Vietnam (VII)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

En los días siguientes, los tengo totalmente libres, y tengo que realizar el trato para la compra de mi moto. Si hay una buena cosa que mi padre me ha enseñado en el difícil arte de los negocios, es que el comprador jamás debe de tener prisa, y aquí, esa es una regla natural.

Estoy de tratos con la dueña de la tienda de alquileres: me interesa una moto como la que alquilé, ligera, y con un motor lo suficientemente capaz de desenvolverse por caminos, y carreteras; además me interesa, que al final de mi periplo por Vietnam, la pueda vender, y no perder demasiado. Mi intención es no perderle más de 350 $, tened en cuenta, que por 3 semanas he pagado de alquiler unos 190 $, por lo que a mi entender no es un trato malo.

NEGOCIANDO LA MOTO

Hai, que así se llama la dueña, como ya dije anteriormente, es una dura negociante, pero me ha demostrado que es una mujer de palabra, y me paso 4 días, en que las mañanas me dedico a visitarla en su tienda, y vamos poco a poco fijando las clausulas del contrato de venta de la moto, además de tener una charla distendida .

El sábado es cuando he quedado con los de Burgos. Es el penúltimo día que los veré, y la verdad es que me da mucha lástima, hemos conectado muy bien, y son muy buena gente, pero cada uno ha de seguir su camino, además, ya dice el dicho, que lo bueno si es breve, dos veces bueno.

En los días anteriores, me he dedicado, a deambular por las calles de Hanoi, con la música de mi mp3, como banda sonora, (es la primera vez que lo utilizo en mi viaje) y la verdad, es que es algo muy extraño, ya que me aíslo del ruido de coches y motos, el cual inevitablemente forma parte de esta ciudad.

Recorro restaurantes callejeros, y puestos de ropa, contemplo el que hacer diario de la gente de esta ciudad demencial, mientras Bob Dylan, me susurra versos al oído, toda una grata experiencia .

Pienso en mi viaje a Laos, la experiencia vivida en el camino de vuelta, la desaparición de mi tarjeta y teléfono, lo cual no es malo, pues los primeros meses he decidido tomármelo como una academia, de la cual tengo que sacar el máximo provecho, malo seria, si dejara que me volviera a suceder.

LOS BATIDOS FUSIÓN

Mientras recorro varios lugares, en los cuales ponen unos batidos aún más extraños, que los que ya había tomado, pero todavía más exquisitos, . Por ejemplo, te hacen uno, con todo tipo de productos en almíbar, y cuando digo todo tipo de productos, hablo desde una especie de gominolas con almíbar de piñones, hasta habichuelas con cereales, y está tremendamente bueno, a 40 cent. cada uno.

Mientras pago gustosamente, es inevitable pensar, que en España, eruditos de la cocina “moerna”, lo llamarían postre fusión de sabores, e intentarían vendérnoslo, a precios desorbitados (por ejemplo el helado de aceite de oliva, o la espuma de jamón), y con el cuento de que hay que aislar la vista del paladar y dejar que la mente te lleve a otro lugar, abandonar los convencionalismos de los postres de toda la vida, para que pruebes, lo que en estos lugares probablemente lleve muchísimos años existiendo.

No quiero meterme en el papel de predicador del desierto, en absoluto soy nadie, para decirle a nadie qué tiene que hacer, o dejar de hacer, ya que la felicidad de la vida se encuentra en extraños callejones de sentimientos contradictorios.

La tarde la paso en compañía de Olga y Salva, que no se encuentra demasiado bien, acaban de volver de la Bahía de Halong, y ha cogido una insolación. Como le decía a Salva, no hay ningún mal que no quiten dos botellas de orujo, no sé si lo quita, pero a partir de la primera botella, lo que menos te preocupa es si estás enfermo.

Chang, le hace un masaje en su cabeza, y nos dice que necesita medicina, nos hace levantarnos de la esquina caliente, y nos lleva a una farmacia, donde habla con el farmacéutico, y compran paracetamol, y le indica a Salva cuándo las tiene que tomar, y la cantidad, nos miramos todos sorprendidos, y con una sonrisa dibujada en la cara, y nos decimos, que esta chica vale mucho, sabe de todo, y es increíblemente buena persona. Nos despedimos, y quedamos al día siguiente, último día que se encuentran aquí, en la esquina caliente.

TARRAMPLÍN ESTUVO AQUÍ

En una de mis salidas nocturnas, las cuales no son habituales, me he acostumbrado a irme pronto a la cama, y levantarme de madrugada, (las salidas nocturnas aquí, son hasta las 12-1 de la noche como máximo), entro en un par de pub, los cuales son parecidos a los de España, pero con música fusión de los 80,  lo que aquí son para gente con un buen poder adquisitivo, y que no les importa gastarse en una cerveza 1,40 €, imaginaros, esto en la mayoría de los casos supone, el sueldo de un día en este país, (Chang gana 48$ al mes, y con eso se paga la comida, el alquiler, y sus estudios).

En el primero, me encuentro que las paredes y el techo, están llenos de escritos de la gente que ha pasado por allí, e inevitablemente, hablo con el dueño, y le digo que quiero dejar constancia de mi paso por el mismo, el dueño, gustosamente, me da un rotulador, me subo a una banqueta, y en el techo, escribo en primer lugar el nombre de mi pueblo, luego de la provincia, posteriormente el de mi país, y su última hazaña en el mundial de futbol, y por último firmo con mi pseudónimo “Tarramplin”, si viajáis por estos lugares que no os sorprenda el verlo.

EL FINAL DE LA TELENOVELA

En otro de ellos, encuentro un grupo de jóvenes vietnamitas, entre los cuales se encuentra una chica llamada Moon, la cual llama mi atención, ya que viste muy diferente a los demás, con ropa muy occidental, corte de pelo de alisado japonés, aquí no es algo muy común, y lo más sorprendente es que esta bebiendo una cerveza, esto aquí, es de lo mas inusual, que una chica beba.

Intenta hacerme bailar, lo cual no consigue, el matrimonio mío con el baile, se rompió en el momento que nací, es imposible, y sé perfectamente mis límites en estos lares, pero no me impide que pueda tener una medio conversación con ella, y quedar para el día siguiente, a continuarla tras un café, me interesa saber la opinión de una persona que viste, actúa, y piensa diferente de la gente de aquí, quizás sea el futuro de este país.

Esa misma noche aprovecho para felicitar a los Rafaeles y Rafaelas, ya que el día aquí, entra 5 horas antes que en España, y a ponerme al día en la telenovela, para mi sorpresa, ha acabado ya, han emitido tres capítulos diarios, pero la dueña del hotel me explica, que la pintora, al final volvió con el europeo, y se casó con él. Pienso entonces que sería debido a la diferencia de tamaños, (ya me entendéis, por aquí andan cortos).

PREPARANDO EL AÑO NUEVO

Por la mañana recibo un mensaje de Chang, que ha ido antes a la galería, y que me espera a desayunar, mientras tomamos nuestra leche pertinente, y hacemos bromas, vamos tomando percepción de que ya me queda poco en esta ciudad, y echaré enormemente de menos a ella, y ella a mí, ya que nos hemos acostumbrado el uno al otro, a grandes tertulias, pero lo que sí me dice es que quien sí lo va a agradecer es su novio, ya que anda un poco mosca, con nuestra relación de amistad

Me hace prometerle, que para la primera semana de febrero, vendré para el Tet (el año nuevo), la fiesta más importante que se celebra en este país, y en la mayoría de los asiáticos, lo cual en un principio no me apetecía, pues es una fiesta llena de ruido en las calles, y la verdad después de la experiencia en Hanoi, en la celebración de los 1000 años, he quedado resabiado.

Pero me indica que es una fiesta familiar, y que la pasará en su pueblo natal con su familia en el pueblo fuera de Hanoi, le digo que sí que iré, pero que avise a su familia de el peligro de que pueda acabar en un solo día con las existencias de su despensa, ríe, y me dice que si que los prevendrá, por si acaso, pienso, iré con algo de comida en mi mochila, nunca se sabe cómo pueden salir estas cosas.

Además me tengo que estudiar, todo el protocolo que se realiza en esta fiesta, ya que hay un día, en el cual nada puede ser malo, para no entrar con mal pie en el año nuevo, y tener suerte en el siguiente, toda una experiencia que me espera, y la mejor manera es pasarla con una familia tradicional.

UNA PROPOSICIÓN DECENTE

Marcho a desayunar nuevamente con Moon, la espero en un café antiguo francés, que está situado al lado de la catedral, un ambiente de fusión de gente occidental, y algún que otro vietnamita. Aquí el café cuesta 3 veces más que en la calle, por lo que la mayoría que se lo puede permitir son occidentales.

De vez en cuando he ido a este, ya que el ambiente que se respira, es el de estar en el antiguo Hanoi colonial, con mesas y sillas de madera maciza, tablero de mármol, y suelo antiguo, lámparas estilo tradicional que se descuelgan del techo, y grandes ventanales con vistas a la calle, donde transitan turistas, católicos que se dirigen a escuchar misa, y alguna que otra vendedora de comida, que lleva a sus hombros los utensilios de una cocina y restaurante, con sillas, mesitas, fogones, y cuencos, algo muy curioso.

Cuando llega Moon, nos cambiamos de sitio, a otro, no más barato, pero sí con mejores vistas. Está situado al lado del lago, y es un edificio de 5 plantas, subimos a la última, y nos sentamos en la terraza , conversamos, y en seguida me doy cuenta, que es una chica, bastante diferente a las demás vietnamitas, en la manera de pensar, y además, ha viajado a Laos, y Tailandia.

Al cabo de un rato, le digo que yo quiero conocer su país con tranquilidad, y le propongo que me  acompañe, ella en un primer momento se muestra algo prudente, y me dice que ella trabaja, es socia de dos peluquerías, junto con otro chico. Entonces le propongo, que coja un mes de vacaciones, y que me acompañe, pero ya le digo de antemano mis condiciones, ni amor ni sexo, no es lo que busco, si no una persona que quiera compartir la experiencia de viajar, únicamente, además ella es de este país, habla perfectamente inglés, y es una sociedad de mutua ayuda.

Ella me propone, que en la semana entrante, nos desplazaríamos tres días a la Bahía de Halong, a unas 3 horas y media de Hanoi, y si todo va bien, regresar a Hanoi, para coger las vacaciones, hacer balance del mes, y tomarse el siguiente de vacaciones. Yo estoy totalmente de acuerdo, terminamos la conversación, y me voy a ver a los de Burgos.

Llego 1 hora tarde, pero allí continúan en la esquina caliente, tomamos una cerveza más, y ellos me enseñan una camisa, que le han comprado a Chang, y pienso que le encantará. Comemos donde el último día, y posteriormente, llega Chang, nos despedimos todos, y en un momento fugaz, tal y como si un cirujano hubiera extirpado algo de mi cuerpo, los echo en falta. Marcho a mi hotel, y a dormir, mientras pienso que mañana será otro día.

GUSANOS Y PERRO

Me levanto, con ánimo, ya que Chang me ha prometido que iremos a comer gusanos, y perro. Lo primero lo comemos al medio día, me lleva al mercado, donde veo sumergidos en agua a unos gusanos parecidos a ciempiés, estos los hacen con huevo e hierbas, tal y como si fuera una tortilla, me como un par de ellas, no es nada del otro mundo, parece como si fuera carne picada, nada más. De segundo, pido arroz y cerdo, en un restaurante, que es parecido a los self service de España , en un plato te ponen arroz, y tú luego te echas de un mostrador diversos productos.

Terminamos tomando café y realizamos una tarde distendida en la galería. En la puerta se encuentra un taller callejero de sellos de madera, los cuales realizan con gran maestría a mano. Me quedo sentado junto al chico que los hace, y contemplo, lo minucioso de su trabajo.

Estando sentado, me fijo que en el puesto de té de al lado, se encuentra una chica muy guapa, manipulando mi cámara, le hago un par de fotos, ella se da cuenta y sonríe, me levanto, y le enseño las fotos , para que no se lo tome a mal, lejos de esto, ella me da conversación, y habla muy bien inglés, tiene poco tiempo, nos intercambiamos los teléfonos, y quedamos para el día siguiente a tomar café.

PERRO POR LIEBRE

Sale Chang de la tienda, y nos marchamos en moto taxi, los dos, o sea es normal que vayan tres en moto, y sin casco. Recorremos varias calles, hasta que llegamos a una, la cual me es familiar, contemplo la vitrina de un restaurante, y contemplo a los perros que hay en ellas enteros y asados como si fueran cochinillos .

Chang indica que nos pongan un plato, cuando éste llega a la mesa, me doy plena cuenta, que el primer día que salí con el barbero putero, es a donde me llevó, y que el plato de comida, es el mismo que había comido ese día. Pienso entonces que quizás día no me quiso decir nada, para evitar que no lo quisiera.

Ahora puedo decir con rotundidad, que la carne es un poco más dura que la del cordero, pero muy parecida: te la ponen en trozos, y aliñada muy parecida a los pinchitos, además está aderezada con virutas de raíz de cúrcuma.

Cuando termino, nos volvemos a la galería andando, y paseamos por tiendas de delicatesen, donde venden aletas de tiburón, y varias cosas exóticas, de alto precio. Pienso entonces que es mucho mejor comer perro, que aleta de tiburón que está en vía de extinción .

Cuando llegamos a la galería, me despido de Chang, y me voy a ver al barbero putero, cuando entro en la peluquería, me saluda animosamente, y yo le devuelvo el saludo con frialdad, y empiezo a decirle que he estado comiendo donde me llevó el primer día a comer, -éste se pone serio-, y que he descubierto que lo que me pidió era perro.

Me acerco bruscamente a él, y este se protege esperando que lo fuera a zarandear, pero ante su asombro, le doy un abrazo, y le doy las gracias. Extrañado, me dice que luego cuando cierre, podemos salir juntos, yo declino la invitación, ya que después del abrazo, y no haberme querido ir de putas, corro serio peligro de que me vuelva a llevar a los masajes gay.

INTERESADAS ONGs

Cuando vuelvo al hotel, compruebo que tengo en mi email, el último mensaje de la última O.N.G. con la que me he puesto en contacto. Han sido 4 en total, y todas me han pedido dinero (la que menos 300$), por ir a trabajar gratis para ellos. Yo siempre les he dicho, que yo me pago el traslado, mi manutención, y el alojamiento, lo que me niego es a pagar por trabajar, jamás lo he hecho en mi vida, y mucho menos voy a pagar 4 veces el salario de una persona en este país, por darme el tute, por lo que finalmente desisto.

Hago un llamamiento desde aquí a todos los que me leéis: si conocéis alguna organización que necesite un par de manos para ayudarlos, estaría encantado, me da igual lo que tenga que hacer, barrer fregar, lavar a personas, estar con enfermos, pero no voy a pagar por trabajar, supongo que no estarán tan necesitados de ayuda, como se cree en Europa.

A LA BAHIA DE HALONG

El día siguiente, voy a buscar los billetes, para ir a la Bahía de Halong, Olga y Salva que fueron mis predecesores, en este viaje, me dijeron que ellos los compraron por 88$, cada uno, incluida la comida, una noche en camarote del barco, y otra en una pequeña isla llamada Monkey Aisland, visita a una gruta, y diversas actividades como práctica de  Kayak, Snorkel, (bucear con gafas tubo y aletas), pero la bebida no.

Los compraron en mi antiguo Hotel, el de Raúl, son tres días y dos noches, así lo hago, pero a la hora de pagarlo, me quieren cobrar un 3%, por pagar con tarjeta, al final me lo rebajan y no me cobran comisión, lo compro, marcho, y al pasar por delante de la tienda de motos, saludo a la dueña, me hace entrar, y converso con ella, he hecho amistad con ella, y me invita a comer con ella con sus empleados en la oficina. Comemos gusanos, esta vez son distintos de los del día anterior, son de seda, se hacen fritos, salteados con hierbas, están riquísimos, no sé yo, si cuando vuelva a España, me encontraré en la puerta de los colegios, intentando comprar gusanos, para luego hacerlos en mi casa .

Paso una tarde muy distendida en tertulia y cafés, me marcho al hotel pronto a dormir, ya que al día siguiente he quedado con Moon, a las 7 de la mañana. Y así es, a las 7 en punto está en la puerta, de mi hotel, de allí marchamos al lugar de recogida del autobús, montamos en él, y empezamos camino, Cuatro horas después, llegamos a Halong, hay muchos turistas, pero ya en la Lonely Planet, me aconsejaron que no lo hiciera por mi cuenta, ya que saldría más caro.

ATRACA COMO PUEDAS

Montamos en el barco, y en el mismo embarcadero, conozco a Javier y Laura, dos chicos de Vitoria, conversamos animadamente, mientras Moon, se mosquea, ya que ella no entiende ni papa, por lo que amablemente, en un inglés muy simple intentamos conversar, pero inevitablemente nos sale nuestro idioma materno, después de una comida bastante buena, y abundante, salimos a cubierta, y contemplo la bahía, es algo maravilloso, quizás el mejor paisaje que tiene Vietnam.

La bahía tiene al menos 1.000 islas pequeñas, algunas tipo islotes, y otras más grandes, como Mallorca. En un entorno sublime, nos dirigimos a visitar una cueva en una de las islas, con atraque de barco, donde la expresión correcta española para este seria de “maricón el último”, ya que todos intentan atracar como pueden chocando los barcos unos con otros, es demencial, y todos nos lo tomamos con muy buen humor y risas .

La cueva, no es algo demasiado impresionante, sobre todo porque uno se da cuenta que no conservan apenas tanto el medio ambiente, ya que la bahía está sobre explotada por el turismo, y la cueva tiene alguna que otra pintada, de algún energúmeno, pero en fin es lo que hay, y hay que adaptarse .

Además mi compañera de viaje, es bastante seria, pero paso de ella, bastante, conque me sirva de intérprete, estoy más que satisfecho. Después de la visita a la cueva, volvemos al barco, y Moon, no quiere ir en kayak, dice que el agua está muy sucia, yo sí me atrevo, ya que es la primera vez que lo voy a hacer en mi vida.

Después de dar un par de vueltas por alguna isla, me decido explorar las casas flotantes de pescadores, que se encuentran en medio de la bahía, me alegro de la decisión, ya que mientras los demás turistas intentan luchar por dirigir su canoa, yo veo la vida de estos, su que hacer diario, lavando los platos de la comida, arreglando las redes y aparejos de pesca, el juego de los niños, que se quedan sorprendidos de verme parado mirándolos, lástima que no puedo hacerles fotos, no quiero arriesgarme a que se moje mi cámara , y a quedarme sin fotografías.

UNA RAZA DISTINTA

Regreso al barco, y me ducho, y cuando vuelvo a cubierta, me encuentro que el barco ha cambiado de posición, y se ha dirigido a aguas más limpias, y algún pasajero se encuentra bañándose, por lo que vuelvo a bajar al camarote, y me vuelvo a cambiar, me pongo otra vez el bañador, subo a lo alto de cubierta, y sin pensarlo me tiro desde ella, el agua está muy caliente, y agradable, después de media hora de idas y venidas del agua a cubierta para tirarme una y otra vez al agua, me paro en cubierta, y observo que Moon  conversa animadamente con otra pasajera.

Me percato que hay mujeres en barca, con diverso genero que intentan vender a los pasajeros, regateo con una de ella tres cervezas, ya que son más baratas que en el barco , y charlamos animadamente hasta que me marcho a ducharme nuevamente, para la cena.

Volvemos a vernos con los de Vitoria , y cenamos juntos, y en la conversación de sobremesa, me doy cuenta de lo buena gente que son, han estado en varios países con anterioridad, y al igual que Salva y Olga, son también muy afines a mi manera de pensar. Entonces medito que los que nos encontramos en estos lugares, y realizando viajes por libre, somos de una raza distinta, y con pensamientos similares.

EL PARAISO

Posteriormente, la tripulación del barco, pone en marcha el divertimento oficial de Vietnam el karaoke, empiezan a cantar ellos, pero conforme las cervezas van cayendo, nos animamos todos y cantamos canciones en inglés, e incluso en vietnamita . Al final de la velada, y antes de que acabe el karaoke, me marcho a intentar dormir. A la mañana siguiente, me quiero levantar temprano, para hacer fotos al amanecer.

A las 5 y media, estoy en pié, recorro el barco, y veo, como la tripulación duerme, hay un silencio sepulcral a bordo, veo como en el puente de mando, duermen dos tripulante, recostados el uno con el otro, me siento en una tumbona de la cubierta superior, y observo, los numerosos barcos que hay varados, imposible realizar ninguna foto en la que no salga ningún barco .

Veo como el sol poco a poco, va inundando de luz los islotes, y a lo lejos los pescadores, se hacen a la mar, y el despertar paulatino de la tripulación de los barcos que nos rodean, es maravilloso, pienso para mí, el silencio en el caos de tantos barcos, cuando me ven en la cubierta, se quedan extrañados, de ver que yo ya estoy despierto, me ofrecen un té, y converso con  ellos, hasta que llega el capitán, y los pone en marcha.

Bajo al camarote, despierto a mi compañera, para que se levante a desayunar, y le digo que la espero en el comedor. Después de un buen desayuno, como 4 huevos fritos, 4 plátanos, tres cafés con leche y 5 tostadas de mantequilla, pienso que hasta la hora de comer, será difícil que tenga hambre.

Desembarcamos en Catba, la isla más grande de todas, y nos llevan a un parque natural de la misma. Hacemos senderismo, por en medio de la selva, hasta llegar al punto más alto de la isla, donde hay una torre tipo vigilancia forestal y para realizar fotografías del entorno, es un buen paisaje  .

Regresamos, y una pequeña lancha nos lleva a Monkey Island. Conforme nos acercamos, me percato del gran consejo de Olga y Salva: es una pequeña isla, de apenas 1 kilómetro cuadrado, donde hay dos playas, a ambos lados, y tiene un solo hotel, donde las habitaciones son bungalós, con unas vistas a la bahía excepcionales .

Almorzamos, y como yo no tengo ganas de volver a caminar, declino la invitación del guía, de subir a la montaña de la isla, para ver monos. Pienso que me queda un largo viaje por el mundo, y ya veré primates en otros lugares más interesantes, y con menos turisteo, yo preferí salir con kayak y explorar la isla desde el mar.

Cuando rodeo un par de islas, observo a los pescadores, con sus redes, mientras un grupo de peces voladores, saltan por lo alto de mi embarcación, es idílico este momento.

Regreso a la isla, y mientras el atardecer va cayendo, veo cómo otro grupo de pescadores, intentan arreglar un bote que se encuentra en la playa, la imagen desde luego es de postal .

Al día siguiente me levanto también temprano, y acompañado de mi mp3, veo el despertar paulatino de la isla, mientras Marlen Dietrich, me canta que la vida es rosa, contemplo a pájaros, que se sumergen en la aguas, en busca de su desayuno, el regreso de pescadores a Catba, para vender el género recolectado durante la noche, y cómo la luz le va ganando terreno a lo que ya no es noche, sino sombra. Han sido unos días magníficos .

PROTECCIÓN DE DATOS

Marchamos de la isla, y de la bahía, pero el recuerdo y los vivido, siempre me quedará en mi interior, Moon, se ha empezado a soltar, y es más agradable, y conversa más, supongo que después de comprobar que no soy un pervertido sexual, ni un asesino, y que lo que le dije en un principio de no amor y no sexo, lo intento llevar a cabo. Ya veremos cómo resulta al final, pero aún así, no quiere aparecer en esta crónica, ya que el concepto en Vietnam, de una lugareña, que va junto con un extranjero, sin estar casada con él, es el de que es una puta, y tiene miedo, que la vean por internet.

También me ha pedido, que no utilice su nombre verdadero, todo esto, lo estoy respetando a rajatabla. También he comprobado que no es mala compañera de viaje, ya que regatea los precios bastante bien, no le importa dormir en lugares que normalmente una chica occidental no escogería, y mi primera sorpresa agradable con ella, fue cuando la vi llegar el día de salida, con una pequeña mochila, no lleva ni secador, y su neceser se reduce a una pequeña bolsa de plástico. Pensé entonces en la diferencia de maletones que portan otras, para solo tres días.

MI VETERINARIO DE CABECERA

En la vuelta de mi viaje a Hanoi, empiezo a toser, y descubro, que toso sangre, algo preocupado, llamo a mi cuñado Andrés, una gran persona, es veterinario, y le explico los síntomas, el me tranquiliza, y me recomienda un medicamento, confío en el, mucho más que cualquier médico de la seguridad social, y siempre me ha ido bien, no es nada grave, es el resultado de tanto aire acondicionado, y el toser durante dos semana y media.

Aunque  cuando empecé mi viaje, yo ya lo entendí como un viaje, en el que solo hay una dirección, de ida, el primer contratiempo, fue en el Ave, camino de Madrid, al comerme mi bocadillo de jamón, preparado con mucho amor por mi madre, se me rompió una muela, y con unos pequeños alicates de mi navaja multiusos, en el servicio, me quite el trozo de ella, no os preocupéis, tenéis Antonio para rato.

 

Vietnam (VI)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

A la mañana siguiente marcho al mercado de los alrededores de mi hotel, esa misma tarde salgo para Vientien, y por el medio día he quedado con Chang para comer,  por lo que tengo toda la mañana libre.

Me adentro en un laberinto de callejones donde contemplo los diversos puestos, y diferentes productos, pescados y mariscos vivos, varios puestos de carnes, verduras, maletas, y por fin encuentro los puestos de pescados y carnes secas, donde venden la cecina, que os relaté, imposible de conseguir 300 gramos por menos de 2 €

Me la voy comiendo, mientras, continuo viendo el mercado, ante el asombro de la gente de que un occidental coma este producto, y también imagino que no por la cantidad en sí, sino por lo caro que es, imaginad a un extranjero comiéndose un bocadillo de caviar.

Degustando el producto, me acerco a una tienda de fotografía, para hacerme fotos tipo carnet, para los diversos trámites que me esperan. Hace un calor terrible, y cuando me hacen las fotos sudo como si estuviera recién salido de un chapuzón en la piscina, pero no hay problema, la encargada de la tienda, piensa que sale más barato 15 minutos dedicados al fotoshop, que 5 de aire acondicionado, y así lo hace, me quita todo el sudor de la cara en la foto, menos el del pelo.

CUIDANDO MI DIETA

Salgo de la tienda, recojo a Chang, y nos vamos a comer, esta vez batidos de fruta y solo puedo decir ¡Joder que buenísimos están!, los hacen con diferentes frutas, exóticas para nosotros normales para ellos, con hielo picado, leche de coco, y leche condensada. Te los ponen en trozos medianos, y en grandes vasos, tú le vas añadiendo el hielo picado, y con la pajita, los vas deshaciendo, tomé 2.

Después, me dirigí a Vega Travel, la agencia con la que había concertado el viaje a Vientien. Me dicen que no tengo que hacer noche allí, lo cual me parece extraño, y que no tengo que pagar tasas alguna, por pasar a Laos, lo cual también me parece extraño. Quedo que a las 5 me recoge un coche de la empresa, y me lleva hasta la terminal de autobuses.

A las 5,30 salgo junto con un grupo de mochileros para la estación, sólo me dan el billete de ida, y el teléfono del conductor del Bus, por si a los dos días cuando tenga que regresar, tengo algún problema. Cuando el primero ya lo tengo, no regreso al día siguiente, si no a los dos, y ese día cae en sábado, por lo que como mínimo tengo una noche de hotel, y he decidido que me da igual.

EN AUTOBÚS CAMA

Aprovecho para  visitar la ciudad, realizamos el viaje en el autobús cama , saliendo con una hora y media de retraso, las camas no están mal, ya que tiene un poco más de anchura que un asiento, el problema es que los pies desembocan en un cubículo, donde los míos tiene que estar siempre en diagonal, ya que rectos es totalmente imposible.

EL ESCARABAJO DE GUARDIA

A las 7 de la mañana, despierto, ya que el autobús está parado, pues resulta que se ha roto a 2 km. de la frontera. Cambiamos a uno más pequeño, y de asientos normales, y tras los trámites de la frontera, donde debo pagar en la de Vietnam, 6 $, 1 por la salida, y 5 por que salgo un día después de la extinción de mi visado, y en la de Laos 35 $, por el visado de un mes, porque no conceden por menos.

Aparte de esto, destacar la amabilidad de los guardias de Laos, y a un enorme escarabajo con un gran cuerno negro, que estaba en el mostrador de la aduana, y los policías lo ponían allí para impresionar a los de fuera. . Después de 5 horas por carreteras mejores que las de Vietnam, -a excepción de los puentes, que sólo tienen travesaños en horizontal, en vertical para que pasen las ruedas de los coches, dos a cada lado-, llegamos a un restaurante, donde un hombre norcoreano, me invita a comer, lo que le agradezco enormemente, porque no llevo moneda de ese país.

Llego a la estación de autobuses de Tienvien, a las 5 de la tarde y por fin paro, el viaje no se me ha hecho en absoluto largo: he pasado unas 17 horas durmiendo, así que no estoy cansado, pero sí deseoso de una buena ducha, por 1 $.

HIPPIES Y BOHEMIOS ASIÁTICOS

Nos llevan a todos los mochileros , a la parte de la ciudad, propia para nosotros, zona de bares restaurantes, y hoteles. El mío lo encuentro rápidamente, sólo voy a estar 1 día en teoría, 10 € la habitación, y ésta de lujo, el hotel es nuevo, y la habitación es estupenda, me doy una buena ducha, y salgo a recorrer los alrededores, y a cenar.

En seguida me percato que esta ciudad nada tiene que ver con Hanoi, no he escuchado ningún claxon en todo el tiempo que llevo aquí, las calles están limpias, hay pocos vehículos, y los negocios que veo, son parecidos a los de Europa, también me doy más tarde cuenta, que  es una ciudad llena de bohemios, y hippies asiáticos, es una ciudad donde encuentro diversas asociaciones culturales, de la mujer, de veteranos, de pintores, músicos, muchas escuelas: es una ciudad muy cultural, plagada de templos y escuelas de monjes shaolí. El ambiente que se respira es muy diferente al de Hanoi, la gente recorre las calles con tranquilidad, habla en tono suave, y amable.

En frente del hotel se encuentra un templo, y cuando decido entrar en él por la puerta opuesta, en la calle que  está en la rivera del Mekong, encuentro una calle llena de restaurantes con diferentes productos, juegos de dardos y globos, y llena de gente paseando en una y otra dirección. La recorro con enorme asombro, por los puestos de comida, situados en el interior del templo, y pienso en la parábola de Jesús y los mercaderes del templo, aquí no hay ningún problema por mezclar negocios con religión, esto pasa en la nuestra, pero tiene concesión exclusiva la iglesia, y de manera más disimulada, pero igual de mercantil.

LADYBOYS: ELLOS&ELLAS

Después de cenar, me voy a tomar una cerveza en uno de los bares cercanos, mi primera sorpresa es cuando compruebo que las cervezas son de 65 cl . La segunda, que lo que aquí llaman Lady Boy, son travestis: de cintura para arriba, Lady, y, de cintura para abajo, Boy.

Campan a sus anchas, y ofrecen sus favores a los viandantes. En el bar se encuentran dos, se me acercan, y me hago fotos con ellos/as, y uno me cuenta algo de su vida, es de un pueblo pequeño cerca de Vietnam, tiene 18 años, y se fue de su casa, debido a que su familia lo echó.

Me percato de que en sus orejas tiene cicatrices de haberle arrancado los pendientes, y rajado los lóbulos de ellas . Pienso en lo terrible que ha debido de ser su infancia, me despido, y me entro en el bar, ya que hay concierto de varios chicos que guitarra en mano tocan diversas canciones, unas de ellos, y otras conocidas, el ambiente de este bar es muy bohemio

CONCIERTO IMPROVISADO

Marcho al hotel, y encuentro en el hall un concierto improvisado por el recepcionista de este, llamado Souliya y un par de amigos suyos, me quedo con ellos, y bebemos cervezas, se unen a la reunión, un francés, un griego con rasgos orientales, y yo, comento que parecemos un chiste, y reímos todos y cantamos, hasta que recuerdo que al día siguiente, debo de ir a renovar mi visado, entonces doy por finalizada esta agradable velada, me despido y marcho a dormir.

A la mañana siguiente, marcho a la embajada no con demasiado agrado, ya que esta ciudad me gusta, pero al llegar a ella, me encuentro que hasta el lunes no abre, lejos de llevarme un disgusto, me alegro, me lo tomo con muy buen humor, y decido volver al hotel, comprar una tarjeta SIM de teléfono, para llamar a mi familia y que no se preocupe.

Después como, y me echo ,la siesta toda la tarde, ahora no tengo prisa, tengo dos días por delante, me levanto por la tarde, y me doy una vuelta por los restaurantes, elijo uno, y comienzo a cenar un arroz con cerdo, el cual dista mucho del que me pagó el norcoreano, pero ante pasa un hombre, con Rasgos occidentales, y lleva la camiseta de España, de la celebración del mundial, lo saludo, y lo invito a sentarse conmigo, se llama Luis Mazarrasa, madrileño, y escribe las guías azules de turismo, se encuentra en Laos escribiendo la actualización de ella, y nos contamos un poco nuestras vidas, el me dice que tengo experiencias interesantes y que debería de escribir un libro contándolas, pero yo opino lo contrario, el sí que tiene una vida de libro, desde aquí un saludo y toda mi admiración compañero.

Después de la cena, y una animada conversación, nos despedimos, y nos damos nuestros emails, y promete darme información de todo el sudeste asiático, lo cual si cumple se lo agradeceré enormemente. Marcho al hotel, no sin antes pararme en un puesto donde hacen creps con huevo, plátano y leche condensada, y me voy a dormir.

A la mañana siguiente, visito un gigantesco arco, parecido al del triunfo, este, en su interior, está adornado con frescos, al igual que los diversos templos de la ciudad, quedo maravillado, y por la tremenda tranquilidad que se respira en ellos, me refugio de la lluvia, mientras guardo celosamente silencio, para no despertar de la siesta, a unos chicos que duermen en el interior de uno, quizás el más ricamente adornado por sus frescos en el techo del templo principal, y por las estatuas que hay en su jardín, presididas todas ellas por un gigantesco buda de al menos 20 m. de largo por 4 de alto, el cual está recostado en el suelo, al igual que sus discípulos lo hacen en el interior.

Intento conversar con chicos de la escuela de los monjes Shaoli, pero es imposible, no hablan nada de inglés, más tarde, en un restaurante donde paro, se me cerca un chico y comenzamos a hablar. Ha estado 3 años estudiando con los monjes, habla con mucha calma, tiene una mentalidad  bastante abierta, hasta que cuando ve a una chica que entra en un restaurante con pantalones cortos, y me dice que en Vientien, las chicas que llevan pantalones cortos, son putas, no sé si es cierto, pero si compruebo que a la mujer aquí aun le queda alguna que otra batalla que ganar.

HORCHATA CALIENTE

Después de pagar, me marcho, y camino al hotel, comienza a llover, y me refugio en una tienda, la cual tiene cecina en virutas de cerdo, y en lonchas de vaca, y diferentes embutidos, y plátano frito , converso con la dependienta, que es muy amable, y habla inglés, la cual me explica lo que es cada producto.

Cuando la tormenta amaina, me despido y continuo con la visita a templos, en frente de uno hay un puesto donde se encuentra una atractiva mujer comprando, paro y le pregunto sobre los productos, ella me dice que es japonesa, y vive en Vientiem.

Observo que lleva dos bolsas con un liquido blanco, y caliente, le pregunto por él y resulta que es horchata, la cual se toma caliente, y mojando unos buñuelos de arroz y sésamo que hacen en el mismo puesto. A la horchata también se le añaden si se quiere, fresas, o diversas frutas confitadas, es tan amable, que cuando le digo que lo probaré, me hace el regateo ella.

No la quiero retrasar, ya que lleva horchata para su casa, se despide amablemente, y marcha, cuando pruebo los productos, quedo gratamente complacido, y cuando me voy a tomar otro, veo que el precio no me lo han aumentado, 1 buñuelo 8 cent.

Regreso al hotel, después de hacer alguna foto al Mekong, pero me niego a quedarme en el mismo, y marcho a pasear. Gran decisión. Contemplo la vida de un domingo por la tarde en la ciudad, tranquila, apacible, y silenciosa, solo rota por el sonido de la guitarra, de algún cantante callejero, mientras el sol ya se está poniendo sobre el margen derecho del río. Continúo mi camino girando hacia una plaza la cual tiene una gran fuente, veo un café con terraza en el piso superior, y con buenas vistas.

Mientras escribo estas crónicas, acompañado de un vaso de leche con miel (estoy acatarrado de los aires acondicionados), y un gran trozo de pastel de chocolate,  observo el trasiego de Tuc Tucs (motocarros),  dejando a grupos de mochileros que llegan a la ciudad, al igual que yo hace dos días. Bajan del mismo, resoplan aún desorientados, toman aire, se cuelgan sus mochilas, y tras un breve repaso a los alrededores, se ponen en marcha, mientras un sentimiento de incertidumbre, va aflorando dentro de ellos, aún no saben donde dormirán esta noche. Pienso entonces, que les queda por descubrir una ciudad maravillosa, a la cual estoy seguro que volveré.

Intento apaciguar mi hambre esa misma noche, y decido ir a unos restaurantes, los cuales tienen diversas especialidades a la barbacoa, elijo un pescado que es parecido una dorada cubierta de sal, que pesa al menos 1kg. Me la como y dejo la verdura, que es lo que más engorda. Está  exquisito, por dentro la han rellenado de hierbas aromáticas, y contrariando lo que me dijo Luis el día anterior, que el pescado era soso, lo siento si lees esto, pero el mío era de lo más sabroso, quizás de lo más que he llegado a comer, y eso que yo soy de carne. Termino mi comida, la cual me cuesta con bebida 3 €, ni me molesto en regatear, estoy muy satisfecho.

Me dirijo a mi hotel, pero seguro que si me tropiezo en mi camino un puesto de creps de tortilla y plátano con leche condensada, paro, el postre hubiera sido la guinda a este buen día. Me acuesto, no sin antes despedirme del recepcionista de la guitarra, que continuaba en el Hall, dale que te pego a lo suyo.

VIAJE DE VUELTA

Al día siguiente hago los trámites del visado, el funcionario de la embajada, me pide 80 $, que son las tasas, le digo que si puedo darlo en moneda del país, y me dice que no hay problema, me pide el equivalente a 90 $, le digo que tengo que ir al banco, me acerco a él, y cambio a dólares,(prefiero pagar a un banco comisión de cambio, que a un funcionario corrupto), después de cambiar mis últimos 50 €, me los habían dado mi tía Loli y Cuesta (lo siento tita, te prometí que los gastaría solo en putas y drogas, pero no ha podido ser), imagino la cara de esta cuando lo lea.

Después de obtener mi visado, y haberme llevado sin querer el bolígrafo de la embajada, según mis cálculos, después de saltarme el permiso, tirar la valla en Hanoi, (para poder escapar de ser devorado por la muchedumbre), y este bolígrafo, aún me deben unos 75€, los cuales antes de marchar de Vietnam tengo que recuperar.

Marcho a la estación de autobuses, y compro mi billete de vuelta, compruebo que las agencias de viajes, solo se llevan 5 $, y además te llevan a la estación, pero como diría mi hermano Manolo, muy buenos que son, y no tenias nada mejor que hacer en todo el día . Me marcho a comer, a los alrededores de la embajada, he visto restaurantes, en los cuales comen funcionarios, que trabajan en los ministerios adyacentes.

Como un par de veces, la primera con un arroz, tipo Basmati, que cuecen al vapor en cestos de mimbre, y que está reseco intencionadamente, se come con la mano, mezclándolo con lo que pidas, carne o pescado, está delicioso, me gusta tanto que repito, pero esta vez pido unas tiras de pescado, que pertenecen a un pez mas grande, tipo bacalao, pero estas son ahumadas, y me como hasta la piel, también muy delicioso, dos platos de arroz, dos de pescado, y un cuenco de sopa con acelgas, 1,35€, de bebida, bebo agua, te la ponen gratis, y es de botella,

Mientras hago la sobremesa, pienso en las contradicciones de este país, en el baño carecen normalmente de papel higiénico, pero en los restaurantes, las servilletas en lo alto de la mesa, son eso, rollos de papel higiénico. Me hace recordar mi primera comida con mi amigo Kiko, en el piso de Donostia, que no tenia servilletas, y tuve que poner papel higiénico, lo que él, se lo tomó con buen humor, y para que no me sintiera mal, cuando se lavó las manos, se las sacudió en el pantalón vaquero, y pensé en ese mismo momento tu vas a ser un buen amigo mío, el tiempo me ha dado la razón.

A las 5 de la tarde me dirijo a la estación en tuc tuc , llego justo, gasto los últimos Kips que me quedan, y no me acuerdo que en la frontera para pasar a Vietnam, tengo que pagarles 1$, monto en el autobús, y mi acompañante de asiento-cama, es una japonesa, que se llama Mi Jo, es profesora de japonés en Vietnam, conversamos, y la verdad es que es muy agradable.

ADIOS TELÉFONO, ADIOS

En la primera parada, compruebo que me han birlado de mi mochila el teléfono y una tarjeta de crédito, suerte que tengo repuesto de ambos, del teléfono porque me acordé de casualidad, y de la tarjeta, porque me lo aconsejó Miguel Galán, desde aquí hago un llamamiento, y os dejo mi email personal, para que me mandéis vuestros teléfonos, ya que esos sí que no los puedo recuperar tarramplin@hotmail.com.

En esta ocasión puedo dormir menos, a las 7 de la mañana, llegamos a la frontera, pido el dólar prestado a un grupo de mochileros que viajan en el autobús, y se piensan que es para poder desayunar, ya que ellos lo estaban haciendo, para eso yo ya me había preparado el día anterior, luego a ellos le falta para pasar la frontera, y tienen que pedirlo a otros.

Después de dos horas, continuamos camino, hasta llegar a Hanoi, esta vez han sido 24 h. de  camino, tras coger un mini bus entre todos, y regateado Mi Ho, nos suelta en el barrio francés, todos se quedan en uno, y yo me marcho, le digo a Mi Ho que al día siguiente le devolveré el dólar del minibús.

Después de andar un poco, una chica en la puerta de un hotel, me ofrece entrar, subo al segundo piso, la habitación es un poco más cutre que el del anterior en Hanoi, pero consigo regatear el precio por 9$ la habitación. La lavandería es más barata, 15.000 Dong, 1kg de ropa, y tiene baño en su interior, me la quedo, me ducho, y marcho a degustar un par de bocadillos, de los baratos, y ese delicioso batido de leche de coco, con condensada, y esta vez gelatina de fruta y piñones, me percato, que después de dos semanas en Hanoi, me desenvuelvo con bastante soltura ya en los precios, ya no pago como turista.

Al día siguiente recibo un email de Olga y Salva, los de Burgos, están en Hanoi, y a la mañana siguiente viajan a la Bahía de Halong, me acerco a su hotel, el que antes era el mío, y Raúl, me pregunta animoso, si vendré los días que tenia reservados, y le digo que no va a poder ser, recojo a Olga y Salva, y nos vamos a desayunar. Intercambiamos experiencias, y marchamos por separado a realizar gestiones, yo la del banco, y ellos la de sus billetes de tren, quedamos en la esquina caliente a la 1 de la tarde.

Cuando llego al banco, resulta que tengo que tener varios certificados del gobierno, para abrir una cuenta en esa entidad, y ante la gran espera burocrática de los mismos, renuncio a ello, me tendría que quedar una semana o 10 días, y no quiero, muy amablemente me aconsejan otro banco que no es necesario, tantos trámites, pero cuando me voy al mismo, las comisiones de apertura de cuenta, de cancelación, solicitud de tarjeta y demás, son tan altas que no me merece la pena, he pensado que al final estaré en Vietnam solo los 6 meses de extensión de mi visado, luego marcharé a Laos, y estaré más tiempo allí.

Después llamo a Mi Ho, para devolverle el $, y quedo con ella a las 3, la recogemos Olga, Salva y yo, y nos marchamos a un restaurante callejero que me había indicado Chang, un lugar donde ponen arroz, con varios alimentos que tú eliges, cerdo, que está muy rico, picadillo de pescado, acelgas semi-encurtidas, y diversas verduras. Posteriormente nos vamos a tomar el café, en otro lugar que nos lleva Mi Ho, y hacemos una tarde distendida.

Después de despedirse la japonesa, llevo a los de Burgos, a tomar batidos de gelatina y frutas, les encanta, y al final de la jornada ellos marchan a su hotel, y yo al mío, el sábado a su regreso de la Bahía de Halong, hemos quedado a las 6 de la tarde, en lo que ya es nuestro lugar favorito, “La esquina caliente, The corner hot”, para los guiris.

Vietnam (V)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 Al día siguiente me levanto, y salgo del Hotel, la noche anterior, he pagado la cuenta, y me he despedido de todos los empleados; han sido muy amables conmigo. Cojo mi moto, comienzo a rodar por la carretera que une Ten Quang, con Hanoi, que está muy transitada, por autobuses y taxis que van a la ciudad.

En una de las ciudades por la que voy, debido a lo lento que es el tráfico, circulo por el carril más a la izquierda de los de mi sentido, en uno de los controles de policía de la misma, me paran, y me temo que me va a caer una multa, ya que este carril, está reservado solo a los vehículos de cuatro ruedas, me piden la documentación, y comenzamos la procesión de no entender nada, hasta que recurro a mi antiguo carnet de guardia Civil, sonríen los policías, pasándoselo de unos a otros,  y me dicen que me marche y que tenga buen viaje; no es la primera vez que me ha funcionado en un país extranjero, les doy las gracias, y continuo camino.

ADIOS RESERVA, ADIOS

A la salida de la ciudad, decido parar a tomar café en un bar, que está junto a una carpintería, cuando bajo, veo que no es una carpintería normal, realizan muebles tallados a mano, y tomo unas fotos de los artesanos, son muy jóvenes, pero realizan autenticas maravillas con el martillo y el formón .

Continuo después de una buena dosis de cafeína, y conforme me voy acercando a unos 40 km. de Hanoi, el tráfico se condensa, hay puentes por los que a las motos les está prohibida la circulación, por lo que me tengo que desviar por aldeas situadas debajo de ellos, encuentro una moto, (a la cual no le puedo sacar una foto, es lo malo de tener que conducir en moto), que arrastra en un remolque a dos bueyes.

Es sorprendente la de recursos que le sacan esta gente a una simple 125 cc.. Cuando por fin llego a la entrada de Hanoi, la circulación en moto es prácticamente imposible, hay miles de ellas, y tengo que circular por la acera detrás de unos atrevidos, para poder moverme. Paro porque no sé cómo voy a llegar al barrio francés, donde tengo mi hotel. Decido preguntar a unos chicos, y uno de ellos se ofrece a llevarme por 150.000 Dhg, le regateo el precio, y al final lo llevo de paquete hasta el barrio francés por 60.000 Dhg.

Ha sido una buena decisión, Hanoi es inmenso, y la circulación es imposible, en varias ocasiones debo circular por la acera, todas las ciudades de alrededor han venido por la celebración del milenio de Vietnam. Lo primero paro en la galería de Qua Saun, que a partir de ahora la llamaré por su nombre de pila Chang, ya que esta está cerca de donde tengo el hotel. Luego me acerco a mi hotel, situado en un precioso callejón del mercado, donde verbenean la gente junto con puestos de carne, verdura, fruta, verdura y comida.

Llego al hotel y el recepcionista me dice que no hay habitación, imaginaros mi expresión, después de pagar la reserva, encontrarme en una ciudad, que está en ese fin de semana con el doble de la capacidad de su gente. Empiezo a decirles en ingles que esto es indignante, hago aspavientos, y les grito que llamaré a la policía, a lo que se muestran impasibles, y les digo que soy una persona muy conocida en mi país, y que estoy escribiendo unas crónicas, las cuales leen en España miles de personas (nada parecido a la realidad).

No funciona, también les digo que llamaré a mi embajada, que el cónsul es mi primo, para nada, desesperado, por temerme que me voy a dormir a la calle, marcho a la galería de Chang, y se lo cuento, ella me dice que no me preocupe, deja a su compañera en el trabajo, se monta en la moto, y recorremos varios hoteles, todos llenos, nos vamos a la otra parte de la ciudad, más alejada, pero es inútil, todos los hoteles están llenos, y los que no, son sólo para vietnamitas, Chang me dice que no me preocupe, que a unas malas me quedo en casa de su tío, y si no en la suya, yo me niego, y entonces con el carácter conciliador de ella, llama por teléfono al hotel que tenía mi reserva, y consigue que pueda dormir en un colchón en el suelo esa noche, y que me tengan una habitación para los siguientes días. No le doy un beso a ella, porque tiene novio, y se lo puede tomar a mal, pero doy saltos de alegría.

FARI POR UN DÍA

Llego al hotel, dejo mis cosas en recepción, y me ducho, cuando me cambio de camiseta, me pongo la de el Fari, de dame la mandanga, casualidades de la vida, en el hotel se hospedan dos chicas madrileñas, las cuales cuando me ven la misma, se quedan alucinadas de ver al Fari en Hanoi, y comienzan a señalar la camiseta, y automáticamente me saludan, a sus dos compañeros que son extranjeros les dicen en inglés que es una persona famosa en España, y como les hace ilusión mi camiseta, se hacen fotos conmigo, y el recepcionista empieza  a extrañarse, que sin mediar palabra, y señalándome a mí, me saluden, se hagan fotos, y tengamos una charla tan distendida, a partir de ahí, el comportamiento conmigo es exquisito y la amabilidad es increíble.

Creo que me han confundido con el Fari y se han creído que soy una persona conocida en España, por lo que les puede repercutir en la imagen de su hotel, pero la noche en la recepción no me la quita nadie, ya que todas las habitaciones están completas. Habían realquilado mi habitación pero más cara, el recepcionista hasta entonces, que me recuerda en el jefe del campo de concentración de “

Desaparecido en Combate”, se vuelve en una persona atenta y amable, me dice que se llama Raúl, lo cual no creo, ya que teme que le dé mala fama.

Por la tarde quedo con Chang, para invitarla a cenar, por la gran ayuda prestada, me recorro en moto con ella, algo parecido a las rondas de cualquier ciudad, pero con lo del pan de cada día, gente atravesándolas andando, otros en dirección prohibida, en fin lo de siempre.

Al pasar por el mercado de las flores, Chang lo señala, y dice que es muy bonito, lo observo desde la ronda, y no es más que lo que un gran vivero en España, con 10 puestos más de flores a su alrededor, pero yo no se lo digo claro. Por fin llegamos a un parque de atracciones, al lado del gran lago del oeste de la ciudad.

Por los festejos, tienen montada una feria de comida (un auténtico tesoro para mí), de no ser por la gran masificación de gente, pero aún así en unas tres horas, como unas 8 veces, siempre diferentes cosas, y Chang hace cola para montarse en los autos de choque, y alguna otra atracción, y me pide que le haga una foto delante de un mutal de una casa antigua, (se ve que es muy típico aquí) .

La gran estrella de las atracciones, es el pulpo, son gente sencilla, y las atracciones también lo son, yo me dedico a lo mío, la comida. Una vez finalizado el recorrido por el parque, me ofrezco a llevar a Chang a su casa, es lo menos que puedo hacer, ella quiere cenar, y yo por supuesto no le digo que no, aparco la moto en el restaurante, y cuando entro la encuentro sentada con otras dos chicas en la mesa, me siento las saludo, y estas muy frías me lo devuelven.

Durante la comida intento conversar con estas, y ellas apenas hablan, todo el rato me sonríen y hablan entre ellas, les saco diferentes temas de conversación, pero ellas responden con frases cortas. A los 20 minutos se levantan, pagan su cuenta, y se marchan.

Entonces me percato de que son personas desconocidas, y que aquí te sientas en una silla, no en una mesa, que las personas de la mesa eran autenticas desconocidas tanto para mí como para Chang, y me río para mí mismo por la situación vivida. Finalizada la cena, Chang insiste en enseñarme donde vive, me advierte antes de entrar, que su casa es muy barata, a lo que le respondo, que para mí no son importante las posesiones, si no las personas.

Está situada en un laberinto de callejones, donde lo único que se cruza con nosotros es una rata, le vuelvo a decir que éstas están ricas, y ella me responde impasiva que sí, así que ya no vuelvo a hacer esta broma, ya que solo lo es para mí, para los demás es una realidad.

Llegamos a su casa y es solo una pequeña habitación, austera, con una cama grande, sin colchón, solo con esteras, y un pequeño baño, en total puede tener unos 8 metros cuadrados. Allí duerme con su hermana, que también estudia. Ella me enseña fotos de su graduación, de su novio, y de su familia y niñez, luego me explica cómo llegar desde allí al Hotel, no es difícil, pero está a unos 7 km. Me despido hasta el día siguiente, y marcho.

EN MOTO POR LA MUCHEDUMBRE

Tardo aproximadamente 4 horas en llegar, la muchedumbre que reina en las calles es ensordecedora, mezclándose con el constante ruido de claxon de las motos y coches. Cuando llego a unos 500 metros del hotel, es imposible el circular. Creo que ha sido la primera vez en mi vida que he temido morir por aplastamiento, y en medio de la muchedumbre yo con mi moto, la cual estoy a punto de dejar abandonada, ya que es imposible continuar, hasta que decido tirar una valla que separa calles peatonales de vehículos, y meterme con ella por callejones putrefactos, y laberintos hasta llegar a mi hotel.

Se quedan sorprendidos de que haya podido llegar hasta allí con la moto, y por los 15 litros de sudor que empapan mi cuerpo. Me ducho, y me tiro en el colchón de la recepción, duermo junto a dos empleados del hotel, y otro inglés que le había pasado lo mismo que a mí.

A la mañana siguiente, compruebo los estragos de mis ronquidos: el inglés que durmió adobado por varios cócteles, y con el que desayuno, ni se había inmutado, pero los dos empleados tenían unas ojeras descomunales, y los ojos totalmente enrojecidos. Pienso, que jamás pensé que mi herencia genética la hubiera podido utilizar como arma psicológica, y doy gracias por ello.

Compruebo que he tenido una gran suerte, ya que el barrio está lleno de turistas, que han dormido en los escalones de hoteles, ya que sus habitaciones han sido realquiladas a otros, y comienzo a sospechar, que no han sido la gente del hotel, sino que el gobierno, ha dado orden de que primero se alojara en los hoteles a los vietnamitas, y luego a los turistas.

Más tarde compruebo que es así, pero los efectos de la confusión del recepcionista de mi persona por la de ese cantante fallecido, continúan; me ofrecen un gran desayuno, y no hay vez que saque un cigarro, que a los 2 segundos, tenga un mechero encendido a mi alrededor.

PLANTÓN A CHANG

Después de desayunar, Chang me llama y quiere quedar otra vez en el mismo sitio del día anterior, a mí no me apetece, ya que la ciudad está desbordada por la cantidad de gente que ha venido, pero como  se portó también en el día anterior, le digo que de acuerdo. Quedamos en el parque de atracciones, cojo mi moto, y me planto allí, sorprendiéndome de mi mismo de que recuerde el camino.

Cuando llevo dos horas en el aparcamiento con un sol de rigor, llamo a Chang, y le digo que marcho para el hotel, que ya no aguanto más, y paso de estar esperándola, tras una hora, de pelea continua con motos coches y muchedumbre, consigo llegar al hotel, y en un callejón, fuera del ruido mundanal, encuentro la siesta de un taxista, ajeno a todo lo que hay en las calles adyacentes Chang me hace una llamada, pero no la entiendo, y cuelga, paso la tarde en mi antiguo hotel, hablando con Maicolm.

Conozco de pasada a unos españoles que se alojan en el hotel, pero no tienen demasiado tiempo para hablar, y al anochecer, cuando decido irme para mi actual alojamiento, recibo un mensaje de Chang, diciéndome que está muy triste conmigo, que se ha tirado 4 horas, para llegar a donde quedamos, y otras 4 de vuelta, me siento fatal por ella, es un encanto de persona, y no se merecía que me hubiera ido, aunque hubiera sido por una confusión del idioma.

Un poco triste me voy para mi hotel, en medio de miles de personas, me siento solo y mal, y pienso de nuevo en el error tan grande que ha sido venir a Hanoi: es imposible el ver ningún acto, debido a la muchedumbre, he tenido que dormir mi primera noche en el Hall del hotel (lo cual me lo he tomado como una experiencia más), y he quedado fatal con una de las personas que mejor se han portado con migo desde que estoy aquí.

EL SUBIDÓN DE UN REENCUENTRO

Levanto la vista, y en medio del gentío, descubro un sombrero, encima de unas gafas de pasta, y seguido de una chica con mochila, no doy crédito, son Frederic y Marie, los de Quebec, me planto en su camino, y ellos, cuando me ven, se quedan alucinados. Entre miles de personas, y sin saber los unos que los otros se encontraban en la ciudad, nos volvemos a encontrar, me da un subidón de alegría, nos abrazamos, y les acompaño a su hotel, a donde se dirigen.

Conversamos, con animosidad, y les preparo para lo que les va a venir, efectivamente, cuando llegan a su hotel, han realquilado su habitación, pero el recepcionista los lleva de peregrinación, por otros hoteles, y al final les encuentra una, han tenido suerte, me despido de ellos, y marcho para el mío.

Cuando llego, y me dan por fin mi habitación, compruebo, que está muy bien: gran baño muy limpio, cama de 1,50, tv, con 50 canales, aire acondicionado (esto no me hace mucha gracia, pues no me gustan, prefiero el ventilador), un armario de madera maciza, con ostentosos adornos, y un espejo, que si lo viera mi hermana Rosario, seguro que idearía la manera de podérselo llevar para España, está realmente bien (los efectos del Fari), pienso yo.

DÍSELO CON ROSAS Y EL VIEJO GUARDIA CIVIL

Al día siguiente, decidido a subsanar los errores del anterior, me dirijo con la moto antes de devolverla a la agencia, hacia el mercado de las flores, en un puesto compro 15 rosas por algo menos de 2€, y contemplo como dos chicos de un puesto cercano empiezan a pelearse, y uno le rompe una silla de plástico, al otro en la cabeza.

Las mujeres intentan separarlos, pero no pueden, y cuando el otro coge una piedra de grandes dimensiones, para agredir al primero, me meto en medio (me llegan por los hombros), los cojo recordando anteriores tiempos, por sus respectivas camisetas, y de un gran tirón, casi los levanto del suelo, y los separo, acojonados los dos, se me quedan mirando, y se alejan el uno del otro, maldiciéndose entre ellos.

La mujer que me vendió las rosas, agradecida, me regala otras 5, y me dan las gracias. Enrojecido, me marcho, y llego a la galería de Chang, allí esta su compañera, a la cual le digo que le dé las rosas cuando ella llegue.

ALTAS FINANZAS EN HANOI

Marcho a la oficina de banco de Hanoi, de mi entidad bancaria, la cual está situada justo al lado del hotel más caro de todo Vietnam, el “Metropol” Entro y todo es lujo: sofás de diseño, oficinas espectaculares.

Me dirijo a uno de los cajeros que trabajan en él, y le digo que deseo abrir una cuenta en este banco, ya que para mí es imprescindible, porque quiero vivir un año aquí, las comisiones del cajero son de casi 6 €, y me fastidia que un banco se quede con algo mío.

Éste me hace esperar a la directora del banco, y cuando llega, me sube directamente al 5º piso, me recibe una secretaria, que me hace pasar a un lujosísimo despacho, donde se encuentra una de las vicepresidentas de esta entidad en Vietnam.

Yo extrañado, me empiezo a oler algo extraño, más que el fabuloso café que me ofrecen, y gustosamente acepto. Pues bien en un inglés perfecto, me dicen que lo bueno sería que abriera una cuenta con 70.000$, y así no me cobrarían comisión en ningún cajero del mundo, y de ninguna entidad.

Ahora lo empiezo a entender: a pesar de mis pintas, al ser extranjero me han confundido con uno de los clientes del hotel, y les digo que en mi vida he visto 70.000 $ juntos. Pero no me sé explicar, aguanto y aguanto las múltiples y diferentes ventajas de abrir una cuenta oro, hasta que cojo mi portátil, y con el traductor, consigo decirles que solo quiero abrir una cuenta corriente, para gente corriente.

Entonces, amablemente, me despiden, y desde la oficina hasta la salida, me cargan de diferente propaganda del banco, y me siguen diciendo las ventajas de la cuenta oro.

DEJO LA MOTO RECUPERO A CHANG

Por fin salgo a la calle, me dirijo hacia la agencia de alquiler, a dejar la moto, y compruebo que la dueña, es una negociadora dura, pero una persona de palabra. Me da el dinero de la multa, y es seria en los negocios, por lo que paso a poner su dirección, por si a alguien le hiciera falta alguna vez:

Flamingo Travel, 66 Dao Duy Tu Str. Hanoi.

Cuando paso por la galería de Chang, compruebo los efectos de las rosas, me la encuentro arrodillada, quitándole las espinas, y metiéndolas en un jarrón. Al verme se le ilumina la cara, se levanta sonriente, y me da un abrazo, y me repite con insistencia que gracias, mientras yo por otro lado le digo que siento lo del día anterior, que ha sido por confusión de idioma, ella me dice que lo olvide.

Paso el resto del día en los diferentes mercados recorriéndolos, y a la hora de cierre de la galería, recojo a Chang, y nos vamos a comer, ella fiel a lo que le dije el primer día que nos conocimos, cada día me ha llevado a un lugar diferente de comida, de sólo gente vietnamita.

Esta vez, no me gusta nada, es un pollo, en un caldo negro, y con acelgas y mucho jengibre, a cada sorbo, hago muecas, ya que está realmente fuerte de sabor , y ella ríe y ríe,  y como ve que no me gusta, dice que traigan dos pasteles, de tres colores, parecidos a la gelatina, pero muy dulces, y con un toque de coco, están deliciosos, .

La acompaño a la parada de autobús, y mientras esperamos, le compra a una mujer, unas pequeñas tortas de masa de arroz, espolvoreadas con unas virutas de carne seca , que cuando las pruebo, compruebo que tienen un sabor muy parecido al jamón, pero estas son de buey, muy complacido, le pregunto a Chang dónde puedo comprar, sólo las virutas, ella me lo anota, y me dice el precio máximo que debo de pagar.

MÁS ESPAÑOLES ALREDEDOR DEL MUNDO

Mientras charlamos, pasa por delante la pareja de españoles, que saludé el día anterior en mi antiguo hotel, se llaman Salva y Olga, están dando la vuelta al mundo en un año, y anteriormente han realizado numerosas visitas a diversos países, e intercambiamos información muy interesante para ambos.

Charlamos animadamente, llega el autobús de Chang, que se había separado de nosotros porque fumamos, y ella le molesta mucho, me despido de ella, y decidimos los tres ir a tomar una cerveza.

Mientras hablamos, me doy cuenta al igual que ellos, que somos personas muy afines, son encantadores, divertidos, cultos y lo más importante, son muy buena gente. Vamos a cenar a los sitios que conozco, y ellos encantados. Después tomamos unas cervezas , y quedamos para el día siguiente desayunar, y pasarlo juntos. Después de todo pienso, no ha sido tan mala decisión el venir a Hanoi. El vuelco que pueden dar las cosas de un día para otro.

Por la mañana hemos quedado a las 7:30, en donde desayunaba antes, al lado de mi antiguo hotel, y como buenos españoles, ponemos un bote común, para los diversos gastos vamos al Mausoleo de Ho Chiming, y al museo de éste ni entramos a lo uno ni a lo otro, la verdad, no son interesantes.

Preferimos pasear por los alrededores, entrar en un templo, contemplar, la instrucción de los militares , y al final entramos al parque adyacente a éste, que nos cobran 15.000 dong, . Es bonito, pero al ver los grupos de turistas que lo visitan, y ante el posible complejo de borreguismo que empezamos a sentir, lo recorremos rápido, y nos marchamos a comprar el billete de tren para ellos, ya que quieren hacer el norte de Vietnam.

Después nos vamos a comer, y los llevo al lado de mi hotel, y comemos en un puesto de la calle, con una sobremesa muy distendida entre todos, a la que se han unido, dos vietnamitas, que ríen con nosotros, y Olga canta unas coplas. Qué gente tan simpática, pienso, mientras escucho coplas y río con ellos . Posteriormente nos vamos cada uno a nuestros hoteles, y quedamos para cenar.

CENA CONTUNDENTE

Para la cena Salva me advierte que necesita algo más que la sopa con un poco de carne que hemos estado comiendo en las últimas 24 horas. Es lógico, pienso, son de Burgos.

Nos vamos a comer a un restaurante normal, donde los platos son más contundentes, y posteriormente nos vamos a tomar cervezas (Bia Hoy), son de barril, a 16 centimos cada una, en un cruce de calles, que Salva bautiza como la esquina caliente, ya que en cada esquina del cruce, hay dos bares, inundado por gente que toma cervecitas.

Charlamos animadamente, y me dan consejos muy valiosos, sobre lo que me espera de viaje, y mientras ambos pensamos, que es una lástima que mañana nos tengamos que despedir, pero les hago la solemne promesa de mi visita a Burgos, la primera vez que regrese a España, y también pienso en el destino, que me ha hecho encontrarme en varias ocasiones, con gente que no pensaba que volvería a ver.

Reímos mientras comemos, unos frutos secos, calamares enteros, que ya habéis visto en otras fotografías, junto a pescados secos, que venden unas mujeres en la calle, y ellas ponen a la brasa en unos minúsculos cuencos, y luego los sirven en tiras pequeñas en papel de periódico. Nos despedimos y quedamos al día siguiente, para acercarnos a la embajada española para que se registren.

EN LA EMBAJADA

Al día siguiente nos vemos sobre las 11, cogemos un taxi, que nos quiere estafar, pero no lo consigue, ya que con anterioridad yo ya había estado en la embajada, y sabía por donde estaba.

Se registran en ella, mientras yo pregunto por el tema de mi visado, si saben algo de por qué me lo redujeron de tres meses a uno. El cónsul me dicen que lo investigarán, y me despacha con mucha diplomacia, (es lógico son los estudios que posee), y recuerdo las investigaciones efectuadas con mis calzoncillos de cuescos sorpresa, que si no lo hago yo…

Después vamos a  comer, y mientras cae una tormenta tomamos un café con hielo, y apuramos las últimas horas juntos. Posteriormente, nos vamos a comprar unos bocatas para ellos, y para mí, y, lo que son las cosas, preguntamos el precio de cada bocata, y una niña, la cual no tiene aún malicia, nos dice que a 10.000 Dong, precio solo para vietnamitas.

Reímos los tres, mientras la dueña profiere constantemente insultos en vietnamita contra la cría, y le digo a ésta, que todos los días estaré allí, para comer dos o tres, que si llega a cobrar más no lo haría, que ha salido ganando, pero no lo entiende. Esta gente, es el concepto que tienen es que ellos por delante, y más barato.

Nos despedimos con un fuerte abrazo, y regreso al Hotel, del que pongo la dirección para que juzguéis vosotros si deseáis ir o no, yo volveré un par de días más. Está en un buen entorno, del Hanoi antiguo y profundo, y a excepción del primer capítulo con ellos, no sé si por la confusión de lo del Fari o no, no se han  portado mal, eso sí es más caro que el Especen Hotel 7 €, aunque la habitación es mejor, y el baño está dentro, este cuesta 11 €,

La dirección es:

Hotel Hello Vietnam Thanh Hà Lane, 3-5, Hoam Kiem Dist. Hanoi.

EN AUTOBÚS CAMA

Mañana hago mi camino en el autobús-cama a Laos, regreso al día siguiente de llegar, 22 horas de ida y 22 de vuelta, ya os contaré la experiencia. Siento que esta crónica tenga menos fotos, pero ya he estado en Hanoi, y no voy a fotografiar lo mismo, además me fue imposible hacer fotos de los diversos actos de la celebración de los 1000 años, debido a la muchedumbre, imaginaros encontraros entre 20.000 ó 30.000 personas en pequeñas plazas, y con un calor de 34º, con una humedad del 90 %, espero que lo comprendáis.

 

Vietnam (IV)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

Esa misma noche, conozco a una pareja de Quebec, y haciendo prácticas de lo que me queda de mi antiguo francés, enseñado con mucha paciencia por Eladio y Alfonso, y mi básico inglés, nos podemos comunicar, se llaman Marie y Frederic, buena gente, me recuerdan a mí y a mi ex en los buenos momentos, bebemos licor de arroz, y conversamos hasta que nos entra el sueño.

ENTIERRO DE UN PERSONAJE

Al día siguiente, me levanto a las 7, ya que había escuchado que era el entierro en el pueblo de un antiguo jefe político de la zona, no quiero decirle a ningún turista nada, con solo un occidental que haya haciendo fotos es suficiente, comprendo el dolor de la familia, y no es necesario que esto se convierta en algo, para llevarse a casa, y reír con los amigos.

Las diferencias con nosotros, son muchas y pocas a la vez. En  primer lugar, se hace velatorio, por un día, exactamente igual que nosotros, a diferencia que el tanatorio, está esponsorizado por Nokia, y la tienda de móviles del pueblo. En segundo lugar, al ser una persona importante, viene banda del ejército de música, y diferentes jefes militares, los cuales desfilan delante de la familia de este en el funeral, quitándoles protagonismo a ellos. Llegan también chicos del colegio, y marchan delante de la comitiva con distintos estandartes budistas, luego un altar, posteriormente está el carro funerario, y desde el tanatorio al carro, una mujer va rociando de arroz el suelo por donde tiene que pasar el ataúd, el cual es muy sencillo, y sin grandes ornamentaciones.

Una vez metido el ataúd en el carro, empiezan todos a ir detrás de ellos, por este orden: estandartes con niños, altar budista, autoridades, y posteriormente los familiares más directos, los cuales llorando y sujetos por varios amigos, llevan tapada la cara con un velo blanco, para que no se les vea el dolor en sus caras, y por último la comitiva de entierros, los cuales llevan una cinta blanca en su cabeza.

Se dirigen todos al cementerio, situado a las afueras del pueblo, y cada poco paran rezando plegarias, tal y como si fuera un viacrucis cristiano. Al llegar al cementerio, me hacen señas de que no haga fotos, por lo que no puedo contar lo que pasa gráficamente, pero no tiene mucho de diferente con nosotros, se realiza una especie de ritual en el cual se dicen unas oraciones, y el muerto al hoyo.

EN EL MERCADO DEL AMOR

Finalizado el entierro, me voy al mercado, donde están montando ya los tenderetes para el mercado, compro diversos pasteles de los del día anterior, y los llevo al hotel, para desayunar junto con Marie y Frederic, los cuales muy agradecidos, me invitan a café posteriormente, les dejo las llaves de mi moto, para que ese día que no tenía pensado salir del pueblo, puedan ellos explorar sus alrededores. Paseo por el pueblo, y por la tarde me quedo dormido, después de no haber podido dormir demasiado la noche anterior. Al levantarme, me voy a un hotel donde tomo café, y me encuentro un grupo de catalanes, ataviados todos con ropa de exploradores, me río, y continúo.

Por la noche ceno con los de Quebec , y luego compramos una botella de vino Vietnamita, el cual es suave 12º, bebemos, ellos marchan a la cama y yo también, A la mañana siguiente, domingo, me levanto sobre las 8, doy una vuelta por el mercado, que está bullicioso de lugareños y turistas, contemplo a los animales que venden, diversas comidas que preparan, y puestos de ropa y alhajas , y por fin el mercado del amor, este consiste (atención, las feministas que no lean esto), en que las chicas jóvenes de las aldeas, todas ellas maquilladas y con sus mejores vestidos, se ponen junto a los puestos, exhibiéndose, y cuando otro lugareño pasa al lado, si le gusta lo que ve, pregunta directamente a la persona del puesto, y prepara una cita con ella . Estas no hablan ni dicen palabra, todo es a través de la dueña del puesto, tal y como si de una mercancía más se tratara, eso sí, no las ofrecen a bombo y platillo, es todo bastante más disimulado.

RIOS DE PLATA

Decido marchar ya del lugar donde he estado por cinco días, y lo hago por caminos infernales, en donde en más de una ocasión tengo que hacer el camino a pié, empujando mi moto. Me acuerdo de cuando de niño mi amigo Juanito me enseñaba a hacer senderos en el campo, juntando los pies, y arrastrándolos por el suelo . Después de 30 km, aún continuo viendo aldeanos cargados, que han ido al mercado andando.

Dejo atrás las aldeas, y sólo veo casa difuminadas, el paisaje es muy bello , el problema es que mi pronunciación del vietnamita es horrorosa, y ningún lugareño, me puede dar indicaciones, además no saben ni leer ni escribir, por lo que aunque les escriba el nombre del lugar a donde me dirijo, es inútil, me tengo que guiar por mi instinto, y menos mal que éste no me falla. Llego a uno de los caminos más bonitos que he visto nunca, por todas las montañas, corren cascadas, unas 40 a lo largo de 20 km. Parece como si el gigante que antaño las arropaba con mantas de diversos colores, esté ahora montado en cólera, las hubiera arañado, y estas sangraran ríos de plata, alguna de ellas llega a los 200 metros de altura, todo lo que es la altura de la montaña. Paro en una de ellas, para quitarme el barro de mis botas y pantalones,

DESAYUNO EN LAS MONTAÑAS

Llego a Hoan Su Phi, y decido quedarme aquí, el problema es que nadie habla nada de inglés, y cuando les muestro la guía donde pone la traducción en vietnamita de hotel, sonríen y marchan corriendo avergonzados, es desesperante. Por fin una muchacha, Oang, que es estudiante de Chino, a través del traductor me puede indicar un hotel, quedo más tarde con ella y su hermano a cenar, pero la conversación dura hasta tarde, y decido comprar un litro de leche, para la mañana siguiente, creo que voy retrasado en mi viaje, por lo que al día siguiente salgo del hotel a las 6 de la mañana, cuando empieza a amanecer, poco a poco cuando hay plena luz, me encuentro en medio de montañas espectaculares, y decido parar en la cuneta, beberme mi litro de leche con galletas María, las cuales son todavía del día de la ceremonia del templo.

Mientras pienso en la gran suerte que tengo, por desayunar con este bello paisaje, pasan lugareños por caminos cercanos, y se quedan sorprendidos de verme allí, y me saludan amablemente. Contemplo una mariposa del tamaño de mis dos manos juntas, la cual no revolotea por esas alturas, si no planea. Termino y continúo.

Unos 70 km. más adelante, en un cruce de carretera, quedo realmente asombrado por lo que veo, no doy crédito a mis ojos, pienso que semejante obra es imposible en este país, me bajo de la moto, y la toco, para cerciorarme que no es un  espejismo, y no puedo evitar que mis sentimientos hagan aflorar dos lágrimas en mis ojos, cuando veo una carretera con casi metro y medio de arcén. Le hubiera rezado en esos momentos un padre nuestro a Ho Chi Ming (padre de la nación actual), si no fuera porque éste era comunista. El espejismo dura solo 5 km, pero la carretera es buena, continuo hasta Ha Giang, para luego continuar hasta Quan Ba, pero a las afueras de HanGiang, paso por varios restaurantes, los cuales tienen asadores a sus puertas, con cochinillos enteros empalados, y dorándose, así que decido parar en uno de ellos. Son las 10 de la mañana y me muero de hambre, llevo desde el día anterior desde que salí de Bac Ha, sin comer nada sólido. Tengo una gran suerte, ya que donde he parado, el dueño que se llama Nguyen Vuo, y su hija Am, son amabilísimos, me pido una cerveza, y empieza a decir en vietnamita algo que no entiendo, doy por entendido, que se extrañe de que pida cerveza a estas horas de la mañana, pero llevo desde las 5 levantado, y siempre es lo que pido aquí, antes no me gustaban, pero el curso acelerado que me proporciono mi amigo Sergio en Semana Santa de introducción al mundo de la cerveza, me han hecho el tolerarla.

CERDO ASADO CON VODKA

Cuando me doy cuenta, Nguyen, está bebiendo una jarra de medio litro, algo de color transparente, me la ofrece para que pruebe, lo hago y entonces compruebo que lo que me estaba diciendo antes era que soy un blando, él bebe Vodka, rebajado con un poco de agua y unas gotas de limón, me levanto inmediatamente de la mesa, y traigo de las alforjas de mi moto, una botella de medio litro del licor de arroz que les había comprado de recuerdo a las abuelas montañesas (20 cent.) de Bac Ha, se lo doy a probar, y hace muecas de desagrado por lo fuerte que está, debe de tener al menos 70º, entonces reímos juntos

Posteriormente se une a la mesa un amigo suyo, el cual es cartero, bebe lo mismo que él, son las 10:30 de la mañana, y me recuerdan a Viril y Ramonin en sus bufas mañaneras. Cuando el cochinillo está, totalmente asado, me preguntan qué parte quiero de él, y como tonto señalo el lomo y el solomillo, pues los señores me ponen un plato todo lo que va desde los jamones hasta las paletas, 1/3 del cochinillo, un gran cuenco de arroz, acelgas encurtidas, y salsa.

En 20 minutos he acabado con todo, está realmente bueno, y el cartero y el dueño quedan asombrados, me ofrecen un chupito de mi licor, el cual acepto gustosamente, y al final todos acabamos bebiéndonos la botella que llevaba, y con gestos hablando de la telenovela de la pintora japonesa, la cual ahora  está enamorada de otro hombre, es una enamoradiza, vamos que es un poco ligera de cascos la muchacha, me hacen entender. Reímos juntos, y posteriormente me presenta a su familia entera, lo cual agradezco, ya que en el estado que voy, no quiero coger la moto, y prefiero reposar la comida y bebida.

PASANDO DE PERMISOS

A las 2 de la tarde, me despido, pago (3,60€),y prometo volver otro día a comer, regreso al centro de Ha Giang, ya que a donde me dirijo, según la Lonely Planet, se necesita un permiso del gobierno, y un guía, encuentro en un hotel a uno, y haciendo cuentas, me sale por 120 € tres días.

Le envío un mensaje urgente a mi amigo Tore, el australiano, que ya ha estado por esta tierra, y cuando voy a sacar el dinero para el guía, éste me responde, comentándome, que el guía no es necesario, y que él cuando ha estado, nadie le pidió el permiso, por lo que decido marchar hasta Quan Ba, justo en el límite de las localidades donde se necesita el permiso.

Tengo que quedarme en el único hotel del pueblo, que se encuentra completo, excepto una habitación gigantesca de tres personas. Tengo que pagar por toda, como si estuviéramos alojados tres, pero no tengo más remedio, la próxima localidad está a 75 km. y está anocheciendo. Son solo 10 €, pero me jode. Al día siguiente salgo a las 6 de la mañana del hotel, y resuelto a arañarle al gobierno de aquí los 15 $ del permiso (según mis cálculos después de la estafa del visado, aún me deben 100 €).

Marcho sin permiso hacia los pueblos, vuelvo a hacer la misma operación del día anterior, mi litro de leche, y lo que queda de las galletas en un paraje espectacular , realizo el trayecto hasta Meo Vac (110 km.), es precioso, lo que más me ha gustado del paisaje hasta el momento , llego sobre las 10 de la mañana, almuerzo un cuenco de fideos y pollo, y en el restaurante encuentro a un grupo de turistas vietnamitas que hablan bien inglés, y les pregunto si la continuación del camino vale la pena, a lo que me dicen que lo mejor ya lo he recorrido, por lo que decido volverme a Ha Giang (155 km.), parando en Quan Ba, en un restaurante muy barato que cené la noche anterior para reponer fuerzas.

PASTILLAS DE FRENOS A 1,60 €

pero en medio de la carretera, me quedo sin frenos delanteros, y tengo que parar en una pequeña localidad, ya pienso en lo que pasaría en España con algunos mecánicos (Esto va a ser la trócola, y no hay repuesto, habrá que pedirlo a la ciudad y no sé si podrá estar hoy), me voy mentalizando para la sodomía económica que me espera, cuando llego al taller, el mecánico ni me pregunta, ni me mira, se va directamente a la moto se agacha, en cinco minutos tengo las pastillas de freno cambiadas y a la hora de pagar 1,60 €, no doy crédito, claro, pienso, esta zona no es de turisteo, aquí no se regatea, ni hay diferentes precios para turistas y lugareños, continuo felizmente.

Paro a pie de carretera al lado de una cantera, porque el espectáculo que contemplo es muy extraño, veo a cientos de personas, en una cantera agachadas, y a otras por un sendero que serpentea hasta la carretera, cargadas de sacos, los cuales portan piedras de granito, le pregunto a un lugareño el por qué, y este me dice, sacando una del saco, que es granito, lo cual en el lugar es extraño, y las llevan a su casa, para utilizarlas en diversas tareas, ya que éstas no son arenosas, y no dejan restos .

Llego a Ha Giang, y me hospedo en un hotel, que tiene categoría de tal 7€ noche con desayuno, me ducho, tomo café, y después de dar una vuelta por la pequeña ciudad, voy a cenar al restaurante de mi amigo, el cual al verme me da unos manotazos en la espalda , que casi me desencajan los hombros, esta vez no me ponen cochinillo, si no medio pato, el cual aún está mejor que el cochinillo, y hay mucha más carne.

MILAGROSO LICOR DE  PÁJARO

Después de una sobremesa distendida con toda la familia, y varias cervezas, me traen una botella de licor, en la que hay un pájaro de gran tamaño dentro con plumas y todo , y me dan chupitos de este, los cuales ante el aspecto de la botella, tomo no con mucho agrado, pero el licor está delicioso, me dicen que es curativo, para mi brazo, ya que aún tengo algún arañazo de la anterior caída.

Les doy las gracias, y decido quedarme otro día más, en la ciudad, para volver a comer, y conversar con ellos, ya que esta vez ha venido un chico que en su teléfono tiene internet, y me puedo comunicar con ellos a través del traductor de Google, por cierto el importe de la comida, con 5 cervezas, lo mismo que el día anterior del cochinillo. Pienso en las palabras de mi amigo Viril, después de los buenos momentos “Para vivir así, mejor no morirse”, y me estoy planteando seriamente, después de haber recorrido Vietnam, quedarme 3 meses en esta ciudad, que apenas tiene turistas, para conocer mejor las costumbres de esta gente, he encontrado a buenas personas.

LECCIONES DE GASTRONOMIA

En el día siguiente, esto lo podéis creer o no, pero es cierto, la costra que tengo en el brazo y pierna, empieza a desprenderse, y  el aspecto ha mejorado notablemente. Después de desayunar, me acerco al restaurante, donde la familia complacida de verme me sirve, cochinillo, esta vez una pierna trasera completa, y al verme comer, empiezo por la carne, y termino por el arroz y las acelgas encurtidas, me indican que no se come así, y sientan a una trabajadora en mi mesa, para que me enseñe como se come:

En el cuenco que se utiliza para reposar la comida de los palillos, se pone el arroz, las acelgas y el cochinillo, se mezcla y de ahí para dentro, le pregunto a la chica como hace para comer el arroz, que no se puede coger con los palillos, y ésta riendo, vuelca el cuenco hacia su boca, y con los palillos lo va introduciendo en su boca, hago lo mismo, y todos complacidos sonríen.

La sobremesa es aún más extensa que la de hace dos días, Nguyen empieza por ofrecerme jarras de medio litro de vino de arroz con canela, y a retarme de que beba a su par, para complacerlo lo hago, a la 2ª jarra, empiezo a notar los efectos de éste, él ya está acostumbrado, pero yo no.

Me levanto e indico que me tengo que ir a tomar café, que lo necesito con celeridad, y ellos no me dejan marchar, me hacen ir a su casa, y me la muestran, en el salón preside una gran fotografía de Nguyen junto a su mujer, me fijo y este lleva en su traje con orgullo 8 medallas, yo sorprendido mientras contemplo que preparan el sofá para que me tienda, le pregunto por ellas, y me contesta que estuvo en la guerra contra los americanos 4 años, en Camboya 2, y 1 en Laos. Me tumbo en el sofá, y me dejo arrastrar a los dominios de Morfeo, de la mano de Baco, mientras pienso en la mirada de Nguyen, cuando me ha contado lo de la guerra, y he visto reflejado en sus ojos, el mismo sentimiento que tengo yo, que la guerra es el invento más cruel e inútil del hombre.

Despierto por un golpe en la mesa, de un juego nuevo de café, y me percato de la extrema amabilidad de la familia, han ido a comprar diversos cafés, ellos no lo toman, solo té, pero aún así me acompañan, mientras lo saborean no con mucho agrado. Abrumado, mientras me lo sirven, juego con sus nietos, y hablo con sus hijos, posteriormente, cenamos, y luego me despido con un fuerte abrazo, prometiéndoles que nos volveremos a ver.

1000 AÑOS DE VIET NAM

Al día siguiente, salgo de Ha Giang, hacia Hanoi, quiero estar para el fin de semana, ya que se hacen celebraciones por los 1000 años de la existencia de Vietnam. No soy muy amigo de éstas, pero ya que igualmente el 14 tengo que salir a Laos desde allí, he decidido contemplarlas, y qué carajo, son una vez cada mil años.

Cojo la carretera dirección a Hanoi, pero paro a los 160 Km, en una ciudad que se llama Tuyèn Quang, está a 130 Km. de Hanoi al Norte, y ésta, además de grande en comparación con las demás, no viene en ninguna guía, y decido de quedarme dos días hasta el sábado que marcho a Hanoi.

Encuentro un hotel de nombre Sao Mai, que es bastante lujoso, y la moto se guarda en el Hall del hotel tiene wifi, servicio de lavandería, y se ofrecen a lavarme mi moto (desde que la alquilé que no la he lavado después de todo mi periplo por los caminos), se ve que es una vergüenza en este país no tener la moto limpia, ya me he fijado en otras ocasiones, que cuando llego a algún lugar, lo primero en que se fijaban era en esto.

Hotel 6 €, lavandería 80 cent., lavar la moto 80 cent. Posteriormente en una vuelta por la ciudad, pincho, hay miles de talleres de moto por Vietnam, lo llevo a uno, me lo reparan 80 Cent. Voy a llamar a esta ciudad, la ciudad del todo a 80, es muy barata, soy el único extranjero aquí, no me he topado con nadie, y eso lo noto en el mercado al atardecer, el cual haría las delicias de mi amigo Águila, y de Majid, por el ajetreo del mismo.

Cuando visito diversos puestos de comida, y llevo detrás de mí una retahíla de gente, que constantemente me dice Hello, no saben nada más, pero les produce una felicidad inmensa cuando les contesto.

LA BATALLA DE LOS INSECTOS

Ceno, y me voy a la cama, no sin antes entablar una batalla campal con diversos insectos, en los que hay cientos de bajas, pienso mientras contemplo una especie de avispa del tamaño de mi dedo menique, que los franceses y americanos no perdieron las guerras por el ejercito del Vietcong, sino por el constante asedio de estos insectos.

A la mañana siguiente, mientras contemplo el estrago causado por la noche, he tenido suerte, gracias a mi repelente, yo no he sido alcanzado. Veo el amanecer, espectacular desde la ventana de mi habitación , me ducho, y me pongo en marcha, quiero ir al mercado, y verlo en pleno bullicio, pero antes paro a desayunar a orillas del rio Song Lo, que es dorado por la tierra que también arrastra, y junto a las casas flotantes que hay en este, como mis galletas María y mi litro de leche.

LOS PROBLEMAS DE LAS TALLAS

Observo que mi barriga va en aumento cada día, mi hermana Rosario, me diría “te estás poniendo como un zollo”, pienso para mí que ya cortaré el alpiste, cuando llegue a Hanoi, me pesaré a ver lo que he engordado en un mes. Termino mi desayuno, y paseo por el mercado, contemplo los puestos de pescado y gambas, que están vivas, y cuando las vendedoras me ofrecen sus artículos, les señalo mis pies: abren los ojos tanto como la boca, -utilizo un nº 46 (herencia paterna, al igual que mis ronquidos)-, desisten, me compro un par de bermudas, las cuales me las hacen a medida, las tallas aquí están adaptadas para ellos, y no me vale ni la XXL, parezco un jugador de baloncesto entre ellos, y pienso en mi amigo Francis Zafra, y en sus grandes dimensiones, el revuelo que armaría aquí. No llegan las dos a 7, vuelvo a comer, y me tienen que poner dos sillas, una en lo alto de la otra, para sentirme cómodo, si no es imposible.

Después visito algo más de la ciudad, la cual no tiene mucho, excepto su gente amable, su gran mercado, su exquisita comida, y el poder descansar antes de zambullirme de nuevo al día siguiente en el caos de Hanoi.

 

Vietnam (III)

NOTA DEL ADMINISTRADOR: Debido a un fallo en el antiguo servidor de imágenes habrá paginas en las que no se vean estas en su párrafo correspondiente, y ya que volverlas a poner todas en su sitio llevaría muchísimo tiempo se ha insertado al final de cada crónica un vídeo para poder verlas.

 

Me levanto por la mañana, recojo mi ropa de la lavandería del hotel, y compruebo que me faltan unos calzoncillos de color negro (a los cuales yo siempre he llamado calzoncillos disimuladores de cuescos sorpresa), y se lo digo a las recepcionistas, las cuales me dicen que lo investigarán. Me preguntan que si la marca de los calzoncillos es cuescos, me río, y les digo humorísticamente que sí, mientras pienso para mí, que en un hotel que me quedan 10 min, cómo van a investigar algo y solucionarlo en 10 min., les digo que no importa, que ya colgaré un foro en facebok, y que investiguen en qué lavandería vietnamita pueden encontrarse mis calzoncillos disimuladores de cuescos con sorpresa.

DIEN BIEN PHU: ¿CARNE O PESCADO?

Me pongo en marcha, y empiezo a coger la que hasta el momento es la mejor carretera que he recorrido en Vietnam, de Son La a Dien Bien Phu, en la subida de un puerto de montaña, adelanto una moto, la cual lleva una mochila detrás, y al adelantarla, me fijo en los rasgos del conductor, y compruebo que no son orientales, por lo que en la primera población que encuentro, paro y espero a que pase, cuando llega a mi altura le hago señas, para que se detenga y resulta ser un chico australiano de nombre Tore, que está recorriendo el norte de Vietnam en moto al igual que yo, pero con menos tiempo, y después de un cuenco con fideos y ternera (Pho), 85 cent. decidimos hacer la jornada juntos. El chico la verdad es que no tiene demasiada experiencia en moto, y me pregunto cómo carajo ha llegado hasta aquí sin haberse caído alguna vez.

Una vez llegamos a Dien Bien Phu, localidad famosa por ser el lugar donde los franceses perdieron en una dura batalla el colonialismo sobre el país, un gigantesco monumento lo recuerda en una colina de la ciudad. Aparte de esto nada más que reseñar sobre esta pequeña ciudad. Por la noche cenamos, y se asombra mi nuevo amigo que pida lengua de cerdo con arroz, y hace muecas de asco, pero eso sí, él se pide pescado de mar, y le digo

– Esto es pescado de mar ¿verdad?,

-Sí,

-Tiene muy buena pinta, me contesta él.

Y le vuelvo a decir

-¿A cuánto está el mar de aquí, y cómo son de buenas las carreteras?, pues imagina el tiempo que tiene ese pescado y tú te lo vas a comer tan ricamente, y sin embargo te da asco la lengua de cerdo, de lo que por el lugar hay mucho.

Empieza a gesticular, y decide cambiarlo por pollo, pero en su carne, le ponen una pata, y al ver que me río por la cara que pone, me la ofrece y yo me la como gustosamente mientras pienso, cuánto le queda por aprender del mundo culinario.

CHUBASQUERO NUEVO, CARRETERA MALA

Marchamos al hotel, y le doy cuatro aspirinas a Tore, ya que desde que llegamos no cesa de toser, y me lo agradece con un apretón de manos, nos despedimos. Al día siguiente él sale antes, yo no tengo ninguna prisa. Al levantarme compruebo que llueve, y decido darme una vuelta por el mercado de la ciudad, me compro un chubasquero nuevo, ya que el que tengo, que me lo ha regalado mi amigo San Miguel. Cuando me lo he puesto se me ha acercado gente a ofrecerme opio, hasta que me he percatado, al mirarme al espejo, que con mi aspecto de barba descuidada, un tanto desaliñado y los colores ochenteros del mismo (esto ya se lo dije en el momento que me lo regaló, y mis bromas él, las entiende), parezco un yonki limpiador de parabrisas de semáforo.

Empiezo lo que hasta el momento ha sido la peor carretera que he recorrido en mi vida, 150 km. desde Dien Bien Phu a Lao Cai, a 2 km. de la frontera de china. Del total del trayecto, 20 km. Buenos; paso por una aldea de Etnia Thai, y me doy cuenta que están construyendo una casa de las de pilares de madera, doy la vuelta y me paro a mirar, y es realmente curioso, ya que me recuerda la película “Único testigo”: toda la aldea la está levantando, mientras las mujeres hacen matanza, y elaboran una especie de embutidos, y comida para todos.

Me invitan a quedarme, y la verdad es que me muero de ganas, pero (y gracias a Dios que no lo hago) la amenaza de tormenta es inminente por lo que decido continuar, los otros 130 km. por unas carreteras, por las que paso por auténticos lodazales que me llegan a las rodillas, paso también por una ciudad (Muong Laiu), que está semidesierta: están construyendo una presa, y en un año lo inundarán todo, así que imaginaros como son las carreteras que tienen tránsito, pues en ésta que en un año ya no existirá, la dejadez total del gobierno por la misma. Tengo mi primera caída, además bastante divertida, en barro, ni la moto ni el equipo ni yo sufrimos daño alguno, y no dejo de pensar en esos hombretones muy profesionales del mundo de la aventura y el motor, que hacen esos rallyes (Dakar, Camel trophy, etc.), super-esponsorizados, y con camiones de asistencia, que acaban agotados después de cada jornada, y esto es el pan de cada día de esta gente y con motos de pequeña cilindrada y arregladas más que con dinero, con ingenio.

EL DESCANSO MERECIDO DEL GUERRERO

Continuo, y cuando empieza a mejorar algo la carretera, paro a comer. El dueño del restaurante, en cuanto me ve, me manda directamente a la parte de atrás donde me da un cepillo de cerdas duras y me enseña donde está el grifo, mi aspecto es el de un recién salido de un Spa de lujo, de un baño de barro, me aseo como mejor puedo, como, y continuo.

Cinco minutos después comienza a llover de una manera descomunal, y no aguanto más que 20 km. sin guarecerme. Encuentro en una cabaña un grupo de gente que también se guarecen, que me invitan a dejar la moto en el porche, y sentarme con ellos, una vez que se calma un poco la tromba de lluvia, continuo hasta mi destino, donde a mi llegada no escatimo en meterme en el mejor hotel de la localidad, cama de dos metros, baño amplísimo y limpio, servicio de lavandería, wifi y desayuno incluido 12 €, todo un lujo. Como diría mi amigo Cariñana, el descanso merecido del guerrero. Caigo rendido después de una ducha, sobre las 6 de la tarde, y hasta el día siguiente no despierto.

Al día siguiente continuo hacia Sapa, muy famoso por el parque natural que tiene. La población está situada en lo alto de una montaña, pero antes atravieso Binh Lu, donde me tengo que volver a guarecer después de la fuerte tromba de agua que cae. Me siento en un puesto callejero de solo bebida, y me doy una alegría, al comprobar que una coca-cola de medio litro me cuesta 20 cts., cuando amaina algo, continuo y más tarde empiezo a ascender el monte Fascipan. El panorama es de lo mejor que llevo viendo, con mujeres subiendo este camino (20 km) como si nada, y bordeando un caudaloso rio de montaña, hago un par de paradas para hacer fotos, pero debido a la lluvia, no puedo realizar más.

Cuando llego a la cima el frío que tengo entumece mis manos, además voy con bermudas y sandalias, ya que paso de estar mojado de nuevo todo el día como el anterior, jamás he tomado con tanto gusto el té que me ofrecen en un puesto de carretera, aunque sepa a rayos, está caliente, después de 15 minutos de descenso en una carretera totalmente encharcada por la tormenta que cae.

ZONA TURÍSTICA

Paro en el primer hotel del pueblo, y sale la dueña a recibirme, con una amabilidad extrema, cómo si se tratase de la recepcionista de un hotel de 5 estrellas, veo la habitación, y el precio me parece bueno, dentro de lo que cabe 120.000 dongs, me quedo aquí, pienso para mi, después de una ducha caliente, pregunto a la dueña para ir al pueblo, y me da todo tipo de información sobre la zona, el pueblo, y el parque natural, poco a poco voy comprendiendo que es una zona muy acostumbrada al turismo, de ahí la exagerada amabilidad, además hace que su hijo me acompañe, cogemos un atajo, ya que el hotel (por cierto por fuera es precioso, una casa de cuento) está situado a un kilómetro aproximadamente del mismo, lo cual al principio me hace arrepentirme de mi decisión de quedarme en él, pero cuando llego al pueblo, y veo la muchedumbre de turistas que hay en él, me alegro, esto parece Baqueira en temporada alta, todo está lleno de pizzerías, restaurantes, tiendas de suvenir, y la peor prostitución que yo entiendo como tal, gentes de las etnias ofreciéndote a cada paso suvenires de postales, pulseras, bolsos etc.

Me cuesta un enorme esfuerzo hacer entender a Ham, que así se llama el hijo de la dueña, que yo vengo huyendo de todo esto, y es lo que menos deseo, me adentro en un mercado, para gente local, donde no hay turismo, y realizo algunas fotos, a puestos de té, de medicina tradicional, pescaderías, donde los peces están vivos en barreños con agua, puestos de carne, donde la higiene brilla por su ausencia, lo más curioso es que estos puestos te los encuentras también a pié de carretera, donde hay barro y polvo, supongo que es como la virginidad del hombre, que se lava y se estrena. Después desoyendo a Ham, comemos en puestos de comida callejeros (él me quiere llevar a restaurantes para turistas, donde seguramente se lleva comisión), saboreo, delicias como huevo con embrión (no se diferencia demasiado de un huevo duro), pajaritos minúsculos, tráquea de pollo, cañas de bambú rellenas de arroz, y todo ello acompañado de un licor local de arroz que está muy dulce, pero es fuerte. De vuelta al hotel, Ham me hace algún truco de magia para impresionarme, es un buen chico. Quedamos para que al día siguiente me enseñe algo más de la población.

Por la noche en el hotel conozco a Vi Le, una chica preciosa, y a su hijo, son familiares de la dueña del hotel, entablamos conversación por un par de horas, en las cuales ella se empeña que debo de dejar de fumar, y que le regale la moto que llevo, mientras le digo que parece Antoñita la tonta, todo el día pidiendo a los forasteros. Finalizo la jornada, y al día siguiente me levanto a las 7, no hay electricidad en todo el pueblo, lo cual me fastidia, ya que no puedo sacar dinero del cajero, espero a que abran los bancos, y cambio 60 €, que tengo para estas situaciones, mientras pienso que ha sido un error quedarme otro día más en esta población, ya que aún siendo lunes el turismo no ha disminuido, y la intensa niebla, hace imposible el visitar el parque, ya que no se ve a dos palmos.

PELEA DE GALLOS

Paso el resto del día errando por el pueblo, y meditando sobre lo malo que es el turismo masificado, ya que corrompe todo, incluso a los habitantes de las aldeas cercanas, te cobran por todo, hasta por visitar un parque de la ciudad, que sinceramente no varía mucho de los que tenemos en España.

Vuelvo a comer unas cuatro veces en los puestos callejeros, y posteriormente, presencio lo único que es real de la vida de estas personas, una pelea de gallos callejera, en un lugar fuera de la vista de los turistas claro, huirían despavoridos. Asqueado por todo vuelvo al hotel meditando sobre las etnias, en que las chicas jóvenes son muy atractivas, y en su cultura un hombre va a su aldea, habla con sus padres, negocia un precio, y se la lleva sin más, para casarse, quiera ella o no.

LA TELENOVELA DE LA TARDE

Converso nuevamente con Vi Le, y me hace prometerle que volveré para verla. Al día siguiente, después de discutir la factura del hotel, me querían cobrar de más, es muy aconsejable, revisarlas siempre, en un 80% te la quieren clavar hasta por orificios que ni si quiera sabias que tenias, pero ellos sí. Salgo pitando como alma que lleva el diablo de Sapa, paro en la siguiente localidad a desayunar, y me empiezo a relajar, en la cotidianidad fuera del turisteo.

Llego hasta la frontera con china en Lao Cao, y después continuo hasta Bac Ha, un lugar que no tiene nada que desmerecer a Sapa, y no hay apenas turistas, me instalo en un hotel, en el cual están viendo la telenovela que veían las putas de Hanoi, que por cierto es japonesa, y la traducción la hace una voz en off, de una mujer, ya sea hombre, mujer, niño o perro el que hable. Me fijo, y la protagonista, una pintora oriental, sale pensativa acordándose de otro hombre oriental, y por señas, le digo al dueño

-¿Pero esta no estaba con un occidental de perilla y pelo largo?

Y empieza hábilmente a representarme los capítulos perdidos desde entonces, gesticulando y hablándome en vietnamita, mientras pienso para mi ¿a que me engancho a una telenovela japonesa en Vietnam?, y me imagino haciendo el camino en mi moto, y parando urgentemente a la hora de la telenovela, para no perder detalle de ella, no sería difícil verla, ya que todo el país está enganchado a ella, si queréis os seguiré informando de las peripecias de la pintora japonesa y sus amores y desencuentros.

Después de un regateo, me dejan la habitación a la mitad de precio, 100.000 dong (4€) por día, supongo que por la afinidad televisiva, la habitación está muy limpia, y tiene un gran baño, decido quedarme hasta el domingo, en total 5 días, para así explorar el entorno con tranquilidad, relajarme, ya que llevo muchos días viajando y necesito poner en orden mis cosas, disfrutar de no hacer nada, entablar conversaciones con lugareños, y el sábado asistir al mercado del amor, un mercado donde vienen los aldeanos cercanos, para buscar novia.

Mientras reviso mi correo, encuentro un mensaje de Tore, el australiano, que se encuentra en esta misma población, quedamos a cenar, y reímos cuando contrastamos nuestro viaje de al día siguiente de vernos, ya que pasamos periplos parecidos, y coincidimos en los mismos días en las mismas poblaciones, pero sin llegar a vernos, los dos hemos salidos asqueados de Sapa, después de cenar, continuamos la conversación tomando un chocolate caliente y un té, nos despedimos, pero en el fondo esperando coincidir en otra ocasión.

CARNE DE PERRO

Al día siguiente decido tomármelo todo con gran calma, ya que estaré al menos 4 días más. Desayuno en puestos callejeros una especie de creps de harina de arroz, rellenos con un poco de carne, (luego me entero que es perro), no recuerdo el sabor bien, por lo que tendré que degustarlo en otra ocasión, lo que sí me doy cuenta es que perros adultos, solo hay hembras, y con unas tetas colganderas bastante grandes, señal, que las usan para criar, el macho, antes de que llegue a la edad adulta… a la cazuela.

Doy una vuelta por Bac Ha, la cual recorro en menos de 20 min. Y me quedo impresionado de con lo pequeña que es esta localidad, el gran mercado que tiene Como curiosidad, hay gran variedad de puestos, pero de lo que más abunda son de aldeanas de etnias que tienen a sus pies unos garrafones de unos 10 l. con un licor de arroz el cual me dan a probar, y mientras tomo complejo de abuelo carajillero, degusto el licor, que aunque fuerte es de muy buen sabor Continúo, y cuando paso por el templo, un señor mayor me invita a pasar.

No estoy muy interesado, pero aún así entro, me encuentro a una señora mayor, poniendo en bandejas fruta, para poner en los diversos altares, me recuerda a mi segunda madre de mi pueblo, Rosalía, cuando acicala la iglesia, para eventos, por lo que decido ayudarla. Entran posteriormente unas cuantas personas más, las cuales sorprendidas de verme, intentan entablar conversación, su inglés es aún peor que el mío, pero poco a poco nos entendemos, a través de mi portátil les enseño fotografías de la Semana Santa de La Victoria (Córdoba), (para mí la mejor, es mi tierra, e invito a todos los lectores que lo comprueben, y si lo desean, participar en ella, alguno ya lo ha hecho, y no me equivoco, ¿verdad Sergio?), y se las paso a sus móviles.

Posteriormente comienzan las mujeres una ceremonia, de lo que después comprendí que era de bendición a unos alimentos, que posteriormente comerían, decido marchar, pero me retienen, y me indican que me quede a comer, lo cual acepto con gran placer, reunidos todos en una sala adyacente al templo central, comemos sentados en el suelo, y me dan a beber el mismo licor que tomé en la mañana, intentan emborracharme, pero gracias a los cursos intensivos y sucesivas practicas realizadas por el barrio Húmedo de León con mi mejor amigo Viril, el resultado es el contrario, al octavo chupito de licor, comienzan a sudar los hombres (ya que las mujeres es raro que beban y fumen en Vietnam), y a renunciar a los sucesivos brindis que yo les propongo, salen tambaleándose a tomar el fresco al patio, lo que sucede a continuación, es como si el destino me hubiera querido mostrar en tres días lo peor, y lo mejor de Vietnam, primero en Sapa, por todo lo que ya he relatado, y luego en Bac Ha, por lo que me va a acontecer.

LA REINA DEL CIELO

Me indican que continúe en el templo, que va a comenzar una ceremonia, me acomodo de la mejor manera, ya que uno se sienta en unas esteras en el suelo, una mujer delante del altar principal, asistida por otras dos, empieza a vestirse de manera ostentosa, mientras dos hombres uno con una guitarra de dos cuerdas, y el otro con platillos, maderas y un gran tambor, cantan y hacen sonar música tradicional. La mujer que lleva la ceremonia, me indica que no haga fotos, y después de la gran amabilidad que han tenido conmigo, es lo mínimo que puedo hacer, se suceden una serie de cantos, y ofrendas, mientras dos personas comienzan a traer a la directora del ceremonial las bandejas de fruta, cigarros, bebidas, galletas, y dinero. Ésta lo prueba todo, mientras se cambia de traje unas 20 veces, y reparte a todos los presentes, incluido a mí, todo, que vamos poniendo en grandes bolsas que nos han dando.

La ceremonia empieza a las 2 de la tarde, y dura hasta las 6, se mezcla lo banal (por lo menos para nosotros) se fuma, se bebe, se come, con lo místico, de una manera sorprendente, y sin que la música pare. Posteriormente me entero que la ceremonia la realiza una mujer especial, elegida por monjes budistas, y representa a una reina del cielo, la cual reparte al pueblo todas las riquezas, y con cada vestido diferente, reparte un tipo de riqueza diferente. Una vez finalizada la ceremonia, me tienen que ayudar a ponerme en pié, pues tengo las piernas entumecidas, y creo que acabo de descubrir la depilación a la piedra, pues parece que no me queda un pelo en pié en mis nalgas, después de estar arrastrado toda la tarde en el suelo, ahora comprendo por qué esta gente tiene el culo tan plano, ellos se parten de risa, me despido con gran agradecimiento, y mientras regreso al hotel cargado con todo lo que me han dado, pienso en lo tonto que soy, por haberme amargado los dos días en Sapa.

Vietnam, pienso, es todo esto y mucho más, y doy gracias en mi interior, por haberme encontrado al anciano que me hizo pasar al templo, cuando yo no estaba interesado, y por el gran día que había sido. Ceno en mi habitación, pues tengo para un par de días de comida.

A la mañana siguiente la dedico a hacer la colada, y me sorprendo al encontrar mis calzoncillos disimuladores de cuescos con sorpresa, avergonzado llamo al hotel, de Son La, para decir que los he encontrado, es imposible que me entiendan, hasta que les digo la palabra cuescos, y entonces me dicen

-¡Ah! ¿Es usted el señor Antonio?

Me río, y entonces puedo pedirles perdón por la confusión, y me agradecen que les haya llamado, para comunicárselo. El resto del día lo dedico a holgazanear, contestar emails y escribir. Al día siguiente, decido desayunar en el mercado de nuevo, como cuanto puedo en un puesto, el cual hace unas deliciosas pastas fritas de arroz, kaki, tortas de soja, y arroz negro con sésamo.

Me siento durante una hora, ya que tengo tiempo más que de sobra, y cuando veo pagar a los lugareños, por más que la dueña y cocinera del puesto, quiere cobrarme de más, le discuto que a los demás les cobra menos, resultado 8 pastas inmensas, lo que daría para un gran festín, 60 cent., y me ha cobrado un poco de más, por lo que el hijo me invita a fruta y té helado, luego voy viendo como turistas van poco a poco llegando al pueblo, para el mercado del día siguiente, como, y decido explorar los alrededores del pueblo, gran decisión.

TOPÉ CON LA POLI

Me dirijo con mi moto a So Mi Cai, una aldea a 26 km. Por un camino infernal, pero el paisaje vale la pena, es maravilloso, lleno de campos de arroz, y a lo lejos las montañas, algunas de ellas llenas de cultivos, cual si un gigante las hubiera arropado con una manta de diversos colores, es todo idílico. En el camino me para la policía, y me pide la documentación de la moto, la cual yo no tengo, ya que la dueña de la tienda no me la ha querido dar, no fuera que me escapara con ella a España. Primero me piden 20 $, y les digo que soy cuñado de Zarkisi, por toda la cara, y que mi hermana es la Brunni, casualmente llevo en el móvil, la única canción reconocida de esta, y (esto sí que es surrealista), uno de los policías se lleva mi teléfono a la oreja, y empieza a sonreír, a tararear, y a contonearse al son de la música, mientras el otro atónito, me intenta explicar que yo soy español, y ella es francesa, yo le discuto, que no tenemos el mismo padre y que por eso mis apellidos son diferentes, al final cuando consigo quitarle el teléfono, al primer policía llamo a la dueña de la tienda, y los policías cobran lo que en realidad es la multa 5$, y la dueña promete devolvérmelos cuando entregue la moto (por si acaso guardo el recibo), los policías no se quieren hacer fotos conmigo, porque en un principio, me intentaron engañar, y por si acaso fuera verdad que soy el hermano de la Brunni.

A la vuelta, en una curva cerrada de una bajada, me encuentro con un camión en medio de la carretera, solo me quedan tres opciones, arremeto contra el camión, llevo las de perder, me tiro por el precipicio de la cuneta, llevo las de perder, o freno en seco, en el camino de grava, sabiendo que caeré, decido esta última, en primer momento consigo hacerme con la moto, pero al final caigo (segunda caída), los del camión paran, pero antes de que hayan bajado ya estoy de pié, y con los pulgares les hago señas de que todo va bien, asombrados me piden perdón, y los motoristas que venían detrás se cagan en la madre que parió a los del camión en vietnamita, y los dejo a ellos discutiendo, mientras yo me marcho, vaya a ser que se líen a pelear, y aún salga mal parado.

La moto, al igual que yo, que iba con pantalón corto, camiseta y sandalias, sufre leves arañazos, y el equipo nada, llego al hotel, me ducho, me curo, y me voy a cenar, pensando en que mañana es el día del mercado, y que tengo que enviar las fotos y la crónica a Eladio, para que el Lunes ya la haya colgado Marc en la página. Desde aquí quiero agradecer a todos los que me habéis enviado comentarios a mi página, y a mi email personal, el gran apoyo que sois para mi, y la fuerza que me dais para continuar relatando mi aventura por estos mundos, también ofrecer a aquellos que se han unido a la lectura de mis relatos y que no conozco, que dejen alguno, ya que es una manera de conocerlos. Gracias a todos.