Vietnam (V)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 Al día siguiente me levanto, y salgo del Hotel, la noche anterior, he pagado la cuenta, y me he despedido de todos los empleados; han sido muy amables conmigo. Cojo mi moto, comienzo a rodar por la carretera que une Ten Quang, con Hanoi, que está muy transitada, por autobuses y taxis que van a la ciudad.

En una de las ciudades por la que voy, debido a lo lento que es el tráfico, circulo por el carril más a la izquierda de los de mi sentido, en uno de los controles de policía de la misma, me paran, y me temo que me va a caer una multa, ya que este carril, está reservado solo a los vehículos de cuatro ruedas, me piden la documentación, y comenzamos la procesión de no entender nada, hasta que recurro a mi antiguo carnet de guardia Civil, sonríen los policías, pasándoselo de unos a otros,  y me dicen que me marche y que tenga buen viaje; no es la primera vez que me ha funcionado en un país extranjero, les doy las gracias, y continuo camino.

ADIOS RESERVA, ADIOS

A la salida de la ciudad, decido parar a tomar café en un bar, que está junto a una carpintería, cuando bajo, veo que no es una carpintería normal, realizan muebles tallados a mano, y tomo unas fotos de los artesanos, son muy jóvenes, pero realizan autenticas maravillas con el martillo y el formón .

Continuo después de una buena dosis de cafeína, y conforme me voy acercando a unos 40 km. de Hanoi, el tráfico se condensa, hay puentes por los que a las motos les está prohibida la circulación, por lo que me tengo que desviar por aldeas situadas debajo de ellos, encuentro una moto, (a la cual no le puedo sacar una foto, es lo malo de tener que conducir en moto), que arrastra en un remolque a dos bueyes.

Es sorprendente la de recursos que le sacan esta gente a una simple 125 cc.. Cuando por fin llego a la entrada de Hanoi, la circulación en moto es prácticamente imposible, hay miles de ellas, y tengo que circular por la acera detrás de unos atrevidos, para poder moverme. Paro porque no sé cómo voy a llegar al barrio francés, donde tengo mi hotel. Decido preguntar a unos chicos, y uno de ellos se ofrece a llevarme por 150.000 Dhg, le regateo el precio, y al final lo llevo de paquete hasta el barrio francés por 60.000 Dhg.

Ha sido una buena decisión, Hanoi es inmenso, y la circulación es imposible, en varias ocasiones debo circular por la acera, todas las ciudades de alrededor han venido por la celebración del milenio de Vietnam. Lo primero paro en la galería de Qua Saun, que a partir de ahora la llamaré por su nombre de pila Chang, ya que esta está cerca de donde tengo el hotel. Luego me acerco a mi hotel, situado en un precioso callejón del mercado, donde verbenean la gente junto con puestos de carne, verdura, fruta, verdura y comida.

Llego al hotel y el recepcionista me dice que no hay habitación, imaginaros mi expresión, después de pagar la reserva, encontrarme en una ciudad, que está en ese fin de semana con el doble de la capacidad de su gente. Empiezo a decirles en ingles que esto es indignante, hago aspavientos, y les grito que llamaré a la policía, a lo que se muestran impasibles, y les digo que soy una persona muy conocida en mi país, y que estoy escribiendo unas crónicas, las cuales leen en España miles de personas (nada parecido a la realidad).

No funciona, también les digo que llamaré a mi embajada, que el cónsul es mi primo, para nada, desesperado, por temerme que me voy a dormir a la calle, marcho a la galería de Chang, y se lo cuento, ella me dice que no me preocupe, deja a su compañera en el trabajo, se monta en la moto, y recorremos varios hoteles, todos llenos, nos vamos a la otra parte de la ciudad, más alejada, pero es inútil, todos los hoteles están llenos, y los que no, son sólo para vietnamitas, Chang me dice que no me preocupe, que a unas malas me quedo en casa de su tío, y si no en la suya, yo me niego, y entonces con el carácter conciliador de ella, llama por teléfono al hotel que tenía mi reserva, y consigue que pueda dormir en un colchón en el suelo esa noche, y que me tengan una habitación para los siguientes días. No le doy un beso a ella, porque tiene novio, y se lo puede tomar a mal, pero doy saltos de alegría.

FARI POR UN DÍA

Llego al hotel, dejo mis cosas en recepción, y me ducho, cuando me cambio de camiseta, me pongo la de el Fari, de dame la mandanga, casualidades de la vida, en el hotel se hospedan dos chicas madrileñas, las cuales cuando me ven la misma, se quedan alucinadas de ver al Fari en Hanoi, y comienzan a señalar la camiseta, y automáticamente me saludan, a sus dos compañeros que son extranjeros les dicen en inglés que es una persona famosa en España, y como les hace ilusión mi camiseta, se hacen fotos conmigo, y el recepcionista empieza  a extrañarse, que sin mediar palabra, y señalándome a mí, me saluden, se hagan fotos, y tengamos una charla tan distendida, a partir de ahí, el comportamiento conmigo es exquisito y la amabilidad es increíble.

Creo que me han confundido con el Fari y se han creído que soy una persona conocida en España, por lo que les puede repercutir en la imagen de su hotel, pero la noche en la recepción no me la quita nadie, ya que todas las habitaciones están completas. Habían realquilado mi habitación pero más cara, el recepcionista hasta entonces, que me recuerda en el jefe del campo de concentración de “

Desaparecido en Combate”, se vuelve en una persona atenta y amable, me dice que se llama Raúl, lo cual no creo, ya que teme que le dé mala fama.

Por la tarde quedo con Chang, para invitarla a cenar, por la gran ayuda prestada, me recorro en moto con ella, algo parecido a las rondas de cualquier ciudad, pero con lo del pan de cada día, gente atravesándolas andando, otros en dirección prohibida, en fin lo de siempre.

Al pasar por el mercado de las flores, Chang lo señala, y dice que es muy bonito, lo observo desde la ronda, y no es más que lo que un gran vivero en España, con 10 puestos más de flores a su alrededor, pero yo no se lo digo claro. Por fin llegamos a un parque de atracciones, al lado del gran lago del oeste de la ciudad.

Por los festejos, tienen montada una feria de comida (un auténtico tesoro para mí), de no ser por la gran masificación de gente, pero aún así en unas tres horas, como unas 8 veces, siempre diferentes cosas, y Chang hace cola para montarse en los autos de choque, y alguna otra atracción, y me pide que le haga una foto delante de un mutal de una casa antigua, (se ve que es muy típico aquí) .

La gran estrella de las atracciones, es el pulpo, son gente sencilla, y las atracciones también lo son, yo me dedico a lo mío, la comida. Una vez finalizado el recorrido por el parque, me ofrezco a llevar a Chang a su casa, es lo menos que puedo hacer, ella quiere cenar, y yo por supuesto no le digo que no, aparco la moto en el restaurante, y cuando entro la encuentro sentada con otras dos chicas en la mesa, me siento las saludo, y estas muy frías me lo devuelven.

Durante la comida intento conversar con estas, y ellas apenas hablan, todo el rato me sonríen y hablan entre ellas, les saco diferentes temas de conversación, pero ellas responden con frases cortas. A los 20 minutos se levantan, pagan su cuenta, y se marchan.

Entonces me percato de que son personas desconocidas, y que aquí te sientas en una silla, no en una mesa, que las personas de la mesa eran autenticas desconocidas tanto para mí como para Chang, y me río para mí mismo por la situación vivida. Finalizada la cena, Chang insiste en enseñarme donde vive, me advierte antes de entrar, que su casa es muy barata, a lo que le respondo, que para mí no son importante las posesiones, si no las personas.

Está situada en un laberinto de callejones, donde lo único que se cruza con nosotros es una rata, le vuelvo a decir que éstas están ricas, y ella me responde impasiva que sí, así que ya no vuelvo a hacer esta broma, ya que solo lo es para mí, para los demás es una realidad.

Llegamos a su casa y es solo una pequeña habitación, austera, con una cama grande, sin colchón, solo con esteras, y un pequeño baño, en total puede tener unos 8 metros cuadrados. Allí duerme con su hermana, que también estudia. Ella me enseña fotos de su graduación, de su novio, y de su familia y niñez, luego me explica cómo llegar desde allí al Hotel, no es difícil, pero está a unos 7 km. Me despido hasta el día siguiente, y marcho.

EN MOTO POR LA MUCHEDUMBRE

Tardo aproximadamente 4 horas en llegar, la muchedumbre que reina en las calles es ensordecedora, mezclándose con el constante ruido de claxon de las motos y coches. Cuando llego a unos 500 metros del hotel, es imposible el circular. Creo que ha sido la primera vez en mi vida que he temido morir por aplastamiento, y en medio de la muchedumbre yo con mi moto, la cual estoy a punto de dejar abandonada, ya que es imposible continuar, hasta que decido tirar una valla que separa calles peatonales de vehículos, y meterme con ella por callejones putrefactos, y laberintos hasta llegar a mi hotel.

Se quedan sorprendidos de que haya podido llegar hasta allí con la moto, y por los 15 litros de sudor que empapan mi cuerpo. Me ducho, y me tiro en el colchón de la recepción, duermo junto a dos empleados del hotel, y otro inglés que le había pasado lo mismo que a mí.

A la mañana siguiente, compruebo los estragos de mis ronquidos: el inglés que durmió adobado por varios cócteles, y con el que desayuno, ni se había inmutado, pero los dos empleados tenían unas ojeras descomunales, y los ojos totalmente enrojecidos. Pienso, que jamás pensé que mi herencia genética la hubiera podido utilizar como arma psicológica, y doy gracias por ello.

Compruebo que he tenido una gran suerte, ya que el barrio está lleno de turistas, que han dormido en los escalones de hoteles, ya que sus habitaciones han sido realquiladas a otros, y comienzo a sospechar, que no han sido la gente del hotel, sino que el gobierno, ha dado orden de que primero se alojara en los hoteles a los vietnamitas, y luego a los turistas.

Más tarde compruebo que es así, pero los efectos de la confusión del recepcionista de mi persona por la de ese cantante fallecido, continúan; me ofrecen un gran desayuno, y no hay vez que saque un cigarro, que a los 2 segundos, tenga un mechero encendido a mi alrededor.

PLANTÓN A CHANG

Después de desayunar, Chang me llama y quiere quedar otra vez en el mismo sitio del día anterior, a mí no me apetece, ya que la ciudad está desbordada por la cantidad de gente que ha venido, pero como  se portó también en el día anterior, le digo que de acuerdo. Quedamos en el parque de atracciones, cojo mi moto, y me planto allí, sorprendiéndome de mi mismo de que recuerde el camino.

Cuando llevo dos horas en el aparcamiento con un sol de rigor, llamo a Chang, y le digo que marcho para el hotel, que ya no aguanto más, y paso de estar esperándola, tras una hora, de pelea continua con motos coches y muchedumbre, consigo llegar al hotel, y en un callejón, fuera del ruido mundanal, encuentro la siesta de un taxista, ajeno a todo lo que hay en las calles adyacentes Chang me hace una llamada, pero no la entiendo, y cuelga, paso la tarde en mi antiguo hotel, hablando con Maicolm.

Conozco de pasada a unos españoles que se alojan en el hotel, pero no tienen demasiado tiempo para hablar, y al anochecer, cuando decido irme para mi actual alojamiento, recibo un mensaje de Chang, diciéndome que está muy triste conmigo, que se ha tirado 4 horas, para llegar a donde quedamos, y otras 4 de vuelta, me siento fatal por ella, es un encanto de persona, y no se merecía que me hubiera ido, aunque hubiera sido por una confusión del idioma.

Un poco triste me voy para mi hotel, en medio de miles de personas, me siento solo y mal, y pienso de nuevo en el error tan grande que ha sido venir a Hanoi: es imposible el ver ningún acto, debido a la muchedumbre, he tenido que dormir mi primera noche en el Hall del hotel (lo cual me lo he tomado como una experiencia más), y he quedado fatal con una de las personas que mejor se han portado con migo desde que estoy aquí.

EL SUBIDÓN DE UN REENCUENTRO

Levanto la vista, y en medio del gentío, descubro un sombrero, encima de unas gafas de pasta, y seguido de una chica con mochila, no doy crédito, son Frederic y Marie, los de Quebec, me planto en su camino, y ellos, cuando me ven, se quedan alucinados. Entre miles de personas, y sin saber los unos que los otros se encontraban en la ciudad, nos volvemos a encontrar, me da un subidón de alegría, nos abrazamos, y les acompaño a su hotel, a donde se dirigen.

Conversamos, con animosidad, y les preparo para lo que les va a venir, efectivamente, cuando llegan a su hotel, han realquilado su habitación, pero el recepcionista los lleva de peregrinación, por otros hoteles, y al final les encuentra una, han tenido suerte, me despido de ellos, y marcho para el mío.

Cuando llego, y me dan por fin mi habitación, compruebo, que está muy bien: gran baño muy limpio, cama de 1,50, tv, con 50 canales, aire acondicionado (esto no me hace mucha gracia, pues no me gustan, prefiero el ventilador), un armario de madera maciza, con ostentosos adornos, y un espejo, que si lo viera mi hermana Rosario, seguro que idearía la manera de podérselo llevar para España, está realmente bien (los efectos del Fari), pienso yo.

DÍSELO CON ROSAS Y EL VIEJO GUARDIA CIVIL

Al día siguiente, decidido a subsanar los errores del anterior, me dirijo con la moto antes de devolverla a la agencia, hacia el mercado de las flores, en un puesto compro 15 rosas por algo menos de 2€, y contemplo como dos chicos de un puesto cercano empiezan a pelearse, y uno le rompe una silla de plástico, al otro en la cabeza.

Las mujeres intentan separarlos, pero no pueden, y cuando el otro coge una piedra de grandes dimensiones, para agredir al primero, me meto en medio (me llegan por los hombros), los cojo recordando anteriores tiempos, por sus respectivas camisetas, y de un gran tirón, casi los levanto del suelo, y los separo, acojonados los dos, se me quedan mirando, y se alejan el uno del otro, maldiciéndose entre ellos.

La mujer que me vendió las rosas, agradecida, me regala otras 5, y me dan las gracias. Enrojecido, me marcho, y llego a la galería de Chang, allí esta su compañera, a la cual le digo que le dé las rosas cuando ella llegue.

ALTAS FINANZAS EN HANOI

Marcho a la oficina de banco de Hanoi, de mi entidad bancaria, la cual está situada justo al lado del hotel más caro de todo Vietnam, el “Metropol” Entro y todo es lujo: sofás de diseño, oficinas espectaculares.

Me dirijo a uno de los cajeros que trabajan en él, y le digo que deseo abrir una cuenta en este banco, ya que para mí es imprescindible, porque quiero vivir un año aquí, las comisiones del cajero son de casi 6 €, y me fastidia que un banco se quede con algo mío.

Éste me hace esperar a la directora del banco, y cuando llega, me sube directamente al 5º piso, me recibe una secretaria, que me hace pasar a un lujosísimo despacho, donde se encuentra una de las vicepresidentas de esta entidad en Vietnam.

Yo extrañado, me empiezo a oler algo extraño, más que el fabuloso café que me ofrecen, y gustosamente acepto. Pues bien en un inglés perfecto, me dicen que lo bueno sería que abriera una cuenta con 70.000$, y así no me cobrarían comisión en ningún cajero del mundo, y de ninguna entidad.

Ahora lo empiezo a entender: a pesar de mis pintas, al ser extranjero me han confundido con uno de los clientes del hotel, y les digo que en mi vida he visto 70.000 $ juntos. Pero no me sé explicar, aguanto y aguanto las múltiples y diferentes ventajas de abrir una cuenta oro, hasta que cojo mi portátil, y con el traductor, consigo decirles que solo quiero abrir una cuenta corriente, para gente corriente.

Entonces, amablemente, me despiden, y desde la oficina hasta la salida, me cargan de diferente propaganda del banco, y me siguen diciendo las ventajas de la cuenta oro.

DEJO LA MOTO RECUPERO A CHANG

Por fin salgo a la calle, me dirijo hacia la agencia de alquiler, a dejar la moto, y compruebo que la dueña, es una negociadora dura, pero una persona de palabra. Me da el dinero de la multa, y es seria en los negocios, por lo que paso a poner su dirección, por si a alguien le hiciera falta alguna vez:

Flamingo Travel, 66 Dao Duy Tu Str. Hanoi.

Cuando paso por la galería de Chang, compruebo los efectos de las rosas, me la encuentro arrodillada, quitándole las espinas, y metiéndolas en un jarrón. Al verme se le ilumina la cara, se levanta sonriente, y me da un abrazo, y me repite con insistencia que gracias, mientras yo por otro lado le digo que siento lo del día anterior, que ha sido por confusión de idioma, ella me dice que lo olvide.

Paso el resto del día en los diferentes mercados recorriéndolos, y a la hora de cierre de la galería, recojo a Chang, y nos vamos a comer, ella fiel a lo que le dije el primer día que nos conocimos, cada día me ha llevado a un lugar diferente de comida, de sólo gente vietnamita.

Esta vez, no me gusta nada, es un pollo, en un caldo negro, y con acelgas y mucho jengibre, a cada sorbo, hago muecas, ya que está realmente fuerte de sabor , y ella ríe y ríe,  y como ve que no me gusta, dice que traigan dos pasteles, de tres colores, parecidos a la gelatina, pero muy dulces, y con un toque de coco, están deliciosos, .

La acompaño a la parada de autobús, y mientras esperamos, le compra a una mujer, unas pequeñas tortas de masa de arroz, espolvoreadas con unas virutas de carne seca , que cuando las pruebo, compruebo que tienen un sabor muy parecido al jamón, pero estas son de buey, muy complacido, le pregunto a Chang dónde puedo comprar, sólo las virutas, ella me lo anota, y me dice el precio máximo que debo de pagar.

MÁS ESPAÑOLES ALREDEDOR DEL MUNDO

Mientras charlamos, pasa por delante la pareja de españoles, que saludé el día anterior en mi antiguo hotel, se llaman Salva y Olga, están dando la vuelta al mundo en un año, y anteriormente han realizado numerosas visitas a diversos países, e intercambiamos información muy interesante para ambos.

Charlamos animadamente, llega el autobús de Chang, que se había separado de nosotros porque fumamos, y ella le molesta mucho, me despido de ella, y decidimos los tres ir a tomar una cerveza.

Mientras hablamos, me doy cuenta al igual que ellos, que somos personas muy afines, son encantadores, divertidos, cultos y lo más importante, son muy buena gente. Vamos a cenar a los sitios que conozco, y ellos encantados. Después tomamos unas cervezas , y quedamos para el día siguiente desayunar, y pasarlo juntos. Después de todo pienso, no ha sido tan mala decisión el venir a Hanoi. El vuelco que pueden dar las cosas de un día para otro.

Por la mañana hemos quedado a las 7:30, en donde desayunaba antes, al lado de mi antiguo hotel, y como buenos españoles, ponemos un bote común, para los diversos gastos vamos al Mausoleo de Ho Chiming, y al museo de éste ni entramos a lo uno ni a lo otro, la verdad, no son interesantes.

Preferimos pasear por los alrededores, entrar en un templo, contemplar, la instrucción de los militares , y al final entramos al parque adyacente a éste, que nos cobran 15.000 dong, . Es bonito, pero al ver los grupos de turistas que lo visitan, y ante el posible complejo de borreguismo que empezamos a sentir, lo recorremos rápido, y nos marchamos a comprar el billete de tren para ellos, ya que quieren hacer el norte de Vietnam.

Después nos vamos a comer, y los llevo al lado de mi hotel, y comemos en un puesto de la calle, con una sobremesa muy distendida entre todos, a la que se han unido, dos vietnamitas, que ríen con nosotros, y Olga canta unas coplas. Qué gente tan simpática, pienso, mientras escucho coplas y río con ellos . Posteriormente nos vamos cada uno a nuestros hoteles, y quedamos para cenar.

CENA CONTUNDENTE

Para la cena Salva me advierte que necesita algo más que la sopa con un poco de carne que hemos estado comiendo en las últimas 24 horas. Es lógico, pienso, son de Burgos.

Nos vamos a comer a un restaurante normal, donde los platos son más contundentes, y posteriormente nos vamos a tomar cervezas (Bia Hoy), son de barril, a 16 centimos cada una, en un cruce de calles, que Salva bautiza como la esquina caliente, ya que en cada esquina del cruce, hay dos bares, inundado por gente que toma cervecitas.

Charlamos animadamente, y me dan consejos muy valiosos, sobre lo que me espera de viaje, y mientras ambos pensamos, que es una lástima que mañana nos tengamos que despedir, pero les hago la solemne promesa de mi visita a Burgos, la primera vez que regrese a España, y también pienso en el destino, que me ha hecho encontrarme en varias ocasiones, con gente que no pensaba que volvería a ver.

Reímos mientras comemos, unos frutos secos, calamares enteros, que ya habéis visto en otras fotografías, junto a pescados secos, que venden unas mujeres en la calle, y ellas ponen a la brasa en unos minúsculos cuencos, y luego los sirven en tiras pequeñas en papel de periódico. Nos despedimos y quedamos al día siguiente, para acercarnos a la embajada española para que se registren.

EN LA EMBAJADA

Al día siguiente nos vemos sobre las 11, cogemos un taxi, que nos quiere estafar, pero no lo consigue, ya que con anterioridad yo ya había estado en la embajada, y sabía por donde estaba.

Se registran en ella, mientras yo pregunto por el tema de mi visado, si saben algo de por qué me lo redujeron de tres meses a uno. El cónsul me dicen que lo investigarán, y me despacha con mucha diplomacia, (es lógico son los estudios que posee), y recuerdo las investigaciones efectuadas con mis calzoncillos de cuescos sorpresa, que si no lo hago yo…

Después vamos a  comer, y mientras cae una tormenta tomamos un café con hielo, y apuramos las últimas horas juntos. Posteriormente, nos vamos a comprar unos bocatas para ellos, y para mí, y, lo que son las cosas, preguntamos el precio de cada bocata, y una niña, la cual no tiene aún malicia, nos dice que a 10.000 Dong, precio solo para vietnamitas.

Reímos los tres, mientras la dueña profiere constantemente insultos en vietnamita contra la cría, y le digo a ésta, que todos los días estaré allí, para comer dos o tres, que si llega a cobrar más no lo haría, que ha salido ganando, pero no lo entiende. Esta gente, es el concepto que tienen es que ellos por delante, y más barato.

Nos despedimos con un fuerte abrazo, y regreso al Hotel, del que pongo la dirección para que juzguéis vosotros si deseáis ir o no, yo volveré un par de días más. Está en un buen entorno, del Hanoi antiguo y profundo, y a excepción del primer capítulo con ellos, no sé si por la confusión de lo del Fari o no, no se han  portado mal, eso sí es más caro que el Especen Hotel 7 €, aunque la habitación es mejor, y el baño está dentro, este cuesta 11 €,

La dirección es:

Hotel Hello Vietnam Thanh Hà Lane, 3-5, Hoam Kiem Dist. Hanoi.

EN AUTOBÚS CAMA

Mañana hago mi camino en el autobús-cama a Laos, regreso al día siguiente de llegar, 22 horas de ida y 22 de vuelta, ya os contaré la experiencia. Siento que esta crónica tenga menos fotos, pero ya he estado en Hanoi, y no voy a fotografiar lo mismo, además me fue imposible hacer fotos de los diversos actos de la celebración de los 1000 años, debido a la muchedumbre, imaginaros encontraros entre 20.000 ó 30.000 personas en pequeñas plazas, y con un calor de 34º, con una humedad del 90 %, espero que lo comprendáis.

 

5 comentarios en «Vietnam (V)»

  1. Hola lolailo,aunque me parece que te voy a cambiar el nombre por el Fari,que bueno, me reí muchísimo.Estoy deseando de saber cómo te ha ido por Laos,que tal el viaje en super bus.Me alegro de que estés conociendo a gente interesante con la que compartir por unos dias tus experiencias.Por aquí todo sigue bien,ya te escribiré en tu correo.Cuídate y besitos.

  2. Bueno Antonio como va todo, espero que vaya bien, te mando un enlace para que como dice Sergio te eches unas risas.
    Vamos te lo digo por si pasas por Camboya, para que lo tengas en cuenta, a reirse toca.

    http://www.youtube.com/watch?v=ouDOLym1SJE

    Un saludo y hasta la proxima.

    P.D. Que sepas que todos mis amigos estan enterados de tu aventura.

  3. Antonio sigue disfrutando, que razon tienes, que lo material no vale para nada, si no que lo que cuenta es lo que tú dices, la persona.
    Un fuerte abrazo y un saludo.

  4. Buenas tardes,

    Aquí os dejo la quinta crónica de Antonio.
    Que decir, como nos tiene acostumbrados últimamente llena de humor ante las adversidades y complicaciones que tiene estar en otro pais totalmente diferente al nuestro.

    La opinión que tengo sobre los hoteles , no lo veo justo que quién pague más «pisa» a quién ya tiene una reserva, pero seguro que por aquí también pasa aunque nosotros no nos demos cuenta.

    A todos los que dejáis comentarios deciros que intento mirarlo día si y día también para publicarlos lo antes posible.

    sergio de nada por quitar el problema matemático que os llevaba a todos de cabeza, aprovecho para dejar un saludo a todos y muchas gracias por comentar las subidas al blog y hacer sugerencias (colores, letras, quitar problemas matemáticos… etc etc)

    Y a ti Antonio pues nada lo de siempre ten cuidado, y estamos en contacto y la próxima moto que alquiles que sea una 250 cc para que pueda mover todo los kilos que vas pillando con tanta comida que te metes! un abrazo enorme!

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