Vietnam (XXVII)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

EPÍLOGO

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, por lo que en estas dos semanas que en un principio iban a ser una, no cansaré al lector con mi verborrea habitual, y sólo dejo fotografías de las cosas a las que me he dedicado, y los lugares donde he pasado los últimos días en Vietnam.

REENCUERNTRO SABROSO

Justo cuando mis nuevos acompañantes aterrizan en Vietnam, como no podría ser de otra manera, nada de lo planeado sale, ya que nuestro avión se ha retrasado por 6 horas, teniendo que buscarse la vida para llegar del aeropuerto al hotel de Hanói, por las directrices que yo les había marcado a través de sms.

Cuando llegamos al hotel, por fin estamos los 5 juntos, mi hermana y mi prima, me envían saludos de Ani, Paula, Fina y Vicky, ávidas lectoras del Taravitazo, los cuales agradezco, pero a las que alecciono, a que dejen un comentario, ya que a estos dos viajeros, les reconforta más que los “ve y dile”.

También nos traen saludos de Ángel padre e hijo, jamón y embutidos de contrabando, los que ya me había mentalizado en no volver a saborear, hasta mi vuelta a España, y que hacen las delicias de mi compañera y de un servidor cuando los catamos.

LA GRAVE ENFERMEDAD

Al día siguiente, salimos hacia la bahía de Halong, con mal tiempo, lo que hace que el lugar se disfrute en menor grado, pero que en absoluto vela la hermosura del lugar.

Siendo en estos días, cuando a Sergio y Maruxiña, comienzan a tener los síntomas de la enfermedad, que ya llevo arrastrando un tiempo, el temido “Taravitazo”, y en el momento álgido de la sintomatología de la enfermedad, sale a la luz las consecuencias de esta. Maruxiña y Sergio, proponen el ir a ver a Malasia el Gran Premio de la Formula 1, y un servidor, que es enfermo crónico, no sabe cómo poner freno a esta locura.

En un principio, en absoluto está en mis planes, el cambiar de país, ni el hacer una pausa, pero me dejo llevar en volandas por la ilusión que desprenden los dos enfermos, y acabo aceptando la propuesta. Mi hermana y mi prima que llevan en sus cuerpos vacunas para todo, y me imagino que también para “El Taravitazo”, en un primer momento se unen, pero poco a poco la consciencia y la lógica, van haciendo mella en sus mentes, y finalmente rehúsan el unirse a nosotros, permaneciendo los cinco días que durará la aventura recorriendo una parte de Laos.

LAOS

Tạm Biệt Vietnam, Sabaidy Laos

El 27 de Marzo, después de seis meses y medio en Vietnam, salimos por la frontera de Nam Xoi, a Laos, siendo esta según la guía, solo para aventureros, y confirmándose posteriormente, este comentario, ya que el camino hasta llegar a la misma, se encuentra lleno de baches, y nos obsequia como regalo de despedida, hasta un desprendimiento, 20 kilómetros antes de llegar al final.

De las cinco personas, que ahora nos encontramos, Sergio, Maruxiña y yo, vamos en moto, y mi hermana, y mi prima, viajan en autobús. Hemos quedado dentro de cuatro días en Vientián, la capital de Laos, lo que nos obliga, a realizar un recorrido constante de pocas paradas en los lugares de final de jornada, por lo que no podremos disfrutar de ellos.

Cuando llegamos a la frontera, realizamos los trámites oportunos, para pasar con las motos a Laos. Debemos pagar en la frontera de Vietnam 20 $ por moto, y en la de Laos, 35 $ por persona, por el visado.

En la frontera, constatamos que este paso, no es para turistas, ya que tanto los lugareños, como la policía de frontera, se quedan sorprendidos al vernos, pero nada les sorprende más que ver a Sergio, de la manera que arranca su moto (a empujones), y tiene decidido, el llegar con ella hasta la capital.

CINCO NOTABLES DIFERENCIAS

Una vez dejado atrás la frontera, mis acompañantes, constatan, lo que anteriormente les había dicho de Laos, la diferencia tan grande que hay entre los dos países, a pesar de ser vecinos.

Lo primero, la ausencia de vehículos, ya que en un trayecto de 40 kilómetros, desde la frontera hasta Vieng Xai, primer pueblo donde vamos a dormir, solo encontramos, dos vehículos de cuatro ruedas, y cuatro motos.

Lo segundo, la amabilidad de los laosianos, que hablan en tono moderado, sin gritos, y sonriendo siempre, algo que dista mucho, de los chillidos estridentes, y del nerviosismo, de sus vecinos.

Lo tercero, es que a pesar de que Laos es un país, más pobre que Vietnam, tanto las gentes, como su entorno, son mucho más limpios, que este.

Lo cuarto, es que el país, a pesar de no tener mar, es más bonito que el anterior, y mucho mas autentico, que Vietnam, ya que sus gentes, conservan, más sus tradiciones, cultura, y manera de vestir, que el comunismo, no ha extirpado, de una manera tan pragmática.

Y lo quinto, y quizás, peor, ya que nos hemos acostumbrado demasiado bien, es que es entre un 20, y un 30 %, más caro que Vietnam, por ejemplo, los cafés, y las bebidas, siguen valiendo, 50 cent. un café, y 60 cent. una cerveza, pero los hoteles, comida, y gasolina, incrementan su precio, nada más pasar la frontera.

FRÍO Y BUENA COMIDA

Por fin llegamos a Vieng Xai, con un frío, que cala en nuestros huesos, hasta que una ducha caliente de media hora, lo erradica. Esta pequeña población, solo tiene para ofrecer al visitante, la visita a unas cuevas, que no son de lo mejor que este país, puede ofrecer, pero hace que el pueblo, cuente con cuatro hoteles, y podamos escoger entre ellos, y entre sus restaurantes, para degustar la deliciosa comida de Laos, en mi opinión, mucho mejor que la de Vietnam, ya que aun no he probado en Laos, algo que no me guste, posteriormente, lo constatan también Sergio y Marusiña.

En el segundo día de camino, entre Vieng Xai, y Phonsavan (250 km.), cuando llegamos a Sam Neua, población, que dista 28 kilómetros, de nuestra salida, ante el frío creciente, y la lluvia que cae, Maruxiña, decide que el resto del trayecto, lo hará en autobús.

Continuamos camino, Sergio y yo, serpenteando por montañas, y valles, en los que el paisaje es tan sublime, que en ocasiones hace que olvidemos el frío, al que nos está sometiendo este país, además, el asfalto de la carretera, hace que las mejores carreteras de Vietnam, se ruborizaran, si se tuvieran que comparar.

DERRAPE Y CAÍDA

A la salida de una curva, Sergio, derrapa y cae al suelo, cuando llego al lugar, lo encuentro, maldiciendo a la carretera, a la moto, y a unos chicos que se encuentran al lado de él. Pero pronto compruebo, que la peor parte de la caída, se la ha llevado la moto, la mochila, ya que está totalmente embarrada, y el orgullo de mi amigo, que en un acto de dignidad, no tarda en volver a subirse a su moto, arrancarla a empujones, y continuar camino como un valiente, eso sí, con el foco, el cuenta kilómetros, y los intermitentes, desmigándolos por el camino, como si se tratara de Hansel y Gretel, que van dejando migas de pan, para luego recordar el camino de vuelta.

Por fin llegamos a Phonsavan, donde recogemos a Maruxiña, que ya nos espera en la estación de autobuses, y buscamos un hotel.

LAS 600 JARRAS

Esta población, es capital de provincia, y cuenta en sus alrededores, con uno de los atractivos más visitados de este país, “La llanura de las jarras”, son varias llanuras, distantes entre sí, unos 35 km, que cuentan con unas 600 jarras en total, de un peso de entre 600 kg, a una tonelada, desconociéndose, la utilidad de estas, ya que hay varias versiones de la utilidad, unas dicen que ornamentos funerarios, otras, que para la fermentación de alimentos, otras que como sarcófagos, no poniéndose ninguna de ellas de acuerdo, a excepción de que tienen una antigüedad de 2.000 años. Lugar que tampoco podremos visitar en esta ocasión, pero que tengo a buen seguro que sí lo haremos en posteriores visitas.

CON FRÍO ASIÁTICO

Al día siguiente, salimos de Phonsavan, después de haber pasado una de las noches más frías, que hemos tenido en todo el sudeste asiático, tapados con mantas, y siendo corto el abrigo, que nos procuramos. Nos dirigimos a Vang Vieng (250 km.), donde esperamos encontrar el calor que tanto anhelamos, y esperando que Ra nos honre con su presencia.

No tardamos, en pasar de el frio, a una calor propia de un junio en Córdoba, acompañada de una carretera, que hace las delicias, de los que la transitan, por el bello paisaje, el magnífico asfalto, y sus curvas con peralte, todos pensamos en lo mismo, adiós abrigo, hola bañador.

VIEJOS JUEGOS FLUVIALES

Llegamos a Vang Vieng, población famosa entre los turistas, por varias cosas, la primera es el tubing, esto consiste, en alquilar un flotador, que es la recamara d la rueda de un camión, y con ella deslizarte por el río, que baña esta ciudad durante 3 kilómetros,  dejándote arrastrar hasta la orilla, por los trabajadores de los numerosos chiringuitos, ubicados en el recorrido, y en cada uno de ellos, tomar cervezas o cócteles, para después disfrutar de los trampolines, toboganes, o tirolinas, los cuales acrecientan el peligro, de los posibles espaldarazos, que te puedes dar al lanzarte al río, en proporción con el alcohol, que llevas en tu cuerpo.

La segunda, es por los menús que ofrecen la gran mayoría de restaurantes que tiene la ciudad, y no son famosos precisamente por la calidad de estas, sino por su ingredientes (opio, Marihuana y setas), siendo estos capaces de transportar al comensal, a las galaxias más remotas, por lo que no debe de sorprender al viajero, el encontrar a turistas en la calle, intentando conversar con perros, objetos inanimados, o con otros viandantes, sin tener motivo alguno para hacerlo.

Decidimos quedarnos en la ciudad, los dos días que tenemos de sobra, antes de la fecha en la que habíamos quedado con mi hermana y mi prima, ya que el tercer motivo para visitar esta ciudad, es el paisaje, y el confort de sus hoteles, que ofrecen a todo aquel que no le interesen los otros dos reclamos.

TUBING CERVECERO

En el segundo día, decidimos practicar el tubing, desde muy temprano, ya que no sabemos el tiempo que tardaremos en realizar todo el recorrido, y tienes un tiempo límite hasta las 6 de la tarde, para entregar el flotador en la oficina de alquiler, si no quieres que te cobre 7$, de recargo.

Pagamos un total de 12 $, en concepto de alquiler y de fianza, y un tuc tuc, nos lleva 3 km. río arriba, donde nos deja ya en una terraza, en la que tienen dispuestos diversas cabañas con alfombras en el suelo, y donde nos ofrendan con un coctel de bienvenida.

En un primer momento, decidimos parar en todos los chiringuitos del río, pero ante la cantidad de estos, decidimos, que solo es apto, para personas, con un previo entrenamiento, en cervezas y vinos con una antigüedad, superior a un año.

Por lo que continuamos camino hacia el final de trayecto, haciendo caso omiso, a los reclamos de los trabajadores de los chiringuitos, y a sus cuerdas, que una y otra vez, lanzan hacia nuestros flotadores.

Terminamos el recorrido, justo 20 minutos antes del cierre, por lo que es recomendable para el que realice este trayecto, que no se entretenga demasiado en el camino, si no quiere pagar el precio abusivo, que le imponen a el flotador.

A la mañana siguiente, salimos hacia Vientián (150 km.), sabiendo que volveremos a Vang Vieng, ya que tiene unas cuevas, importantes para visitar, y porque está en el cruce de varios lugares de obligatoria visita en este país.

CERRANDO EL CÍRCULO

Sobre las tres de la tarde, después de realizar los 1.000 km. que separan Hanói de Vientián, llegamos ante mi asombro, a la puerta de mi antiguo hotel en esta ciudad, cinco minutos después, como si hubiera estado todo perfectamente planificado, mi hermana me llama por teléfono, y me comunica, que se encuentra a tan solo 300 metros de nosotros. Cogemos habitación, nos aseamos, y salimos a ver el atardecer sobre del Mekong, sobre Tailandia, la cual se encuentra al otro margen del rio, disfrutamos plácidamente de este, como si de una recompensa de final de trayecto se tratara.

Por la noche, salimos todos juntos, a cenar, y a tomar unas cervezas en uno de los mejores locales de esta ciudad, en el que ponen música en directo, y que posteriormente dejaré la dirección.

En el pub, acompañados por los acordes de la guitarra de un artista local, conversamos animadamente, intercambiando anécdotas del viaje, y las diferencias entre este país, y el que ya hemos dejado atrás. También organizamos, lo que será el resto de la semana, claramente marcado, por el viaje a Malasia, donde viviremos algo que no estaba en la hoja de ruta de mi viaje, pero que tiene perfecta cabida en lo que ya es la enfermedad comúnmente conocida como “El Taravitazo”.

 

11 comentarios en «Vietnam (XXVII)»

  1. Hola Antonio. Desde Buenos Aires, Argentina te mandamos un abrazo. Lamentamos que tengas la enfermedad pero vemos que la vas llevando muy bien hombre, así se hace!
    En fin, nosotros ya hemos superado la edad en la cual la enfermedad ataca, si bien hemos tenido una que otra derrapada por ella.}
    Ahora estamos por irnos para China, Vietnam y Tailandia para ver si podemos contrarrestar un ataque de la enfermedad o sus secuelas y por eso te henos visitado.
    Queremos que sepas que cuando vengas por Buenos Aires, cuentes con nuestro apoyo por cualquier cosa. Sabemos que la enfermedad requiere «contactos» en todo el mundo para poder ser superada.
    Un abrazo para ambos y fuerza! que aún queda mucho mundo por recorrer y mucho y buen ser humano por conocer.

  2. Buenas, un amigo tuyo me ha dado tu direcion y de verdad he disfrutado mucho,yo tambien me he aventurado alguna vez, este amigo es Angel de Andorra, somos amigos y me ha recomendado tu blog….animos y ya estamos en contacto.

  3. Como estas torpedo!!!!

    Un abrazo, ya sabes quien soy…antes de nada siento mucho lo de Manolo, me da mucha pena!!, los siento, no te he escrito hasta ahora porque he estado de hospitales entre mi suegro y mi madre….y la verdad me he olvidado un poco de todo, y no estaba de animo,siento que no hayas tenido noticias mias hata ahora,perdoname por no haberte contestado a tus mensaje,pero ya digo…..no tenia ganas de nada,pero no pienses que me he olvidado de ti,.Por lo demas me alegro que todo te vaya tan bien y que al final estes muy bien acompañado, como puedo observar, de una paisana mia..como no podia ser de otra manera ,jajajajaj…un abrazo a los dos,recuerdos y besos de Susana,cuidaros y un abrazo muy fuerte de tu amigo Pablo que no te olvida!!

    Cuidate torpedo!

  4. ¡Hola viajeros! ya sois como de la familia, todas las semanas esperamos con gran espectación la publicación de vuestras crónicas. Vas a tener que ir pensando en hacer una exposición fotográfica a tu vuelta. Hay muchas fotos que me gustan, pero destacaría la de una muchacha con un traje tradicional a su entrada al templo en honor a Confucio en Hanoi (me encanta), o la de la porteadora mayor, o la de una casa con vistas, etc, etc….¡Oye, Maruxiña, como diría mi abuela, se ve muy «apañá», es difícil encontrar compañeros con los que congeniar y vosotros, parece que no habéis tenido ningúnn problema.
    Bueno, dejo el rollo para otro día. Sólo deciros que os envidio.

  5. tardsteis mucho en poner esta cronica. por lo q se ve, esta el tema un poco «candente» por ahi. me imagino q a mayor numero de viajeros, mayor numero de problemas.

    espero q tengais suerte en laos, y no sabemos nada de lo de malasia, ya contareis.

  6. Hola de nuevo.Me alegro de volver a leer las crónicas.
    Tambien aprovecho para deciros que os envidio por lo de Malasia y la F1.
    Por cierto Anita, te veo muy favorecida.
    Chao

  7. Por fiiiiiiin estas otra vez por aqui!!!
    Madre mia si que habeis hecho cosas estas semanas! Me alegro que haya ido bien la visita de tu hermana y prima, espero que se lo pasen igual de bien que te lo estas pasando tú.
    Un beso grande Antonio de parte de los 2 y sigue asi!
    PD: la foto de la puesta de sol… PRECIOSA!

  8. Hola Antonio soy Paula nos encanta tu viaje y tus historias,las fotos son preciosas espero que tu hermana y prima se lo esten pasando tambien como tu muchos besos a todos y buen viaje

  9. Antonio,¡¡¡ pues no sabes tu la calor que tenemos aqui ahora!!!, estaras super contento con tu nueva visitas y ellas me imagino,, un saludo

  10. Hola guapo !
    Que bien, de nuevo con la aventura en marcha y en otro pais y con mas gente. Uff, ahora si que no te dará tiempo a contar todas las aventuras…. Me alegro mucho que estes de nuevo con nosotros. Que disfruteis a tope de estas vacaciones continuas. Un beso muy fuerte para todos.

  11. hola lolailo,me alegro infinitamente de poder leer por fin otra vez tus crónicas.Creo que Laos es un país muy interesante y bello y tú nos lo vas a mostrar perfectamente.Me hubiera gustado ver fotos del tubing.Veo que todo va bien con la visita de los nuevos taravitazos, os habeis organizado bastante bien,cada uno a su bola.Ya nos contarás tu aventura por Malasia,me encanta lo locos que estais y que podais vivir todo lo que se os pone a tiro.A disfrutar que aquí estamos lo taravitazoadictos deseosos de leer vuestras próximas experiencias.Un abrazo a todos y gracias por vuestras llamadas.

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