Vietnam (XVI)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

En el día de Noche Buena, después de haber mandado mis crónicas a Eladio, y presionarlo amigablemente a que las corrigiera, para que salieran ese mismo día, y estar cada vez más en deuda con él, me tomo con mucha calma este día, ya que lo necesito, después de una semana, un tanto ajetreada.

EN EL HOSPITAL “PRIVADO”

Salimos del hotel, a la hora de comer, y nos vamos a comer, codillo de cerdo adobado, en sopa. Luego, Vy, pone dirección, a un parque, y en el camino, en medio de casas dispersas, observo un pequeño hospital, y ante mi asombro, doy marcha atrás, y paro en el mismo, donde sale a recibirnos su médico. El hospital, es una choza, donde hay cuatro camas, ningún inquilino, y un estante con varios cajones, todos ellos llenos de hierbas, y cortezas de árbol.

Cuando le pregunto al supuesto médico, dónde aprendió medicina, me dice que por libre, que estudió, dos años en la facultad de medicina de Saigón, uno en la universidad de farmacia de Saigón, y el resto en libros sueltos, y gustosamente, me enseña, lo que son sus diplomas, y su currículo, escrito por él mismo en una libreta de colegio
Luego tomamos un té, y converso con él sobre sus clientes, ya que no es médico del servicio de sanidad del país. Me cuenta, que son aldeanos, que viven cerca de allí, y con dolencias leves, a los cuales, no duda en darles medicamentos, unos que compra él mismo en la farmacia, ya que en este país no es necesaria ninguna receta, para personarse en una de ellas, y comprar cualquier antibiótico, o droga, y otras, que hace él con hierbas y medicina tradicional.

Me despido de él, cuando empieza a observar las heridas de mi mano, y antes de que se le ocurra, examinarme, y hacerme tomar allí mismo un cóctel de pastillas, e hierbas, que puedan empeorar mi estado.

NORMALIDAD CASI ABSOLUTA

Llegamos al parque, en el que remontamos, un pequeño río, que va haciendo cascadas, y pequeñas lagunas, sobre rocas. La decepción por este entorno, empieza, cuando veo a lugareños, que disfrutan de comida y bebida, en la ribera de este, y cuando marchan, lo dejan todo allí, latas y desperdicios, no tienen aún cultura ecológica pienso que debido a su entorno.

Cuando el caminar ya se hace totalmente imposible, debido a la espesura de la jungla , y el ruido ensordecedor de animales que habitan en ella, damos marcha atrás, y regresamos.

Posteriormente, después de aprovisionarnos de 20 huevos de codorniz hervidos, algunos con sorpresa y otros no, ya me entendéis, y dos refrescos, nos vamos a playa perdida, a pegarme un baño, y disfrutar del atardecer de la misma, el cual en absoluto me decepciona.
Cuando la noche ha caído, el único reflejo que hay en la isla de lo que es la navidad, es algunos niños vestido con el traje de Papa Noel, que deambulan por la misma, de la mano de sus padres, por lo demás, es como si fuera un día normal.

MI MENÚ NAVIDEÑO

Para celebrarla, decido ir a un restaurante corriente, no de la calle, y comemos fondue Vietnamita, y sardinas frescas, enrolladas en pasta fina de arroz . En el restaurante, le pregunto a Vy, si aquí no tienen los cristianos tradición de cantar villancicos, pero ella no sabe de lo que hablo, normal, es budista, por lo que le canto uno, el más famoso, el de “Hacia Belén va una burra”, y queda encantada. Cuando termino mi repertorio, le canto el estribillo de una canción vietnamita que he aprendido, es de esas, tipo “tengo un tractor amarillo”, y ella se parte, cada vez que lo canto.

Marchamos al hotel, y por el camino, no ceso de cantar el estribillo de la canción, cada vez que pasamos por un grupo de gente en la calle, o adelantamos a una moto, con la consiguiente carcajada de ellos. Cuando llegamos al hotel, por cada vez que continuo cantando la canción, la respuesta son siempre las carcajadas de mi acompañante, y de todos los vietnamitas, por fin le pregunto qué es lo que significa esta, y ella me responde entre risas “Mi marido es el número uno”, por lo que yo en un principio me pongo rojo de vergüenza, luego acabo riéndome de mi mismo.

Doy por cerrada la noche buena, ya que mi cansancio es grande, y prefiero dormir, pero no sin antes volverle a cantar a mi compañera, un par de veces el estribillo de la canción.

MIRANDO EL MERCADO DESDE LA BARRERA

Por la mañana, siendo fiel al dicho de “cuanto menos haces, menos ganas tienes de hacer”, no salgo del hotel hasta bien entrada la mañana. Nos dirigimos al mercado, ya que Vy, quiere comprarle a su hermana, productos típicos de la isla, como pescado seco, y una pasta de gamba, que hacen, que está tremendamente salada, y tiene un gran sabor.

Hace que la espere en un café, para evitar que cuando la compre y me vean, le cobren de más, yo lo acepto con gusto, ya que en el café, veo el trasiego del mercado, y observo, cómo unos niños, le traen a la vendedora del puesto que hay a mi lado, un extraño lagarto que han cazado, y posteriormente se lo venden, desconociendo yo, para que querrá a semejante ser la vendedora. Supongo, que acabará en el estómago de algún vietnamita.

DESDE EL PUERTO

Posteriormente, compramos los billetes de barco, para el día siguiente, con regreso a Ha Tien, justo en la frontera con Camboya. Al ser la distancia menor, nos sale los dos billetes y la moto, por 16,5 €. Como el puerto de salida, es distinto al de entrada, decidimos después de comer, el acercarnos a él, para comprobar la distancia real, y calcular, a qué hora debemos de salir del hotel.

Cuando llegamos al puerto, vemos que su embarcadero se introduce en el mar unos 500 m. ya que las aguas cercanas a la orilla, son muy poco profundas. Decido tomar un café, y observar a niños y algún anciano, que intentan vender a los turistas, alguna estrella de mar, o caracoles y almejas, que recogen de las aguas poco profundas del embarcadero.

Regresamos al hotel, para ver el último atardecer desde la playa de este, acompañado de una cerveza bien fría, y tumbado en una Hamaca. No quiero estresarme, en el día de Navidad, ya que por la mañana, comienzo de nuevo a rodar, y mi regreso paulatino a Saigón, para pasar la Noche Vieja, y donde esperaré a Ángel, un amigo cordobés, que viene el día 5, para unirse a mi periplo, durante diez días.

TESORO DE VY Y MAREJADILLA

Por la mañana, cuando despierto, Vy, ha recogido la ropa, del tendedero, y ha hecho mi mochila, y espera pacientemente a que me levante. Cada vez pienso más en la suerte que tendrá la persona que dé con ella.

Nos dirigimos al embarcadero, y montamos en el barco, que lejos del que nos trajo la primera vez a la isla, es bastante más pequeño, y el mar está un poco revuelto, por lo que preveo, un viaje, cuando menos poco aburrido.

Mis pronósticos se confirman, y el ir y venir de la única azafata del barco, con bolsas para el mareo, es constante. Ni mi compañera ni yo, sufrimos de esta dolencia, y nos limitamos a ver el número de personas, que poco a poco van solicitando los servicios de la tripulación. A medio camino, el barco sufre goteras, por las olas que le salpican, por lo que la mitad de los pasajeros tienen que pasar el trayecto de pie, en la parte trasera, donde no se mojan.

Llegamos por fin a Ha Tien, lejos de ser una localidad aburrida, tiene un bullicioso mercado, y muchos hoteles. Está a tan sólo a 8 km. de la frontera con Camboya, lo que hace lógico la existencia de los numerosos hoteles de la ciudad.

BARATO HOTEL

Encontramos uno, en la zona que más me gusta, el mercado, por tan solo 5,50 €, y después de dejar las cosas, marchamos al mercado a dar una vuelta, donde observamos, los diversos productos de éste, y la gran variedad de caracoles, gigantescos que hay en él.

Posteriormente nos vamos a comer, y decido pedir de beber soda, la cual es agua mineral con gas, pero te ponen azúcar, y lima fresca, y te preparas tú mismo tu 7Up. Para comer, pedimos ya que es una localidad de mar, gambas, en salsa, y calamar con piña y salsa de tomates frescos, todo exquisito, acompañado por dos platos de arroz, el precio final 5 €.

De allí, al hotel, donde Vy, ya conocedora de mis gustos, pide un café y entrevista al dueño por los lugares de interés de la ciudad.

CONVERSADO CON UN MONJE

Finalizados los cafés, marchamos a una pagoda, que se encuentra en una montaña, parecida a las de mármol de Danang, donde hay una escuela de monjes confucionistas. Visitando el lugar, uno de los monjes se me acerca, y conversamos, haciéndome mi compañera de traductora. Éste me cuenta que estuvo en la guerra con EE.UU., y en el bando americano, y que más tarde, estuvo en la guerra de Camboya, donde recibió un tiro en el brazo, que se encarga de enseñarme. También me cuenta que los niños de la escuela, entran con 5 años, y están por 10 años en ella, luego, me enseña desde la pagoda, un edificio lejano que hay, y me dice que es Camboya, y que el edificio es un Casino, donde acuden los vietnamitas, ya que en su país el juego está prohibido.

Nos despedimos del monje, y nos introducimos en el interior de la cueva de la montaña, y vemos el templo, donde  Vy, me obliga, a encenderle una barra de incienso a un buda, y otra a Confucio, y me encuentro esculturas de varios dioses, incluso del homólogo del diablo de la fe cristiana, su color es igual rojo.

PULPA DE COCO,  CAVERNAS Y BÚFALOS

De allí, marchamos a refrescarnos, por el intenso calor que hace, y entramos en un local, ya habitual en esta zona, que tiene pocas sillas, y la mayoría son hamacas. Tomamos jugo de caña de azúcar, y compramos, una de las cosas más exquisitas que hasta ahora he comido: es pulpa de una clase de cocos, diferentes a los de agua, y a los que he visto normalmente. Ésta la prensan y la dejan secar, sabe poco a coco, y tiene un sabor tremendamente dulce, y al secar la pulpa, tiene un textura granulada; cada pieza pesa al menos 80 gramos, y me como dos, por lo que quedo muy lleno.

De allí, marchamos a una montaña, que en el interior tiene varias cavernas, pero nada digno de reseñar, ya que carecen de luz, y son pequeñas, solo la gran caminata que nos pegamos en los escalones que recorren la montaña, por lo que los dos dulces zampados, no han tardado en ser quemados.

Bajamos, de la misma, y hago alguna foto de los búfalos de agua, que retozan cerca de los arrozales, indiferentes al trasiego de los vendedores de bebidas, que se encentran a la entrada de la montaña, y de una mujer, que lava en los acuíferos, los vasos de las bebidas.

SORTEANDO LAS MINAS ESPAÑOLAS

Nos dirigimos a la frontera de Camboya, que se encuentra a tan solo 2 km. observo el ir y venir de gente en motos, y cargada con bultos en ellas, llenos de productos de contrabando, y me fijo también en la extensa valla, que separa un país y otro, y por solo un momento, pienso en inspeccionarla, y que seguramente encontraré, algún reducto por donde cruzarla, pero desestimo la idea, ya que este país, lo visitaré con tranquilidad. Además esta zona, hace tan solo 20 años, estaba en guerra, y está llena aún de minas sin desactivar, curiosamente de fabricación española, otra cosa más, para no sentirnos orgullosos, ya que me he percatado, que hay numerosos agricultores en muletas, que han pagado un alto precio, por ello.

TABACO BARATO Y CARACOLES DE 1 KILO

Regresamos a Ha Tien, y de nuevo al mercado, y cuando pensaba que el tabaco, no lo iba a encontrar más barato, me doy cuenta, que hay numerosos puestos en el mismo, de tabaco procedente de Camboya, y Tailandia, a tan solo 24 cent. el paquete. Compro uno de cada país, para probarlos, y continuamos recorrido.

Paro entonces en un puesto de marisco, compramos 2 caracoles de mar, que pesan 1kg. y también, almejas, y otros caracoles más pequeños; mi compañera se ha empeñado en hacerme la cena, y me hace que me suba a la habitación, a escribir mis crónicas, mientras ella queda de charla con la dueña del hotel.

Dos horas después, regresa con la comida a la habitación, y la comemos gustosamente en el gran balcón de la misma , mientras vemos como poco a poco, van desmontando los puestos del mercado, y las calles van quedando solitarias. Al finalizar la cena, a dormir, que mañana nos espera camino.

DESVELOS E HIMNO

A las 4,30 de la mañana, me desvelo, y me asomo al balcón, contemplo entonces que el mercado bulle ya de gente, con el ir y venir, atónito, saco mi cámara, y desde el balcón de la habitación, realizo alguna foto, del trasiego del mismo. Intento dormir, pero a las 5 de la mañana, suena en los altavoces de la ciudad, algo que es normal en todo este país, la radio nacional, con el himno del país, el cual tiene un estribillo, parecido a la canción  de los siete enanitos de Blancanieves cuando regresan de trabajar, y posteriormente, hay una clase de gimnasia, con diferentes ejercicios, a los que ningún viandante hace caso.

Imposible dormir, por lo que me quedo en el balcón, mientras mi compañera duerme plácidamente, y contesto emails, y escribo, mientras el sol poco a poco, va inundando de luz el mercado, y la desembocadura del río en el mar. Posteriormente, ante la imposibilidad de conciliar de nuevo el sueño, decido bajar a dar una vuelta más al mercado, antes de marchar de la ciudad.

BENDITAS HAMACAS

Continuamos camino, esta vez lo hacemos por carreteras secundarias, lo cual agradezco enormemente. Es algo más lento, y seguimos la ribera de uno de los brazos del Mekong. Atravesamos aldeas, y puentes, e incluso cogemos alguna barca, que nos cruza el río de un lado a otro, parando en los cafés que tienen hamacas, algo a lo que agradablemente me he acostumbrado, a disfrutar del café tumbado viendo la ribera  y los barcos que lo navegan.

Llegamos a Chau Doc, también cerca de la frontera con Camboya, una localidad, que me sorprende, ya que está llena de templos y pagodas, e incluso hay dos mezquitas musulmanas. Paramos aquí, y después de encontrar hotel y asearnos, la visitamos.

Tiene varias pagodas, y templos budistas y confucionistas, todos ellos con hermosos colores, y estructura, donde se adora a diferentes dioses, pero de todas ellas, destaca por sus grandes dimensiones, no por sus vivos colores una, la de Chau Phu, que está dedicada a un general de la dinastía de los Nguyen, que se encuentra enterrado en la localidad, y donde no me dejan tomar fotografías del interior.

EL COMERCIO DE LA RELIGIÓN

A ella vienen monjes budistas y confucionistas en peregrinación, y fieles de las dos religiones, las cuales en este país se fusionan.  Realizan ofrendas a Buda y Confucio, de comida y billetes falsos, y cuanto más ricas e importantes son las personas, mejores son las ofrendas, los cuales luego queman en unos grandes contenedores.

Es parecido a cualquier otro lugar, donde van en peregrinación gentes religiosas, indiferentemente sean de la religión que sean, y toda la localidad, vive de esto, restaurantes, hoteles, y diferentes comercios, donde todo tiene precio en nombre de Dios y la religión.

Regresamos al hotel, para hacer la siesta Vietnamita, la cual en esta ocasión acojo con gran satisfacción, ya que desde las cuatro y media de la mañana, en que el alboroto del mercado me despertó, no he parado.

RATA AÚN NO

Despierto, para lo hora, cómo no, de la merienda, y así lo hago, zampándome otro de esos maravillosos dulces que he traído de Ha Tiem. Posteriormente damos otra vuelta a la ciudad, tomamos un refresco, en un restaurante callejero, acompañado del plato que aún no he probado en este país, pero que antes de marchar probablemente lo haga, rata.

Posteriormente marchamos a dormir, al día siguiente, es una etapa de solo trámite, ya que nos acercamos a Saigón, pero no llegaré aún a esta ciudad, ya que corro el peligro de no tener hotel, debido a que es temporada alta, y mi reserva es para el día 29.

Por la mañana, sin prisa, salimos de la ciudad, y tomamos un ferri primero, que nos conduce a otra carretera secundaria, esta vez pasamos por aldeas interminables, a los lados de la carretera, ya que todas están unidas, a lo largo de un total aproximado de 20 km. Posteriormente, volvemos a cruzar otro brazo del delta, en él veo como en cuatro grandes barcazas hay dispuestas al menos cien personas, las cuales llenan sacos de tierra, que luego tiran al río, y después de observarlos, llego a la conclusión, que están construyendo la ampliación del puerto de la localidad, confirmándomelo más tarde un lugareño, a través de mi traductora incansable Vy.

DICHOSO PEAJE

Después de varios cruces y carreteras, pasamos un puente de una pequeña ciudad, por el que tenemos que pagar peaje, no es mucho, 12 cent. Es la primera vez que pago peaje, por una carretera o puente en Vietnam, todos los vehículos de más de dos ruedas, pagan peaje en todas las carreteras, aunque éstas se encuentren en un estado lamentable, que es lo más normal. Para amortizar el pago del mismo, en mitad del puente, realizo una foto, de las casas flotantes que se pueden ver desde el mismo. Estas están sobre bidones, que hacen que la casa flote sobre el agua, lo que facilita su traslado por el río: es parecido a vivir en una caravana acuática.

Llegamos a Tan An, a tan sólo 50 Km. de Saigón, una localidad, la cual no tienen nada en sí, pero como ya he dicho hoy es día de puro trámite.

REYES ANTICIPADOS

Por la tarde Ana, la gallega, me da una sorpresa, ha decidido adelantar su viaje, y viene en el mismo vuelo que Ángel, los dos llegan el día 5, tal y como si los Reyes Magos me los dejaran como regalo.

Yo aún estoy escéptico: son dos personas, a las cuales solo conozco por email, y por teléfono, pienso que nos adaptaremos todos, pero con lo que no contaba, era con que vinieran de sopetón los dos, pero bueno, ya veremos, si nos llevamos todos bien, y no comenzamos una nueva guerra en Vietnam, debido al mal humor que en ocasiones me caracteriza. Eso solo el tiempo lo dirá.

Será como uno de esos reality Show, en el que tres personas totalmente desconocidas, se juntan, para pasar un tiempo juntos, teniendo pruebas a las que enfrentarse, pero con una diferencia, el primer nominado, ya está elegido, será Ángel, debido al corto tiempo, del que dispone para acompañarnos.

Pienso mientras poco a poco mis ojos se van cerrando, con que mañana volveré a ver a mi ciudad enamorada Saigón.

ADIOS, VY

Llego a Saigón temprano, sobre las 12 de la mañana, y lo primero, dejar a Vy en su casa. Me despido de ella, y la veo alejarse, me saluda con el brazo antes de ser engullida por el gentío que llena las calles de su barrio, empiezo a tomar conciencia, de que me quedan pocos días ya para disfrutar de su compañía. Sé que echaré de menos, esa manera de andar, con sus pies señalando siempre las dos menos diez, sus dos puñaladas en un tomate que a uno siempre le hacen pensar, si está despierta o dormida, la enorme paciencia que ha tenido conmigo, y sobre todo, el hambre de conocimiento, hacia todo, con esa chispa de inteligencia, que le hace resaltar entre todos los demás. Ha sido una compañera cuando menos perfecta de viaje, ha aprendido más español que yo vietnamita, y se ha adaptado con pasmosa perfección a todo mi viaje, sin rechistar, interesándose por todo lo que me interesaba, y cuidándome como si de su familia fuera, por todo siempre le estaré agradecido.

FAVORITISMO EN EL HOTEL

Me dirijo a mi hotel, y cuando la dueña Ham, me ve, me recibe con toda la calurosa bienvenida, que la cultura oriental permite. Para agradecerme que me quede con ellos una semana, me da la habitación situada en el último piso, cuando ya me había olvidado de esa escalera tan empinada que tiene unos escalones pequeños, que me hacen ascenderlos de puntillas, debido al tamaño de mi pie.

Después de una ducha, lo primero, el saborear en una calle concurrida, adyacente al hotel, en una terraza, un café vietnamita (café suda), paladeándolo con todo el tiempo por delante que se le permite a una persona que no tiene prisa.

Me queda en esta ciudad hasta la venida de Ana y Ángel, un largo tiempo, que aprovecharé para gestionar el alquiler de la moto de Ángel, los autobuses y combinaciones que debo coger, tanto para la ida, como para la vuelta del aeropuerto, y el hotel para los tres. Con la diligencia y el nerviosismo que me caracteriza, lo tengo todo solucionado, a falta de concretar los últimos flecos del alquiler de la moto, en menos de dos horas, pensando para mí, que haré tanto tiempo en esta ciudad, sin ningún plan previsto, excepto la cena de noche vieja, que prometí pasar con Chanh y su familia, pero la verdad, aprovechando que estoy en una hermosa ciudad, y es el primer fin de año que paso en una, lo que menos me apetece, es meterme en una casa, a las afueras de Saigón, para hacer una cena de noche vieja, pero seguro que algo se me ocurrirá, para evitarlo.

PLASTIFICADOS EN BICICLETA

Por la noche del día siguiente, he quedado ya para cenar con Chanh y su hermana, y les he prevenido, que esta vez no se libran de que pague yo la cena, y me llevan a un restaurante de la calle, a comer marisco picante, caracoles, cangrejos, y navajas, todo exquisito, y con bebida, por tan solo 6 € los tres. Mientras pago, veo como Chanh, se levanta y se dirige a una vendedora ambulante que va con una bicicleta, y le entrega la documentación de la moto. Mi curiosidad, me impide el estar sentado, y me acerco a ver el tejemaneje que se trae, veo con incredulidad, que la mujer que va en bicicleta, hace plastificaciones en el acto, una de las profesiones ambulantes, más curiosas que he visto, y todo desde una bicicleta, muy ingenioso.

UN MINUTO DE FILOSOFÍA RELIGIOSA

En la sobremesa, le comento a los hermanos, mis pensamientos sobre la cena del día siguiente, ellos, reciben con alegría mi comunicado, ya que pensaban lo mismo, que si nos íbamos a casa de sus padres a cenar, sería imposible que nos dejaran marcharnos posteriormente, por lo que el nuevo plan es que ellos a las 6 de la tarde, cenan con su familia, y quedamos a las 9 en la puerta de mi hotel, para luego ir a celebrar la entrada de año. Quedamos complacidas las dos partes, con el nuevo plan.

Para celebrarlo, tomamos café, en una calle cercana a mi hotel, y mientras veo a los hermanos, que bendicen todo aquello que van a comer o beber, pienso en el día de la ciudad de Chau Doc, de sus diferentes templos, y que los hombres, a lo largo de la historia, han intentado darle sentido a aquello, que escapaba a su comprensión, buscando todos, los paraísos perdidos.

Unos en las idas y venidas al baño, que conducen inevitablemente por calles de dirección prohibida, hasta el final de trayecto, y otros encontrando respuesta en la religión. Me asalta entonces una duda eterna que siempre he tenido, y es que en todas las religiones, los Dioses o el único Dios, que creen tener, tienen dos cosas en común, la primera es que todos son todopoderosos, y la segunda, que siéndolo, necesitan siempre dinero.

La verdad es que lo que siempre, he creído, es que la religión no es mala, es un código de conducta cívica hacia los demás, ya que ninguna predica el asesinar, el robar, el decir mentiras, o hacer maldades. Yo particularmente, en lo único que creo es en no hacerle daño a los demás, ayudarles si está en mi mano, y que los peores pecados que se cometen, son contra los demás, no contra Dios.

Pero los hombres, siempre se han empeñado a lo largo de la historia, en utilizar las distintas religiones, para el control y manipulación de sus semejantes, asesinando si ha hecho falta en nombre del que creen el verdadero Dios, o si contradices lo que ellos creen cierto, pero con la hipocresía, de que defienden y hacen de manera vil, lo contrario que predica su religión, y esgrimiendo siempre la palabra Fe, la cual Mark Twain definía “Fe es creer en algo que sabes que no es cierto”.

Yo mismo debido a mi educación católica que mis padres me dieron, no puedo evitar al salir o al entrar en mi pueblo, donde está el cementerio, y una torre mora, en la cual hay una Virgen a la que los habitantes de mi pueblo le tienen gran devoción, el santiguarme, aunque alguna vez, mientras lo hacía, con un punto de ironía, he pensado en el eslogan que hay en las administraciones de lotería “¿Y si toca aquí?”.

La verdad, es que nadie volvió después de muerto, para decirnos, si hay algo más allá, pero si algún día se pudiera averiguar, me juego mi cuello, a que todas las religiones, lo desestimarían, como han hecho con tantas otras cosas, que se han demostrado científicamente, ya que merman su poder y control sobre los demás.

En todas ellas se exige, una constancia en ir al templo, mezquita, iglesia, sinagoga, o centro de reunión, y todas predican la caridad hacia los demás, pero aún no vi a ninguna, el condonar la asiduidad a sus templos, por dar de comer en un comedor de pobres, cuidar o hacer compañía a los enfermos, o simplemente el jugar con tus hijos, cuando indudablemente me da que pensar, si para Dios o los Dioses es más importante que dediques una hora a la semana a ir a sus templos, o a realizar las otras tareas, la respuesta creo que es fácil, pero ¿qué organización religiosa dejaría marchar a sus fieles, y no poder así manipularlos?.

PROPÓSITO FIN DE AÑO

Finalizo este año, de una manera enormemente distinta a la del año pasado. Hoy hace exactamente un año, que me prometí ser fiel a mí mismo, y a lo que sentía, sin saber aún hacia donde me conduciría el camino que tomaba, ni tan siquiera había decidido, el irme de viaje.

Pero lo primero, que hice, fue decirle a mi pareja, que todo finalizaba, que ni ella ni yo, íbamos a poder ser felices jamás estando juntos. Creo que ha sido la decisión más difícil de toda mi vida, pero era necesario, por ella y por mí mismo.

No sé que me deparará el futuro, ni donde estaré el año que viene, pero lo único que de verdad me importa, es aprender más de las gentes, de sus culturas, de sus distintas maneras de vivir, y seguir siendo fiel a mí mismo, a mis sentimientos, y a mi manera de pensar. Lo demás ya me parece secundario, y las cosas, buenas o malas, que me sucedan simplemente le llamo vivir.

FELIZ AÑO 2011, desde Saigón.

 

7 comentarios en «Vietnam (XVI)»

  1. Hola Antonio,

    Sin lugar a dudas esta Nochevieja no se hará borrosa en tu memoria por lo insólita y original que ha sido. Parece ser que cada día seguirá siendo así. Enhorabuena. Me alegra que ya tengas compañía. A ver cómo has celebrado los reyes allí… Salud y éxitos para 2011!

  2. Hola lolailo

    Es mi último día en España, mañana hablaré con Ángel para quedar en el aeropuerto. Si en Gran Hermano no hubo asesinatos hasta la fecha malo será q la sangre llegue al río, no¿??¿? JAJAJA

    Le he dado a mi madre el teléfono de la tuya para q quede más tranquila, espero q no os importe, ya sabes como son las mamás.

  3. Mi Fe está en ayudar a la gente que lo necesita, creo que en eso tengo que creer, poca cosas más existen que darle alegria a los que tienes a tu alrededor, mayores o niños. Gracias por las palabras tan bonitas de Navidad y de año nuevo, desde La Victoria seguimos leyendote. un saludo

  4. Feliz año nuevo lolailo,me consta que lo empezaste con alegría y humor. Gracias de nuevo por tus llamadas. Me gustan mucho tus reflexiones sobre la religión. Sé que la religión en principio no enseña nada malo pero a mi me jode especialmente que algunos de los que alardean de su fe y van atodos los actos religiosos luego se quedan en eso y son malas personas, dañinos y miserables en definitiva beatos de mierda como yo los llamo y que nadie se sienta ofendido porque hay personas religiosas y buena gente pero muy pocos por desgráia. Sigue sorprendiéndonos con tus crónicas y mucha suerte con tus nuevos acompañantes.Besos

  5. Por cierto, aquellos que me habeis mandado mensajes de preocupación por el brazo después del accidente, quiero tranquilizaros, la crema china especial para autónomos ha funcionado perfectamente, ya no tengo ni si quiera costra en las heridas. Gracias por vuestros mensajes de apoyo.

  6. Feliz año 2011, os deseo a todos los lectores de «el taravitazo», y también, desearos a todos, que vuestros mas bajos deseos se cumplan, que con eso va de sobra.
    Gracias también a todos los que me dejais mensajes, a la gente de mi pueblo, que siempre me hace recordar con nostalgia mis raices, a los de León, Andalucia, La Mancha, Cataluña, Galicia, Madrid, Cantabria, Euskadi, Baleares, Castellón, y resto de España, también a los seguidores que me consta tengo en Canada, Australia, Singapur, EE.UU., Vietnam y a los viajeros que se encuentran de camino (Jose, eso va por ti), en definitiva, que ya somos muchos, y cada vez que el administrador de la web, me dá los datos de la gente que me sigue, y el número, aumenta semana a semana, me hace enrojecer, ya que en un principio, esto se montó, para tranquilizar a mi familia y amigos. Hace tres meses y medio, yo menos que nadie, podia suponer, que arrastraria a tanta gente desde su casa, a el otro lado del mundo, y ahora poco a poco, os estais convirtiendo en el motor, que hace que esto funcione, por todo ello gracias de nuevo.

  7. Como es norma últimamente inauguro los comentarios, comentarte que hay fotos que no me las has enviado por lo tanto no las he podido poner tendrian que haber 56 y hay unas 52 o así pero bueno, que pasa el lagartajo ese (lo del paquete de tabaco para hacer la foto muy bueno asi sabemos la medida del animal, se nota de la rama que vienes jaja) bueno la rata también esta interesante me la imagino a filetes con patatas y al horno y alguna salsa ñam ñam, por no hablar de las navajas, espero que hayas guardado alguna para cuando vayamos que tienen buena pinta.

    El hospital improvisado, hay que ver como la gente puede llegar a ser de autodidacta, lo que lo mismo no hay muchos pueblos al lado no? porque no se ve ni un enfermo por ahi (o es que el matasanos no es demasiado bueno).

    Una lástima la marcha de Vy suerte que dentro de poco ya tienes compañia de nuevo, esperemos que os lleveis bien, 3 son multitud pero a ver si lo podeis combinar de la mejor manera posible, ya sabes eso de que hablando se entiende la gente si no… cada uno por su lugar y todos amigos.

    Ahora toca hacer balance del 2010 eh! que aunque estes lejos también lo tienes que hacer y más o menos planificar el que acaba de entrar para llevarlo lo mejor organizado posible.

    Saludos y un abrazo!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *