Agradecimientos

Es de bien nacido el ser agradecido, lo primero quiero agradecer a mis padres su comprensión por mi proyecto, aunque ellos no lo compartan, y acompañarme a todos los sitios, donde he tenido que realizar gestiones. Luego a Eladio “El profesor”, el cual se ha comprometido a la corrección de mis escritos, y a Marc el cual cuelga en esta página mis crónicas, sin vosotros dos esta página no existiría, son la prueba de que la buena gente existe, a mis hermanas Rosario y Ana, por aguantar mis cambios de humor y a mi hermano Manolo, el cual no ha querido regalarme el saco de sabana que le encargué, pero si me realizo gestiones con mis visados lo cual agradezco mucho más, a Sergio y Soto, por demostrarme que las personas pueden cambiar, y ser buenos amigos, a Paco y Ana, por no haberme regalado las botas de jungla que les pedí, pero sí proporcionarme la navaja que llevo, la cual es utilísima, a mi prima Pepi, la cual ha hecho posible que durante el viaje me acompañen mis canciones preferidas, a mis tíos Antonio, Noni, Cuesta, y Loli, los cuales me han dado apoyo económico, a mi prima Rosario, que me ha proporcionado medicinas, y a su hijo Antonio (la generación Nini personificada), el cual me ha proporcionado mi portátil para poder escribir estas crónicas) a Juanito, amigo de la infancia y Majid, las dos únicas personas que se han ofrecido a rescatarme allá donde esté y sin que tenga que enterarse mi familia, a mis tíos padrinos por ese gazpacho y esas aceitunas tan buenas, a mi mejor amigo Viril, sin el cual no habrían sido posible estas maravillosas fotografías, a Kiko, por proporcionarme un trípode y por ser una buena persona, en general a toda mi familia y amigos que me han apoyado, y a Orozco, por seguir siendo tan liante como siempre, y dejarme tirado en mi despedida, no cambies, eres la razón para pensar que los liantes continúan siéndolo a lo largo de su vida, y no puedo olvidar a mis primos Francisco, el cual me cobra las tres botellas que le encargo (gracias por traerlas desde Ceuta sin impuestos),  (por cierto me debes dos cenas en bodegas Campos desde hace 11 años)pero te tengo una estima muy grande, y a su hermano Juan Carlos y a mi amigo Joaquín por proporcionarme la logística de la comida de mi despedida, en definitiva a todos los que aún sin comprender muy bien lo que hago, me habéis apoyado, y vinisteis a mi despedida, o me habéis hecho llegar mensajes de ánimo. Soy perfectamente consciente que esto habrá gente que le guste, y gente que no, pero he decidido contar la verdad y solo la verdad.