Vietnam (XXIV)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

Comenzamos el recorrido de la ruta Ho Chi Ming, desde Dong Hoi, en lo que antes era Vietnam del Norte, ya que cuando ésta llegaba a la Zona Desmilitarizada, en el centro de Vietnam se adentraba en Laos y Camboya, para poder suministrar con más avidez y menos riesgo a los rebeldes del sur.

Además, ninguno de los que hicieron la ruta, conocía todo su recorrido, ya que de esta manera evitaban el desvelarla, si eran capturados por el enemigo y poner en peligro a sus compañeros. En la ruta, había hospitales, almacenes para los víveres y armas. Participaron ingenieros vietnamitas, cubanos y rusos, los cuales eran los encargados de la construcción de puentes, y lugares para el cobijo y descanso de los que la realizaban.

GPS LOCAL CON CERVEZA

Partimos hacia Phu Minh, para luego en la primera etapa de la jornada, llegar hasta Dong Le, localidad perdida en las montañas, pero que sin embargo es el primer pueblo grande que vamos a encontrar después de 150 km.

Recorremos en un primer lugar aldeas, en las cuales sus gentes, al vernos pasar, se quedan sorprendidos, por lo que deducimos no hay demasiados turistas que hagan esta ruta. En la tercera intersección que encontramos, decidimos parar al lado de un gran lago que nos encontramos, de paraje majestuoso, por dos motivos, para descansar de la primera etapa del viaje, y para preguntar el camino a seguir

Encontramos a un amable lugareño, que se le acerca a Maruxiña, para preguntarle si necesitamos ayuda, y ella inmediatamente, le dice al lugar donde queremos dirigirnos, y él, diligentemente, saca de su casa, un bolígrafo, y dos cervezas, las cuales nos ofrece, y rápidamente, nos hace un plano, con las distancias, y con las indicaciones que encontraremos para que no nos podamos perder, y además nos ofrece que nos quedemos a comer, pero debido al escaso tiempo que tenemos, declinamos la oferta y le agradecemos enormemente su gentileza

LA MEJOR CARRETERA

Proseguimos camino, pasando por parajes de los más bellos que puede ofrecer este país, ríos que serpentean entre montañas, y árboles que llegan a alcanzar 25 y 30 metros de altura, todos ellos frondosos con la vegetación propia de su condición, y henchidos de exuberancia de lianas y flora ajena a los mismos. Es como contemplar el estilo más barroco de la madre naturaleza

Posteriormente, continuamos por la carretera, que para nuestro asombro, es una de las mejores que tiene esta nación, ausente de camiones y autobuses, sólo transitada por motocicletas ocasionales, vacas que se tumban en la carretera, como si esta formara parte de sus dominios, y que ni con el claxon de mi moto al pasar se inmutan, y  búfalos de agua que llevan a sus lomos a sus dueños o tiran de un carro en el que transportan la cosecha de los campos

Sinceramente es un camino que el viajero interesado debería seriamente plantearse explorar esta parte del país que, a la vez histórica, conforma a lo que mi entender es el Vietnam más profundo y bello en igualdad de condiciones que hasta el momento he vivido, tan solo con la única incógnita que hasta el momento tengo planteada, el alojamiento.

HOTELAZO CON CONGELADOR A  LA CARTA

Esta incógnita queda despejada, cuando llegamos a Dong Le, último pueblo de la provincia de Quang Binh, que en sí no puede ofrecer nada más allá al visitante, que un corto paseo por su municipio. Aunque esta población no supera los cinco mil habitantes, nos deja sorprendidos de que tenga dos hoteles. El primero bastante cochambroso, pero el segundo, nos deja boquiabiertos, ya que es muy parecido a un parador, de habitaciones amplias con gran terraza, baño limpio, y un restaurante de los más suculento, que hace nuestras delicias en la cena, ya que el cocinero, nos muestra el congelador, y nos da a escoger aquello que queramos cenar.

Escogemos lomo de cerdo, preparándolo en una salsa de soja muy sabrosa, y con dos boles de arroz, todo ello aderezado con un exquisito servicio, y un precio irrisorio, habitación y cena, por tan solo 10 euros, es lo que tiene el viajar por lugares no quemados por el turismo.

EN MEDIO DE LA NADA

En el día posterior, continuamos camino, bajo una fina capa de lluvia, con final de etapa en Tan Ky, con un paisaje que ya está cambiando de montañas a valles, pero que debido a la niebla, y al frío que hace, poco podemos degustar.

Es una etapa del camino, que lo que más cabe señalar es que la carretera de la ruta, para diferenciarla de las demás del país, las líneas  continuas y discontinuas, son de color amarillo, al igual que si se tratara del camino de baldosas amarillas de “El mago de Oz”, que conducían a la pequeña Dorothy a una aventura de la que no sabía su desenlace, y a nosotros el ir descubriendo la provincia de Ha Tinh, por la que había pasado, pero nunca permanecido en ella.

Por fin llegamos a Tan Ky, es una población que se encuentra en medio de la nada, y nada tiene que ofrecer. Es medio pueblo medio aldea, y en ella solo hay un hotel, que tiene más patio y fachada que buenas habitaciones, las cuales se llenan por las noches, para ofrecer a parejas de novios y otras un tanto más furtivas, el goce de unas horas de intimidad, por el módico precio de 7,5 euros la noche en su versión más lujosa.

OJO CON LA FINA LLUVIA

En el día siguiente decidimos hacer una etapa más corta, de tan solo 80 km. ya que a esa distancia se encuentra la ciudad más grande que nos vamos a encontrar en esta ruta, Thai Hoa, en la provincia de Nghe An. Permaneceremos un par de noches, para descansar, ya que el frío y la lluvia, amenazan con que si continuamos a este ritmo, nos haga caer en algún resfriado, que nos retrase más que la parada de etapa.

Esta etapa, la hacemos en dos, parando a tan solo 15 km. del final en un café, que tiene una excelente terraza con vistas a un lago. En él, el camarero, ya por su amabilidad, y por la ausencia de malicia al cobrarnos, nos hace presagiar, lo que será la ciudad próxima

Cuando llegamos a Thai Hoa, encontramos variedad de hoteles, pero carencia de turistas, nos alojamos en un hotel, de nueva construcción, y que nos deja la habitación a 10 $, siendo hasta el momento la mejor habitación que hemos tenido en este país, con un servicio excelente, que hasta  nos lleva nuestras mochilas hasta la habitación, con dos enormes camas de 1,50, una enorme tv de TFT, de más de 32”, y un baño impoluto, por lo que lo menos que puedo hacer es dejar su dirección:

Hotel Thai Linh, C/Nha So N` 2, ngo 2ª, QL 48, Khoi Kim Tan, Phuong Hoa Hieu, de Thai Hoa

SEÑALADOS POR EL DEDO

Por la tarde paseamos por la ciudad y su mercado, percatándonos aun mas de los pocos extranjeros que han pasado por este lugar, ya que hasta las mujeres salen de las tiendas, señalando con sus dedos a esos dos españoles, que han decidido parar en un lugar que no viene en ninguna guía

En la mañana siguiente, decidimos explorar el pueblo, descubrimos que poco tiene que ofrecer al visitante pasajero, pero mucho al que se queda en él, ya que a la vista es un pueblo muy normal, sin grandes paisajes, y muy común respecto a los demás de este país. Sin embargo con unas gentes muy amables, y como ya he dicho antes con carencia de sentimiento de engaño

Decido entonces comprarme otro traje de agua, ya que el antiguo, lo tengo roto, pues en los túneles de Vinh Moc, se me engancho con una rama y se me rompió, lo compro con el regateo por siete euros. De allí nos vamos a una pastelería que ya había advertido frente de nuestro hotel, y no me puedo resistir a comprar una tarta de cumpleaños, la cual me sale por tan solo tres euros, soy capaz de acabar con ella, ante la atónita mirada de Maruxiña, y de todos los viandantes que me contemplan

QUE MONO MÁS MONO

Posteriormente, al regresar al hotel, en una tienda de electrodomésticos, nos fijamos que en el interior de la misma, hay un pequeño mono, que nos mira a través de las cristaleras, por lo que no podemos evitar el acercarnos a verlo, y la dueña del local nos invita a que entremos y lo podamos acariciar.

Éste inmediatamente se agarra a mi brazo, y trepa aferrándose a él, y dejando que le hagamos todas las carantoñas que se nos antoje, lo malo, es que a la hora de irnos, no se deja arrancar de mi extremidad, ya que se encuentra muy a gusto con el tacto de mi forro polar, por lo que cuando la dueña lo hace, no deja de chillar, y de ofrecerme sus pequeños brazos, para que lo vuelva a coger, para evitar una escena que no me gusta, agradecemos a la propietaria del establecimiento su amabilidad, y marchamos con rapidez.

TERTULIA HISTÓRICA

Cuando llegamos al hotel, los dueños, se encuentran en el hall comiendo fruta, y bebiendo vino de arroz, y al vernos amablemente nos invitan a sentarnos con ellos, y participar del banquete, cosa que nosotros en absoluto declinamos, y pasamos el resto de la tarde en su compañía

Se encuentran en el hall además de la familia compuesta por el matrimonio que son los dueños, su  hijo  y un amigo que trabaja en el hotel. A pesar de que ninguno habla inglés, a través de mi portátil, y el traductor podemos comunicarnos, descubro que el amigo del propietario del hotel, antes era policía, y que estuvo en la guerra con los EE.UU, que participó en la ruta Ho Chi Ming, cuando contaba con tan sólo 16 años.

Después de un rato de brindis, me comentan con un tono de aflicción, tanto el propietario del hotel, como su amigo, que lo que sienten es que después de la guerra, que costó la vida de muchos vietnamitas, ahora EE.UU. y su gobierno, se dan la mano. Les contesto, que siempre hay que mirar al futuro, y no quedarse en el pasado, aunque esto siente mal, pero que tienen que tener la cabeza muy alta, de haber sido el primer país que le ganó a EE.UU. una guerra, y que demostraron a todo el mundo que a un gigante se le puede derrotar, si un país está unido. Cuando terminan de leer lo que les he puesto en el traductor, se levantan tambaleándose por los efectos del alcohol, y me abrazan, ofreciéndome otra copa de vino de arroz, a la que en esta ocasión rehúso, ya que no quiero sufrir los efectos del vino de arroz por segunda vez en un mes.

Nos despedimos Maruxiña y yo de la familia, agradeciéndole su amabilidad, y nos vamos a dormir, ya que al día siguiente tenemos pensado el continuar camino.

HOLGAZANEANDO UN POCO

En la mañana siguiente, al levantarnos, nos tomamos las cosas con mucha calma, tanta, que cuando llega la hora de marchar, es ya demasiado tarde, como para emprender camino, ya que se nos han hecho las 11 de la mañana esperando a que nos dieran la ropa de la lavandería.

Esto poco nos importa, ya que nos encontramos en un lugar en el que estamos muy a gusto, y decidimos coger la moto e irnos hacia el mar, que se encuentra a 50 km. aunque no haga día para bañarse en él. Cuando vamos a salir de la habitación llega el dueño del hotel con una bandeja de comida para los dos, nos quedamos abrumados por la amabilidad, y nos damos el lujo de quedarnos media hora más degustando los deliciosos pasteles de arroz frito rellenos de carne unos, y otros de pescado.

Devolvemos la bandeja a sus dueños agradeciéndoles una vez más las atenciones con las que nos colman.

Marchamos a tomar café, donde paso un rato jugando con una niña, al juego callejero más típico de Vietnam,  se trata de un conjunto de tres fichas parecidas a las damas, las cuales están atravesadas por una pluma, y se le debe de pegar con el pie patadas, y pasarla de unos a otros sin que toque el suelo, hay que tener un poco de pericia, para darle al objeto la dirección y empuje suficiente, para que este no toque el suelo.

FELICIDAD EN LOS GRANDES ASTILLEROS

Después de media hora, ponemos rumbo a Quynh Bang, una pequeña aldea de pescadores. Cuando llegamos, a la entrada vemos un astillero, donde construyen barcos, Maruxiña queda encantada con esta construcción de los barcos, y no tardamos en llamar la atención de los trabajadores del astillero, quienes se acercan a nosotros a curiosearnos, e inmediatamente, solicitan que les hagamos fotos, no tardo en unirme a ellos, mientras Maruxiña complacida, no cesa de hacer fotos a todo

Nos despedimos de todos, e intercambiamos emails, y por fin llegamos a la playa, la cual esta solitaria, llena de conchas y pequeñas caracolas, mi compañera, decide dar un paseo por la playa, y recoger algunas, hasta que cae en el detalle, que lo malo de nuestro viaje, es que poco o nada podemos llevarnos consigo, ya que sería imposible el transportar a nuestras espaldas todo aquello que no nos vaya a ser útil, por lo que decido hacerle una foto a las mismas, para tenerlas de recuerdo.

Caigo en la cuenta que Maruxiña en sus correos, antes de venir, me contaba que el mar era su vida, que era algo necesario para ella, ya que siempre ha tenido barco, y lo que más disfruta es estar en contacto con el mar, viéndola ahora como irradia felicidad, me doy cuenta de ello, la veo jugar con las caracolas, con la misma ilusión que un niño, y abstraerse de todo lo que la rodea, en pocas ocasiones se ve a una persona tan feliz con tan poco.

W.C. AL MUNDO

Decidimos comer en la aldea, la cual ofrece alguna fotografía que merece la pena reseñar en esta crónica.

Posteriormente para comer, elegimos una cabaña que esta a pie de playa, y de menú tenemos, cómo no, productos del mar: escogemos cangrejos y caracolas pequeñas, y para la sobremesa, un té,  que teniendo como telón de fondo el mar, no se puede pedir más.

Cuando Maruxiña regresa del servicio, me ruega encarecidamente, que me acerque a este, ya que vale la pena, un tanto desconcertado, cojo mi cámara, y me acerco a verlo, cuando entro en él, no se varía mucho de los servicios vietnamitas, exento de inodoro y lavabo, pero me percato, que en el miso, hay un hueco entre los ladrillos, que hace las veces de ventana, miro por ella, y solo veo mar, pienso para mi, que esto es tener una ventana con vistas al mundo.

MÁS CENA, POR FAVOR

De regreso a Thai Hoa, volvemos a parar en el puerto de antes, y vemos como los barcos van atracando, y comprobamos de primera mano, que no hay hueco por muy pequeño que sea, donde no coja un barco.

Continuamos camino, hasta llegar a nuestro hotel, donde los dueños nos esperan para cenar, ante nuestra incredulidad, ya que hace menos de dos horas hemos tenido una copiosa comida, pero la cena, no la podemos rechazar, ya que sería un gesto de mala educación.

Comemos un cerdo a la brasa, que está buenísimo, unas hojas de coliflor maceradas en vinagre y guindilla, las cuales el dueño del hotel me comenta que son típicas de Corea, y ya de paso me cuenta que el estuvo siete años trabajando en ese país, donde hizo el dinero, para montar el hotel.

Después de la cena, nos marchamos a dormir, y prometiéndonos que al día siguiente debemos de continuar camino, sino podemos morir en este pueblo de amabilidad.

ENTRE CAÑAS DE BAMBÚ Y AZÚCAR

Por la mañana, nos despedimos de todos, y les deseamos suerte a todos, les agradecemos su amabilidad, la cual continúa presente, ya que nos regalan una botella de agua para el camino. Salimos del pueblo, y tomamos la ruta Ho Chi Ming en dirección norte, con intención de llegar hasta Cam Thuy, en la provincia de Thanh Hoa, la penúltima provincia de la ruta.

Realizamos un viaje muy bello, dejamos atrás las altas montañas, para adentrarnos en campos de caña de azúcar, y camiones cargados con ese producto, que se dirigen a la fábrica para su descarga, dejamos atrás las casas de ladrillo, para ver cabañas de bambú, pero lo que en absoluto cambia es la carretera, continua siendo igual de buena, y ausente de tráfico, toda una delicia para el conductor.

Llegamos a la pequeña localidad de Cam Thuy, y de los cinco hoteles y pensiones que tenemos, elegimos uno, que es nuevo, limpio, y con unas vistas a las montañas típicas de la provincia a la que nos acercamos, Ninh Binh, final de nuestro trayecto por la ruta de Ho Chi Ming.

UN POCO DE COCINA FUSIÓN

Después de una ducha, y alguna video conferencia con los familiares, bajamos al restaurante del hotel, y descubrimos, que su cocinero, tiene formación, y es excelente, nos prepara para cena, unas tortas de corteza, con sésamo, pollo frito, el cual adereza con pimientos y apio frito, y unos granos de maíz rebozados en harina de arroz, todo un manjar por tan solo 8 euros.

A la mañana siguiente, realizamos el último trayecto de la ruta Ho Chi Ming, con más pena que alegría, pues es la mejor carretera que he tenido en todo este país, y esta última etapa, no varía de las anteriores, con majestuosos paisajes, y estampas muy curiosas, de la gente que transita por ella.

A 80 km del final de la ruta, nos desviamos hacia Ninh Binh, ya que dentro de dos días, debemos pasarnos por Hanoi, para preparar la venida de mi hermana María, y mi prima Rosario, las cuales han decidido hacerme una visita junto con Sergio.

OTRO RETO: PORTEADOR A LO TARZÁN

Es todo un reto, que de momento tiene sabor agridulce, ya que me voy a ver de súbito a finales de Marzo, en compañía numerosa, pues viajaremos 5 personas, en diversos transportes, y con la consiguiente preocupación de su bienestar. Mi hermana, está acostumbrada a llevar consigo cuando viaja, aunque solo sea un fin de semana, una maleta que parece el baúl de los recuerdos de un octogenario, algo a lo que indudablemente, tendrá que renunciar, pero siendo de cabeza dura igual que un servidor, me veo cargando con el mismo, como si fuera un porteador de una película antigua de Tarzán, lo malo es que en estas son los primeros en morir, y solo espero no correr con la misma suerte.

Pasamos directamente, del cielo al infierno, pues la carretera, es con agujeros en el asfalto, y llena de lodo, debido a la lluvia constante en los días anteriores.

Llegamos por fin a Ninh Binh, donde nos alojamos en otro hotel diferente al que ya estuve en la anterior visita, ya que los dos sale por 20 $, y decidimos hospedarnos, en otro, que sale por 10$, es muy limpio, y con unas camas muy confortables. Deambulamos este día por la ciudad, y hacemos tiempo muerto, en cafés y restaurantes, descansando, y preparando la visita a Tam Coc, las montañas que anteriormente visité, y que tanto me gustaron.

ENTRE BELLEZA Y GUSANOS

Por la mañana, salimos del hotel directamente a Tam Coc, a tan solo 7 km de Ninh Binh, llegamos directamente a la pagoda que se encuentra al final del camino, y donde conocí a los tres asturianos que hoy comentan mis crónicas, a los que les mando un fuerte abrazo.

Lo primero que hacemos es hablar con una barquera, y regateamos el precio, de la visita a los dos trayectos de barca, mientras Maruxiña, no sale aun de su asombro, por la belleza del lugar, consigo los dos trayectos, al precio que había conseguido antes 2 $ por persona, y una barca para nosotros solos.

Realizamos el mismo recorrido que hice hace tres meses y medio antes, del cual solo ha cambiado el tiempo que tenemos, con niebla y una fina capa de lluvia, y el nivel de agua de los canales, ya que estamos casi al final de la estación seca, y es considerablemente menor que cuando yo estuve, al principio de ella.

Vemos como aprovechando el bajo nivel del agua, las mujeres pescan a orillas del canal, gusanos, para lo que en un principio, Maruxiña cree que es para cebo, pero yo me río para mis adentros, pues sé que son para consumo humano, ya que los he visto en los mercados de Hanoi, y los he comido en tortilla. No son tan buenos como los de seda, algo que no se encuentra en restaurantes, y es un plato digno de que el visitante deje a un lado los escrúpulos occidentales, y, si tiene ocasión, los pruebe.

Saco alguna que otra foto, del lugar, pero desde luego, no la cantidad que realicé en la primera visita, ya que sería aburrido el reflejarlas por dos veces.

UNA RUTA PARA ANIMAR AL MÁS REACIO

Regresamos a la ciudad, comemos, y marcho al hotel para cerrar esta crónica semanal, la cual ha discurrido en su totalidad por la ruta Ho Chi Ming, la más bonita y el Vietnam más autentico visitado hasta el momento.

Aun a riesgo de repetirme, ruego encarecidamente al lector, que si tiene la oportunidad de venir a este país, y se considera motero, deje a un lado los consejos de la Lonely Planet, la cual no refleja en absoluto, lo que es en verdad esta ruta, que no tenga miedo, y se alquile una moto, o se la compre, y decida hacer la mitad norte de este país, por esta carretera: verá lo verdaderamente auténtico del país, alejado de lo que normalmente es lo turístico, conocerá la calidez verdadera de sus gentes, unos paisajes maravillosos e inolvidables, unos buenos hoteles con relación calidad precio, y, por tan solo una semana, hará un camino que formó parte de la historia de este gran país.

En la semana que viene, comenzaré, la última parte que me queda por conocer de Vietnam, el Noreste, lugar del que en las guías no hablan demasiado, y solo reflejan la Bahía de Halong. Pero a tenor de la experiencia que he tenido en el país, pienso que me queda por descubrir además del último territorio desconocido por mí, confirmar una vez más que las guías turísticas, no siempre reflejan la verdad de las cosas, y estoy seguro de que viviré otro grato viaje y buenas experiencias muy parecidas a las vividas en esta semana.

 

Vietnam (XXIII)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

Cuando llegamos a la estación de tren, comprobamos, que debido a los días del Tet, hay dos trenes que van hacia el sur, en vez de uno. Los dos van llenos, pero al tener el país, solo una vía de tren que va a las ciudades, pues cada vez que se cruzan con el que va en sentido contrario, tienen que parar en una estación, para dejar pasar al que viene.

PASAJEROS AL TREN

Esto hace que el trayecto a Danang, de 700 km, dure cerca de 20 horas, lo bueno es que hemos conseguido litera, lo malo, es que son compartimentos de 6, y las literas, no se pliegan, por lo que todo el camino, uno debe de ir de pie en el pasillo, o tumbado . Optamos por ir la mayor parte durmiendo, llegamos a hacerlo por al menos 16 horas, pasando las otras cuatro, mirando por la ventana, haciendo fotos , o curioseando en el tren todo aquello, que nos extraña, como una caja que hay en el pasillo, el cual contiene un martillo de emergencia para romper los cristales en caso de accidente, muy diferente a los que hay en nuestro país.

Cuando llegamos a Danang, lo primero que hacemos es irnos a cenar al restaurante cochambroso del pho exquisito, para luego ir a recoger la moto y los cascos, en el parking del centro comercial.

PERDIMOS LOS PAPELES

Al llegar a éste, tenemos dos malas noticias, la primera, es que Maruxiña, que por voluntad propia, decidió hacerse cargo de los tickets de las dos cosas, ha perdido el perteneciente a la moto, por lo que no tenemos derecho a reclamarla, y la otra, es que cuando encuentro la moto, a esta le han robado las gomas de los estribos delanteros, y la palanca de arranque manual, además tiene pinchada la rueda trasera.

Gracias a que la encargada del parking, me reconoce, ya que habíamos ido más veces a este, y siempre bromeaba con ella, podemos sacar la moto, y llevarla cerca donde me arreglan el pinchazo.

Saco dos buenas lecciones de este incidente, la primera es que la próxima vez que tenga que dejar mi moto en algún parking, por un periodo de más de una semana, el hablarlo antes con algún responsable, para que la moto me la tenga vigilada, y la segunda, es para el futuro, no dejar a Maruxiña, que se responsabilice, por mucho que quiera, de algún documento de importancia.

MOTO VENDIDA

Cuando llegamos al hotel, su encargado, me tiene guardada una buena sorpresa, me ha encontrado comprador para la moto de Ángel, por lo que quedo exonerado del incordio, que supone, el mandarla para Hanoi, y el tener que molestar a Hai y a su marido, para que fueran a buscarla. Esto hace que se trastoque los planes para Sergio, un amigo que viene a visitarme a finales de Marzo, y con el que había previsto, viajar él en la moto de Ángel, y Maruxiña y yo en la mía desde Hanoi a Vienten, pero algo se me ocurrirá, cuando llegue.

En los dos días siguientes, al tener una buena temperatura, decidimos, irnos a la playa, que Maruxiña, echa en falta, y tiene unas ganas locas por bañarse en el mar de China.

 

PLAYA Y DISCOTECA

Cuando llegamos a la playa, que está a 200 metros del hotel, mi compañera, está pletórica, no deja de sonreír durante todo el día, y estar de un humor excelente, e incluso, decide esa misma noche, invitarme a cenar, y luego a una discoteca de Danang, donde acabamos haciendo amigos, e incluso ella baila, en la misma, siendo la única que lo hace en todo el local.

En el último día que estamos en Danang, después de una mañana en la playa, marchamos a un restaurante de Hoy An, para comer, y despedirnos de sus dueños, con los que, tras haber sido asiduos a su local, hemos entablado amistad. Posteriormente, al regreso al hotel, decidimos hacer la cena en él, para también despedirnos de sus dueños, quienes, nos invitan a unas pastas especiales para el Tet, que no son demasiado dulces, pero valoramos su intención, ya que se han portado excelentemente con nosotros, incluso el dueño de este, se ofreció, para llevarme al taller a reponer las estriberas de mi moto, y a regatearme el precio, pagando por ellas sólo 60 céntimos.

Al final de la velada, realizamos una corta tertulia de cortesía con los dueños, y nos hacemos una foto con ellos, y nos despedimos de la mujer, ya que al día siguiente no estará en el hotel, cuando salgamos camino de Hue .

PLAYAS DE ENSUEÑO Y  FRÍA NIEBLA

Por la mañana, al ritmo de la ranchera que más me gusta “La Llorona”, salimos de Danang, camino de Hue, subiendo el mismo puerto que hacía dos meses y medio antes, había bajado. En esta ocasión, las cascadas, debido a la inexistencia de las lluvias, no bajan por las laderas de las montañas, sin embargo, parecen tomadas por nubes, que poco a poco, las inundan con un manto blanco . Las playas que se divisaban desde la subida del puerto, siguen tan bellas como siempre. Cuando Maruxiña las contempla, no puede evitar el comentarme, que por ella, se quedaría dos noches a dormir en ellas, no importándole, que no haya ningún hotel cercano, que con la playa ya se apaña.

Proseguimos la subida, y cuando llegamos a la cima, la niebla ya está presente, acompañando a esta, el frío de la altura a la que estamos, que no sale del camino ni de nuestros cuerpos, hasta que no volvemos a bajar por el lado norte, transformándose en lluvia siendo la misma la que se convierte en compañera no invitada de viaje hasta que no entramos en Hue.

PREPARATIVOS PARA LA CIUDAD PROHIBIDA

Encuentro increíblemente mi antiguo hotel a la primera, y su recepcionista se acuerda de mí, y me vuelve a hacer el precio ya regateado de la anterior vez, por la habitación y por la excursión en autobús que recorre toda la ciudad, sus templos, y palacios que se encuentran a las afueras.

Como ya había dicho en la crónica anterior sobre Hue, sólo visité la ciudad prohibida, y uno de sus palacios, ya que en ese momento sabía que volvería a esta ciudad acompañado de Maruxiña, y quería ver algo por primera vez, no todo por segunda.

Nos damos una relajante ducha, y salimos a comprar las cosas que nos son necesarias para el aseo, y la cena ya que hemos decidido, hacerla en la habitación, para no estar dando vueltas por la ciudad en busca del regateo constante, para que nos salga normal.

Al día siguiente, después del desayuno en el hotel, cogemos el bus, y nos vamos a ver en primer lugar la ciudad prohibida. En ella sólo permanecemos una hora, algo que es poco, para poderla visitar en su totalidad , y me alegro de haber estado antes, pero a mi compañera poco le importa, ya que no es de las cosas que más le interesan, algo en lo que ella y yo no coincidimos.

RECLAMOS TURÍSTICOS

De allí nos vamos a lo que ya es típico en los bus turísticos, puestos de té, donde ofrecen degustación de los mismos, con la intención escondida de vender sus productos. Ni Maruxiña ni yo bajamos del autobús, ya que a ninguno de los dos nos atrae esto.

Luego visitamos una casa particular antigua, y su jardín, algo que también es para dejar propina a su propietaria, que supongo está compinchada con el guía, al igual que el dueño de los puestos de té.

La casa, en sí, no tiene nada de particular, solo un bonito jardín, y el poder ver la manera tradicional de cómo vivían hace 100 años los habitantes de cierto poder adquisitivo en Vietnam. Esto me da la idea, de que es posible que a mi regreso a mi país, monte un tour  por mi pueblo, para enseñar a los turistas incautos, el mismo, y después de llevarlos a que admiren su torre mora, y la iglesia, en sí, es lo más histórico que tiene, darles un paseo por las cuatro esquinas, donde desde hace tiempo se sientan algunas personas, a ver pasar a otras, y que hagan fotos a la silla de Machuca, o que admiren el recinto ferial, paseo “al claro”, y el interminable geriátrico, obras faraónicas, que nada tienen que envidiar a la perennidad, de otras como La Sagrada Familia, puentes, autovías, o la llegada del AVE a Cuenca.

UN POCO DE BUDISMO

El siguiente lugar a donde nos dirigimos, es un templo, que sí es gratuito, a orillas del río, y es el más importante de Hue, donde nos recibe una torre de estilo oriental de siete plantas , que representan los siete estados emocionales Budistas, que se dejaron expresados en Pujas (versos) que paso con cierta dificultad a intentar iluminar al lector, e intento traducir, de manera que se pueda entender.

1/ Veneración, se da expresión al aprecio por la existencia misma de valores superiores encarnado en, `Las Tres Joyas'(1. Buda- seres iluminados, 2. Dharma- Las enseñanzas de Buda, 3. SangHa- La comunidad de budistas). Hacen ofrendas de manera mental y de manera real; comprometiendo plenamente sus corazones y así desarrollando un estado mental de receptividad.

2/ Saludo Reverente, los sentimientos devocionales hacia Las Tres Joyas se intensifican. Se dan cuenta de lo lejos que están todavía de encarnar estos ideales en sus propias vidas. El respeto, veneración e incluso asombro que sienten como resultado de tal comprensión le conmueven espontáneamente a rendir tributo. Esto puede expresarse de manera física, en forma de inclinación o postración, o puede imaginarse mentalmente.

3/ Ir al Refugio a Las Tres Joyas. Así que, en el Tercer Verso deciden comprometerse a llegar a ser el Buda, a seguir el Dharma y a practicar en armonía con otros.

4/ Reconocimiento de las faltas. De manera abierta reconocen sus estados mentales torpes, los hábitos y tendencias que impiden y entorpecen sus progresos. Lo exponen todo de forma abierta y decidiendo no actuar con ignorancia o torpeza de nuevo, intentan soltar todos los sentimientos de culpa y ansiedad.

5/ La Alegría de sus méritos. Además, se regocijan de la existencia de Las Tres Joyas y del bien hecho por todos los seres de todos los lugares.

6/ Ruego y Súplica. Admiten la necesidad de ayuda y dirección; piden a los Budas y Bodhisatvas que enseñen el Dharma y que iluminen la oscuridad de todos los seres.

7/ Transferencia del Mérito y Auto-renuncia.  Aquí, transfieren cualquier “mérito” que hayan podido acumular durante la práctica de la Puja hacia el bienestar de todos los seres. También expresan su aspiración de ponerse al servicio de todos los seres de cualquier lugar en su búsqueda de la Iluminación y emancipación del sufrimiento. En este verso aspiran a llegar a la “vislumbre emocional” de la actitud altruista y de la preocupación por otra persona, que es la naturaleza esencial del Bodhisatva.

Se perfectamente que esto a muchos puede sonar a chino, pero no os preocupéis, a mí también me suena, ya que no soy un entendido de estos lares, y la información que os doy, a mí también me dio dolor de cabeza, sólo intento acercárosla, y exponerla de una manera que se pueda entender, en resumidas cuentas, es como para los católicos, son los preceptos a seguir en el sacramento de la confesión, a) Examen de conciencia, b) Arrepentimiento, c) Contrición, d) Confesar todos los pecados, y e) Penitencia. En lo único que se diferencia el budismo, es que en estos preceptos se insta a “iluminar a los demás”.

En el mismo lugar también visitamos la tumba de un maestro lama, el cual murió en el lugar, y fundó el templo .

UN POCO DE ESPAÑOL DE ECUADOR

De allí, marchamos a comer, en un bufet, del cual ya no es necesario que le diga al lector, que yo siempre saco rendimiento de estos.

Posteriormente salimos de la ciudad , y nos dirigimos a ver tres palacios y tumbas, de los que yo ya he expuesto uno, precisamente donde conocí a Yani, la ibicenca. En esta ocasión,  no entré porque ya había estado en él y me quedé tomando un café. Encuentro a una chica, que en el habla inglesa, le encuentro acento español, y cuando le pregunto si habla español, me contesta que no habla español, que es ecuatoriana, por lo que me río, y cuando cae en su error, comenzamos los tres una conversación.

Se llama María José, se ha tomado un descanso, antes de retomar sus estudios de odontología, y está recorriendo el sudeste asiático. Intercambiamos nuestros correos, y quedamos en avisarnos mutuamente cuando estemos por Sudamérica,  pues es posible que se una a parte de nuestro periplo, posteriormente nos despedimos, y nos deseamos suerte.

La última, visita que realizamos, es precisamente el palacio y tumba que más merece la pena de visitar, es el de Minh Mang, la más colosal de todas, tanto que tuvo que finalizarla su sucesor Thieu Tri, en 1843. Tiene bosques, lagos de uso exclusivo para el emperador, y pequeñas casas en medio de éstos, pero el recinto central es el más grande y majestuoso, y en él se encuentra el “Pabellón de la luz”, situado en lo alto de tres terrazas superpuestas que representan los tres poderes (Cielo, Agua y Tierra) .

Finalizado el recorrido en bus, regresamos a la ciudad, en barco , el cual nos deja en la estación de autobuses, y desde donde marchamos al hotel extenuados, y a dormir pronto, ya que al día siguiente, nos espera un largo camino hasta Dong Hoi, por lo que tenemos que salir a las siete de la mañana.

EN EL LABERINTO DE DONG HOI

Tal y como habíamos pensado, nos levantamos temprano, y a primera hora estamos en la puerta del bufet de desayuno del hotel. Posteriormente, marchamos de Hue, y en teoría por la recomendación de un trabajador del hotel, nos vamos sentido Dong Hoi.

Cuarenta minutos después, paro en un pueblo que no me suena en absoluto de mi anterior viaje, y pregunto a varias personas por Dong Hoi, todas nos indican hacia una calle del pueblo, la cual acaba en un puente cortado. Acordándome de todos sus parientes, doy marcha atrás, y cuando me encuentro a la última persona a la que le pregunté por la dirección, me vuelve a indicar el puente cortado, contrariado le digo que no que está cortado, entonces este desesperado, corre como si de una carrera de los 100 metros lisos se tratara, y se para en la puerta de un hotelucho de nombre Dong Hoi. No podemos evitar la risa, ante la contrariedad de nuestro lazarillo, saco mi mapa, y le enseño el nombre del pueblo, y entonces, nos dice que hay que regresar a Hue, y de allí coger otra carretera.

Con un gran mosqueo, desando lo andado, ya que de nada ha servido el levantarnos temprano, y regreso hasta llegar a la puerta de vuestro hotel, en el que Maruxiña viendo el cabreo acrecentado que llevo, conciliadora entra en el recinto, y sale acompañada por el empleado de Éste, que coge su moto, y nos lleva por el camino que es el bueno, diferente al que él en un principio nos había indicado.

UN POCO DE TÚNELES

Dos horas y media después, ya estamos a 60 km. de Dong Hoi, donde nos desviamos, para que mi compañera vea los túneles de Vinh Moc. Cogemos una carretera distinta, a la que yo había recorrido la primera vez, costeando, y con un maravilloso paisaje, que hace las delicias de Maruxiña.

Entramos en el recinto, con la intención en un primer momento, de realizar el recorrido que yo hice en su día, pero posteriormente desistiendo de ello, ya que mi compañera, después de la operación de vista que sufrió hace menos de un año, ve menos que un gato de escayola en el interior de los túneles, los cuales no están demasiado iluminados, y corre serio peligro de lesionarse en algún traspiés, por lo que hacemos una pequeña parte.

Reanudamos nuestro camino, y llegamos a Dong Hoi, sobre la una y media del medio día, cambiando en esta ocasión de hotel, ya que en el anterior donde había estado alojado, nos cobraban 12 $, por una habitación con vistas al pasillo, encontrando uno que es totalmente nuevo, y a pie de playa, por el mismo precio.

Marchamos pronto a comer, en un restaurante, del que repetiremos todos los días que estamos en esta ciudad, ya que es muy bueno, y nos cobran lo justo, y no el precio consabido al turista.

Los dos días que permanecemos en Dong Hoi, no los podemos aprovechar para ir a sus magnificas playas, pero si, para pasear por su puerto, donde vemos como los barquer@s suministran los barcos atracados en el mismo, y reman con sus pies en vez de con las manos. Recorremos el mercado de pescado de la ciudad, y disfrutamos de un café, mientras vemos la ceremonia de un monje budista bendiciendo alimentos en la puerta, para que las personas sean felices por el resto de la semana .

DE  NUEVO, EL TARAVITAZO

Pienso en lo que me queda por recorrer precisamente en la próxima semana, que seguramente, será una parte de lo que me queda por ver de este país, y la excitación mezclada por preocupación, van arraigando ya en mi. Pasaremos por la ruta Ho Chi Ming, la cual en la guerra era la que utilizaban los norvietnamitas, para abastecer a sus aliados del sur, y por la que introducían armas y alimentos pera el ejército del vietcong. Es una de las rutas, con menos turistas, y de la que estoy seguro, con magníficos paisajes, ya que pasa al lado de tres parques nacionales que tienen fama de ello.

Tengo la excitación de comenzar a ver algo que antes no he visto, cosa que durante las últimas semanas no ha sucedido, ya que he desandado todo el camino anteriormente andado, y me encontraba a medias, solo experimentado nuevas costumbres que desconocía. A partir de ahora, vuelvo a ver territorio desconocido por mí, con la consecuente preocupación del pan diario que ya casi tenia olvidado, el de carreteras desconocidas, el regateo de hoteles, y el de pueblos y aldeas, donde no sé ni tan siquiera, si hay un lugar donde poder comer. Pero todo esto a la vez de manera muy diferente a como lo he vivido con anterioridad, ya que en el asiento trasero de mi moto, llevo a una persona, que al igual que yo, sufre un fuerte taravitazo, y del que de momento tenemos difícil recuperación.

 

Vietnam (XXII)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

En el primer día del año, salimos tarde de Hanoi, ponemos rumbo al sur, en vez de al norte, como creía, algo que me empieza a recordar cuando ya fui a la boda de Maicol, y propio de éste, que siempre, me deja al principio desconcertado, pero que yo siempre me dejo llevar, al igual que Maruxiña.

Atravesamos Hanoi, que se ha convertido en una ciudad fantasma, salimos de ella y cogemos la temida H1, y tanto ésta como la ciudad que dejamos atrás, solitaria, llegando hasta Hoa Lu, ciudad a tan solo 60 km. de Hanoi.

Cogemos un desvío, y posteriormente un camino, hasta que llegamos a un conjunto de casas, entrando en una de ellas, donde una agradable anciana, sale a recibirnos: es la abuela de Maicolm.

PRIMER CONTACTO

Nos invita a entrar en su casa, a la que accedemos a través de un patio, es una casa humilde, donde solo hay dos habitaciones, la principal de ellas, hace de salón y dormitorio, y la contigua de cocina, y el retrete-baño, se encuentra al aire libre, sin techo, en el patio de la entrada.

La anciana nos acomoda en los únicos asientos del salón, y ella se sienta en la cama. Nos sirve té, y comenta con su nieto sobre nosotros, siempre sonriendo. Tanto Maruxiña y yo, estamos encantados de estar en su casa, posteriormente, van entrando tíos de Maicolm, los cuales nos saludan, y realizan los mismos comentarios hacia nosotros que su abuela, por lo extraños que les parecemos, siendo este sentimiento recíproco.

DUELO DE MODELOS

Una hora después, sin saber a dónde, nos vamos,  a casa de los tíos de Maicolm, ya que éstos nos han invitado a cenar, y lo disponen todo en una sala interior en su casa, donde nos esperan varios familiares suyos, sentados todos en el suelo, en lo alto de unas esteras, y con la comida en el centro de las mismas .

Como platos hay: pollo, rollos de primavera vietnamitas, diferentes ensaladas, embutido, y para beber cerveza y vino de arroz.

En el tercer brindis que nos hacen tomar, la conversación con ellos ya es amena, eso sí haciendo siempre de interlocutor y traductor, nuestro anfitrión, siendo Maruxiña, la que más les interesa a los hombres, ya que la altura de esta, y sus curvas, les hacen sorprenderse cada vez más, ya que las mujeres vietnamitas carecen de ellas.

Sin embargo a las mujeres que están en el salón, lo que más le atrae de mi figura, es la curva de felicidad que sobre sale de mi, tocándomela constantemente, y riendo, al igual que yo, pero cuando ya marchábamos, las mismas no se resisten a abrazar a mi compañera, y aprovechar para comprobar, si sus pechos son de verdad o de relleno como ellas, sacando yo partido de la situación, y haciéndole alguna foto divertida .

KAREAOKE SIN MUJERES CASADAS

Al finalizar, nos agradecen efusivamente, el haber aceptado su invitación, para ir a cenar, nos enteramos, que en este día del Tet, es signo de buena suerte, el invitar a un extranjero a una casa. Posteriormente, invitamos a los amigos y familiares de Maicolm a un karaoke cercano, donde solo se reúnen con nosotros los hombres, ya que las mujeres casadas, no está bien visto, el que salgan de celebración.

Sobre las once de la noche, y habiendo acabado con el repertorio de canciones españolas que tiene el karaoke, y con una caja de cervezas , ponemos rumbo a un hotel que hay cercano, lo que Maruxiña y yo cogemos de buen agrado, ya que la vivienda de la abuela de nuestro anfitrión, no da para acoger a tanta gente, y porque temo que a la mañana siguiente, después de un concierto de ronquidos en Fa mayor, haya acabado con la amabilidad que les caracteriza.

DESCAFEINADO DESAYUNO VIETNAMITA

Por la mañana Maicolm nos recoge del hotel, para ir a desayunar, y lo hacemos con el desayuno vietnamita, algo a lo que yo aun no me he acostumbrado, ni creo que lo pueda hacer, ya que en él está ausente el café y la leche, y se hace con Pho, el cual decidimos tomar en su versión Más tarde, ponemos rumbo a Ninh Binh, donde ya he estado con anterioridad, tomando como ya es habitual la H1, y nos dirigimos a casa de unos tíos suyos. Tardamos en realizar el recorrido de 35 km. hora y media, ya que la mujer de Maicolm, se encuentra embarazada de cinco meses, por lo que el motivo del casamiento precipitado, queda despejado, ya que hace tan solo dos meses y medio, que fue la celebración.

Llegamos a la casa de sus tíos, que es aun más humilde que la de su abuela, y donde en sólo dos estancias, salón y dormitorio, viven 6 personas, y en el patio una cuadra donde hay dos vacas, algunos cachorros de perros y gatos, ninguno adulto, por lo que ya suponemos todos . Todo esto no impide que estas personas, se deshagan en atenciones hacia nosotros, pero lo que más nos sorprende es,  comprobar que el miembro menor de la familia, un niño de unos ocho años, bebe sin censura y constantemente Red Bull, con los consabidos efectos posteriores, el estar constantemente subiéndose por las camas, tocando los canales de la televisión, y corriendo por el patio, o sea, lo más parecido a una persona poseída por el demonio, o a mi cuando tenía su edad.

RUEDA DE RECONOCIMIENTO

Posteriormente, marchamos a casa de los vecinos, quienes han oído que unos extranjeros, se encuentran en el lugar, y en reiteradas ocasiones insisten a Maicolm, que debemos de ir a visitarlos a sus casas, donde nos agasajan con chucherías, y más té, y realizándonos la interviú repetitiva de otras ocasiones.

Después de haber recorrido las casas de los vecinos, regresamos a la de los tíos de nuestro anfitrión, para comer en ella, donde nos honran con lo mejor que disponen, y con los dos platos más típicos de estos días, pastel de arroz relleno de carne, y caldo de bambú con ternera, todo ello, regado por sucesivos brindis de vino de arroz, a los cuales, no es de mal gusto rechazar, pero no consiguiendo aún en mi los efectos que todas las personas de este país desean: el emborrachar a un extranjero.

Posteriormente a la recogida de los platos, y comprobar que Maicolm, lo que más desea en esos momentos es hacer la siesta vietnamita, decidimos Maruxiña y yo el darnos un paseo por los alrededores. Cuando salimos de la casa, oímos música de tambores y platillos cercana, así que decidimos investigar de dónde provenían, llevándonos su sonido, hasta una pagoda cercana, y al vernos la gente que se encuentra en el interior, nos invita amablemente, a enseñárnosla, y a quedarnos, ya que se encuentra próximamente una ceremonia.

CEREMONIA DE AÑO NUEVO

Comprobamos, cómo de una habitación próxima al patio de la pagoda, salen unos hombres ancianos, ataviados todos ellos con trajes tradicionales, y desfilan hacia el pórtico del patio de la pagoda, donde se sitúan todos en lugares diferentes, mientras otros tocan un gran tambor, y platillos . Los que presiden la ceremonia, van recitando uno a uno unas palabras sacadas de unos manuscritos, y posteriormente hacen reverencias, cada vez que terminan un párrafo, todo ello de cara a la sala principal de la pagoda, donde se encuentra su altar más grande. .

Toda la ceremonia, dura unas dos horas, y en los aledaños de la pagoda, cada vez hay más gente, que asiste a ella, y una vez finalizada, agradecemos a todos los presentes la amabilidad de habernos invitado, y regresamos a por nuestro anfitrión el cual ya ha terminado su siesta.

Al preguntarle por la ceremonia a la que hace unos momento hemos asistido, nos comenta que es una ceremonia, que se realiza sólo en el Tet, y que la misma la tienen que hacer los hombres más viejos del lugar, y que esto es todo un honor, que sirve para darles buena suerte en el año venidero, a todos los que asisten a la misma.

Regresamos de nuevo a casa de su abuela, para cenar, mientras por el camino, tanto Maruxiña y yo, tenemos un único pensamiento: la amabilidad con la que nos han tratado toda la gente, la coincidencia de curiosidad mutua de unos por los otros y de la importancia de la suerte en el tiempo venidero.

Llegamos justo a la hora de la cena a la casa de la abuela de Maicolm, y vemos que sus padres han venido del norte, junto con otros familiares, para pasar un día más todos en familia.

Una vez finalizada ésta, Maruxiña y yo, nos retiramos pronto al hotel, ya que no le queremos restar tiempo a nuestro anfitrión de estar con su familia, darle descanso de la obligatoriedad, de estar siempre traduciendo, y las atenciones continuas.

OPERACIÓN RETORNO EN LA H1

Por la mañana, hemos quedado ya con Maicolm en la casa de su abuela, y cuando llegamos ya nos esperan para comer. Son sólo las diez y media, pero nuestro anfitrión tiene que regresar pronto a Hanoi, ya que su mujer  tiene que trabajar por la tarde.

En esta ocasión, comemos con toda su familia, padres, hermanos, abuela, y algún primo que se acerca, realizando la ceremonia habitual de brindis,  que en esta ocasión hace mella en mi pobre persona, porque es imposible, ante la copiosidad de los días anteriores de comida y vino de arroz, que resista a tantos envites de brindis .

Esto se traduce a que cuando marchamos de la casa de la abuela, y nos despedimos de todos los familiares, Maruxiña y yo decidamos quedarnos un día más en el hotel, y tener una tarde de total y absoluto relax, viendo desde una terraza cercana a la H1, toda la operación retorno a Hanoi, y los colapsos de vehículos que hay en ella, haciendo que nos alegremos inmensamente de la decisión fortuita de pasar un día más en este lugar.

ACABÓ EL INVIERNO

Por la mañana, salimos temprano ya que pensamos que al igual que el día anterior puede haber retenciones, y Hai nos espera para comer a las doce en su casa, en esta ocasión, nuestros temores no se confirman, por lo que hacemos un regreso muy relajado, y sorprendiéndonos, de encontrar el distrito francés, sin equivocarnos.

Cuando entramos en Hanoi, contrastamos el cambio de temperatura de esta ciudad, de hace tan solo tres días que nos encontrábamos a 8 grados, y ahora de súbito, sin previo aviso, e inopinadamente la temperatura, para nuestro regocijo, alcanza ya los 23 grados, el invierno en esta ciudad ha finalizado, quizás el regalo de la reina del cielo, para todos aquellos que disfrutan del último día libre del Tet, en las cercanías del lago Hoan Kiem.

A las doce en punto, estamos ya en la oficina de Hai, duchados y cambiados, donde su marido Hung nos espera, para de allí guiarnos a su casa.

EN EL DISTRITO FRANCÉS

Esta se encuentra en un antiguo edificio de construcción francesa, donde ellos tienen en propiedad, dos plantas del mismo, y está situado en el distrito francés en una buena zona, cerca de la ópera.

Cuando llegamos a su casa, Hai nos explica que al final somos los únicos invitados, ya que los demás, no han podido asistir, por lo que la comida es muy familiar, junto con los padres de Hung, y sus tres hijos, además también nos acompaña, la empleada de estos, que es quien cuida a sus hijos, mientras ellos trabajan, y es también quien ha preparado la comida.

Cuando probamos unas costillas de cerdo, los dos quedamos gratamente complacidos, ya que es de los mejores alimentos que hemos probado en este país, no solo por la salsa que las acompaña, que es de tomate y muy jugosa, sino por su textura, ya que están en todo su punto. Cuando llegamos al caldo de bambú con ternera, le digo a Hai, que ya no puedo más que llevo cinco días comiendo y bebiendo como si fuera la última vez que lo fuera a hacer, pero ella me insiste con obstinación, por lo que me tengo que rendir a la misma en un primer momento, y luego agradecerle enormemente, el que lo haya hecho, ya que es sabrosísima, y todo ello regado con vino de chile.

Tanto a mi compañera como a mí, ya nos cuesta el ponernos de pie, es la última comida que nos han invitado, que hemos realizado en la fiesta del Tet, y los dos lo agradecemos, por dos motivos, el primero, por haberla hecho con dos buenas personas y amigos, y la segunda, por que de seguir de esta guisa, temo por el buen funcionamiento de mi moto, cuando nos tenga que transportar a los dos .

EN EL TEMPLO DE LITERATURA

Nos despedimos de Hai y Hung, agradeciéndole enormemente su invitación, y marchamos a dar un largo paseo por Hanoi, que nos haga salir del estado de saturación. Pasamos por avenidas que poco a poco van recuperando el trasiego de gente, que es habitual en esta ciudad, y comprobando que ya muchos negocios se encuentran abiertos, aunque aún la mayoría están cerrados y planeamos que, para el día siguiente, nos portaremos bien, y nos iremos andando a ver el Templo de la Literatura, y comeremos con normalidad.

Por la mañana, nos dirigimos, tal y como habíamos planeado al Templo de la Literatura, que se encuentra situado a unos dos kilómetros al sudeste del Lago de Hoan Kiem, cerca de nuestro hotel. Pasamos por calles que ya han recuperado el ritmo diario, y una de ellas nos sorprende a los dos, ya que sus fachadas, dan a la calle, pero por ella el único vehículo que pasa es el tren, y donde los niños juegan hasta que el tren con su bocina les avisa de su paso .

Entramos al Templo (entrada 40 Cent. de euro), y que como no podía ser de otro modo, está lleno de turistas, y excursiones de colegios, y están realizando una ceremonia en él. Está en un estado magnifico, es de arquitectura tradicional vietnamita, tiene cerca de 1.000 años, ya que el emperador Ly Thang Tong, mando hacerlo en honor a Confucio en el año 1070.

Es el lugar donde se estableció la primera universidad Vietnamita, y sus estudiantes pasaban de tres a siete años en ella, y cuando terminaban en la misma, cada uno realizaba un trabajo, y el emperador era el encargado de elegir el que consideraba mejor, pasando esta persona a formar parte de la elite del país.

TURTUGAS Y BILLETES AVIONES

En uno de los cinco patios, se erigen 82 esculturas de tortugas , en las que están grabados los nombres, nacimiento, y las cosas importantes que hicieron las personas más relevantes del país. Éstas las ordenó esculpir en el año 1484, el emperador  Le Thang Tong, hijo del emperador, que dio acceso en esta universidad, a todas las personas más brillantes del país, sin tener importancia su nacimiento, ya que hasta ese momento, solo los hijos de los nobles tenían acceso a la misma.

En el recinto del Templo, hay un pabellón, donde hay una estatua del emperador que la fundó, así como vestimentas de los escribientes, eruditos, y personal que en la misma trabajaba.

En la planta superior, desde el balcón de esta, los vietnamitas, arrojan a sus tejados billetes en forma de aviones como ofrenda, y en la planta inferior, tras la estatua, en un retablo enmarcado, escribe con el dedo, y sin que se pueda apreciar lo que anotan el deseo que tienen, por lo demás nada que reseñar de este lugar, al que vale la pena ir, es más, es el único edificio de verdadero interés histórico de Hanoi.

Volvemos andando hasta el hotel, y posteriormente, llevo a Maruxiña, a tomar un batido de frutas, con leche de coco y leche condensada, por solo 0,6 euros, y ésta, al probarlas, me reprocha, el que no la haya traído antes, por lo buenas que están, pero le respondo que después de los días de empacho que llevamos, si la hubiera traído antes, me estaría reprochando lo contrario, lo que acaba admitiendo, pero no con demasiado convencimiento .

DIRECCIONES CALIENTES

Luego marchamos a la esquina caliente, de la cual dejo la dirección, para los interesados en este lugar, así como de dos lugares más que merecen la pena de Hanoi, “El Antro”, y un restaurante callejero en donde ponen una buena carne en una parrilla portátil en la mesa, y al que ruego encarecidamente que vaya todo aquel que quiera tener una buena comida, con sencillez, pero con una gran amabilidad por parte de su dueña, y del que no cobrarán más de seis euros a dos personas (el mismo precio que a vietnamitas).

Esquina Caliente – C. Luong Ngoc Quyen, con C, Hatien, vaso de cerveza 16 cent

El Antro, llamado realmente “Tet” – C. Hatien Nº 2, cerveza 1 euro, recordad que es el que tiene un entresuelo, al que se accede por una escalera de caracol.

Restaurante callejero – C. Hang Buom, Nº 34, parrilla de carne y verduras para dos personas 6 euros, ésta solo por las noches, se encuentra en la puerta de una tienda que es una zapatería.

EN LA ÓPERA

Por la mañana, decidimos, pasear y acercarnos a la opera, no es algo fuera de lo común, pero es sólo por dos razones, la primera el aprovechar el día, y la segunda, para movernos algo, ya que nos estamos aperreando demasiado.

Visitamos la misma, donde vemos que es el lugar más elegido por las parejas de novios, junto con el lago, para hacer su reportaje fotográfico, algo que aprovechamos, para comparar los diferentes vestidos y gustos con los de nuestro país .

La opera, se encuentra en el distrito quizás más lujoso de Hanoi, junto a grandes hoteles, y tiendas de gran suntuosidad. Justo en la parte trasera de la ópera, en los jardines de la misma, se encuentran unas terrazas, donde dejamos pasar la mañana junto a un café .

UN TOQUE DE PINTURA Y ALGO DE INGLÉS

Regresamos al distrito francés, y comemos en una terraza, disfrutando del calor que ya hace en Hanoi, viviendo desde la misma el trasiego de viandantes por sus calles, para luego pasar la tarde paseando, a la espera de que lleguen las seis, hora en la que hemos quedado con Mi Ho, encontramos por las calles, un pintor, que realiza unos cuadros perfectos al carbón, y alguna que otra curiosidad .

En un café de la calle, como ya es habitual, realizamos los tres una tertulia distendida, junto a viajeros ocasionales, habitantes de Hanoi, y algún despistado, que mira dos veces la calle que ha de coger, para proseguir su inspección por el barrio francés de la ciudad. Mientras en nuestra tertulia, tanto Maruxiña como Mi Ho, no dejan de reír con mi mal inglés, sobre todo cuando le intento decir a la japonesa, que la navidad la pasé en la playa “I have spent the Christmas on the beach”, y lo que le suelto es “I was a bitch the Christmas”, que en ingles significa soy una puta por navidad, algo a lo que siempre me hubiera gustado aspirar, y que aprovecho para añadir a mi diccionario esta palabra, que desconocía.

ADIÓS CON EL CORAZÓN

Después de un par de horas de tertulia, para arreglarlo todo, cuando la japonesa se despide, hasta nuestro regreso a Hanoi, le suelto, en vez de que me ha alegrado mucho de que haya venido, que estoy muy contento de que se vaya, por lo que cuando arranca su moto, no deja de reírse.

Maruxiña y yo, nos vamos a cenar, a un restaurante recomendado por Mi Ho, en el cual nos sirven un plato combinado estilo vietnamita, con dos huevos fritos, bistec, y paté por encima, todo un manjar repleto de colesterol, y servido en una bandeja caliente, algo exquisito, tanto como su precio: 1,10 euros.

Regresamos al hotel, y damos por finalizado el día, y la estancia en Hanoi, a la que Maruxiña, al igual que yo, ha tenido una relación de amor-odio, con la ciudad, ya que es agotadora por el ruido estridente de sus vehículos, y el estrés que provoca, pero sin embargo, donde los amigos, nos han acogido, con gran cariño, y donde hemos podido descubrir el Hanoi que normalmente se les escapa a los turistas, ése de restaurantes en esquinas cochambrosas, pero que ofrecen una comida estupenda, el de hogares inundados de humildad, pero repletos de amabilidad de sus gentes, que te dan todo aquello que poseen sin pensarlo dos veces, y te acogen como uno más de su propia familia, ufanos por que los acompañes en las celebraciones tradicionales.

Marchamos también con algo de pena, ya que sabemos, que solo volveremos, para marcharnos de nuevo, y ya no volver más, pues el camino ha de continuar, pero sabiendo que los buenos amigos, son para siempre, que jamás los olvidaremos, ni ellos a estos dos españoles que en la celebración del Tet del 2011, formaron por unos días parte de su familia.

 

Vietnam (XXI)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

Cuando llegamos a Hanoi, el clima que nos espera ya en la estación, es muy diferente de la primera vez que llegué, una bofetada, esta vez de frío, nos azota en plena cara, mientras buscamos un taxi con conductor honrado, una tarea ardua en cualquier ciudad, y en ésta, casi imposible.

Por fin cuando comenzamos a andar ya que la mayoría nos quería cobrar 6 euros, encontramos uno que es coherente 1,10 euros, y nos deja en el lago Hoan Kiem, en el distrito francés.

EN EL TRAJÍN DE LA CIUDAD

Empezamos a caminar por sus calles, y por sus callejuelas. Maruxiña, queda anonadada, del trajín de sus habitantes, y vehículos por las mismas, del constante pitido de estos, y me mira sonriente, diciéndome

-“Tienes razón, esta ciudad está loca, jamás vivirá aquí”. Me río para mis adentros, pensando que si en su primera hora en la ciudad, es ésta su impresión, cuando llegue el final de año, en el que la ciudad entera sale a la calle en sus vehículos, y continuamente tocan el claxon, una experiencia que yo ya viví en la celebración de los 1000 años de Vietnam, y que en absoluto me embelesó, a ella la desquiciará.

Llegamos al hotel donde había reservado con anterioridad, y Raúl, junto con el resto de los trabajadores nos recibe con alegría, y me sorprende que todos recuerden mi nombre, dándonos posteriormente, la mejor habitación, una con balcón y vistas a una de las calles a la que más encanto le veo de todo Hanoi, la calle del mercado.

Después de una ducha, para dejar atrás el olor a humanidad que traíamos como suvenir del largo trayecto de tren, salimos, y nos dirigimos a ver a mi amiga Hai, la de la agencia de alquiler de motos.

EN LA ESQUINA CALIENTE Y EL ANTRO

Esta al verme, al igual que el resto de sus trabajadoras, me reciben con alegría, pero a Maruxiña de manera algo distante, hasta que empezamos a hablar, y poco a poco, van abriéndole hueco a ella en la animosidad diaria de la que tantos días gocé hasta que nos invitan a comer al día siguiente en la oficina.

De allí a otro lugar que no podía ser otro que la esquina caliente, que continúa siéndolo, ya que esta tan concurrida como siempre, aún estando a bajas temperaturas, unos 8 grados, que hacen que nos refugiemos pronto en el pub al que siempre he llevado a los amigos españoles que  he conocido en Hanoi. Después de media hora en él, tumbados en la entre planta, donde se puede ver el resto del local, y ante la cara de felicidad de mi acompañante, le pregunto el parecer por el local, y me suelta una frase que jamás olvidaré, y que será lapidaria para todos los lugares del mundo parecidos a este,

-“Ningún otro lugar tiene el encanto de un antro”,

por lo que bautizamos al pub con el nombre de “El Antro”, donde tengo a buen seguro, que volveremos una y otra vez .

Finalizamos la jornada pronto, ya que el trote del camino, va haciendo poco a poco mella en nuestros cuerpos, y en esta ciudad, permaneceremos 10 días, por lo que nos dará más que de sobra tiempo para enseñarle todo lo que de la misma sé a Maruxiña.

LOS TAPONES Y SUS RESPUESTOS

Por la mañana, es inevitable que el ruido del mercado, ya me despierte a las 6 de la mañana, algo que lejos de molestarme me agrada, y a mi compañera les son indiferentes, ya que duerme a pierna suelta, hasta las 9, sin ningún tipo de problemas. Me imagino que está acostumbrada a mis ronquidos (los cuales recuerdo, fueron capaces de desalojar a una familia entera, de su propia casa en Mai Chau) y hasta el momento no ha tenido queja alguna, eso si ya vino provista de España con tapones para los oídos, repuestos de estos, y repuestos para los repuestos, por lo que pudiera suceder.

Salimos del hotel, después del desayuno incluido en el precio (12$ noche) ,y recorremos las calles del distrito francés, hasta llegar a la catedral de San José, donde están celebrando misa en francés, para los turistas, y a la que decidimos volver otro día, para visitarla con más calma. Posteriormente, marchamos a comprar algo que yo creo que es necesario, una estufa, en un centro comercial, que en España presumen en su publicidad, de que si no eres tonto compras allí, aunque me he hartado de ver tontos siempre en todos los centros comerciales, en fin cosas de la vida, nos hace gracia, el ver esto en este país.

Con la estufa que hemos comprado por 12 euros, que a nuestra marcha del hotel, regalaremos a algún amigo, para que la disfrute por los dos únicos meses de frio que hay en esta ciudad, nos dirigimos a la oficina de Hai, ya que nos ha llamado cuatro veces, para indicarnos que la comida esta ya preparada.

REGALOS DE LA SUERTE

Cuando llegamos, mi amiga tiene preparada un fundé vietnamita con pescado, que está deliciosa. Al finalizar la comida, y como ya es habitual en todas la comidas a las que me ha invitado Hai, marchamos Maruxiña y yo a comprar cafés. En el camino, decidimos al ver cestas de diversos productos, parecidas a las cestas de navidad de nuestro país, comprarle a nuestra anfitriona, una de ellas , pero cuando regresamos, la acoge, no con demasiada alegría en un primer momento, ya que nos dice que los regalos traen buena suerte cuando se hacen el primer día del año. No me lo tomo a mal, en estos días es importante, las pautas de los diferentes actos que se hacen, ya que para ellos, si uno se salta alguno, les puede marcar la suerte del año entero, por lo que para el primer día del año,  hemos decidido, hacerle otro pequeño regalo, para que no se pueda sentir ofendida, y tomamos nota de este error, y ella se percata, de que simplemente ha sido por ignorancia.

LA MARIONETAS ACUÁTICAS

Cuando salimos de la comida, y la sobremesa, nos dirigimos a una de las terrazas, que hay en lo alto de un edificio, cerca del lago, para hacer nuestra tertulia, y disfrutar las vistas que se aprecian desde la misma. Regresamos ya cayendo la noche para el hotel, para disfrutar de una tarde de domingo, en compañía de una película, y la estufa adquirida, hasta que el sueño, poco a poco va haciendo presencia, y quedamos dormidos.

Por la mañana, nos decidimos, a ver algo que en este país es único, y que aun yo no he visto, ya que como había dicho anteriormente, dejaría para posteriores visitas, y poderlo disfrutar en compañía, y no se me ocurre, disfrutarlo en mejor momento y compañía que con Maruxiña, el espectáculo de las marionetas de agua.

Nos acercamos a la taquilla, y retiramos dos entradas para la sesión de las 21 horas (2,25 euros por persona), pasando el resto del día, paseando por las calles de Hanoi, y entrando en diversos cafés, y restaurantes callejeros, de los que disfrutamos de un arroz con pollo, por tan solo 0,5 euros por comida .

Llegada la hora del teatro, nos dirigimos al mismo, comprobando que por la época, en la que estamos, está a la mitad de ocupación, lo que es agradable, ya que es un ambiente mucho más ameno.

El espectáculo, se divide en varias historias tradicionales, las cuales son representadas en un escenario con el suelo cubierto de agua, y al fondo unas cortinillas, desde donde detrás de estas, los artistas, mueven las figuras, con palos sumergidos en el liquido, para que no se vean los mecanismos, con los que las manejan.

La coreografía, no es algo que sea de una precisión oriental, pero sin embargo, la música en directo que acompaña el espectáculo, y la narración mímica de las diferentes historias, son algo digno de que el visitante, pierda una hora de su tiempo, en disfrutar, de esta representación .

ENCUENTROS VARIOS

A la salida, nos dirigimos a “El Antro”, donde hemos quedado con Moon, la cual se alegra y sorprende, en igual porcentaje de verme, y de ver que ya estoy acompañado en mi camino. Además, para más inri, me encuentro en el local a Mi Ho, la profesora japonesa, con la que realicé el viaje desde Laos a Hanoi, a la que saludo con alegría, y con la que quedo en los días venideros, para tomar café.

Cuando me uno de nuevo con Maruxiña, y Moon, compruebo, que las dos conversan animadamente, y que se han caído muy bien, lo cual hace que por el resto de la velada, yo me que a un lado del tema principal de la tertulia,

-“Lo cabrones que son los hombres de Vietnam, y el mundo en general” .

Finalizamos la velada, sobre las dos y media de la mañana, y despidiéndonos de Moon, la que aún queda en el local de charla con un amigo casual, y haciéndome prometerle, que mañana, le grabaré en una memoria, todas las fotografías, de los 10 días que viajamos juntos por su país.

En la mañana siguiente, marchamos en primer lugar a saludar a Maicolm, el cual nos saluda efusivamente, y posteriormente, después de preguntarnos, si tenemos planes para el Tet, y ante la negación de nuestra respuesta, nos invita amablemente, primero a que pasemos el día de noche vieja, en la celebración que hacen en su hotel, ya que a él le toca trabajar, y en segundo lugar, a que vayamos a su casa en el norte a pasar tres días, algo que Maruxiña, y yo  acogemos con gran satisfacción, por lo que debemos alquilar una moto, ya que la casa de este, se encuentra a unos 100 km, de Hanoi.

NEGOCIANDO LOS BILLETES

De allí, marchamos a la estación de trenes, para sacar billete, para nuestro regreso a Danang, ya que corremos dos peligros, uno, que por las fechas no encontremos, billete, y el otro, que por las numerosas invitaciones que recibimos constantemente de amigos, a comidas, y celebraciones, no podamos marchar de la ciudad en un mes. El primer temor, se confirma, ya que solo encontramos billete de regreso, para el día 10, por lo que tenemos que estar en Hanoi, tres días más de lo previsto, lo que poco o nada ya nos importa.

De la estación, marchamos a comer, y lo hacemos de una manera, poco usual, en un restaurante de comida rápida vietnamita, algo que es la primera vez que hago. Es muy curiosa, ya que es tipo KFC, pero el pollo que sirven es picante, así como las salsas, que tienen para acompañar la comida, algo que hace mis delicias, pero no las de mi acompañante, ya que ella está un tanto reñida con el picante .

De allí, marchamos a la oficina de Hai, para alquilar una moto, le entregamos un llavero que compramos, para ella y su marido, para que lo abra en el día de año nuevo, que es cuando trae buena suerte, tanto el regalar, como el abrir los regalos.

LOS RITOS DEL TET

Después de una mínima negociación, ya que, Hai es ya amiga, y sé que no nos va a engañar, conversamos con ella sobre el Tet, y de los diferentes días y protocolos a seguir en ellos, y de los regalos y costumbres del mismo.

Nos explica, que el presente año, es el que pertenece al tigre, y en el que entramos próximamente es el del gato, y que es costumbre regalar una planta, o frutas, que se ponen en la entrada del negocio, o vivienda.

Las plantas que suelen regalarse son las que traen buena suerte: naranja, mandarina, pomelo, y pimientos, y las frutas como la sandía y la banana, son las básicas, pero que se pueden regalar otras diferentes.

Sobre los días nos explica, que el último día del año, no es un día fijo, sino que va en relación a la luna (al igual que el Jueves Santo en nuestro país). El de este año cae el 2 de febrero, y se pagan todas las deudas que se tienen con los acreedores, y se pide perdón a la gente que se le haya podido causar algún daño.

En las casas, se le da la bienvenida, a los espíritus de los antepasados, y se homenajea a estos, haciéndoles un altar en ellas, y realizándoles ofrendas de arroz, dinero y otras comidas.

Al dar la media noche, todo el mundo se felicita el año, y se desea buena suerte para el siguiente, se queman los billetes (falsos), las diferentes ofrendas que se le han realizado a los antepasados, y se les vuelve a dejar marchar.

Los jefes de los negocios, les hacen regalos a sus empleados, y a todos los que permanecen por ese día bajo el techo de sus casas o negocios.

En el primer día del año, se cuida mucho, de no enfadarse, ni decir malas cosas a los demás, pues es indispensable, el empezarlo bien, ya que este día marcara, lo que será todo el año, así como es obligatorio, el visitar a los padres y suegros, y realizar comidas con ellos. En el segundo día, se visita a los tíos, y se come con ellos, y en el tercero a los amigos, y socios de los negocios.

MOTO CASI NUEVA

Marchamos de su oficina, con una lección más aprendida de esta cultura, tan diferente a la nuestra, y con el alquiler de una moto completamente nueva con tan solo 40 km. igual a la mía, con dos cascos, y porta maletas, por tan solo 8 $ al día, quedando para recogerla en el día posterior, lo que agradecemos enormemente, ya que el conducir por esta ciudad loca, me saca de los nervios.

Marchamos pronto a dormir, no sin antes, quedar con Moon, para darle sus fotografías, y desearle un feliz año nuevo, ya que ella marcha al sur ese mismo día, a casa de su madre, para celebrar con toda su familia las fiestas.

En el último día del año, comprobamos ya que la ciudad de Hanoi, está irreconocible, ofrece una imagen inédita, pues sus calles, están semidesiertas, y muchos negocios ya se encuentran cerrados. Recogemos la moto, y aprovechamos, para pasear en ella a nuestro antojo, por todos los lugares que hace solo un día bullían de gente y vehículos .

Paramos en la oficina de correos a comprar sellos, la cual está abierta, por tan solo dos horas, para que Maruxiña, envíe posteriormente las postales que había prometido a sus amigos y familiares , y para ver los diferentes preparativos, que realizan alrededor del lago de Hoang Kiem, donde al dar la media noche, habrá un espectáculo pirotécnico, al que ni mi compañera ni yo, asistiremos, ya que sabemos de sobrado, la cantidad de gente que piensa asistir al mismo, y ni ella ni yo, somos amigos de las multitudes.

Después de una buena siesta, para estar descansados, para el final de año, marchamos a la esquina caliente , para tomar la ultima cerveza en honor a Salva y Olga, que se encuentran en Australia, y me han enviado un correo, contándome sus peripecias por ese país, y la aventura que han tenido con las inundaciones en ese lugar.

MASCOTAS Y PISTACHOS

Posteriormente marchamos a cenar, donde paseando, encontramos un anuncio insólito de una tienda de mascotas, en la que se encuentran varias fotografías de ellas, un perro, un gato, un cerdito, pollitos, e incluso alguna ave, hasta ahí todo bien, pero también hay la de una gamba, mientras pensamos para nosotros riéndonos, quien carajo tiene a una gamba como mascota, a no ser que sea Homer Simpson, y su entrañable Tenacitas . Luego, media hora antes de la media noche, nos reunimos con Maicolm, en su hotel, donde todos los empleados, el dueño, y tres huéspedes casuales, se encuentran en el hall. Brindamos todos deseándonos lo mejor para el año siguiente, y comemos pistachos, dulces típicos, y alguna comida especial para la ocasión, muy parecida, a la que nos ofreció el dueño del hotel de Danang.

Nos enteramos de la entrada en el año del gato, por el sonido de los cohetes, que estallan en la cercanía del lago, y volvemos a realizar una y otra vez brindis con cerveza, y posteriormente, el dueño del hotel, a todos los presentes, nos da un sobre con dinero (5000 dong, 20 cent. de euro), para desearnos buena suerte, los cuales guardo junto a los que me dieron en la ceremonia de la reina de los cielos en Bac Ha .

Después de la llegada de nuevos huéspedes al hall, y brindar con ellos también, Maruxiña y yo, nos despedimos de nuestro anfitrión, Maicolm el que nos agradece mucho, que lo hayamos acompañado en esa noche, y emplazándonos, para el día siguiente, en la puerta de su hotel desde donde saldremos con destino a su casa, para empaparnos más si cabe de la diferente manera de celebrar el nuevo año.

EL TARAVITAZO COMPARTIDO

Recorremos las calles de Hanoi, camino a nuestro hotel, donde encontramos en las aceras a grupos de gente, que en una pequeña fogata, quema las ofrendas a los espíritus de sus antepasados, y los deja marchar al lugar de donde vinieron, para celebrar con sus familias el año nuevo . Pasamos por las calles que permanecen mudas, y hace unas horas, estaban inundadas por ríos de gente, vehículos, y ruido, para darle la bienvenida al año, mientras en mi cabeza tarareo la canción más idónea, para este momento “Year of de cat”, de Al Stewart. Justo antes de llegar a nuestro hotel, entramos en una pequeña pagoda que se encuentra abierta, Maruxiña y yo, entramos en la misma, y hacemos una ofrenda, a Confucio, y a la Reina de los Cielos, para que estos nos den protección y  buena suerte en el largo camino que nos queda por recorrer, y que el año del gato, sea como mínimo igual de bueno que el del tigre, año, en que decidí emprender este camino, año, en que el taravitazo, dejo de convertirse en cosa de uno, para ser ya de dos. Aunque siempre he creído, que el taravitazo es de todo aquel que decide ver lo que hay más allá, de la cotidianeidad de la vida, del que no se conforma, y decide dar un paso más, del que empieza andar un camino, sin saber a donde lleva, del que sube una montaña, para ver lo que hay tras de ella, del que se tira al vacio, sin paracaídas de reserva, del que decide perder su tiempo, y leer las vicisitudes de estos dos locos españoles por el mundo.

A todos vosotros, os dejo, una frase de Héctor Tassinari, que en su día leí por casualidad, y a mí me ayudó a emprender este sueño,

-“Dios no te habría dado la capacidad de soñar, sin darte también la posibilidad de convertir tus sueños en realidad”.

BUENA SUERTE A TODOS EN EL AÑO DEL GATO.