Malasia (III)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

Llego a Mersing, escuchando Tiny Dancer de Elton John, por lo que desde un primer momento me da muy buenas sensaciones aunque no tenga pensado el pasar en ella más de una noche. La razón es bien sencilla, desde allí, cogeré un ferry con dirección a Pulau Tioman, una isla del Sureste de la península malaya, donde me han advertido dos cosas. La primera, que debido a la época del monzón, no encuentre transporte, y la segunda es que si llego a hacerlo, no encuentre ningún lugar para hospedarme. La primera la soluciono, nada mas llegar, ya que saco un billete de ferry para mi, y debiendo dejar la moto en Mersing, puesto que en la isla, solo hay una carretera, que no me va a servir de nada. La segunda, pienso para mí, que en una isla, de un país turístico como es el malayo, seria difícil, que no hubiera ningún hotel abierto, por lo que poco me preocupa esta situación.

 

LA ISLA MÁS BONITA DEL MUNDO

Me voy al hotel más barato y limpio que encuentro, por 5 euros, habitación, con baño fuera, que ni tan siquiera tiene ducha, solo un cubo con agua, poco me importa, ya que por una noche solo, me vale. Paso el día finalizando y enviando mi crónica, en lo que se ha convertido ya en mi segundo hogar, los cybers.  Pienso en la frase “La política, hace extraños compañeros de cama”, miro a mi alrededor, y pienso que los cybers no se quedan atrás, ya que me encuentro acompañado de frikis, turistas ocasionales y adolescentes adictos a los video juegos.

Por la mañana a las seis y media de la mañana, me persono en el embarcadero, y me percato desde el primer momento, que los horarios de salida del ferry, son totalmente aproximados. Pues estamos en el barco al menos una hora más, esperando a que lleguen más personas, para que vaya completo.

El trayecto dura dos horas, cuando veo por primera vez la isla desde el ferry, contemplo sus dos puntas cársticas en el sur, que saludan al visitante, y me percato que Tioman, no es una isla cualquiera. Fue elegida en 1976 como la isla más bonita del mundo. Mucho ha llovido desde entonces, y por ese mismo motivo, desembarco en Salang, el lugar más al norte de la isla, con los mejores corales, las aguas mas cristalinas, y donde menos turistas hay.

Al desembarcar, descubro una magnifica playa, donde unos 8 hoteles con bungalós, varios restaurantes, y un par de escuelas de buceo rodean el muelle. Lo mejor sin duda, es que al ser temporada baja, nos encontramos un total de 12 extranjeros en el lugar. Además, debido a la situación de Salang, a donde solo se puede ir en barca taxi, o por un intransitable sendero a través de la selva, pocos más visitantes se pueden esperar.

Busco hotel, y descubro que solo hay abiertos 4, y decido alojarme al final, en uno donde me hacen el mejor precio, debido al duro regateo, y que como no hay demanda, mejor, poco que nada, piensan los dueños, 7 euros la noche, en bungalow con ventilador y baño dentro.

 

SIGUIENDO EL CABLE POR LA JUNGLA

Lo primero que decido hacer, inconscientemente, es adentrarme en la jungla, para intentar ir a la playa más cercana a la que me encuentro: Monkey Bay. Una lugareña, Rai, aborigen y musulmana, que tiene una tienda de material de buceo, ya me ha alertado, que es un camino, arduo, pero que no tiene perdida, ya que me puedo guiar por el recorrido del cableado eléctrico que suministra el lugar, y que recorre la selva.

Felizmente, me adentro y subo la cuesta más empinada de toda mi vida, teniéndome que agarrar a lianas, y a otra vegetación, para no resbalar, y acabar de nuevo en donde comencé. Además, he cometido un grave error, que jamás volveré a cometer, andar por la jungla en sandalias, exponiéndome a picaduras de toda clase de animalitos.

Cuando llego exhausto arriba, es imposible ver nada, todo lo tapa la maleza de la jungla, y lo peor de todo, no hay ni sendero, ni se ve ya el cableado eléctrico, por lo que debo de continuar camino, guiándome por mi instinto.

Al final opto, por guiarme por el oído, que me dice que el mar esta cerca, cayendo literalmente a la playa de Monkey bay, desde la selva.

Permanezco tumbado en el lugar desierto, y descansando al menos una hora, hasta que me percato, que hay una construcción en medio de la playa.

Llego a lo que hace más de cinco años tuvo que ser un intento de pequeño hotel, con tres bungalós alrededor, y que hoy en día, sólo está habitado por animales que huyen cuando entro en el lugar.

Decepcionado, ya que esperaba encontrar a alguien, para que llamara a un taxi, y me devolviera a Salang, sin tener que hacer el peligroso y cansado camino de regreso, no me queda otra que deshacer el camino que no es camino, hasta el lugar de partida.

En la vuelta, encuentro sólo a unos monos, que desde sus árboles, me miran extrañados de verme jadear una y otra vez, cuando tengo que trepar por las piedras, y resbalar continuamente en el barro.

Cuatro horas después de haber salido, por fin regreso a Salang, y cuando lo consigo distinguir entre los árboles, me da tanta alegría, como si hubiera llevado una larga travesía por el desierto, y hubiera encontrado un pozo de agua.

 

UNA LECCIÓN DE TRAVESÍA CON BODA AL FINAL

Cuando Rai me ve, me pregunta, si he llegado a Mokey Bay, le contesto afirmativamente con voz entrecortada, y ella me dice, que como es que no he seguido, hasta la próxima playa, Abc, donde hay unos cuantos hoteles. Le contesto, que me ha costado media vida llegar a Monkey Bay, que no se me ha ocurrido en absoluto seguir. Se desternilla, y me comenta, que he hecho el peor tramo de todos, que desde allí al resto de las playas es todo llano, y el sendero se puede distinguir perfectamente. También, me dice que cómo se me ocurre, irme por la selva, con un bañador, y unas sandalias, a lo que le contesto, que justamente he pensado eso mismo, cuando ya estaba casi a la mitad del camino de ida.

Enfadado conmigo mismo, por lo tonto que he sido hoy, decido recuperarme en las cristalinas aguas de la playa, y dejarme mecer por el contoneo de las olas el resto del día.

Cuando el sol comienza a bajar, marcho hasta mi hotel, y me encuentro de nuevo a Rai, que al verme no cesa de reírse de mí, ante mi simulado enfado.

Le pregunto que si al día siguiente al ser sábado, espera mas gente en la isla, a lo que ella me contesta que no, que ella misma sólo tiene su tienda abierta, porque está haciendo limpieza. Que estará cerrada por dos meses, ya que es temporada baja, que por la mañana marcha a Mersing, para asistir a una boda, de una isleña, que se casa en Mersing, preguntándome a continuación, si me gustaría asistir a ella.

Ante la sorpresa de Rai, y sin pensarlo dos veces, digo por supuesto, me acabas de alegrar el día, después de lo malo que ha sido.

Comprometida con la situación, me emplaza para estar al día siguiente en el muelle a las ocho y media de la mañana.

Marcho a cenar, y al haber tan poca gente en la isla, nos acabamos juntando todos en la tienda del duty fry, chismoseando todos los artículos.

Conozco a Nicola, Harry, a su mujer Mary, y también a Sara, un medico viajero italiano, un matrimonio londinense, y una mujer malaya, que esta de vacaciones.

Al final hacemos todos un botellón, libre de impuestos, a excepción de la malaya que es musulmana, y abrimos una tertulia que se extiende hasta la madrugada.

A las ocho y media me encuentro en el embarcadero, ante la mirada atónita de Rai, que no sale de su asombro, de que me haya invitado ella a la boda, y de que yo aceptara su invitación, esto me lo confirma posteriormente entre risas, en la charla que tenemos en el ferri camino a Mersing.

 

A POR EL NOVIO

Llegamos a casa de Rai en Mersing, y me presenta a sus dos hijos, y a su hermano, se cambia, y me indica que vamos a comprar un regalo para la novia que es la hermana de su mejor amiga.

Vamos a unos almacenes, junto con sus hijos, y escoge un juego de vasos, que insisto yo en pagar, 6 euros.

Posteriormente, llegamos a la boda, que se hace en una casa, en esta ocasión en la del hermano de la novia.

Rai me hace entrar en el interior, y me lleva a una habitación, donde unas mujeres cuidan de los niños . Mientras, los padres y demás adultos, se encuentran en unas carpas instaladas en el jardín, que es donde se celebra el convite de la boda y una banda  ameniza con música tradicional malaya.

Deja el regalo envuelto en una habitación, y me indica, que allí deja todo el mundo su regalo, junto con una tarjeta, y que luego al día siguiente los novios, abren los regalos ya que es de mala educación en Malasia, abrir un regalo delante del que te lo hace.

Me lleva al jardín, y me pone en la fila, para comer, son platos únicos, arroz, pollo en salsa, ternera, y de beber agua de rosas con colorante rojo, de postre una especie de gachas de arroz.

Comemos en compañía de sus hijos y de su mejor amiga, a la que me presenta, y lo hacemos como es normal en Malasia, con la mano derecha y sin cubiertos, algo difícil para mí que no estoy acostumbrado, y mucho más cuando se trata de platos que llevan arroz. Posteriormente, me presentan a un sin fin de gente, todos isleños de Tioman, todos encantadores, y todos con la sonrisa abierta de par en par, que no hacen nada más que indicarme que me sirva más comida.

Después de comer marchamos a una casa que se encuentra justo en la otra parte de la manzana, y Rai y su amiga, me comenta, que es donde se encuentra el novio, ya que al ser  de fuera de la ciudad,  unos vecinos le han dejado su casa, para que salga desde allí a buscar a la novia.

Cuando veo al novio, y éste, extrañado,  me ve a mi, nos saludamos, y me dice que está encantado de que asista a su boda, que soy en único extranjero que esta allí, y eso que trabajo en una oficina de inmigración, me dice bromeando.

Viste un traje tradicional malayo, y va en compañía de sus amigos, que portan cestos con diferentes regalos para la novia. Marcha por la calle, seguido por un séquito de personas, y bajo un paraguas suntuoso que le protege tanto de la lluvia como del sol.

 

DANZAS NUPCIALES

Llegamos a la casa, y el novio, espera en la entrada a que la novia salga a recibirlo, cuando lo hace, la banda de música, toca con más alegría.

La novia sale vestida con un traje tradicional, y acompañada de la que en teoría es su mejor amiga, y ésta le tapa la cara con un abanico, para que el novio aún no la pueda ver.

Éste, hace que pasen todos sus amigos que portan las cestas con regalos, y entonces salen también las amigas de la novia con los regalos para el novio.

Me entero posteriormente, que los regalos acompañan a los novios vayan a donde vayan.

Se sientan los dos, y comienza algo realmente curioso para mí.

Todos los invitados hacen un corro alrededor de los novios, y la música  empieza a animarse cada vez más, saliendo de entre la los músicos,  unas personas, que se disponen en el centro, justo en frente de los novios, y comienzan a hacer una danza.

Rouslan, que es uno de los fotógrafos de la boda, y con el que he hecho amistad, me comentan que son danzas tradicionales malayas, que se hacen especiales para la boda, que son muy antiguas, y que es una costumbre entre el pueblo malayo.

Quedo sorprendido, lo primero porque la danza, lejos de parecer amigable, por los gestos de la cara de los que la realizan, y el cuerpo en total tensión, parecen amenazantes, pero no dejan de ser muy impactante  la mirada que constantemente echan a los novios.

Luego también, porque no utilizan ningún traje tradicional, sino que van en vaqueros, y en su cabeza llevan un pañuelo y en la cintura una cinta a juego, pero no todos, e incluso uno de ellos, lleva unos guantes de boxeo.

Posteriormente me explican, que cada uno de ellos, danza de una manera diferente, y que le desea una suerte distinta en la vida que comienzan juntos.

Finalizadas las danzas, todos los invitados, y familiares, hacen sesión fotográfica junto con los novios, que se sientan en unos suntuosos sillones especiales para la ocasión, incluido un servidor.

 

SEGUNDA BODA Y SESION FOTOGRÁFICA

Posteriormente, los novios comen, junto con los familiares, y un servidor, junto con Rai y su amiga, marchamos a casa de una vecina, donde me explican que debemos de asistir a otra boda que es de un vecino, y tienen compromiso de presencia.

Entramos en otra carpa, y me reciben los familiares de los novios, encantado de que también asista a la fiesta y me hacen que me siente, y coma de nuevo, en esta ocasión, son los mismos platos en que en la anterior, pero además un pescado seco salado, que hace mis delicias.

Posteriormente, me presentan a los novios, y me insisten en que haga fotos de los invitados, de los novios, y del lugar de honor donde se sientan los novios, para la sesión fotográfica, para que lo tenga de recuerdo.

Vuelvo de nuevo a la primera boda, y veo como los novios se han cambiado de ropa, y están a punto de marcharse, cuando me miran, y me hacen señas, para que me suba en uno de los coches que van con ellos, y los siga.

Me quedo extrañado y le pregunto a Rai, qué significa esto, ella me contesta que tengo mucha suerte, que los novios insisten para que los acompañe a la sesión de fotos, donde solo van los mejores amigos, que ella se queda con su amiga, y que me espera allí.

Abrumado, recorremos Mersing, y llegamos a una playa, donde Rouslan, hace todo tipo de fotos, propicias para un evento similar.

Luego cuando hacen las fotos de todos juntos, me indican que me ponga con todos, a lo que accedo con gratitud.

A la vuelta paramos en un chiringuito y tomamos un café, entre risas y anécdotas de la boda, todo con una de las mejores compañías que se puede pedir unos nuevos amigos.

Cuando llegamos de nuevo a la casa, todos están recogiendo, y me supongo que la fiesta ha terminado, Rai me indica que nada de eso, que ahora viene el baile, que me tengo que cambiar de ropa. Me lleva al hotel, para que me asee, y una hora más tarde me vuelve a recoger, para llevarme de nuevo al lugar.

Veo como la mayoría de chicas que llevaban pañuelo en la boda, ahora carecen de él, y bailan todos animadamente.

Le pregunto a Rai, si no es obligatorio el pañuelo en la celebraciones, ella extrañada, me contesta que en absoluto, que cada uno se lo pone tal y como se sienta, que todos son libres de hacerlo, y que nadie le va a decir nada.

El baile dura hasta altas horas de la mañana, donde me hacen que baile en varias ocasiones, siendo imposible que mis ruegos sean escuchados para no hacerlo.

Lo mas extraño de todo, es que ha sido una fiesta donde no ha habido alcohol, por lo que tampoco ha habido brindis, pero donde todo el mundo se ha divertido y lo ha pasado en grande.

 

AGRADECIENDO Y SUMERGIÉNDOME EN EL PARAÍSO

Por la mañana, despierto, cuando  es imposible regresar a Tioman, ya que el último ferry ha salido, y debo de quedarme un día más en Mersing.

Paso el día deambulando por las calles, y dejando las horas pasar, hasta que la noche cae, y llamo a Rai, para agradecerle el que me haya invitado a la boda, ella me creía ya en la isla, y entonces decide llevarme junto con otras dos amigas a cenar a un lugar cercano de Mersing.

En la cena, me comenta, que se ha alegrado mucho de que fuera a la boda, que se divirtió mucho, viendo como una y otra vez me arrastraban a la pista de baile ante mis negativas.

Me pregunta, si tengo pensado al día siguiente regresar a Tioman, asiento, y ella me indica los lugares cercanos a Salang, donde debo de hacer Snorkel, también me comenta, que si quiero unas aletas, que ella llamará al encargado del hotel, con quien tiene amistad, para que me de unas gratis, en los días que esté en la isla.

Me despido de Rai y sus dos amigas, y la emplazo para cuando regrese, despedirme de ella.

Por la mañana cojo el último ferry que sale a Tioman, a las 11 de la mañana, llegando a la hora de comer.

Me dirijo posteriormente a mi antiguo hotel, y hago lo que me aconsejo Rai, recojo las aletas, y me sumerjo en las cristalinas aguas de Tioman.

Contemplo de nuevo la vida acuática y me dejo guiar por los peces, hasta los corales, para posteriormente, dar vueltas por islotes que parecen estar sacados de postales paradisíacas.

Antes de la cena, doy una vuelta por Salang, y veo como el lugar cuenta ahora con aún menos turistas de los que tenia el día que llegué por primera vez, y contemplo alguna estampa curiosa.

Posteriormente, hago alguna foto del precioso atardecer que se puede contemplar desde el lado más al norte de Salang, con vistas al embarcadero.

Veo como cuando cae la noche, que murciélagos del tamaño de pollos, copan el cielo, y revolotean buscando fruta en los árboles.

Por la mañana, el tiempo, ha dejado a un lado la tregua que me tenía prometida, y no deja de llover en todo el día.

Hago tareas domésticas, de colada, de difícil secado, y dejo que las horas pasen tranquilamente, detrás de un te Tarik, con el juego de cartas y dominó de los pescadores como acompañantes.

 

DUDA EXISTENCIAL

Voy al muelle, a intentar comprender los escasos comentarios que hacen los lugareños entre ellos, cuando están concentrados en que los peces hagan caso de los tramposos manjares que les ofrecen.

Comienzo a pensar, por qué no quedarme en la isla hasta que la temporada baja finalice, o mejor aun un par de vidas, intentando aprender el oficio perdido de la calma, y el arte de saberse encontrar a uno mismo.

Mi imaginación comienza a volar por como podría ser mi vida en este lugar donde lo más novedoso que puede ocurrir en un día normal, es adivinar el cargamento o la cantidad de gente que transporta el ferry diario.

Comienzo a volar, y a pensar, en que dirían mis familiares y amigos, si les digo que paro, que aquí me quedo, seguramente, nada mucho peor que cuando les dije que ya no me quedaba allí.

Comienzo a volar, por los lugares y escondites secretos que estoy seguro que aún debe de tener este lugar, sólo velado a los que viven en el.

Vuelo por momentos de mi vida, en los que me imagino recibiendo en el muelle a amigos y familiares que viene de visita al paraíso por unos días, mientras yo continúo en él.

Cuando ya vuelo alto, mi principal decreto me hace aterrizar, “El camino debe de continuar, aun me quedan muchos lugares por ver y saborear”.

A la mañana siguiente regreso a Mersing, continúo camino hacia el norte, esta vez mi mente sólo la ocupa Taman Negara, el parque nacional más famoso de la península Malaya.

9 comentarios en «Malasia (III)»

    1. Thanks, yeah, flickr searches «the taravitazo» I am slowly going up all the photos organized as entries in the web, go a little slow lately having problems with your computer, but will try to catch up.

      I appreciate your comment.

  1. Me alegro de que sigas disfrutando asi de tu viaje sin fin… Tus crónicas siguen siendo divertidas y muy instructivas. Cuidate de los monzones y pillate unas zapatillas de treking que ya te vale con las chanclas por la selva…jajajaj!!
    Lo dicho… cuidate mucho y un abrazo!!

  2. Antonio!!Bueno…ya hece que lei tu cronica pero no te deje comentario alguno….opino como todos jaja,ya me habia dado cuenta yo lo de los bodorrios,pero esta cronica se lleva la palma,digo yo que no te acabaras animando no??..bueno y lo de las chanclas chiquillo,a quien se le puede ocurrir tal desproposito,como me he reido.
    Y esa isla!!! seria mi paraiso ideal para desconectar,sobre todo de esta sociedad consumista,intolerante en la que vivimos.
    Por cierto, aver si nos dices que tal esta Maurixiña.
    Hasta la proxima,un beso!!
    Cuidate.

  3. Hola guapo!
    Es verdad, tanta boda, tanta boda… ten cuaidado que ya sabes el dicho, «de una boda, sale otra» je,je. Me alegro mucho que lo pases tan bien y disfrutes con todas esas experiencia. Ahh!! apuntame para ir al paraiso. Yo seria una de esas que se presentaria por ahí y me esperarias en el muelle para pasar unos dias…
    Cuidate, besotes.

  4. No vayas a tantas bodas que da mala suerte. . .
    Los trajes de novio y novia tengo entendido que los importan desde spain de los sobrantes de primeras comuniones, puesto que el tallaje de los implicados asi lo indica.-

    La novia en esta ocasion no hace tanta ostentación como la de farruquito.

    Lo que desconozco si en esas lejanas pedanias, existe la prueba del pañuelo o por el contrario se continua con la tradicion del derecho de pernada.-

    En todo caso como buenos musulmanes supongo que practiquen la ablacion , unica manera de garantizar la felicidad del consorte.-
    Besos y abrazos … desde los Reinos Taifas de León.-

  5. Hola Lolailo,cuánto me gustaría aparcar mi vida cotidiana con sus problemas y darme un respiro en esa isla tan bonita y tranquila y cargar de nuevo las pilas,por supuesto en tu compañía.Desde luego te vas a hacer todo un bailón de bodas,que risa,ya nos harás una exhibición estas Navidades.Cuídate mucho y hasta pronto.

  6. De nuevo, leyendo tus crónicas… Conozco por fín, después de mucho leer, pues he empezado por la última publicada,… los motivos de Maruxiña vuelve a España y he sabido también que regresará para los Reyes Magos, por lo que no tienes que preocuparte.
    Lo cierto es que me he puesto al día y me siguen entreteniendo y gustando tus crónicas… y sigo escogiendo un día concreto, muy de mañanita para ponerme al día ahora son las 6,20…pero es que de otra manera me quedo muy atrasada…ya sabes » los que curramos y estudiamos no tenemos tiempo para nada.
    Hay un momento que me recuerdas a Labordeta cuando hablas de las puntas cársticas de Pulan Tioman. Sin querer hacer la pelota «eres todo un viajero con moto en vez de llevar la mochila al hombro»
    …Me encanta la boda a la que has asistido, sobre todos las fotos de la segunda, ya occidentalizada «que es lo bueno»…solo puntualizar algo, el novio parece vestidito de primera comunión. A parte si sacas las fotos en blanco y negro, nos situariamos a principio de siglo XX en España…pero lo mejor de la fotos son los novios, con los regalos en mano y el móvil, son unas fotos para exponer en una galeria de arte.
    Y otra cosilla,.. hay calzado más apropiado para andar por la selva…¡ aquién se le ocurre andar por la selva con sandalias, como si por la casa de Manolo y Manolita fuese!…creo que no se le ocurra a nadie que haya nacido a más de 30 kilómetros de Fernán Núñez…
    Besos de toda la familia García Maestre, en especial de la mamá Rosalía. Ah.¡Ten cuidado con los Monzones!

  7. Hola hola!!!

    No veas el coche tuning de la boda no???? yo quiero uno así de chusmi para ir por Barberà con la música a toda pastilla!!! (AH y mi pirsing!!)

    MARC.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *