bajo la lluvia a Son My, que es un pequeño pueblo de pescadores, en la costa, que sufrió, a mi modo de entender, la mayor barbarie perpetrada por los americanos en la guerra. El 16 de Marzo de 1968, varias compañías del ejercito Yanqui, después de un bombardeo intensivo, se desplegaron por la zona, arrasándola. No hubo ninguna resistencia por parte de los aldeanos, ya que no eran del Vietcong, aún así, mataron a bayoneta, y por disparos a 560 personas, incluidos ancianos, niños, y mujeres embarazadas, posteriormente violaron a varias niñas y mujeres, solo hubo una baja por parte del ejército estadounidense, un soldado, que se pegó un tiro en el pie, ya que no quiso participar en esta atrocidad.

El ejército quiso que sus soldados no hablaran, por lo que aquellos que estaban en contra de lo sucedido, lo pasaron realmente mal, con presiones de sus mandos, y amenazas. Pero cuando regresaron a EE.UU. lo contaron en varios periódicos, y esto tuvo una gran repercusión, ya que la opinión de los estadounidenses, hacia la guerra de Vietnam, cambió, y cuando sus soldados regresaban a casa, los llamaban asesinos de niños. Posteriormente el gobierno abrió una investigación, sobre lo sucedido, haciendo responsable a un teniente, y condenándolo a arresto domiciliario, durante tres años, posteriormente quedó en libertad sin cargos, al negarse el tribunal supremo a enjuiciarlo. Fue el único, al que utilizaron como chivo expiatorio, ya que los altos mandos, que fueron los verdaderos responsables, jamás fueron llevados a juicio, incluso condecoraron a varios de ellos por esta misión. Esto me recuerda que hoy en día continúa pasando lo mismo, Guantánamo, Irak, y la muerte de José Couso.

TESTIGO DE CARGO

Después de ver la magnífica playa de Son My, donde un barco está encallado en la misma , me dirijo a ver el monumento, y el museo a las víctimas de la masacre. En el camino encuentro aldeanas trabajando la tierra , y posteriormente antes de llegar al museo, paro para tomar un café, y Moon, se pone a hablar con una mujer, que se encuentra en el mismo. Aprovecho, y saco mi portátil para escribir. Una  hora después aún continua, y me acerco a ellas, y le preguntó que de qué hablan tanto, ella me dice que es una mujer con una vida muy interesante, al preguntarle por qué, me dice que vivió la masacre, y posteriormente toda su vida no ha sido demasiado sencilla. Sin pensarlo dos veces, vuelvo a abrir mi portátil, y le digo que me traduzca todo lo que le digo, y viceversa.

Le pregunto por el día de los acontecimientos, y si los recuerda bien, ella se queda un tanto parada, y mira a Moon, ella asiente, y comienza su relato.

Esa mañana, la recordaré toda mi vida, hacía 2 semanas que había cumplido 8 años, nos levantó mi padre, por los bombardeos, algo que no era inusual, comenta, ya que eran frecuentes, pero los de esa mañana mucho más cercanos que de lo habitual. A mi hermana y a mí, nos llevó a casa de mi tío, el cual debajo del suelo de su casa, tenía hecho un escondite pequeño, para las cosas de valor. Nos metimos allí, mi hermana de 4 años y yo. El silencio se hizo en toda la aldea, estaba cerca del pueblo de Son My, a donde mi padre se dirigió, ya que su hermano pequeño vivía allí. Nosotras permanecimos en el refugio, escuchamos el motor de helicópteros que se alejaban, y posteriormente gritos de la gente, y disparos. Mi tío regresó, abrió la trampilla, y nos dijo, que por nada que escucháramos saliésemos, cerró, y permanecimos por dos horas más allí, las cuales me parecieron días.

De repente, escuchamos ruido en el interior de la vivienda, y risas de personas que hablaban en un idioma que desconocíamos, y estaban destrozando la casa, y buscando algo, yo abracé a mi hermana fuertemente contra mi cuerpo, para que no tuviera miedo, y para evitar que llorara, e hiciera ruido.

Repentinamente, se abrió la puerta superior de nuestro refugio, y aterradas, vimos a tres soldados, que nos apuntaban con sus armas, mi hermana comenzó a llorar, y yo me quedé muda, solo la agarraba con mucha fuerza. Uno de ellos agarró a mi hermana, y la separó de mí, yo me veía incapaz de reaccionar, se la llevaron fuera de la vivienda, mientras otro de ellos, este de color, me sacó, de mi escondite, y me llevo a lo alto de la mesa, donde me tendió, y me sujeto por los brazos, el otro soldado, me quito mi ropa, y me quedé desnuda. Yo intentaba soltarme de las enormes manos que me sujetaban, pero era imposible, posteriormente, mi hermana dejó de llorar, y el soldado que se llevó a mi hermana, volvió, sin ella al interior de la casa, y yo no cesaba de preguntarle dónde estaba, pero claro no me entendía. De repente sentí un fuerte dolor en mis partes, y no comprendía porque, solo podía mirar los ojos brillantes del soldado de color, que me agarraba mis brazos, y miraba sus dientes blancos, mientras sentía más dolor, y uno de los soldados, el que me quitó la ropa, no dejaba de frotarse contra mí. Cuando este se separó, de mi cuerpo, se subió los pantalones, y le dio una palmada al que se había llevado a mi hermana, que se encontraba en la puerta.

Este, volvió a frotarse contra mí, y volví a sentir el dolor de antes, yo luchaba y luchaba, pero me era imposible el soltarme, y ellos reían más cuanto más luchaba yo. A partir de esto, ya no recuerdo más, me desvanecí, al despertar, me encontraba aún en la mesa tirada, recuerdo que me toqué y sangraba por mis piernas, y no comprendía por qué. Intenté levantarme, pero caí al suelo, tardé aún media hora en conseguir andar, salí de la casa, y vi que la aldea entera estaba en llamas.

A 10 metros de la casa, vi a mi hermana en el suelo tirada, la llamé, pero no contestaba, y vi que sangraba por el pecho, la cogí, pero pesaba mucho, por lo que la lleve al interior de la casa, la puse en la cama de mi tío, y salí a buscar ayuda. El pueblo estaba enmudecido, habían matado a muchas personas, e incluso a todos los animales, y solo había humo, me dirigí a mi casa, y en el camino, en la cuneta, junto a decenas de personas muertas, encontré a mis padres muertos, lloré y lloré, hasta que una mujer me cogió, y me llevó con ella.

Yo no cesaba de decirle que mi hermana pequeña, se encontraba en la casa de mi tío, y ante mi insistencia, volvimos allí, ella no me dejó entrar, pero tardó poco en salir, y decirme, que no podía hacer nada, que mi hermana de cuatro años, estaba muerta, había perdido en esa mañana a toda mi familia, yo fui la única superviviente.

APRENDIENDO DEL DOLOR AJENO

Al terminar el relato, y releerlo, no puedo evitar el emocionarme, y miro a esta mujer, la cual me sonríe con dulzura, le pregunto, que es lo que le haría a esos soldados que esa mañana le arrebataron todo en su vida, y ella me contesta que nada, que hace mucho tiempo de eso, y que era la guerra, que nada le iba a devolver a su familia. Le vuelvo a insistir, y le pregunto si no les guarda rencor, me dice que no, que ella tiene la suerte de estar viva todavía, que sin embargo muchas de sus amigas murieron, y que solo hay que mirar hacia adelante, que mucho más le ha dolido, el haber sido abandonada por su marido, y que éste se llevara a sus siete hijos con él quedando ella sola.

Me despido de esta mujer, besando sus manos, la cual ha tenido la vida más amarga que he escuchado en mi vida, y sin embargo, con una gran contradicción en mi cabeza, ya que aún sigue sonriendo. Es la mayor lección que me han dado en mi vida de entereza, y perdón hacia otras personas, que espero que algún día, tengan la justicia que merecen, si no lo han tenido ya.

PACIENTE COMPAÑERA

Camino del monumento, encuentro un astillero donde construyen barcos de pesca de madera. Paro a realizar unas fotos de los mismos , y los trabajadores se me acercan para saludarme, hablo con ellos, a través de Moon, y me cuentan los diferentes procesos de su construcción, los cuales puedo comprobar in situ, y para mostrarlos, hago fotos.

Como ven que voy acompañado, no me invitan a trabajar con ellos, es la parte mala de ir con Moon, la pérdida de experiencias de este tipo, pero pienso para mí, que también hay otras buenas. Ya que tiene una adaptación asombrosa a mi manera de viajar: cuando decido parar no hay queja alguna, igualmente cuando decido proseguir, aunque este lloviendo a cántaros, y ella enferma; o si decido probar algo inusual, comida, bebida, para nada se queja, me hace de traductora, lo cual agradezco enormemente. Y si decido en algún momento del día, el escribir mis crónicas, con el consiguiente aburrimiento para ella, ya que no abro mi boca, ni me dirijo a ella, se da una vuelta por los alrededores, y charla con alguien, o me espera pacientemente a que finalice. Hasta el momento, ninguna queja de ella, ya veremos cuando llevemos 10 días viajando juntos.

ANGOSTO PUENTE

Llegamos al museo de la masacre, donde se encuentran las fotografías de los soldados y los responsables de Ésta, así como la de los soldados y periodistas que la sacaron a la luz . Pero el monumento a los asesinados, y las casas quemadas, no sobrepasa, el relato que hace una hora me ha contado una superviviente.

De camino a la ciudad, paso por un puente , sólo para el tren y las motos, el carril para estas últimas es tan estrecho, que dejo dos cierres de mis alforjas en el mismo, Moon se acojona, y me hace que pare a mitad, y continua a pie, no quiere dejar también sus rodillas en él.

REGATEO EN EL HOTEL

Regreso al hotel, y no con tristeza, sino con una tranquilidad increíble, de saber que en el mundo puede haber personas con la capacidad de proseguir, y levantarse una y otra vez ante las adversidades más grandes que la vida y, sobre todo la barbarie, te pueden hacer sufrir.

Por la mañana, tomamos camino a Quy Nhon, que está a unos 170 km. y con una carretera, llena de baches que parecen cráteres de bomba. Sorteo tráfico y carretera, todo en uno, una experiencia, que hay que tomarla con mucho humor, aunque me acuerde demasiado de la familia de los conductores que me vienen de frente.

Llegamos a la ciudad, sobre las 3 de la tarde, y cómo no, comenzamos el rosario de hoteles, al final encuentro uno que es una maravilla , por 9$, en primera línea de mar, con bañera, e internet, todo un lujo, eso sí, me pedían por el 13$, y hasta Moon, se queda alucinada con mi capacidad de regateo, y se ha adaptado a realizar el papel de poli bueno y poli malo, en el trato.

Posteriormente, marchamos a cenar Bo Kho, los dos por 1,10 €, la bebida la hemos comprado en el súper, aquí es normal que si quieres te puedes abrir tu lata de cola, en el restaurante, que nadie te dice nada.

BAÑO SALVAJE

Marchamos para el hotel, y a dormir, al día siguiente quiero visitar las torres Cham cercanas a la ciudad, y si da tiempo, un bañito en la playa. Estaremos tres días aquí, ya que el tiempo es benevolente, y la ciudad, y el paisaje lo merecen.

Por la mañana, salimos de la ciudad, a la cual denomino diabólica, ya que es imposible el orientarse en la misma: cada vez que decido ir a una parte de la ciudad, no sé como aparezco en la otra, toda una aventura, incluso Moon, se desquicia con la misma.

Por fin salimos de ella, y nos dirigimos a Phu Phuong. Cerca hay una fábrica de miel de caña, y su olor impregna toda la ciudad. El día es espléndido, y antes de visitar las torres, decido de visitar un parque natural que hay cerca de esta, y se llama Ham Ho. Excelente decisión, no hay un solo turista, pero lo malo, es que no podemos remontar el río que hay en él en barca, ya que por las últimas crecidas de la lluvia, es peligroso, y decidimos hacer los tres kilómetros a pie.

Remontamos el río, y llegamos a unos rápidos, la vista es espectacular , pero el camino, se encuentra bajo el agua, y es imposible el continuar. Decido adentrarme en la jungla, para hacer un kilómetro más. Hecho de manos un machete con el que abrirme paso entre las lianas y la maleza, y al final consigo llegar a un claro entre la maleza y el río, y sin pensarlo dos veces, me quito la ropa, y me tiro al río, ante la incredulidad de Moon. El agua está cristalina, y a una temperatura estupenda, el único problema, es que la corriente, me arrastra 50 metros abajo, y para volver al lugar, de donde empecé, tengo que hacerlo descalzo por la maleza, pero vale la pena, es una de las mejores experiencias que tengo, estoy al menos una hora, con el ir y venir, hasta que quedo exhausto, y decidimos volver al aparcamiento, y de allí a ver las torres.

LAS TORRES CHAM

A 10 Km al norte del pueblo, se encuentran tres torres de unos 20 metros de altura, son una maravilla , y las están restaurando. Las vemos solos, pues el lugar esta vacío de turismo, y permanecemos en el recinto por lo menos una hora, visitándolo a nuestro total antojo. La entrada cuesta 10 cent. de €, y vale la pena el desplazarse hasta aquí, ya que el lugar que las rodea es un entorno totalmente rural, donde la gente aún se sorprende de ver a un extranjero.

INTIMIDADES Y POSTIZOS

A la vuelta, decidimos hacerlo a través de caminos por aldeas pequeñas, donde la gente trabaja los campos, secándolos de agua, para plantar la nueva cosecha de arroz. Los niños acompañan a mi moto al paso de su aldea, hasta la finalización de esta, y nos despiden agitando los brazos, con un “Hello” .

Llegamos al hotel, con el sabor de haber pasado un gran día, y con el pensamiento de que al día siguiente disfrutaremos de las playas de esta ciudad.

Más tarde, habiendo preguntado con anterioridad el precio de la lavandería y al ser muy barata, la mitad que lo normal, 30 cent. el Kg., decidimos hacer la colada. Le pido la ropa a Moon, y ésta la pone en un cesto, miro sus sujetadores, y veo que todos tienen relleno, me río ante la situación, y al preguntarme ella de que me río, le señalo, que lleva tetas postizas, pues en su país carecen de ellas las mujeres. Extrañada y no entendiendo lo que le digo, cojo un pantalón corto, y me lo meto en el interior del mío, diciéndole, que es como si los hombres hicieran esto, que es una mentira lo que llevan, ella ríe, por la broma.

En ese momento, llega la recepcionista a la habitación para recoger la ropa, y yo olvidándome que llevo el gran bulto en mi entrepierna, abro la puerta, y la cara de esta es un poema, recoge la ropa, sin despegar la mirada de mi gran bulto, y me habla de para cuándo estará lista mi ropa, sin mirarme a los ojos, solo a la entrepierna.

Yo que me he olvidado, de que llevaba el pantalón metido dentro del otro, quedo  un poco extrañado, y le pregunto, que si llevo la cremallera bajada, y me miro, y cuando recuerdo que llevaba el postizo, me meto la mano en el interior, para sacármelo, y decirle a esta que era solo una broma, pero cuando lo hago, la recepcionista, ha huido ya de la habitación, supongo que por miedo.

BRONCA VIETNAMITA

Eso sí, en los dos días posteriores, la amabilidad de esta es un tanto distante, y no me mira a la cara, solo a mi entrepierna, supongo que esperando ver lo de los días anteriores.

Por la mañana, el tiempo no acompaña, para la playa, ya que está nublado, y hace un viento demoledor, por lo que visitamos las dos torres Chan de la ciudad, que están restauradas, pero en absoluto desmerecen las que vimos el día anterior.

Marchamos hacia un inmenso puente de unos 3 km, que une una minúscula península, con la ciudad, y posteriormente nos adentramos en las aldeas de pescadores, que la salpican, paramos en una de ellas a almorzar.

Cuando llegamos al bar del pueblo, mientras esperamos a que nos traigan la comida, una mujer en moto, se acerca , y a gritos llama a uno de los hombres que se encuentra dentro, y cuando sale, continua gritándole, y él cabizbajo se sube en la moto, y marcha con ella.

Me vuelvo hacia Moon, y le comento, “esta le ha dicho que está harta de que todo el día esté en el bar, y ella trabajando, mientras la casa está desatendida, que se suba en la moto, y regrese, o se va a enterar”,

Sorprendida, me dice, que ya entiendo el vietnamita, y yo le contesto que de eso nada, que esta historia es universal de todos los países, mientras río para mis adentros.

PARAISO PARA CONSTRUCTORES

Después de la comida, continuamos camino, atravesando aldeas, y sorprendiendo a las gentes de estas, cada vez que paramos en una a tomar café. Paramos en varias playas, vírgenes, donde la mano de los constructores aún no han llegado, son paisajes idílicos, que me temo no tardarán en ser devorados por resorts y demás .

De regreso al hotel, decido acercarme a la playa de los leprosos, famosa por el hospital de estos que hay aún en ella. Lejos de ser un lugar de tristeza y abandono, se encuentra un hospital cerca de ella, una aldea de pescadores, que es paradisíaca, casas a la antigua usanza, rodeadas de palmeras, y una playa preciosa. La entrada al recinto cuesta 20 cent. de €, ya que tiene un jardín con pedestales y esculturas de médicos importantes, pero nada que merezca la pena fotografiar, si no es el hospital, y las casas de los pescadores.

UN POCO DE MANTENIMIENTO

Regresamos al hotel, y luego a cambiar la rueda trasera de mi moto, ya que se encuentra desgastada, y no me gustaría tener un percance por la misma, cuando lo hago, también cambio de paso el aceite, y compro dos recámaras de repuesto, el precio total de todo es de 9 €, sorprendido gratamente, pago, y nos vamos a cenar Pho, con albóndigas de ternera e hierbas.

Regresamos al hotel pronto, ya que al día siguiente, hay que salir temprano, ya que tenemos un camino de 220 km. por delante, y hay que madrugar. Antes de dormir, Moon, me comenta que su socio le ha llamado, y que hay un problema en las peluquerías, que tiene que solucionar, y que el sábado tiene que regresar para Hanói, lejos de recibirlo con desagrado, pienso que lo bueno, si es breve dos veces bueno, y ella se queda un tanto descolocada, cuando me lo tomo tan bien, ya que esperaba, según  mi entender, que intentara retenerla.

La verdad, que la echaré un poco de menos, ya que se ha tomado con alegría las contrariedades del camino, también he tenido la oportunidad, de escuchar una historia de la guerra, gracias a la traducción de ésta, y el regateo en la comida, ya no lo he tenido que hacer, toda una comodidad y descanso, para mi paciencia. También echaré de menos, el comprobar con asombro la capacidad para dormir que tiene, ya que normalmente, se mete en la cama temprano, y puede llegar a dormir 12 horas diarias sin ningún problema. El día que le pregunte por esto, me comento que es lo normal que duermen los vietnamitas.

Pero como ya he dicho, hemos disfrutado de una semana larga de nuestra compañía mutua, y en absoluto le pediría que se quedara por más tiempo, ya que no quiero que llegue a pensar, que entre nosotros hay lo que no puede llegar a haber.

CIUDAD CIRCULAR

A la mañana siguiente, salimos de la ciudad, y 10 km más tarde, encuentro otra ciudad, también grande, nos quedamos extrañados al ver que existe una ciudad al lado de la que hemos estado. Al pasar por dentro de la misma, me es familiar su playa,  y llegamos atónitos al mismo hotel que nos hospedamos: hemos estado dando vueltas alrededor de la ciudad, sin salir de ella, nos lo tomamos con humor, y definitivamente, la apodamos la ciudad maldita, corremos el peligro de no salir jamás de ella.

Decido entonces, guiarme por mi instinto, y nos dirigimos a la playa de los leprosos, continuamos la carretera que la rodea, con imposibilidad de perdernos, ya que es el litoral. Gran decisión casual, ya que el camino, además de no tener baches, pasa por las mejores playa de Vietnam que he visto hasta el momento: arenas blancas, cocoteros, y ni un alma, a excepción de las barcas de pescadores, además el día es fantástico.

Pasamos por pueblos, que son lo que hace 60 años eran  Torremolinos, o Ibiza, salpicados en sus playas por pequeñas islas, algo digno de apreciar tranquilamente, con un café por delante, como así lo hacemos . Llegamos a nuestro destino Nha Trang, cuando entramos en la ciudad, ya comprobamos que esta es grande, pero cuando llegamos al paseo marítimo, y veo los edificios altos que envilecen el mismo con hoteles de lujo Sheraton y por el estilo, me niego ante la incredulidad de Moon, a quedarme en esta aberración de ciudad, para eso me voy a Benidorm, le digo mientras salimos de la ciudad.

FINAL DE TRAYECTO

Proseguimos 100 km. más al sur, hasta Phan Rang, y llegamos con el atardecer pisándonos los talones. No es de extrañar, hemos hecho dos jornadas de moto en una, y unos 350 km. en total, estamos derrotados, y no nos molestamos en buscar muchos hoteles, escogemos uno del centro, y al subir las escaleras, me percato, por una caja de condones de acceso gratuito, que no hemos metido en un picadero de putas, pero a ninguno de los dos nos importa, lo único que queremos los dos es una ducha, y descansar, que mañana buscaremos otro.

Mientras escribo esta última parte de mis crónicas, pienso en lo acontecido en esta semana, ya que ha sido la primera en la que he viajado totalmente acompañado; ha tenido buenos y malos momentos, lo que en sí es el compartir las vivencias, y ha sido un cursillo acelerado de preparación para cuando venga Ana, después de navidad.

Pero si me tengo que quedar con algo, lo hago con la experiencia de escuchar de primera mano la vivencia de esa señora, de Son My, que no podré olvidar, y me dio una gran lección hacia los demás, y es que no importa lo que te pase, sino la capacidad tuya a reponerte de las adversidades. Es una lección de perdón, pero no de olvido, de supervivencia, y de historia actual, de cómo puedes seguir adelante, y no tener que por necesidad vivir con tu pasado, sino aprender de él. No puedo evitar, el pensar que esta mujer, a la que siendo una niña, unos depravados le arrancaron su inocencia, su familia, y todo lo que conformaba su vida, ha tenido el valor de perdonar, algo que a mí se me escapa a mi corta comprensión, quizás todavía me quede mucho que aprender de los vietnamitas, y de su manera de entender la vida.

 

Vietnam (XII)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

Por la mañana, me limito a deambular por las calles de Hanoi, realizo alguna compra, con miras a mi regreso a Danang, tabaco, imanes para Ángel, al cual se los envío, y algún que otro producto, que me gusta de esta ciudad, y no he podido encontrar en otras.

A la hora de comer, he quedado con Mi Ho, la japonesa, y un par de amigos suyos franceses. Tenemos una tertulia, y posteriormente, paso la tarde en la oficina de Hai, y de charla con su empleada Han, que es una buena persona. Me despido de ella, y marcho a cenar con Moon, quien me lleva a un restaurante, al que accedemos por un laberinto de callejones; es un restaurante medio, pero de solo vietnamitas.

Comemos unos filetes de ternera, en una salsa de cebolla, y vino de arroz, acompañado de patatas fritas, ensalada, y cervezas, algo muy común en nuestro país. Posteriormente, nos marchamos a la esquina caliente, a tomar un par de cervezas, y tenemos una charla distendida, en compañía de calamares y pescados secos, mojados en salsa picante.

NUEVOS AMIGOS

Cuando estamos a punto de marchar, escucho hablar en español a una pareja que acaba de sentarse, por lo que a mi pregunta responden afirmativamente: son Jorge y Yosune, él es ceutí, y ella mexicana. Viven en Singapur, y nos tomamos unas cervezas más , y después marchamos a un pub, donde acabamos por cerrarlo. Nos despedimos con un abrazo, y prometiéndonos, que nos volveremos a ver cuando vaya a esta ciudad.

Por la mañana, acuso los excesos de la noche anterior: tengo la garganta inflamada, y algo de fiebre, por lo que me quedo en cama, hasta que se hace de noche, y marcho a cenar con Hai, y unos amigos.

Me lleva a un restaurante, donde pedimos fondee vietnamita , que es una olla pequeña, donde hay caldo, y verduras, y está en lo alto de un pequeño hornillo, constantemente en ebullición, a la que se van añadiendo carne de pollo, y ternera, sesos, y verduras.

Finalizada la cena, la cual insisto en pagar, ya que he estado comiendo varios días invitado por Hai, la cuenta, para 5 personas asciende a unos 14 €, con bebida incluida, marcho para el hotel, por el terrible dolor de garganta que sufro.

DESPEDIDA DE SOLTERO CON VELAS

El domingo que tengo despedida de soltero, marcho sobre la 1 de la tarde al hotel, donde había quedado con Maicolm, para que me recogiera el minibús. De allí, marchamos, yo sin saber a dónde, pero luego lo descubro, a Bac An, una población situada a 150 km. al noreste de Hanoi.

Cuando llego, me encuentro al novio, muy trajeado, y en casa de sus padres, montada una carpa, ya en el camino, me percato, que en el minibús, van tanto chicos como chicas.

Nos recibe amigablemente, y nos hace entrar en la casa, y en los preparativos de la cena, la electricidad falla , y todos lo tomamos con humor, y cenamos acompañados de velas.

A mí me hacen sentarme con los amigos del novio , algunos con unas pintas un tanto extrañas por su manera de vestir, y su corte de pelo, además tienen un amaneramiento inusual en los chicos de Vietnam.

Todos quieren brindar conmigo, que como siempre, soy el único extranjero que se encuentra allí. Lo más extraño, es que el mejor amigo del novio, que me presentan, lejos de estar feliz por su amigo, está un tanto compungido.

Al finalizar la cena, tomamos té, y me ofrecen nueces de Betel, -de las que ya he hablado en otra ocasión de ellas- y decido probarlas, tienen un sabor amargo, y son nueces, con raspadura de corteza, y envueltas en una hoja. Tienen una leyenda, la cual paso a contar, para los que estén interesados en la misma.

UNA BELLA HISTORIA DE AMOR Y NUECES

Resulta y viene a parar (que es como empiezan las buenas historias de pueblo), que hace muchos años, en una población, había dos hermanos, que sin ser gemelos, ya que tenían un par de años de diferencia, se parecían enormemente. Uno de ellos, el mayor, se enamoró de una chica, y decidió casarse. Se llevó a su hermano con él, y con el tiempo, la chica, también sentía algo por el hermano pequeño, al igual que esta por él, pero sin ser capaces de elegir, entre amor de hermano, y amor de mujer. Por lo que la gente del lugar, comentaba mal de ellos.

Un día, cuando el hermano mayor, marchó a trabajar, sin que la mujer se diera cuenta, y cuando esta despertó, y encontró al hermano pequeño, lo confundió por el mayor, y lo abrazó (en mi versión, pienso que hubo algo más que un abrazo), y cuando los dos se dieron cuenta del acto que habían cometido (en teoría abrazarse), el hermano pequeño, avergonzado, salió de la casa, y comenzó a andar, y acabó por perderse, y morir posteriormente, y convirtiéndose en tronco de árbol. Cuando el hermano mayor, regresó de trabajar, la mujer le contó lo sucedido. Éste, en un principio, montó en cólera, pero como quería tanto a su hermano, salió en su busca, lo estuvo buscando durante mucho tiempo, y al final cansado, decidió reposar en un tronco, sin percatarse de que era su hermano, se durmió, y murió, convirtiéndose en el fruto del árbol.

La mujer desesperada, al ver que no regresaba ninguno de los dos, decide, ir a buscarlos, sin encontrarlos, lloró desesperadamente, sobre un árbol, el mismo en el que se habían convertido los dos hermanos y ella murió también, convirtiéndose en hoja de él, permaneciendo los tres para la eternidad juntos.

Esta historia, es el recuerdo, de lo que puede llegar a ser el amor, y el sabor amargo de las nueces es el sabor amargo de lo que puede llegar a ser el mismo, por eso se toma, la raspadura de corteza, junto con la nuez, y envuelta por la hoja, siendo la mujer la que abraza a los dos hermanos.

 

En la cultura vietnamita antigua, cuando un hombre le pide la mano a los padres de la mujer, estos, le hacen un vestido a ella de color rojo, y le hacen comer nueces de betel que dejan los dientes del mismo color, para recordarle siempre, lo amargo que puede llegar a ser el querer demasiado a una persona.

Lo malo, es que las nueces producen un sentimiento de euforia, y son adictivas, dejando los dientes totalmente rojos, después de un año de su consumo, y posteriormente sin ellos, pero es una prueba de amor que se le pide. Actualmente esto no pasa.

UN POCO DE FILOSOFÍA SEXUAL Y DE LA OTRA

Después de los tés, pusieron música de discoteca, y todos los chicos comenzaron a bailar , las mujeres, que hay, empiezan a irse, y veo que la mayoría de amigos del novio, o son gays, o lo parecen, por su manera de bailar, y el roce continuo que tienen entre ellos. Ahora entiendo, la mala cara del mejor amigo de Maicolm, por el casamiento de este.

Si Maicolm también lo fuera, lejos de entristecerme por él, me entristecería por la futura novia, ya que le queda un largo trecho que padecer, en una sociedad, en la cual hay que aparentar. Ya he visto esto, en algún lugar que otro, y sé lo larga que es la vida, y lo infeliz que se puede llegar a ser, cuando se quiere a una persona, y se es incapaz, de darle todo lo que esta persona necesita.

Jamás he desaprobado la tendencia sexual de una persona, ya que le he dado tanta importancia a esto como que a que le gusten los garbanzos y no las lentejas. Pero lo que sí desapruebo totalmente, es la cobardía de dar un paso, o no darlo, ya que se puede seguir soltero sin ningún problema, y sin acarrearle una vida amarga a otra persona. Ya que según mi humilde opinión, la búsqueda eterna del santo grial, en la vida de una persona es la felicidad.

Aunque esto es sólo la reflexión de una persona, a la que según el parecer de algunos, siempre le ha faltado algún tornillo que otro, y que un día, decidió saltar el muro de la falsa seguridad, para ver qué más podía haber detrás de éste. Y para ello puso su vida en una mochila, tiene el sol, luna y estrellas por techo, el mar y las montañas por paredes, y el mundo por domicilio temporal. Por lo que tampoco me hagáis demasiado caso.

BODA POR ETAPAS Y ANGINAS A TOPE

Sobre las 12 de la noche finaliza el baile, yo ya llevo una hora durmiendo en el interior del minibús, ya que estoy con algo de fiebre, y muy cansado. Nos ponemos en marcha, y a gran velocidad, marchamos hacia Hanoi. Me despiertan a las 4 de la mañana, y cuando miro a mi alrededor, extrañado, pregunto dónde me encuentro, ya que el lugar carece de edificios altos, y está lleno de arrozales. Nadie habla inglés, y cuando bajo, me encuentro que el minibús, se encuentra delante de una casa, adornada, y con carpas montadas. Cuando pregunto otra vez, sólo me dicen party, party, yo extrañado accedo al patio de la vivienda, y empiezo a comprender todo: nos encontramos en la casa de la novia, y no es que Maicolm hubiera adelantado la despedida, solo organizó el minibús. Estoy metido de lleno en la boda, y a las 4 y media de la mañana, comiendo, bebiendo vino de arroz, con unas anginas de gigante, y aderezadas con fiebre , me encuentro en Mai Chau, donde estuve ya en las casas de pilares de madera.

No me lo puedo creer, toda la noche metido en un vehículo con vietnamitas, que no hablan inglés, recorriendo el norte de Vietnam de un lado a otro, y con la versión parecida de Luis Cobos, a las canciones tradicionales de Vietnam, como banda sonora, y sin posibilidad de que la quiten o cambien el cedé, nadie me entiende, y sin poder bajarme en ninguna parte, esto sí que es un infierno Dios mío.

Después de la cena, me escabullo, al minibús, para poder dormir, y dos horas después, todos vuelven al autobús, y volvemos no a Hanoi claro, si no a casa de Maicolm otra vez, ya que falta la última parte de la boda. Llegamos a ella sobre las 11 de la mañana, Maicolm, entra en su casa con su novia yo me limito a intentar arrastrar mi cuerpo, parece como si me hubieran dado una paliza, pero lo peor es que por la noche me sale el tren, y me espera un viaje de 15 horas, del cual no sé si voy a salir vivo, pero es lo que hay.

INCOMPRENDIDO LOLAILO

Volvemos a comer y a beber, y después el Karaoke, yo ya no tengo ganas de nada, para colmo el minibús está cerrado, y el conductor durmiendo en la casa, por lo que ante las escasas opciones que tengo, aguantar el karaoke, con un volumen satánico, o estar a varios metros de la casa de pié, me declino por esta última.

Por fin a las 2 de la tarde nos ponemos camino a Hanoi, me despido de Maicolm con un fuerte abrazo, y de la que ya es su mujer, y les deseo mucha suerte, la van a necesitar. Sobre las 5 y media llegamos a Hanoi, marcho a ver a Chang, la cual le divierte enormemente como he pasado el último día, y no para de reír, mientras yo no lo encajo tan bien. Me despido de ella, y voy a ver a Hai. Ésta me tiene cecina de vaca como regalo de despedida, se lo agradezco, y le cuento también mi vicisitud, también se parte de risa, mientras pienso, que nadie me comprende, me despido de ella y de su marido, y les prometo estar de vuelta para final de enero, unos días antes del Tet.

Posteriormente, recojo todo del hotel, y marcho a cenar con Moon, después de contestar varios emails, y beberme un litro de zumo de limón con miel, aderezado con amoxicilina y paracetamol.

NO HAY DOS SIN TRES

Ella me tiene una sorpresa guardada, me dice que ha decidido, y sin contar conmigo, que se une a mi camino. Yo le digo que de eso nada, que después de Navidad, llega Ana, y que su sitio ya está ocupado, y me contesta con tranquilidad, “no hay problema, yo me quedo en Saigón, y tú sigues, que ya me las apaño yo, lo único que quiero es salir del puñetero Hanoi, estoy harta del trabajo, del cual me he cogido dos meses de vacaciones, y de la vida aquí”. Ante su desesperación y viendo que realmente está pasando una mala racha, y haciéndole prometer antes que en Saigón se queda, le digo que de acuerdo, que cuándo se une, y me comenta que lo antes posible, que me quede en Danang tres días, y que ella llegará allí.

Marcho a la estación en moto taxi, y sorprendentemente, tengo que decirle al conductor cómo llegar. Llego una hora antes de que salga el tren, pero como sale desde aquí, ya está preparado para que la gente pueda subir. Accedo a mi compartimento, que comparto con dos abuelos y su hijo, muy amables todos, y a los cinco minutos de tumbarme, caigo derrotado a los pies de Morfeo.

NUEVO AMANECER

Me despierto a las 12 de la mañana. He dormido cerca de 14 horas, cuando veo las caras de mis acompañantes, compruebo con vergüenza que ellos quizás 3 ó 4, por mis ronquidos, intento arreglarlo, ofreciéndoles zumo que había comprado y batido de leche, lo aceptan y se lo guardan.

Extrañamente, estoy contento, y no por haber comprobado desde mi nueva conexión de 3g a través de internet, que un equipo que no se prodiga por chulería, le ha dado un repaso a otro que sí, sino porque mis anginas han mejorado considerablemente, no tengo fiebre, y el paisaje es extraordinario.

Salto de mi litera, salgo del compartimento, y en las dos horas siguientes, habiendo podido forzar el pestillo de la ventana del tren, y haberla bajado (hay que descontarlo de los 74€, que todavía me debe el gobierno vietnamita), hago fotos estupendas del trayecto que va realizando el tren

Cuando pasan los revisores, me hago el loco, e incluso intento ayudarlos a que el pestillo vuelva a echar, sacando la navaja multiusos con la que anteriormente lo forcé, y ante mis intentos laboriosos, los revisores deciden dejarlo como está, (la ventana sube, y baja, lo que no se queda es con el pestillo echado), y deciden dejarme que prosiga haciendo fotos, e incluso me invitan a tomar té.

Llego a Dang a las 2 de la tarde, recojo mi moto, y al encargado del parking le doy una generosísima propina, ya que me han limpiado mis alforjas, y la moto no ha sufrido ningún percance, en total 3 € por 8 días, 2,10€, más de lo que es en realidad.

Llego a mi hotel, donde el dueño me recibe con una calurosa bienvenida, y me muestra que ya tiene internet, y me da una habitación en el piso superior, donde es imposible el acceder a la red. Me lo tomo con humor, ya que es algo que no me preocupa ya. Me ducho, ya que huelo a tigre de bengala, con cerdo vietnamita, debido a no haberlo podido hacer en dos días.

Después bajo, y le doy dos paquetes de tabaco al dueño del hotel, que le había prometido que se los traería de Hanoi. Me lo agradece, enormemente, e incluso cuando compruebo que el nivel de aceite de mi moto está por debajo del mínimo, se ofrece a traerme una botella pequeña, sin cobrarme nada.

Marcho como una flecha a Danang, y no para hacer compras, sino para darme un masaje, esta vez la chica no se sube encima, ya que tiene una tremenda fuerza en sus manos, y me deja destrozado. Al salir del local, me deslizo por la escalera, como un reptil, estoy agotado sobre manera, y marcho a mi hotel a dormir. Pienso que al día siguiente, tengo todo el día para disfrutar de Hoy An.

REQUIEM POR MANOLO

Por la mañana, cuando miro mi correspondencia, recibo una malísima noticia: mi Manolo (mi perro), está enfermo, y la veterinaria a la que lo han llevado, me ha mandado un email, pidiéndome autorización para practicarle la eutanasia. Me sienta fatal además de la manera de recibir  esta noticia por un frio email, y que mi ex pareja, la cual se quedó a su cargo, no haya tenido la dignidad de darme la noticia ella, por teléfono o correo. La contestación se la doy a ella, no a la veterinaria, tanto por mensaje en el móvil, ya que no me lo coge, y por email, además del pésame, ya que sé que lo quería enormemente.

Camino de Hoi An, no puedo evitar, el parar en una playa, y llorar desconsoladamente como un niño, por los recuerdos de mi Manolo, esos momentos llenos de buenos y malos ratos, donde siempre he disfrutado de él, pero con la tranquilidad de que siempre le di una buena vida, y lo cuidé hasta que me marché.

Después continúo mi camino, y no puedo evitar que el diablo meta en mi pensamiento, que lo mismo ha durado mi perro, que si igualmente me lo hubiera traído conmigo, pero me reconforta algo, que muere al lado de personas que siempre lo han querido.

ESPLÉNDIDA CIUDAD

Con la amargura de la noticia, me es imposible el disfrutar de esta esplendida ciudad, que recomiendo encarecidamente a todos. Está llena de turistas, pero sin embargo, aquella persona que venga a Vietnam, no puede dejar de visitarla, pues tiene el encanto de una ciudad oriental, por la antigüedad de sus casas, y el río que la rodea, así como los numerosos puentes que lo cruzan.

Tiene además muchas galerías de arte, comercios de trajes de seda, y de tallas magníficas de madera artesanales, es todo un placer para el viajero

Cuando el cielo empieza a tornarse gris, y la lluvia amenaza, busco un café para refugiarme de lo que se avecina, y como en él.

Después de mi almuerzo, ante mi tristeza reflejada en mi cara, la chica del restaurante, la que es encantadora y no de serpientes precisamente, y me recuerda a Chang, me ofrece un helado de un vendedor ambulante. Le digo que solo si le pago a ella uno también; ella lo rechaza, y me trae uno para mí y otro para ella, y me dice en inglés, «tú lo necesitas más que yo, sonríe por favor». No puedo evitar el esbozar una medio sonrisa para complacerla, y ella me la devuelve.

MELANCOLÍA BAJO LA LLUVIA

Escribo mis crónicas viendo por la puerta del restaurante, frente al río, la fuerza de la lluvia, el correr de la gente, para guarecerse de ella. Pienso que todo en esta vida siempre ha tenido y tendrá un principio y un final, y eso es algo que jamás se podrá evitar. Sólo hay que disfrutar de las cosas cuando las tienes, ya que tarde o temprano desaparecen. Estoy a doce mil kilómetros de mi país, mi familia, y mis amigos, y una chica que no conozco de nada, ni ella conoce el motivo de mi tristeza, es la que me intenta consolar, aunque probablemente si ella me contara su vida, me daría cuenta que no tengo por qué estar triste.

A las dos y media de la mañana, hora vietnamita, mi ex pareja, me llama por teléfono, y entre lágrimas, me da la noticia de que Manolo, acaba de fallecer, sé que ha sido difícil, para ella, el pasar este trago, y le estaré eternamente agradecido, por haberme dado la noticia en persona.

LA GUERRA DE MIS CALZONCILLOS

Por la mañana, me levanto con tranquilidad, ya que no tengo nada que hacer, excepto, acercarme a Danang, a recoger a Moon, que llega. Me voy al centro comercial de la ciudad, con la firme decisión, de reponer mi vestuario interior, ya que tengo algún calzoncillo desgastado. Misión imposible, pese a los esfuerzos de la dependienta, que es muy amable, no consigo encontrar de mi talla, por lo que aguantaré con los míos, hasta que se desintegren, y luego si es necesario, me los tendrán que hacer a medida.

Sobre las 12, llega Moon, la recojo, y nos vamos al hotel. Se cambia, y de allí a la playa a comer. Pasamos toda la tarde en la playa, en que estamos solos. Hace un día estupendo, y ella en absoluto está cansada por el viaje en autobús desde Hanoi. A la vuelta al hotel, después de la ducha, acusa el cansancio, y cae rendida, yo me dedico, a hablar con el dueño del hotel, en el hall, quien me pregunta, si Moon es mi novia, y le contesto que no, que es sólo una amiga, y él se queda extrañado. Por mucho que se lo intento explicar, hasta que le cuento que para mí es complicado encontrar una mujer, ya que no quiero tener hijos, entonces me comprende.

REENCUENTRO CON OPÍ PARA CENA

Por la noche nos vamos a Hoi An, y cómo no, nos vamos a cenar al restaurante, donde el día anterior, pasé mi duelo particular de Manolo. La chica que hay en él, que se llama Ha, me recibe con una sonrisa, y mucha alegría, ante lo que Moon, se queda sorprendida, y entonces ella es la que me pregunta si es mi novia, a lo que ahora tengo que dar explicaciones nuevamente, y decir que no, que solo es la chica que intentó consolarme la tarde anterior de mi pérdida, y que estuvimos de tertulia toda la tarde, que por eso tengo tanta confianza con ella.

Cenamos y muy bien, todo tengo que decirlo, pido rollos de primavera frescos, los cuales distan de los chinos, van enrollados en hojas finas de arroz, con hierbas aromáticas, y gambas, mojados en salsa agridulce; Pancake típico de Hoi An: es una especie de pizza, con gambas, y verdura, que una vez cortada, se lía también en ensalada, y fina masa de arroz; Cao Lau, una pasta parecida a los espaguetis, pero más gruesos, con carne de ternera, y piel de ella, muy frita, mezclado con verduras, y, por , pescado (atún), en salsa, y envuelto en hojas de plátano, con una botella de vino, cafés y chupito. La cuenta asciende a 15 € , es un muy buen restaurante, y además da clases de cocina, a aquellos turistas que lo deseen, lo recomiendo encarecidamente, a los que se acerquen a esta preciosa ciudad, el nombre y dirección es Cánh Buòm Do, en el 40, de Bach Dang, Hoi An .

¿HAPPY END?

Finalizada la velada, regresamos al hotel, cuando me meto en la cama, es imposible el sacarme de la cabeza a Manolo, y el sufrimiento de Ester.

Siempre había pensado que sería yo el que tendría que pasar el mal trago de acompañarlo en sus últimos momentos, y el destino no ha querido que fuera así, por lo que no puedo evitar el sentirme culpable por ello, y aún más porque sospecho, que ha sido la última conversación que tendré con ella, ya que llevaba varios meses sin querer hablar conmigo, ni por  teléfono, ni por email.

Esto me duele aún más, ya que después de dejar la relación, hace ahora casi un año, siempre he pensado que después de 16 años, por lo menos quedaría una amistad. Nada de esto me parece a mí; sí que sería una utopía. La verdad, y siempre lo mantendré, es una bellísima persona, pero con proyectos en su vida nada comunes a los míos, por lo que la separación era inevitable, y sin tener culpables de ello, simplemente diferencias del modo de entender la vida, ninguna mejor que la otra, simplemente diferentes.

 

Vietnam (XI)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

En la mañana siguiente, me levanto muy relajado, no sé si es fruto de mi repetición de masaje en el día anterior, o de que ya tengo todo solucionado, es un día sin estrés, aún cuando miro por la ventana, y veo que está lloviendo, no me lo tomo a mal. Bajo y desayuno con el dueño del hotel, el cual cuando le explico mi experiencia sobre el pueblo vietnamita, y de los continuos engaños a los que someten a los turistas, lejos de ofenderse, por sus paisanos, se parte de risa, aún cuando le digo que esto va en detrimento de su negocio.

UN POCO DE MUSEO

Posteriormente, me voy a visitar, lo único en sí que vale la pena de Danang, el museo de escultura Cham, (1,30 €). No soy muy aficionado a ellos, solo a los que son únicos en el mundo, y éste me sorprende agradablemente, ya que las esculturas que hay en su interior, son las pocas supervivientes de las excavaciones realizadas a lo largo de los años, de los templos que rodeaban esta ciudad.

El museo, fue fundado en 1915, por los franceses, y la mayoría de esculturas que hay en él son hinduistas, de los templos dedicados a Shiva, Brahma, y Vishnu, sólo al entrar uno se percata de ello .

Tardo al menos hora y media en visitarlo, ya que a cada escultura, la rodeo, y contemplo de ella cada detalle labrado en sus piedras de arenisca.

Después de la visita, y viendo que luce un sol espléndido, me dirijo a Hoy An, por la carretera de la costa. En el camino, me he encontrado varios carteles de sastres que hacen trajes y vestidos a medida, de seda. Nada más entrar en esta ciudad, me percato, que es una de esas ciudades con un  gran encanto, de las que te atrapa con solo darle una oportunidad. Rodeada por el río Thu Bon, en la rivera del este, se extienden un aglomerado de casas de Bambú, convertidas la mayoría en cafés y restaurantes para turistas, y un mercadillo, por el cual me dejo perder.

Encuentro la respuesta a los numerosos anuncios de modistas: es una ciudad, que está llena de sastrerías, y son artesanos de la seda. Paro en uno de los numerosos cafés, a tomar una cerveza, anunciada en la entrada por tan solo 12 cent. Contemplo la vida de las vendedoras de plátanos azucarados y fritos, y láminas de jengibre, el trasiego de barcos remontando el río, y el ir y venir de turistas despistados. Pienso entonces, que a mi vuelta de Hanoi, visitaré esta ciudad con más detenimiento, no quiero hacer una visita de tan sólo unas horas, sino que la quiero paladear en toda su extensión.
VIAJERO AL TREN

Marcho para el hotel a dormir, con la intención de al día siguiente despertar temprano, ya que la noche la pasaré sentado en el tren, y mejor tener sueño, para poder dormir, fruto del cansancio.

Por la mañana, fiel a mi plan levanto pronto, recojo todo, desayuno, y me despido del dueño del hotel, y de su familia. Son buena gente, gentes sencillas y amables, sin mala fe. Cojo mi moto, y paso la mañana en un café contestando emails, al llegar a donde tenía planeado dejar mi moto, en el parquin del gran centro comercial, me encuentro que es imposible, el acceder a él, ya que las calles adyacentes, se encuentran cortadas por la policía, debido a que en la calle, hay una feria de muestras de diferentes productos del lugar, la cual no puedo visitar, por el poco tiempo que tengo, y a la cantidad de gente que puebla la calle.

Realizo un periplo, de recorrer diferentes aparcamientos, hasta que llamo a mi amiga Hai, la cual me recomienda, un parking al lado de un hospital, y cerca de la estación. Dejo allí la moto, y me llevo el casco, ya que puede ser susceptible de ser robado, y camino con mi mochila hacia la estación, comprando en el camino, unos bocatas, para el tren.

En la hora siguiente de espera, contemplo el trasiego de turistas, y gente que espera el tren, el bajar de los  pasajeros que llegan a la ciudad, después de pasar unos días fuera unos, y otros que llegan por primera vez con  sus caras de despistados.

A hora puntual, llega el tren, monto en él, y compruebo, que en absoluto es un tren tercermundista: en el vagón disponen de dos televisores, y los asientos no son demasiado incómodos, Comienzo mi viaje a desandar lo andado en los días anteriores. Cuando pasamos por un maravilloso paisaje de costa, a través de la ventana del tren intento hacer alguna foto, imposible que se vea nada a través de la suciedad de los cristales, entonces, caigo rendido por el sueño, mientras escucho mi mp3.

PERMITIDO FUMAR

Despierto al sonido de la canción “Oh Lord, Why Lord”, de Pop Tops, una de mis preferidas. El paisaje que aprecio por la ventana, es la puesta de sol, entre arrozales, ríos, y el saludo de niños de aldeas, al tren que continúa su camino.

Miro a mi alrededor, y veo con incredulidad, que en el vagón se puede fumar, incluso dos hombres mayores, que están sentados delante mía, fuman en una pipa de bambú disimuladamente opio. Aprovecho la situación, y fumo un cigarrillo, pues ya ni me acuerdo cuando en España se podía hacer esto.

Hacemos la primera parada, en Hué, en unas dos horas y cuarto, hemos hecho 100 km. Pienso que menos mal que el tiempo no corre en mi contra, y no debería de correr, para aquella persona que desee viajar en tren en Vietnam. Por el pasillo circula un carrito de comida, que ofrecen a los viajeros: reparten sopa de gachas, con hierbas, y arroz con verdura y dos clases de carne. Llevo aún algún bocadillo, pero no me resisto a probar la comida del tren, por lo que me cojo las dos cosas que me ofrecen, 2 €, dos bandejas completas, comida más que suficiente, y a buen precio; la bebida es cara, 1$ la cerveza, y el café igual. Después de haber dado debida cuenta de ambos, marcho a el vagón restaurante , no para comer, si no para estirar las piernas.

Cuando entro en él, me percato, que es un vagón con encanto, todo de madera, donde la mayoría de gente que hay, son empleados del tren. Muchos juegan a cartas chinas, mientras otros beben vodka. Me quedo en él al menos una hora, ya que el ambiente que se respira, es similar al de un bar de marineros, es la sensación que tengo, por la iluminación, los uniformes azul oscuro, los juegos de cartas, y la bebida.

TREN BAJA VELOCIDAD

Cuando entro al servicio, éste es un asco: el retrete está rebosando, y tengo que hacer auténticos malabarismos para no mancharme, y salgo lo antes posible del mismo.

Vuelvo a mi asiento, donde los fumadores de opio, continúan con lo suyo, abro mi ordenador, y veo un par de películas, hasta que la batería me hace la despedida y cierre, sin carta de ajuste. Levanto mi cabeza, y contemplo, cómo la mayoría ya duerme , entonces decido hacer un par de fotos, después observo a varias personas, las posturas que adoptan durmiendo, intentando buscar la imposible comodidad.

A las 6,45 de la mañana, con casi 2 horas de retraso, llegamos a Hanói, hemos tardado 16 horas en hacer 700 km., todo un record de velocidad, pienso con humor, mientras intento desentumecer mis piernas, y bajo del vagón.

Desisto de coger un moto taxi, ya que me oriento bien en esta ciudad, y me apetece andar, sobre todo, porque la ciudad no se encuentra totalmente despierta, y es un auténtico placer el caminar por ella, aunque sea cargado con mi mochila, y el casco. Paso por avenidas semidesérticas, por cafés, y panaderías, que comienzan su jornada laboral, la temperatura, es muy agradable, no hace ni pizca de frío ni de calor, y cuando paso por parques, me encuentro a grandes grupos de gente, practicando aerobic, incluso a gran distancia del monitor.

Dos kilómetros después llego a mi antiguo hotel donde, para variar, tengo que despertar a la recepcionista, que perezosamente se levanta, y sorprendida al verme, me pregunta que dónde he estado, para no hacer demasiado larga la respuesta, ya que ha sido una pregunta de cortesía, le contesto que en Danang. Subo a la habitación, me doy una buena ducha, y caigo rendido en la cama.

MOON DE NUEVO

A las 10 de la mañana, suena mi teléfono, es Moon, que me llama para desayunar. Quince minutos después cuando la veo en un café cercano al hotel, es inevitable el reprimir un abrazo, el cual ella acepta gustosamente, pero no sin desviar su mirada a un lado y otro, para comprobar, que nadie reprocha este gesto mal visto en este país.

Hemos estado en contacto casi todos los días, pero conversamos por dos horas amigablemente, repasamos todos los temas, y a pesar de su habitual inexpresividad, no puede evitar el emocionarse, cuando le digo de nuevo, que no es una buena idea el que me acompañe en mi periplo, pero sabe que en el fondo tengo razón, y lo acepta. Quedamos para el día de la boda a mi regreso, el ir a beber Bia Hoy (cerveza de barril), y nos despedimos.

Luego marcho a ver a Hai, tengo tres llamadas perdidas en mi teléfono, cuando entro se le ilumina la cara, pero no me da un abrazo, me extiende la mano, pero no me la suelta en largo tiempo, se le nota que está muy contenta de verme, al igual que su empleada, cuando llega con tres tés con limón y hielo. Conversamos por toda la mañana y parte de la tarde, hasta después de los cafés, que marcho y quedo con ella para el día siguiente, ir a comprar un regalo de boda, para la contrayente.

VUELTA AL ESPAÑOL

Cuando paso por la esquina caliente, no puedo evitar el acordarme de Salva y Olga los de Burgos, me doy cuenta que en la esquina opuesta de la nuestra, una chica me señala, y le dice algo a su acompañante, les sonrío, y les pregunto si son españoles, a lo que ellos sonriendo me lo confirman.

Me siento con ellos, y departimos toda la tarde, delante de unas cervezas. Se llaman Carolina y Lluis, y son de Barcelona, se encuentran de vacaciones, y son enormemente amigables. Conversamos de todo, cosa         que agradezco, ya que llevo bastante que no hablo español, a excepción de mis llamadas telefónicas, incluso sin quererlo, e instintivamente, me sale alguna palabra en ingles.

Realizamos un recorrido, por diferentes sitios del barrio francés, la esquina donde ponen un buen Pho , un pub para turistas, y los llevo a otro, que es de vietnamitas , lo que agradecen enormemente. Yo hablo y hablo, y les digo que me corten sin ningún problema, que es por mi necesidad de hablar español, pero ellos parecen también encantados de la conversación. Sobre las 12 de la noche, nos intercambiamos emails, y nos despedimos, ellos marchan al día siguiente, pero nos prometemos continuar el contacto, me dejan en la puerta de mi hotel, y continúan camino hacia el suyo.

Han sido, como una bocanada de aire fresco, que me han traído a esta lejana ciudad, recuerdos de aquella Barcelona, que dejé 5 meses y medio atrás.

BUSCANDO UN REGALO DE BODA

Al día siguiente, me despierta Chang, ya se encuentra mejor, y se ha ido a trabajar, supongo que lo que ha tenido, es otro dolor de riñones. Nos pasamos la mañana de tertulia, y enseñándole mis fotos de las tres semanas de viaje. Posteriormente, recibo una llamada de Hai, quien me dice que me acerque por la oficina, para comer con ella.

Así lo hago, comemos Pho con gambas, y  después, en la tertulia, le comento, que mi intención es regalarle a la novia dinero, pero ella me indica que lo mejor es que le haga un regalo, y me da a elegir, entre un juego de cama, y un electrodoméstico, que se utiliza para cocer el arroz, muy común en este país. Me pregunta mi opinión, y le comento que me da igual, que lo que ella considere mejor, a lo que me dice, que depende de lo que quiero que me recuerde la otra persona, yo le contesto, que eso no es así, que sería mala persona si me recordara por la duración del regalo que le hago, que para eso le regalo una tortuga, y me recordara durante cien años.

Ella sonríe con dulzura, y decide coger la moto, y llevarme por Hanoi de compras. Primero nos acercamos a unas oficinas, a arreglar asuntos de su negocio, y en el camino, conversamos sobre las diferentes maneras de celebración de una boda. Le pregunto por la suya, y su luna de miel, y ella me dice que no pudo hacerla, que después de casarse, a los dos días, empezaron a trabajar. Yo intento animarla, viendo que lo hace con cierta tristeza, diciéndole, que soy contrario a las bodas, que eso no es importante, ni el gastar dinero en tonterías, que si por mí fuera, los negocios de las bodas se iban a pique, pero que los de los masajes felices, subirían como la espuma. Al final consigo arrancarle una carcajada, después de contarle mi aventura en los masajes.

Llegamos a un centro comercial, ella es la encargada de mirar los electrodomésticos, y aunque constantemente me pregunta mi parecer, le digo que yo de cocedoras de arroz ni papa. Cuando comienza a ver los precios, compruebo otra vez que es buena gente, ya que aunque soy extranjero, y en teoría dispongo de más dinero que ellos, no quiere que me gaste dinero en exceso, y cambia la cocedora por una jarra eléctrica que calienta el agua para el té, el precio 14 €. A la salida de caja, coge unos chicles, y yo se los pago, ella se niega, pero ante mi insistencia asiente.

DE MISTER BEAN

Posteriormente, me lleva a comprar papel de regalo, y me percato de por qué en el camino me pregunta si me gustan las flores, ya que elige un papel de rosas, y la tarjeta de felicitación, también. Pienso, que antes de marcharme, le regalaré un ramo.

El resto de la tarde, lo pasa en la oficina envolviendo cuidadosamente el regalo, y me da la tarjeta, para que le escriba una dedicatoria, le digo que se la escribiré en español, ya que el escribir en inglés, sería una temeridad por mi parte. Le pongo en la misma, “Espero que tu nueva vida, esté llena de amor y felicidad, de este español, que siempre te ha recordado a Míster Bean”.

Marcho de la oficina, y contesto a los emails, posteriormente, marcho a ver a Maicolm, y me recibe con un abrazo, el me comenta, que adelanta la boda, y me pregunta que si iré, le digo que si es estrictamente necesario, allí estaré, y le comento mi pensamiento sobre estas cuestiones, que los que son amigos de verdad, no invitan a una boda, solo a la despedida de soltero.

Él se queda pensativo, y me dice que hasta cuando pienso estar en Hanoi, le digo que a lo más tarde quiero marchar el lunes, nos vamos a cenar, y a mi regreso, comienza a hacer llamadas, yo me marcho a por un par de cervezas, a la vuelta, me dice con una sonrisa en la cara Antonio todo solucionado, le pregunto el qué, y él me dice, “ya he llamado a mis amigos, y tengo contratado un autobús, he adelantado mi despedida para el domingo, te espero en mi hotel a las 2 de la tarde”. Yo asombrado le digo que no es necesario, que ya hubiera retrasado mi viaje, y él me contesta que soy amigo suyo, y que para él no es importante la fecha, si no el que yo pueda estar. Le prometo solemnemente que allí estaré. Nos despedimos con un abrazo, y le digo que en los días venideros aún nos veremos.

Marcho para mi hotel, aún con el asombro de lo que acaba de hacer este chaval, y con un tanto de vergüenza, desde luego no me equivoqué con él, es una gran persona.

GPS VIETNAMITA

Por la mañana, marcho del hotel, estrenando camisa, para la boda. Llego a la oficina de Hai, y posteriormente, todos marchamos en un microbús, que han alquilado, para ir a la boda, ya que la misma, es en un pueblo pequeño. Una hora después, llegamos al pueblo, y comenzamos a buscar la casa. Nos perdemos en un camino de tierra, y los hombres que vienen, muy diligentes, se bajan del minibús y preguntan, cada uno a una persona distinta, el resultado, que a cada uno le han dicho una dirección diferente por la cual seguir, y mientras las mujeres maldicen en vietnamita, y todos en el interior del vehículo discuten, yo me parto, ya que es muy similar a una excursión de jubilados en España, y todos los pasajeros me miran extrañados de que me ría, mientras ellos discuten acaloradamente.

KARAOKE A TOPE

Por fin encontramos el camino, y llegamos a la casa. A la entrada, nos recibe la novia, de la cual somos invitados, les digo a todos que posemos con ella, y nos hacemos una foto . La novia va aún sin vestir, y entramos en el patio de la casa, y de ahí al interior de la misma. Al pasar por el patio, me doy cuenta, que el Karaoke, ya está montando y funcionando, con los familiares. Es sobre las 10 de la mañana, esto es un vicio más que un entretenimiento pienso yo.

En el interior de la casa, la novia nos sirve té, y nos enseña el álbum de fotos, la primera diferencia, y de la que deberíamos de aprender, ya que las fotos, las hacen con dos semanas de antelación. La novia, se viste con diferentes vestidos, el de novia blanco tradicional, y otros tres de fiesta. El álbum no es nada diferente a los que nosotros conocemos, con las fotos lolailas de lo que se entiende por románticas, en forma de corazón, en una barquita echándole agua él a ella, y viceversa, pero de besos en los labios nada de nada, parece la boda de Letizia y Felipe.

Esta gente, tiene muy en cuenta, el contacto en público, a veces cuando he estado en una estación de autobuses, o mi última de tren, he visto el encuentro de familiares, que a veces puede que hayan estado temporadas sin verse, y jamás se han dado un abrazo, solo la mano, y reverencias.

Después del té, nos hacen salir a otro patio, donde en varias mesas, ya hay dispuestos los platos de comida, arroz con maíz, seco, setas con carne, pero sin salsa, pollo, ternera con verduras salteadas, fiambre, y todo ello regado con vino y licor de arroz . Se realizan sucesivos brindis, y todos quieren brindar conmigo , yo al cuarto vaso, que en España son chupitos, al brindar solo me mojo los labios, no quiero acabar cantando en el karaoke, y peleándome para que no me quiten el micrófono.

QUE SÍ, QUE SÍ. QUE NO, QUE NO

Después de la riquísima comida, la novia sale por fin con el traje, y se hace fotos con todos los invitados de ella, pero del novio aún ni señal. Posteriormente, me dicen que el novio, está realizando el mismo ritual en su casa con sus familiares e invitados , les hago unas cuantas fotos, y también a invitados y niños .

Una hora y media después, llega por fin el novio , precedido de todos sus familiares e invitados, entra en la casa, y hace la pedida formal, y antes de que la novia conteste, los familiares de la novia, hacen un ritual, muy curioso: las mujeres, madre abuelas, hermanas etc. sujetan a la novia, y le piden que no se case y se vaya, ella que sí, que sí, y los familiares que no, que no, 10 minutos después, de comprobar que la novia está decidida a marchar con el que será su marido, los novios encienden incienso, a los patriarcas muertos de la familia , de los que hay fotografías presidiendo un altar en el salón principal de la casa, supongo, como señal de respeto.

Posteriormente, la madre de la novia, le regala a ésta un collar y un anillo perteneciente a la familia , y la unión ya se ha realizado. Salen los dos juntos del salón como marido y mujer, y sirven té a los invitados sentados en el patio, y se hacen fotos los familiares con los novios ya casados .

RICO AMBIENTADOR

Se comen dulces envueltos, bombones, y frutas secas. A mi lado me ponen un plato con hojas enrolladas, frutas extrañas y pétalos de flores , y después de haber probado los demás dulces, decido probar estos últimos. El sabor es amargo como la hiel, cuando mi amiga Hai, se da cuenta, comienza a reírse, y me dice que no lo trague, que me estoy comiendo el ambientador, reímos todos a carcajadas.

Después de esto, salimos todos de la casa, y montamos en el minibús, nos dirigimos a otra población que está a una hora de camino, lo que nos da la oportunidad de echar una cabezada el marido de Hai que se llama Hom, y a mí, el uno contra el otro.

Por fin  llegamos, aparcamos en una plaza, donde se encuentra una guardería, y aprovecho para hacerle un par de fotos , al verme que soy de rasgos extranjeros, y diferente a los demás, la mitad de los niños se asustan y comienzan a llorar, entre risas de sus cuidadoras.

Por un callejón, accedemos a una carpa montada, donde se encuentran mesas para los invitados, y al final, una mesa que preside, donde se sientan los novios , amenizado todo ello, por un cantante, y un músico con piano. Yo supongo, que es el baile, pero nada más lejos. Los invitados, comen pipas y toman té, y el cantante, les echa todo tipo de piropos, y les desea toda la felicidad del mundo, y un amigo de los novios, les canta una canción. Posteriormente, los novios, se ponen los anillos, y finaliza la fiesta , 30 minutos después de llegar.

EN EL TÁLAMO

Todo el mundo se levanta, y salen, yo soy retenido por el padre del novio, muy simpático, y me hace que brinde con él con vodka, luego el hermano de este, pero desisto, no quiero beber. Cuando pregunto por mis amigos, me llevan a la casa contigua, es la casa donde van a vivir los novios, y me llevan hasta el dormitorio, se lo están enseñando a los invitados, es algo bastante violento, ya que enseñan el lecho donde consumarán unas horas después el matrimonio. Cuando llega mi turno, y ante esta situación, me pongo a medir el grosor de las paredes, cuando extrañados me preguntan les contesto, que compruebo, si los vecinos, serán invitados auditivos del acto conyugal, lejos de avergonzarse, ríen por la broma, y hacen que les haga fotos sentados en la cama, la cual está adornada con un ramo de flores .

Después salimos de la casa, nos despedimos de los novios, y marchamos para Hanoi, Todos duermen en el regreso , excepto Amy una chica irlandesa, amiga de la novia que vive en Vietnam, y trabaja de profesora de inglés, la cual se unió a la celebración en el último momento, y yo tampoco duermo, así que conversamos todo el viaje.

Llegamos a Hanoi, y ante el cansancio hay estampida, y cada mochuelo a su olivo, yo llamo a Moon, y posponemos nuestra salida, para el viernes, ella está de acuerdo, ya que me comenta que está cansada de trabajar.

FILOSOFÍA MARITAL

Camino de mi hotel, pienso en las diferencias de la celebración, con las de mi cultura, y sin embargo, los grandes parecidos, sobre todo el más importante, que es el significado de la misma, la unión de dos personas, que deciden emprender una vida en común, desde ese mismo momento. Pienso entonces las de problemas y vicisitudes que les queda por capear, y las alegrías que les queda por compartir. Cuando una pareja emprende un camino en común, nadie puede llegar a saber jamás  los sentimientos que comparten, la complicidad de los mismos, ni la duración de estos.

Es una aventura mucho más grande, y a mi modo de ver mucho más peligrosa, que la que un humilde servidor, está realizando, pero seguro que con muchas satisfacciones ya que la mayoría de los mortales deciden emprenderla al menos una vez en su vida.

PROGRAMANDO NAVIDAD

A la mañana siguiente, Hai, me está llamando desde muy temprano, ya que le prometí que le llevaría las fotos de la boda. He realizado un total de 350, el motivo, es que todos, querían que les hiciera fotos, ya que el fotógrafo profesional contratado, estaba en casa del novio, por lo que los invitados de la novia, me los he tragado yo, con mucho gusto.

Después de haber hecho una criba, ya que muchas fotos las de posado de los familiares, las he realizado por al menos dos veces, lo he dejado en 210, y he estado gran parte de la noche, repasándolas, y corrigiéndolas. Ella en 5 minutos les da el vistazo. Yo me río por no llorar, pero bueno, pienso, la novia por lo menos tendrá un grato recuerdo.

Me hace que me quede a comer, se está convirtiendo esto en un hábito, ya que la mayoría de los días he comido con ella. En la comida, me pregunta con animosidad, que donde estaré por navidad, a lo que le contesto, que a ser posible en una playa de arena blanca, y aguas turquesas, en el sur de Vietnam, y posteriormente, que en el Tet,  le digo que estaré cerca de Hanoi, ya que mi amiga Chang, me ha invitado a pasarlo con su familia, ella se alegra enormemente, y me hace que le prometa, que le haré una visita obligada, yo se lo confirmo con un asentimiento de cabeza y una sonrisa.

INTERNET Y GOMINOLAS

Después de la comida, le digo que me tengo que ir a un ciber, ya que en mi hotel no funciona internet, ella, me dice que si no estoy interesado en comprarme una USB, de acceso a internet, a lo que le respondo que sí, pero a ver cómo me las apaño para hacerlo.

Diligentemente, dos minutos después, estamos en su moto esquivando peatones y otros vehículos por el barrio francés. Llegamos a una tienda de Viettel, la compañía telefónica que tengo aquí, ella se encarga de todos los trámites, y 30 minutos después salimos los dos con una USB con conexión a internet, por 35 €, y 6 € de crédito.

Pienso para mi, que Hom y ella, son una pareja de lo mejor, trabajadores, buenas personas, y buenos amigos, en agradecimiento le invito a un té, y me lleva a un lugar donde me hacen un té con leche fría, y las gominolas de los batidos. Hai me explica, que no son gominolas, que están hechas con gelatina de harina de arroz. No sé como lo hacen sinceramente, pero están buenísimas. Volvemos a su oficina, y pasamos la tarde con nuestras respectivas comprar, curioseando por internet.

Al final de la tarde Hom, que es el que lleva el taller, ha terminado su trabajo, y se une a nosotros, tomamos otro té exquisito, mientras le enseño las fotos del día anterior, él me comenta, que la boda ha sido en un pueblo, y que la familia no tiene demasiado dinero, yo le contesto, que me lo he pasado estupendamente en ella, y que a mi modo de ver, ha sido mejor experiencia, que el haberla celebrado en un ostentoso hotel o restaurante, ya que me ha dado la oportunidad, de estar en el seno de una familia, ver su casa, y ellos me han acogido con una amabilidad exquisita.

FILOSOFÍA TURÍSTICA

Hom, me comenta, que ya se dio cuenta el día anterior, que estaba muy feliz, “más que la novia”- me dice, “claro – le contesto., me habéis acogido, invitado, llevado, y tratado muy bien, cómo voy a estar feliz”, y él me responde, que es inusual el que un extranjero no solo se haya adaptado tan bien a las costumbres de su país, sino que las haya aceptado con tan buen agrado, por lo que le respondo que yo no entiendo aquellas personas que vienen de vacaciones por 1 mes, se hacen 12.000 km, para luego buscar una hamburguesería, o una pizzería, ir por la noche a discotecas que ponen su música, y buscar resorts donde relajarse, y que esté todo incluido, para no salir de ellos en varios días, e intentan imponer su manera de ver las cosas a los demás, cuando en su país, precisamente, van como locos a restaurantes exóticos, hacen cursos de yoga, y bailan danzas exóticas, por lo que pagan un pastón, y aquí rehúsan de hacerlo, cuando esto es mucho más auténtico que lo que pagan allí.

Hom sonríe complacidamente, me echa la mano sobre el hombro, y continuamos viendo las fotos, mientras me pregunta, si ya tengo casa para pasar el Tet.

 

 

Vietnam (X)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

En el último día que estoy en Dong Hoi, me acerco a un cementerio, que está cerca del pueblo. Se encuentra al lado de unas dunas de arena blanca, me adentro en él, y realizo unas fotos , ya que no tengo ninguna de un cementerio, puesto que en el funeral de Bac Ha, al llegar al mismo, me marché, porque por la cantidad de gente, era imposible el realizarlas.

Recientemente ha habido un funeral, y hay una tumba en el suelo. Los cementerios de aquí, son familiares, estilo panteones: cada familia, tiene un pequeño terreno, donde en el fondo del mismo preside un altar, y delante del altar, están las tumbas, y, como en los títulos de crédito, por orden de relevancia, van enterrando a los miembros de la familia.

ADIÓS MISTER BEAN

Cuando salgo del cementerio, me dirijo a las dunas, donde también realizo alguna foto , ya que el paisaje lo merece. Desde lo alto de la duna más grande, se puede contemplar el mar, y también contemplo un paisaje un tanto dantesco, me he fijado en el camino, que me he cruzado a varios camiones cargados de tierra blanca, y literalmente esto se están comiendo las dunas de arena blanca, para trasportarlas, al único resort, de la población, para rehabilitar sus playas, ya que por el último temporal del tifón, las destrozó, y no vaya a ser que la gente que paga 200 $ por habitación de lujo, se quede sin su playita. Es una lástima lo que contemplo, y marcho un tanto enojado.

En mi hotel, cuya dirección es, Hotel Nam Long, C/Ho Xuan Huong, Nº 22,  han sido muy atentos, y la recepcionista, una chica de 16 años , es simpatiquísima, y no deja de decirme que me parezco a Mr. Bean, a lo que yo no le encuentro gracia alguna, pero ella se desternilla, cada vez que hablo, por mis caras, y mis gestos.

Pregunto cómo ir a la cueva de Phong Nha, que es la más grande del mundo. Me hacen un plano, está a unos 40 km., y me dirijo allí con mi moto. En un cruce, me equivoco, y hago 15 km. en dirección sur, tengo que dar la vuelta en una gasolinera, pero la verdad no me importa, el paisaje es bello, y en mis auriculares, Leonard Cohen, y Paolo Conte, se baten en duelo musical.

EN LA CUEVA MAYOR DE ALIBABÁ

Cuando llego, al centro de recepción de turistas, donde a la chica de la taquilla, es imposible entenderla, y gracias a otra chica que tiene una tienda de suvenires, y en mi francés precario, consigo los tickets, que son por cierto enormemente caros: la barca que me tiene que llevar cobra 1,15€, esto no lo es, pero la entrada a la cueva, son 200.000 Dongs (8€). Pienso para mí, que porque es la caverna más grande del mundo, que si no, me quedaba en tierra.

Tras un paseo en barca de unos 20 minutos, en la que viajo solo, ya que una, con un grupo de franceses, había salido repleta, hacía 15 minutos, disfruto del paisaje, veo como niños juegan en la orilla con el agua, una barcaza familiar, trabaja extrayendo arena del fondo del río, y un barquero mayor, se gana la vida cruzando a la gente que vive en la otra orilla, y a sus pertenencias, bicicletas, motos, ya que no hay puentes, y lo hace por apenas 15 cent .

Por fin llegamos al embarcadero de la cueva, el cual se encuentra en el interior de la misma, es gigantesco, ,  sólo se oye el sonido de los miles de murciélagos, que están colgado en el techo de la entrada, pero que por sus dimensiones, es imposible el verlos. He tenido una gran suerte, ya que es temporada baja, y los franceses, están saliendo de la misma, por lo que la visito totalmente solo. Las salas que están abiertas al público, la verdad es que son enormes, la cueva tiene un total de 35 km, pero sólo dejan visitar una pequeñísima parte, un recorrido de unos 500 metros . Si os tengo que decir la verdad, la cueva es bonita, pero si tuviera que volver, me ha gustado más el paseo en barca, que lo que es en sí la misma. Me duele enormemente, el que te cobren 4 veces el salario medio de una persona. Eso sí, está impoluta, y no como la de la bahía de Halong, con pintadas y demás.

CON LAS VERGÜENZAS AL AIRE

Ésta, a mi modo de entender, solo vale la pena, por decir “he visitado la cueva más grande del mundo”. Para colmo, por las prisas del barquero, ya que me tiene a mi sólo de cliente, y su embarcación está preparada para 15 personas, al montar de nuevo en la barca, para que me lleve al centro de visitantes, me rajo mi pantalón por la entre pierna, pero sólo me doy cuenta yo, ya que mi impermeable, me llega, casi hasta las rodillas, por lo que pienso ¿no querías caldo?, pues toma siete tazas. Al final me lo tomo con humor, y marcho cantando para el hotel en mi moto.

La tarde la paso en un maravilloso café, donde la decoración es realmente bonita, es muy limpio, ponen buena música, y no cobran a los turistas el impuesto de siempre, dejo la dirección “Caffe Tho, C/ Ly Thuong Kiet, Nº 63, paso el rato entre cafés, y gente jugando a las damas chinas .

EN LOS TÚNELES DEL VIETCONGG

Por la mañana me despido de la dueña del hotel, que me hace prometer, que su hotel seguirá saliendo en la Lonely Planet. Quince minutos después ya estoy en ruta, me encuentro en la zona del Vietcong, y cae una lluvia intensa, pero no me puedo permitir perder un minuto, ya que quiero visitar antes de llegar a Hué, los túneles realizados por la guerrila norvietnamita, los que están mejor conservados.

Salgo de la H1, y me dirijo a Vinh Moc, en el camino curiosamente, suenan los Rolling Stones cantando “Paint it Black”, tengo la sensación de estar dentro de una película de la guerra de Vietnam, por el paisaje, y la banda sonora.

Al llegar a la aldea, me equivoco de camino, y una niña amablemente, se hace a bicicleta 1,5 km. hasta dejarme en la misma puerta de la entrada a los túneles. Pago la entrada (80 cent.), y el aparcamiento, el cual lo vigila una niña con mejor inglés que yo (8 cent.). Como voy solo, y no hay nadie más, pasan de que un guía me acompañe, lo cual agradezco posteriormente. Los túneles tiene unos 3 km, mientras camino por un sendero de piedra primero , y de tierra luego, veo los cráteres que aún quedan del bombardeo americano.

Ninguno llegó a impactar en los túneles, solo una bomba perforadora, llegó a los túneles, pero no hizo explosión, y los vietnamitas, utilizaron el agujero como salida de aire . Accedo por una de las entradas de la playa , en total tiene 13, no sin antes hacerle fotos, al paisaje marítimo, ya que hay un fuerte oleaje , me quedo alucinado: hay que andar con la cabeza agachada, ya que está hecho a medida de ellos, que los escavaron, al principio con sus propias manos, y luego con herramientas, que les proporcionó el ejército del Vietcong.

En un principio, habían sido proyectados, como refugio para los bombardeos, pero posteriormente, ante el constante bombardeo, no tuvieron más remedio que vivir en ellos, alentados por el ejercito del Vietcong, que los utilizaba como base, para la vía Ho Chi Ming, que los utilizaban para abastecer de armas y víveres, a sus soldados desplegados, por toda la zona desmilitarizada, que abarca 10 km, al norte y al sur del paralelo 16. Curiosamente, el nombre no hace en absoluto honor a la verdad, ya que fue la zona más bombardeada, y con la presencia de más armas de toda la historia.

SUDANDO LA HISTORIA

Son un laberinto de túneles, algunos con iluminación, y otros por los que me adentro sin ella, pero tengo una pequeña linterna, en una de mis navajas multiusos, que me regalo mi amigo Soto, a la que le saco un buen rendimiento. Me encuentro solo en medio de los túneles, y cuando giro en uno de ellos, me doy un susto de muerte, al alumbrar un muñeco, el cual representa como excavaban los túneles.

Pienso, joder, ya me podían haber avisado de esto, y tras dos horas de subir escaleras, bajarlas, meterme por lugares insólitos, por fin con dos litros de sudor empapando mi cuerpo, la humedad es demencial, salgo a la luz, gratamente complacido, por la experiencia de explorar por mi cuenta una parte de la historia actual .

A la salida, dejo constancia de mi paso en el libro de firmas del museo, eso sí con una fecha de una semana anterior, por eso de despistar al enemigo .

SHOW DE HOTELES

Continuo mi camino, hacia Hué, pero la lluvia se hace tan fuerte, que ante el riesgo de tener un accidente, tengo que parar por dos horas, en un café de carretera, acompañado de tres chicas y su tío que conversan conmigo. Sobra el comentario del tema prioritario de conversación del tío, lo de siempre.

Regreso a la carretera, no ha dejado de llover, pero me niego a llegar totalmente de noche a Hué, al final mientras anochece, entro en la ciudad. No me paro buscar mucho un hotel, en el segundo que encuentro, allí me quedo, es barato, 6€ la noche, es un motel de las afueras, me doy una ducha de agua fría, ya que al termo no le ha dado tiempo de calentarla, pero estoy tan cansado, que me quedo dormido enseguida.

A la mañana siguiente, continúa lloviendo, pienso que si esto es la estación seca, la del monzón, debería de haber comprado una moto de agua, para desplazarme.

Cambio de hotel, esta vez encuentro uno que es una pasada, está en el centro, atendido por dos chicas muy simpáticas. El nombre es Hotel Sport 2, en la calle Ba Trieu, Nº 6, y les rebajo el precio a 8€, sin desayuno, y contrato en el mismo, por 6 €, una visita guiada para el día siguiente a toda la ciudad, ya que como no tiene pinta de que pare de llover, no quiero ir con la moto constantemente lloviendo, y en el regateo, le saco el almuerzo gratis. Buen precio pienso yo.

EN EL SUPER Y PIRATEANDO

Ante la constante lluvia, me dirijo a un supermercado, a comprar comida, ya que estoy un poco cansado del impuesto del turista (precio que se cobra a los turistas, más caro, y menos comida), en el súper ya tienen los precios puestos, y es un descanso para mí. Veo diversos productos, ya que es grande: me encuentro con cerveza San Miguel, y aceite de oliva Borgues (8€) el litro . Soy feliz, viendo que todo está marcado, hasta que me topo con la sección de Navidad, todo lo que es consumismo, está por todos los lados, pago rápido, y marcho al hotel.

He comprado comida para un regimiento, e invito a dos empleados del hotel a comer conmigo. Ellos en agradecimiento, me preparan café y postre, y pasamos la tarde de tertulia. Continúa lloviendo, y me voy a la habitación, a darme un baño, ya que cuento con bañera, todo un lujo aquí. Luego en la habitación compruebo que la wifi, del hotel, no es demasiado buena, y solo coge la del hotel de al lado, bajo a recepción se lo comento, y sin ningún problema, me ponen la clave, del hotel de al lado. Estos tíos, son la repera pienso. Paso la tarde en internet, mañana espero que haga mejor día.

EN PALACIO

Por la mañana compruebo que la situación no ha mejorado, sino que ha empeorado. Las calles adyacentes al hotel están inundadas. Cojo el autobús, y comenzamos la ruta, lo que no me habían dicho, es que en cada sitio, hay que pagar la entrada, en total por los tres sitios que visitamos unos 7€.

Primero visitamos un antiguo palacio, de un siglo atrás, del último emperador de Vietnam. Mientras los demás hacen fotos, me introduzco en habitaciones donde duermen empleados del palacio , que hoy en día es solo museo, y contemplo, unos camastros, y donde hacen su vida cotidiana, habitaciones de palacio, donde duermen, o mejor dicho donde malviven.

Después continúo haciendo la ronda, y hago fotos al resto . En la salida del palacio, veo a una chica, que me parecía por los rasgos española, pero le pregunto en inglés, si necesita ayuda para que le haga una foto, ya que viaja sola, ella accede, y me lo agradece. Después de 5 minutos de conversación en inglés, le pregunto de qué país es, y ella me dice Spanish, a lo que le contesto, joder, si parecemos un chiste. Los dos reímos, y continuamos el viaje hablando, eso sí en Español.

BUFET LIBRE

Posteriormente, visitamos otro templo, el cual no visito yo, ya que volveré a esta ciudad con Ana, y no voy a visitar lo mismo dos veces, prefiero quedarme en los aledaños, y contemplar la vida de las personas que se ganan el sueldo, vendiendo suvenires a los turista. Arrastran con ellos a toda la familia, niños incluidos, y viven en pequeñas casetas construidas al lado del palacio, como está lloviendo, ningún turista se acerca a comprarles nada, y la cara de estos no es de demasiado agrado, ya que entre la temporada baja, y el mal tiempo, lo tienen difícil para ganarse la vida.

Después nos marchamos todos en autobús, a comer, me despido de la Ibicenca, y entramos a comer. Estoy tan resabiado con que no me hayan dicho que además tenía que pagar la entrada a los distintos palacios, que decido tomarme la revancha en el almuerzo gratis. Hay un bufet libre con 12 platos distintos: intento comer uno de cada, pero cuando llego al octavo, y ante la incredulidad de los demás turistas, tengo que parar, me he saciado, y como la bebida no está incluida, no tomo nada. Tomo fuera del restaurante café, que me parece que me cobrarán menos que en el restaurante, solo 40 cent.

PESCA A PLOMADA Y TIRÓN

Luego marchamos a la ciudad prohibida, donde veraneaba el primer emperador de la dinastía Enguyen, la más importante de Vietnam. En el camino desde donde nos deja el autobús, hasta la ciudad prohibida, donde se encuentra el palacio, encuentro a unos pescadores, que pescan con un artilugio, un tanto extraño, es una red sujeta, en las cuatro puntas, por cuatro palos, que, a su vez, se unen en uno solo, que sujetan dos chicos, en el centro de la red, hay una plomada; sumergen la red en el agua, esperan unos cinco minutos a que los peces que pasan por el río, queden atrapados en ésta, para luego sacarla a la superficie, y recoger la cosecha.

La Ciudad prohibida, es magnífica, palacios, y palacetes en sus aledaños, la lástima es que el guía habla demasiado rápido, y no lo entiendo muy bien. No cesa de llover, lo que me hace reposar en las estancias y mirar entre los arcos del porche de los palacetes, el ir y venir de los turistas, y saborear las vistas que en su día los emperadores disfrutaban unos siglos antes

Sin necesidad del trajín de los demás, visitando, con reposo, todas las estancias, y el teatro que se encuentra en el interior de la ciudad prohibida me quedo meditando, que tal vez y sólo tal vez, el nacer en la familia de los Nguyen, no era una suerte, ya que tenían su destino marcado, sin otra posibilidad, que aceptarlo, y tener que driblar con las intrigas palaciegas, y los enemigos del reino, sin poder salir apenas de la ciudad prohibida .

CALLES INUNDADAS

Cuando finalizamos, el recorrido, por fin cogemos el autobús de vuelta al hotel. Pasamos por la ribera del río Pagoda, y han cerrado algún puente, ya que se ha desbordado. Cuando llegamos a la calle del hotel, el conductor para 100 metros antes del mismo, ante la indignación de los demás turistas, el agua llega a medio metro en la calle. Yo me alegro sobre todo, porque le toca andar por el agua a un australiano, de impermeable verde, el que más protesta, que me ha estado tocando los cojones continuamente, cada vez que decidía hacer una foto, el tío en medio.

Yo me lo tomo con humor, ya que miro a los demás ciudadanos, y en absoluto parecen sorprendidos, ya que estarán acostumbrados a las constantes crecidas del río . Llego al hotel, empapado, y Van, la recepcionista, me tiene preparada la ropa que le di el día anterior, seca y limpia, y me dice que por la tarde iremos con su novio a cenar, a lo que le contesto, que estoy lleno, si quieren a tomar un café, pero no a comer, y así quedamos .

Después de una ducha y una siesta, a las 7, ya me están esperando Van y su novio en el hall. Marchamos a un café próximo, donde encontramos imágenes cómicas de turistas saliendo de restaurantes, donde los empleados, les van poniendo sillas, para que pasen por ellas a modo de pasarela, hasta llegar al hotel. La mayoría de calles están inundadas.

FILOSOFOS POLICIA

Llegamos a un café y realizamos una tertulia, de por lo menos 2 horas. El Novio de Van, es estudiante de filosofía, pero me cuenta, que, ante las pocas probabilidades de trabajo, cuando finalice la carrera, hará las oposiciones a policía, mientras pienso que esto es universal, ya que en España antes de que quitaran la carrera de filosofía, pasaba igual.

También me cuenta, cuando reímos mirando a los turistas intentando no mojarse al andar por las calles, algo totalmente imposible: que en su casa, el agua llega hasta un metro, y que a veces se ha tenido que despertar por el nivel del agua, para poner a salvo los electrodomésticos, y que estar sin luz, es el día a día de esta ciudad.

Finalizada la velada, regreso a mi hotel, me despido de mis acompañantes, no sin antes prometerles, que cuando regrese, volveremos a repetir la velada, pero esta vez delante de un plato de Lac (cabra). Lo había probado el día anterior en caldo, y está buenísimo, aunque a ellos les entusiasma más el perro que la cabra, cuestión de gustos, pienso yo.

PLAYAS MILITARES

Por la mañana veo desde la ventana de mi habitación, que la lluvia ha parado un poco, no me lo pienso dos veces, recojo todo, lo meto en la mochila, y salgo pitando, no sin antes discutir el precio que me quería cobrar en el hotel, ya que cobraban de más, para variar. Una vez he salido de Hué, la lluvia remite, y es intermitente, me dirijo a Da Nang, que está a unos 100 km. A unos 40 km. me hacen desviarme, y no me dejan entrar en unos túneles, que evitan un puerto, 5 km.

Después me alegro, la carretera, a excepción de algún desprendimiento, es buena, e incluso me permite tumbar algo con la moto, y el paisaje que se ve desde ella de la costa es precioso , Hasta que subo más, y lo único que puedo ver es niebla y niebla, una vez que empiezo a descender, y se despeja la vista, empiezo a ver playas increíbles, acompañadas de un fuerte oleaje. Comienzo a entrar en las playas donde los excombatientes americanos descansaban en sus permisos, antes de incorporarse de nuevo a la lucha .

OPERACIÓN MALAYA 2

Por fin llego a Da Nang, es la segunda ciudad más grande de la mitad sur de Vietnam, la atravieso, y decido no quedarme en ella. Continuo mi camino por la costa, ya que me han dicho que las playas son de lo mejor de Vietnam, pero lo que contemplo es desastroso para mí: todo el camino está lleno de resort de lujo, algunos construidos, y otros por construir, todos en primera línea de mar, esto es algo parecido a Marbella .

Aún así, me voy a quedar, ya que el domingo, marcho hacia Hanoi, y Danang, es una ciudad, que me permite visitar Hoi Ang, la cual tiene bastante que ver. Al lado están las montañas de mármol, rodeadas de empresas que labran este material, y hacen esculturas que son autenticas maravillas, y como es temporada baja, apenas hay turistas. Además me permitirá conocer donde los americanos disfrutaban de sus cortos permisos, antes de morir a manos del Vietcong.

 

Justo al lado de uno de los resort de 5 estrellas, hay un camino que conduce a la playa, lo tomo, y llego a dos restaurantes. A pie de ésta, paro a comer, por 2 €, no es que sea excesivamente económico, y al lado de estos restaurantes, se encuentran dos Guest House, de surfistas. Pregunto el precio de las habitaciones, y me dicen que 4€, imposible regatearlas. Cuando veo los cuchitriles que son, me niego. Imaginaos lo malos que tienen que ser, para que yo me niegue a dormir en ellos. Si no quedara más remedio, ningún problema, pero a pie de carretera, he visto un par de hoteles, por 5,50 €. Consigo uno, que tiene hasta bañera, y además con el desayuno, y está a solo 300 m. de la playa, creo que he hecho buen trato.

DE NUEVO AL TRES POR DOS

Me voy a bañar a la playa después de dejar el equipaje, y el dueño del hotel me advierte que no lo haga, ya que el mar está muy bravo, cuando meto los pies en el agua, compruebo la tremenda resaca del mar y no me alejo más de 15 m. de la orilla, termino pronto, y marcho a ducharme, y posteriormente a Da Nang, que está a tan sólo 8 km.

Y voy, cómo no, a un supermercado, igual que el de Hué, para comprar comida, y bebida. Le estoy sacando el gustillo a esto, ya que permite que me ahorre, unos cuartos, y que no me canse en la guerra de siempre. Marcho al hotel, y mañana será otro día. Pienso ver a los que esculpen el mármol, y tengo que sacar mi billete de autobús, el fin de semana ya está cerca.

LOS CINCO ELEMENTOS

Por la mañana, salgo del hotel, y me dirijo a los templos de las montañas de mármol. Es algo que vale mucho la pena en Vietnam: son un conjunto de cinco montañas, cada una de ellas, representa a un elemento, agua, fuego, metal, madera, y tierra, con diversos santuarios Budistas, Confucionistas, e Hinduistas.

Accedo a ellos, por unas escaleras talladas en el mismo material que da nombre a las montañas. Hay varios templos, unidos, por caminos, que las atraviesan, y los mismos, se encuentran en el interior de estas.

En cada templo, hay una gigantesca escultura, y en alguno de ellos, hay algún altar confucionista. El santuario más espectacular, es uno, en el que, después de descender unas escaleras, te reciben cuatro estatuas de mandarines, dos de escribientes, y dos de guerreros.

Cuando llegas a centro de la estancia, la encuentras iluminada, por un agujero que hay en lo alto, tiene al menos unos 20 metros de alto, y la luz ilumina directamente una tumba budista que se encuentra en el interior. En el fondo una imagen del buda tallada en la montaña, al igual que sus hermanas.

Es muy gratificante, disfrutar de esta visita, por cuenta propia, y el saborear la ausencia de turistas, cuando no los hay. .

Posteriormente, subo por unas escaleras, bastante empinadas, que van a parar a lo alto de la montaña más alta; desde allí las vistas a la playa de China (que así se llama la playa de los americanos), son magníficas: se divisa todo el alrededor, y hasta la ciudad de Danang  Reposo, mientras dos mariposas, se posan a mis pies, una con bellos colores, la otra con un autentico camuflaje de hoja seca.

ÉXTASIS EN MÁRMOL

Después desciendo al suelo terrenal, y me sacan de mi éxtasis las vendedoras de objetos labrados de mármol y me acerco a un taller, para ver el trabajo de los artistas, pero tengo que marchar, ya que me piden dinero, por hacer fotos, por lo que solo se las hago a las esculturas que venden en las tiendas. Hay para todos los gustos, budistas, confucionistas, cristianas, no religiosas, incluso para los horteras más exigentes, autenticas maravillas .

Regreso al aparcamiento de mi moto, y hago un par de fotos a una abuela, que prepara pasta de nueces de betel, pero no me deja que la grabe, mientras lo hace, solo cuando me intenta vender incienso, le doy una propina

Marcho hacia mi restaurante preferido (la comida del súper), que no hay que regatear, pero me niego a seguir de esta manera, y como el tiempo en mí es un factor no importante, ya que dispongo de mucho, hago mi viacrucis personal, por todo tipo de restaurantes, hasta que encuentro uno, que tiene los precios puestos en la pared.

Es de los de vietnamitas, lo cual significa comer entre roedores que deambulan por el comedor, algo que no me importa, ya que esto lo he visto en muchos restaurantes españoles, Tomo un pho (sopa de pasta), con un embutido que hacen parecido a la mortadela, envuelta en hojas de plátano, y el caldo es de pescado, está delicioso, me cuesta 55 cent.

HEINEKEN CINCO ESTRELLAS

Marcho a la estación de tren, pensando que es la de autobuses, como no me percato de la diferencia, ya que son las 6, es de noche, y no veo la locomotora que adorna la plaza de la estación, al preguntar el precio para ir a Hanoi, me indigno, no hay plazas de cama, el trayecto dura 15 h. y el precio 15 €, por lo que a la salida, comienzo a preguntar a los moto taxi, la dirección de la estación de tren, ellos atónitos, no saben que contestar, y mi indignación va en aumento, decido dejarlo para el día siguiente.

De vuelta al hotel, paso por un club, llamado TV, paro en él y me sale una persona para aparcarme la moto, lo que indica que es caro. En recepción, no me dejan entrar mi cámara, y tengo que dejarla en el guarda ropa. Accedo a una gran pista de baile, que nada tiene de diferencia con las de España, la música es buena, con dj, que se alternan pinchando, y gogós bailando continuamente en diferentes lugares, con barras.

Me sientan en una mesa con taburete, y me percato que mi pinta, distan mucho de la del resto: la mayoría van trajeados, y bien vestidos, mientras que yo voy con bermudas desgastadas, y una camiseta, pero como ya he dicho en otra ocasión, esto a mi nada me importa.

Cuando me dan la carta, pido una cerveza Heineken, lo más barato 3 €, me ponen una cubitera y 5 cervezas. La mayoría de las empleadas son chicas, altas y guapas, y operadas de las tetas, ya que lucen unos buenos escotes, y aquí, carecen de pecho las mayoría de las chicas. Se me acerca una, y comienza a darme conversación, es empleada de la discoteca, y relaciones públicas, me doy cuenta, del ir y venir constante de chicos y chicas a los servicios, y me percato que además de discoteca, es un puticlub de lujo.

Antes de terminar mi cerveza, mi acompañante abre otra, e intenta servírmela, a lo que le hago gestos negativos, y pido la cuenta, esta quiere cobrarme dos, a lo que posteriormente, le digo que de eso nada, que la segunda la ha abierto ella por su cuenta, y yo no le dije nada de que lo hiciera. Se enfada, y yo le digo que llame al encargado (supongo, que por cada consumición se llevan porcentaje), ella desiste, le pago la cerveza, y me voy, tan enfadado, que cuando me traen mi moto, ni doy propina.

FISIOTERAPIA CINCO ESTRELLAS (sin masaje feliz)

Camino del hotel, me he fijado, que hay multitud de establecimientos, que ofrecen masajes, y decido de entrar en uno, que se encuentra al lado de un hotel de 4 estrellas.

En el aparcamiento, me dicen que si quiero masaje feliz, a la primera la pillo, y digo que no, a la entrada, me lo vuelven a repetir, a lo que digo que no, me llevan a una sala donde me ofrecen té.

Mientras espero, pasa una chica, y me vuelve a hacer la pregunta, le digo que no, y me lleva a una habitación, que está finamente decorada, con pantalla de plasma. En el baño, hay una gran bañera con jacuzzi, y sauna individual. Espero, y entra una chica y lo primero que le digo es que no quiero masaje feliz, y ella con mala cara me responde, que qué me pienso yo, que ella no es una chica de masaje feliz.

Me río, nunca acierto. Me hace cambiarme, y me pongo un bañador, que está muy apretado, -diferencia de tamaños-, me introduce en la sauna y estoy al menos media hora con un intenso calor. Cuando ya no aguanto más, salgo, y le digo a la chica, si es necesario que este más tiempo. Ella me responde, que es el tiempo que yo quiera, que ya llevaba demasiado. Pienso, que por poco me achicharro, esperando a que me sacaran de la sauna.

Luego, me introduce en el jacuzzi, y me baña, con geles aromáticos, me rasca la espalda, y con mucha dulzura me seca, me siento un inválido, ya que no deja que haga nada, ya que me dice que es su trabajo, y se enfada, si intento hacer el más mínimo gesto.

Luego me tumba en una camilla, y con aceites aromáticos, me unta el cuerpo, y comienza a masajear. Son increíbles, las buenas manos de esta chica, pero posteriormente, me quedo aún mas sorprendido, cuando se monta de rodillas en mi espalda, y comienza a masajear con ellas mi cuerpo, y más tarde, se pone de pie, en lo alto de mí.

Pienso, que con la cantidad de aceite que me ha puesto, se va a resbalar, y se va a pegar una hostia de carajo. No hay problema: tiene una barra en el techo a la que se sujeta, al igual que los trapecistas. Después de una hora, que finaliza, me vuelve a introducir en la bañera, y me vuelve a lavar, para quitarme todo el aceite.

Dos horas después de haber entrado, salgo, con una tremenda flojera encima, me ha dejado totalmente extenuado y relajado, todo por 8€ Ni he regateado el precio, es de las mejores sensaciones que he tenido en mi vida, por lo que os aconsejo, que si venís al sudeste asiático, no dejéis de daros un masaje, feliz o no, es una grata experiencia.

EN TREN: RECAPITULANDO

Al día siguiente, marcho a la estación de tren, cuando llego a ella, me doy cuenta del error del día anterior, y me rio de mi mismo, de lo cateto que puedo llegar a ser. Saco el billete de tren, no hay en coche cama, por lo que tengo que cogerme las 15 h. sentado, pero me lo tomo con buen humor, es la única experiencia de transporte que me queda por pasar en este país, ya que he viajado en avión, cuando llegué, en autobús, coche, moto, bicitaxi, barco, kayak, barca, y ahora en tren. A ver como se me da, y además por la costa, ya que el tren sube al norte costeando.

Marcho de Danang, con un sentimiento agridulce, por lo magnifico de sus playas y sus templos en las montañas de mármol, la terrible expoliación, a la que están sometiendo a esta maravillosa costa, por la amabilidad de alguna de sus gentes, el aprovechamiento de que tienen de los turistas, y por la mezcla de sensaciones que me ha producido esta semana, de haber viajado, por el lugar que más sufrió la guerra.

Pero sin lugar a dudas sus lugareños, no es que tengan más que olvidado este acontecimiento, sino que han sido capaces de sacarle provecho al mismo, en la visita de turistas y extranjeros, que fueron incapaces de permanecer impasibles, ante la barbarie que se fraguó en este país, o bien por la vivencia coetánea, o por los numerosos libros, documentales y películas que como mi generación experimentamos, y venimos ahora, a contemplar las huellas de lo que un día fue todo un infierno para los que habitaban este lugar, toda una contradicción, y un ejemplo, del espíritu vietnamita.

 

Vietnam (IX)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

En la mañana siguiente, habiendo tomado la decisión de pasar el fin de semana en la playa, me marcho hacia Sam Son. Mi amiga Hai, y Nga, me lo han desaconsejado, me dicen que no tiene mucho que ver, que es un lugar normal, sin ninguna atracción para los turistas, lo que hace aún más firme mi decisión.

Salgo del hotel, y cuando me incorporo a la Nacional 1, ante la lucha constante de tanto vehículo, paro mi moto, y selecciono de mi mp3 Off Spring, cuando eran buenos. Grata decisión: hacen que me olvide del tráfico, y me lo tomo todo como una atracción de un parque, y consigo por fin disfrutar, con el ir y venir de vehículos, adelantándolos por la izquierda y derecha.

MARISCADA TARIFA INTERNACIONAL

Al fin llego a Sam Son, me dirijo directamente a la playa, allí elijo un restaurante, y paro a comer, por los dibujos pido gambas, me ponen unas fresquísimas, y cada una de ellas es más grande que la palma de mi mano, en España, tienen el nombre de Jumbo. Cuando las he visto en restaurantes tienen un precio de 3 € cada una. Tras el café pido la cuenta, y me cobran carísimo. He vuelto a cometer el error, de hablar y no escribir los precios, en total la comida con bebida 18 €. Sé que en España, por los 10 gambones y la bebida, me hubieran cobrado al menos 30, pero me toca las narices.

Salgo con la escopeta cargada del restaurante, que además de ser caro, tenía unas vistas estupendas, pero lo uno no quita lo otro. Llego a un hotel, en primera línea de mar; en el camino me he percatado, de que soy el único extranjero en el lugar. No me extraña, ya me lo han advertido, pero sí que es un lugar de visita para los turistas del país, ya que hay bastantes hoteles, la mayoría cerrados porque es temporada baja, y esto me hace aprovecharme de la situación.

HOTELAZO A PRECIO NACIONAL

Paro en uno, que se encuentra cerca de barcas de pescadores, con la intención de al día siguiente, intentar ver la cotidianeidad de su día a día. Debido a la trampa de la cuenta del restaurante, negocio duramente. Por mi habitación con vistas al mar, es doble, está de lujo, me piden 16€ la noche, la consigo al final por 4€. Estoy muy contento, después de todo el palo de la comida, me ha salido bien .

Estoy solo en el hotel, he podido elegir la habitación que me ha apetecido, y después de que durante media hora el encargado del mismo, me enseñara los grandes extras de la habitación, (tv con 50 canales, aire acondicionado, garaje dentro del hall), y me dice que está todo incluido, cuando le pregunto si la lavandería también, me dice que sí. Hace llamar a su mujer, que es la limpiadora y cocinera, y ella me trae un bote de detergente, y sonriendo me dice todo incluido en su idioma, me lo tomo con humor.

Después de despedirlo, me voy a la playa, hay unas buenas olas, y soy el único en la misma, aparte de un par de niños, que buscan cangrejos en la arena, y varios pescadores que revisan sus redes. El día está nublado, pero hace una temperatura de junio en España.

Tras el chapuzón, hago la colada, con la lavandería incluida del hotel, me ducho, y salgo a dar una vuelta. En el recorrido, hablo con Moon, y Hai, las dos se sorprende del precio que he conseguido por la habitación.

SESIÓN INFORMÁTICA

Al final de lo que es el paseo marítimo, hay un templo, en lo alto de las rocas, subo a él, y ante mi sorpresa, están realizando la misma ceremonia que viví en Bac Ha, pero esta vez, no participo en la misma, -aún recuerdo el entumecimiento de mis piernas-. Me siento en unos bancos del templo, que tienen una vista espectacular del mar, saco mi portátil, y comienzo a escribir, no tardan en acercarse los hombres, a mirar que hago.

Nadie habla inglés, pero a través de las fotos de la ceremonia de Bac Ha, les explico que participé en una, todos ríen, y me echan sus brazos por encima, me veo obligado a enseñarle todo el repertorio de la mayoría de mis peripecias por su país, ellos lo disfrutan enormemente.

Cuando marchan, quedo a solas con la música de la ceremonia de fondo, y el romper de las olas en los acantilados adyacentes , mientras el sol se va poniendo. Al final estaré tres días, hay que aprovechar la ausencia de turistas, el poder deleitar mariscos y pescado fresco, y el buen precio de una habitación con vistas.

DESAYUNO: CREPS CON LICOR

A la mañana siguiente, a las 6 de la mañana ya estoy en pie, bajo, y los encargados del hotel, tienen montado un  puesto de desayunos en la calle, de los creps de harina de arroz, que había tomado en Bac Ha. No es lo que prefiero para desayunar, pero no hay más remedio, mientras hacen los míos, marcho a la playa, y hago fotos del amanecer, el paisaje es inmejorable, con barcas cerca de costa, que se encuentran faenando, mientras el sol sale a la superficie.

Vuelvo a desayunar, y me encuentro un grupo de pescadores que desayunan los creps con licor de arroz y vodka. Me ofrecen, pero lo rechazo, y lo que en absoluto rechazo es su compañía , mientras una conversación se hace imposible, sólo podemos llegar a decirnos nuestros nombres, edad, y nacionalidad.

ALBAÑIL POR UN DÍA

Una vez finalizado el desayuno, marcho con mi moto, dirección a la desembocadura del río, decido hacerlo por la playa, ya que no encuentro ningún obstáculo natural en el camino, 1 km. antes de la desembocadura, en un pequeño grupo de cabañas de pescadores, tengo que parar y bajar de la moto, lo que contemplo es una imagen totalmente de postal , mujeres a pié de playa, dentro del agua, que con redes realizan labores de pesca, mientras sus maridos, están en las barcas, realizando lo propio, más adentro.

El sol ya está fuera, llego a la desembocadura del rio Song Chu, que a su salida al mar, se abre en dos, y deja dos pequeñas islas. Regreso por el mismo camino, y a mi vuelta, cerca de donde se encontraban las mujeres faenando, me encuentro un grupo de hombres, que está poniendo los pilares, para lo que va a ser una casa, en la playa. Uno de ellos me hace señas, y me pide que les ayude, y sin pensármelo dos veces, desmonto de mi moto, dejo todo en el suelo, me descalzo, y levantamos uno de los pilares, el primero . Esta parte va dedicada a mi amigo Juanito, que trabaja en la construcción.

No había previsto en absoluto un día de trabajo con la gente de aquí, pero para nada me desagrada. En el primer pilar, me fijo, que hacen un pequeño agujero de unos 50 cm., luego con el pilar hecho con sacos de hormigón, se levanta entre todos, se introduce en el mismo, y posteriormente, con una gran manguera, comienzan a llenarlo de agua, el agua, y el peso del pilar va haciendo que este se hunda cada vez más, hasta llegar a la profundidad necesaria. Es increíble, no se mueve, pero más increíble, es que el jefe de obra, que lleva un peinado a lo Jerry Lewis, mide la nivelación con una hoja de palmera, y a ojo.

EL REPOSO DEL GUERRERO

Después del primero tomamos un té, y no hacen más que sobarme las piernas, ellos tienen canillas, y yo soy como diría Dolores Nicot, un pollo de pata gorda, no hacen más que curiosearme, me levantan la camiseta, y me tocan la barriga, es algo insólito para ellos.

Posteriormente, ponemos 5 más, les ayudo en todos, y cuando terminamos la jornada, y decido marcharme, se cuadran todos y me retienen, no me dejan marchar, y me hacen quedarme a comer. No me resisto mucho, el trabajo, me ha abierto el apetito, nos vamos todos a la casa de uno de ellos, el jefe de obra.

Todas las mujeres han preparado la comida, la mayoría pescado, el cual está riquísimo, bebemos todos licor de arroz, y yo me pulo 4 cuencos de arroz, 3 de un pescado grande, muy sabroso, pero cuando pruebo un pescado más pequeño, el cual es aún más sabroso, no puedo evitar comerme 4 de éste, de ensalada y verdura, solo 2 , y la retahíla de siempre.

No hacen más que ofrecerme a una de las hijas de ellos, para que entable amistad con ella, yo le digo que no, que una mujer solo quiere hijos y un hogar fijo, y que esa no es mi intención. Ellos me dicen que no hay problema, yo al final de un salto, digo a voces ok, ok, voy en busca de la chica, la cojo me la pongo al hombro, y hago como que me la llevo, todos ríen por la broma.

TAMBIÉN ENFERMERO POR UN DÍA

Posteriormente en los tés, me he fijado que uno de los trabajadores lleva el dedo menique vendado, y este no tiene muy buen aspecto, le digo  que si se puede quitar la venda para que le eche un vistazo, cuando lo hace, por el olor, y el color, está todo negro, me percato que empieza a gangrenarse.

Marcho sin más con mi moto al hotel, voy a por el botiquín, vuelvo, y le hago que se lo lave, lo limpio, lo desinfecto, lo vendo, y como no llevo esparadrapo, le sujeto el vendaje desenrollándole un condón, al que le practiqué pequeñas perforaciones para que pudiera transpirar.

Todos se ríen, pero pienso, que el dedo lo tiene perdido, le doy un paquete de gasas, para que cada día se ponga una nueva, -la anterior llevaba 10 días con ella-, miro a otros y veo que a varios le faltan también algún dedo. Es la vida de esta gente, dura y solo trabajo, me despiden todos los hombres con un abrazo, y me desean suerte, yo les deseo aún más.

Cuando marcho del lugar, no puedo evitar el mirar atrás, ver el trabajo realizado en el día, y pensar que un victoreño, ayudó a poner los pilares de una casa con vistas al Mar de China.

Vuelvo al hotel, y ceno con los encargados del mismo , es imposible la comunicación con nadie, sin embargo en el transcurso de la mañana, no ha hecho falta, y en la comida, con gestos nos hemos comunicado. A veces se puede hablar.

DE NUEVO EN EL INFIERNO DE LA NACIONAL

Por la mañana me despierto tarde, sobre las 9, esta vez busco alguna tienda, donde compro mi litro de leche, sin galletas, creo que me pondré un poco a dieta. Marcho a el único sitio del pueblo donde hay internet, y me pongo al día en los mensajes, después me voy a comer, con la familia del hotel, en la sobremesa les enseño a hacer café, quedan gratamente complacidos, pues ellos sólo beben té.

Posteriormente me marcho a ver a unos chicos de Laos, que están trabajando en el pueblo, y conocí el primer día en el templo, hablan inglés, y me interesan como contacto, para cuando vaya por su país, Paso la tarde con ellos y sus amigos de cháchara, mientras contemplo a las mujeres que arrastran carros con suvenires, hacia el paseo marítimo, en busca de algún incauto, que caiga en sus redes.

En este pueblo, todos son pescadores pienso, y cuando cae el sol, me voy a cenar y a dormir. Al día siguiente marcho de Sam Son, hacia Vinh, son 130 km. y quiero estar descansado para el infierno de la nacional 1.

Por la mañana, antes de marchar, desayuno con una pareja de alemanes, que llegaron el día anterior, y por consejo mío, se alojaron en mi hotel, nos despedimos, y marcho en moto. Decido irme por las pocas carreteras secundarias que hay paralelas a la H 1, hasta que es imposible seguir, y me tengo que meter en ella.

ALUCINANDO AL PERSONAL

Llego a Vinh, dos horas y media más tarde, le echo un vistazo, y decido acercarme a Hoy Long. Magnífica decisión, aldeas de pescadores, en las que es imposible el encontrar hotel, o dormir en casa de nadie, ya que no entienden ni papa, y no están por la labor, pero el paisaje es sublime . El delta del Sg. Lam, da lugar a pequeñas islitas, unidas por caminos de tierra la mayoría, y en los que me encuentro desde vacas a cabañas de pescadores, y a sus familias trabajando. Todos se quedan alucinados: no es nada frecuente ver a un extranjero por estas tierras.

Decido parar en una aldea, a tomar una cerveza, no hay bar, por lo que entro en una tienda regentada por una anciana, la cual tiene los dientes y la boca de un marrón rojizo, debido al consumo de nueces de Betel , que tienen un sabor un tanto amargo, no se comen, solo se mastican, y después se escupen. Produce adicción, al igual que el tabaco de mascar, aunque da placer al paladar, y hace que estés contento, ya lo probaré por la noche, pero solo probarlo, ya que no quiero tener una boca con el aspecto de que nadie quiera besarme en tres vidas.

AUTOSERVICIO CACHONDO

La abuela, no habla nada que no sea vietnamita, y no sabe ni leer ni escribir, por lo que me tengo que introducir detrás del mostrador de la tienda, para coger yo mismo la cerveza, esta está cachonda, la cerveza, no la abuela, y acto seguido, cuando me doy la vuelta y abro la cerveza, tengo a toda la aldea en el interior de la tienda.

Mientras tomo la cerveza, no cesan de tocarme las piernas, la nariz, el pelo, todo les resulta curioso, y yo los examino con la misma curiosidad, pero sin tocar.

Acabo mi cerveza lo antes posible, y continúo, hasta otra aldea, donde con más tranquilidad, como, aunque la dueña insiste que le haga una foto a ella, y como me cae simpática, y me cobra solo el precio normal, 20000 Dongs, se la hago , y le prometo que al día siguiente volveré a comer de nuevo.

Regreso a Vinh, y de allí me marcho a un pueblo que me ha recomendado la abuela del restaurante, Cua Lo, que me ha dicho (dándose besos en los dedos, otra forma de comunicación que no sea con gestos es imposible), que es precioso. Cuando llego, me encuentro a la entrada del pueblo un Campo de Golf, y muchos hoteles, recorro el pueblo, y esto es el Marina D’or Vietnamita.

Tiene mucho turismo autóctono, pero está vacío, ya que no es época estival, por lo que después de un periplo de recorrer hoteles (al menos 10), por fin encuentro uno gestionado por un padre y su hijo, que me cobran 4€, me quedo, está bien el ver lo que para ellos es precioso.

Marcho inmediatamente a la playa, que está sola, y contemplo, la devastación que ha sufrido ésta después del paso del último tifón, hace 3 semanas. El paseo marítimo levantado, y los árboles caídos, pero el agua está a buena temperatura, y me doy un baño corto, ya que la resaca del mar es tremenda, y no quiero acabar en las fauces de Neptuno.

PIRATEANDO WIFI

Cuando regreso al hotel, le pregunto al chico de éste, por un sitio con internet, el cual a cada pregunta mía en ingles, se queda pensativo durante un minuto, mirando al vacío, y después me contesta que no sabe. Le señalo el ordenador, y el símbolo del Explorer, me dice que el hotel tiene Wifi gratis, me quedo alucinado. Bajo mi portátil, y se engancha a la red del hotel de al lado de 4 estrellas, entonces río complacido, un hotel de 4 €, con los servicios de uno de 4 estrellas, el ingenio vietnamita pienso.

Más tarde le pregunto dónde comer barato, esto, ya me he preocupado de escribirlo en mi guía en vietnamita, me hace un croquis, y marcho a cenar. Por 2€ ceno bien con propina incluida, una sopa de pesado, una tortilla, una ensalada, un plato de espinacas, dos cuencos de arroz, y dos cervezas con hielo, la cerveza fría no se estila, ¿para qué utilizar espacio en el frigorífico, si todo se puede enfriar con hielo? .

Posteriormente me voy a dormir temprano, al día siguiente quiero hacer fotos del amanecer.

DIANA MILITAR

A las 5 de la mañana despierto, por un gran estruendo, hay maniobras militares, y disparan con cañones durante 1 hora. Es el despertador militar, aparte de la corneta, claro. Voy a la playa, y hago unas fotos magníficas del amanecer, que siempre me ha gustado más que el atardecer, supongo que porque  uno representa el comienzo, y lo otro el final. Además la luz azulada, tornándose violeta, y posteriormente anaranjada, es ideal para las fotos que realizo, tanto a la playa, como a una pequeña isla, por la que se puede acceder en moto, cuando hay marea baja, en esta ocasión es marea alta, por lo que a la tarde la exploraré. .

Marcho a Vinh, y descubro que no tiene nada interesante para ver, por lo que me dedico a realizar gestiones, compro una camisa, para la boda de Hanoi, unos cascos nuevos para el mp3, y tomo café en un sitio pijito. Descubro que es baratísima esta ciudad.

A media mañana (la hora de comida aquí), vuelvo al restaurante de la abuela, y descubro su interés porque volviera, ha traído a su nieta, la cual me presenta, y de nuevo la procesión de preguntas, que por qué no me caso, que no me puedo marchar de Vietnam sin hacerlo, etc., etc.

Cuando finalizo, y le he explicado mis intenciones de viaje, la abuela me dice que a la vuelta de Ho Chi Ming (Saigón), tengo que parar a comer otra vez más. Esta vez no se lo prometo, y ella ríe, me despido, y marcho al pueblo. Realizo alguna foto a las playas desde la isla, y veo el reportaje fotográfico que le hacen a una pareja que se casa, a una chica que protegida del sol, duerme la siesta, y se despierta al ruido de mi cámara, y a un barco escorado en la playa. Al lado se encuentra un viejo pescador, que no suelta su cigarro de la boca, ni para preguntarme de dónde soy, ni para beber de su botella de licor de arroz .

Finalizo el día cenando en el mismo lugar donde el día anterior, esta vez al pedir pescado, y pedirle la cuenta al dueño, no a la chica del día anterior, me cobran el doble, pero la verdad es que ha valido la pena: estaba todo riquísimo.

DEBUT EN LA PLAYA

Me voy al hotel, y a dormir, mañana marcho más al sur, y en el noticiero, han dado lluvia, creo que me espera un duro viaje en moto, por la temida H 1, además me voy poco a poco adentrando en la zona que suele haber tifones, y la quiero pasar cuanto antes.

Al día siguiente, y siguiendo mi instinto, lo primero que hago, nada más levantarme, es poner las noticias de la tele, y esperar las del tiempo. No dan muy buen parte meteorológico, para la zona a la que me dirijo, 200 km. al sur, está lloviendo. Miro por la ventana, y veo que hace un día de sol espléndido, supongo que la calma que precede a la tempestad, por lo que decido quedarme un día más.

Marcho temprano a la playa, y pienso estar el día entero holgazaneando, sin hacer demasiado, por lo que me tiro al agua, estoy completamente solo en la playa, las olas son de al menos 2 metros de altura, cuando me canso del ir y venir de las olas, me tiro en mi toalla, acompañado de mi mp3, y Bruce Sprinting, que me da un paseo por las calles de Philadelpia, de allí Phill Collins, me arranca y me introduce en el paraíso, y Sting, me presenta a Roxane. Canto con mi voz de gallo, -tampoco he sido dotado, para el canto-, y cuando me doy la vuelta, tengo a un grupo de unos 10 niños, en cuclillas a mi alrededor, que cuando los miro, todos ríen conmigo.

Lejos de avergonzarme, continúo cantando, y acompaño mi mala voz de gestos mímicos, ellos que no tienen ni idea de lo que hago, se desternillan. Cuando me quiero dar cuenta, son casi las 12, hora de comer, me ducho, y al restaurante. Esta vez, pido gambas sin saberlo, y sin arrepentirme posteriormente, ya que están muy buenas.

Posteriormente, marcho a Vinh, a tomar café, en el camino, continúo en compañía de mi mp3, y de Radio Futura, que me transporta a las Ramblas de Barcelona, en una de mis canciones preferidas La Negra flor, silbo la balada de Scorpions, pasando por aldeas, donde los niños, salen del colegio, y los ganaderos, llevan a sus reses a pastar.

Los demás conductores, se quedan alucinados, cuando me oyen cantar en los semáforos, supongo que pensaran, cosas de extranjeros, aunque ellos no tienen ni pizca de vergüenza, cuando sueltan poderosos gallos en lo que es su entretenimiento nocturno preferido, el karaoke.

Después de tomar café, voy a comprar mi cena en un supermercado que el día anterior había visitado, y preparaban comida para llevar: elijo un pescado, tipo sardina, que está adobado, 3 piezas 15.000 Dongs, además compro detergente, para la colada.

Cuando finalizo, marcho de nuevo a mi hotel, y paso la tarde viendo un par de pelis que me he bajado de internet, ceno y a dormir, que mañana, si que salgo dirección sur. Ha sido un día de no hacer nada, y de estar con mis pensamientos. La verdad es que no me siento de momento solo, me las apaño bien, y no me aburro, aunque también pienso que todo llegará, pero si uno se mentaliza, el palo es mucho menor.

BAR DE CAMIONEROS

Por la mañana, me lo tomo con calma, salgo del hotel, y me despido del dueño, el cual no me deja marchar sin haberme invitado antes a una taza de té amargo, lo tomo entre aspavientos disimulados, le doy las gracias por todo, y marcho, a unos 50 km. de Vinh. Empieza a llover, yo continuo el camino, pero cuando la lluvia arrecia, decido parar en un bar de carretera, donde en el aparcamiento, hay varios camiones estacionados.

Son las 11 de la mañana, me encuentro, un bar un tanto cutre, y a dos camioneros sentados tomando té, me falta uno, son tres camiones estacionados, supongo que el tercero estará en el servicio, 10 minutos después, sale el tercero, acompañado de una chica de unos 18 años, guapísima, de piernas interminables, y sonrisa eterna, supongo que es la novia de este, y ha parado para saludarla.

De pronto siento un peso sobre los hombros, y unas manos comienzan a deslizarse sobre mi pecho, me doy la vuelta asombrado, y es la chica que había salido con el camionero, que estás encima mía, y empieza a sobarme, incrédulo, intento quitármela de encima, y le digo que es lo que está haciendo, miro a la dueña del bar, y me señala a la trastienda del bar, empiezo a comprender, me he metido en un puticlub de carretera, me cuesta media vida quitarme a la chica de encima, que se ha aferrado a mí como una lapa, ante las risas de los camioneros, y de la dueña del establecimiento.

Me tengo que obligar a mí mismo, a continuar camino, bajo la lluvia, y no caer en los brazos de la María Magdalena, que cuando veía que marchaba, me dejaba el precio reducido de 2 €. Mientras continuo camino bajo la lluvia, y veo que son solo las 11:20 de la mañana, pienso que la jodienda no tiene hora ni enmienda.

NEGOCIANDO PARA MI EDITOR

Paro en otro lugar, y primero me cercioro, que no he vuelto a equivocarme: es un restaurante. Aprovecho para comer, y esperar a que la lluvia remita, cuando lo hace continuo camino, y empieza a sobrarme el impermeable, pero no paro, ya estoy cerca de mi destino.

Llego a Dong Hoy, es un lugar de Playa, y pescadores, bastante grande, y comienzo el rosario de la búsqueda de hoteles. En uno que entro, el precio en un principio es de 10$, sin desayuno, cuando voy a marchar la dueña, me dice que su hotel sale en la Lonely Planet, no me lo pienso dos veces, y le digo que ya lo sé, que yo trabajo para ellos, y estoy haciendo la actualización de la misma. Al final me lo deja en 7$, con desayuno incluido, pero eso sí, haciéndome prometer, que en la actualización seguirá saliendo por 10$. Le digo que no hay problema, mientras ella no le diga a mi jefe, que al día siguiente, no trabajaré, y que solo iré a disfrutar de la playa. Lo sellamos con un apretón de manos.

En otros días me hubiera dolido mentir de forma tan bellaca, pero a ellos no les duele en absoluto, el sacarte el máximo dinero posible, por lo que juego a su mismo juego, a ver quien saca más de quién.

Me tratan con mucha amabilidad, y pago por adelantado, para evitar que vean mi pasaporte (aquí no registran a nadie, hacen el paripé del pasaporte, para quedarse con él y asegurarse que no te marcharas sin pagar), y comprueben que no soy australiano, pero eso no evita, que me den la peor habitación, una interior, a mi me da igual, las habitaciones siempre las he utilizado, solo para dormir, y ducharme.

PASANDO DE KARAOKE

Posteriormente, marcho al mercado, y me doy una vuelta por él. Hay pescado freso, frutas y carne. Encuentro un puesto de bocadillos, con el precio puesto. Son baratos, el más caro, 7.000 dongs. Me pido 4, así tengo la cena resuelta .

Al caer la noche, marcho a un Karaoke de la ciudad, y me tomo un par de cervezas, servidas en una cubitera, ya que le he dicho al camarero, que no quería hielo en la cerveza. Pago 40.000 dongs, mientras me destrozan los tímpanos con los aficionados a la lírica vietnamita. Huyo lo antes posible, antes de quedar seriamente dañado en mi intelecto, y sobre todo por la insistencia de los demás a que cante con ellos, hoy no estoy para esos trotes, me encuentro cansado, y necesito dormir.

PACTANDO CON ANA

A la mañana siguiente, me despierto temprano, contesto los emails, ya que en la habitación tengo internet. Llevo una semana intercambiando correspondencia virtual con Ana, una chica gallega, que está dispuesta a acompañarme en mi periplo por el mundo: me cuenta, que está en una situación similar a la mía de hace un año, hastiada de todo, y con ganas de zambullirse en la aventura.

En esta semana, hemos intercambiado impresiones de todo tipo, y he comprobado, que sería buena compañera de viaje. Cuenta con un presupuesto similar al mío, y no le importa viajar en moto. Además tenemos puntos de vista muy iguales, por lo que después de Navidad, seguramente, ya tendré compañía, estoy un tanto ansioso, por ver que tal congeniamos.

Posteriormente, desayuno en el hotel, y charlo con un hombre, el cual se encuentra de vacaciones en Vietnam. Es de padre alemán, y madre vietnamita; tiene unos 65 años, y me cuenta, historias de su país materno, y de la guerra. Es una persona bastante interesante, conversamos por al menos 2 horas, y me aconseja, que vaya a una playa, la cual es bastante solitaria, y así me decido a hacerlo.

Sigo la costa, por al menos unos 7 km. dirección sur, por un camino de arena, y en una parte del mismo, atravieso una duna de arena, la cual me cuesta media vida, cuando la traspaso, el paisaje no puede ser mejor: una playa gigantesca, de arena blanca, y olas de al menos dos metros, saco mis bocatas, que compré en el mismo sitio del día anterior, junto con un paquete de galletas y una pepsi de 1,5 l., me tumbo en la arena, y disfruto del oleaje, y del paisaje.

INTERCAMBIO DE GALLETAS

A las dos horas, veo en el horizonte una barca que cabalga sobre las olas, con 4 tripulantes. Quedo asombrado, por la pericia de estos, con la pequeña embarcación y el fuerte oleaje . Los veo desembarcar a unos 500 m. me visto, y me acerco: me encuentro a una familia de pescadores, padre, madre, hijos, nueras, y nietos, todos realizan labores de pesca,  y otros comen unos cangrejos a la brasa, a los que me invitan.

Estoy lleno, pero por amabilidad, y gula, como uno, les hago varias fotos, y a la choza donde vive la familia , luego me despido y subo en mi moto. Una de las mujeres se me acerca, y mira en mis alforjas, y me señala el paquete de galletas, para que se lo dé, yo desganado se lo doy, mientras pienso, que aquí nadie da nada por nada, cuando arranco mi moto, un niño, me hace señas, para que no marche, paro, y de nuevo la vida, me da un tortazo de humildad, el niño me entrega otra caja de galletas típica de aquí, ha sido solo un intercambio de productos diferentes.

Con la cara enrojecida, se lo acepto y marcho, mientras pienso con vergüenza, que son una familia de 8 personas con dos niños pequeños, que vive en una choza de la playa, se juega la vida todos los días, y se alimenta de lo que pescan y yo con mi prepotencia extranjera, he pensado mal de ellos. Me doy cuenta de que no todo el mundo en Vietnam, espera solo recibir de los extranjeros.